18. El rosa es rojo diluido
18. El rosa es rojo diluido
IVANNA
—El negro es el más arrebatador —opina Pipo—. Muestra parte de tu espalda además de tener un pronunciado escote
—Sí. Ese me gusta —Estoy de acuerdo y lo extiendo en mi cama junto al traje blanco, el gris y otro glamoroso vestido negro.
—Te gusta el color negro.
—Define tu silueta, es elegante, combina con todo. El color negro es el mejor amigo del armario de una chica.
—Aunque lo tuyo, lo tuyo... —Con un gesto Pipo me anima a que termine por él.
—Es el rojo —digo, convencida.
Acomodo sobre la mesa de noche los dos vasos que traje de la cocina, echo a cada uno Ginger Ale y dos cubos de hielo y nos sirvo Whisky a ambos. Johnnie Walker está invitado a la reunión.
Recibí a Pipo con una botella y una ensalada César. No nos vemos desde hace dos semanas y hay mucho que platicar.
—Gracias por el detalle.
—Es para los dos —resto importancia.
Pipo coge el vaso de Whisky y disfruta del aroma antes de beber.
—Reconfortante —susurra.
Hago lo mismo.
—Y sabe miel —opino—. Anda, vamos al sofá —digo dando un segundo trago.
—¿La encontraste? —me pregunta Pipo en lo que nos acomodamos. Un sofá tipo Divan es nuestro punto de reunión favorito. Rara vez nos quedamos en el bar o la sala. Como mi amigo más intimo, no tengo reparos en traer a mi habitación.
—Sí —anuncio, contestando su pregunta. Coloco a un lado mi Whisky, busco en el móvil y de nuevo se lo entrego a Pipo con Instagram abierto; solo que esta vez muestra la cuenta de «Prudencia».
La boca de Pipo se abre con estupefacción.
—Eres rápida.
—Ya tengo el nombre —otra vez resto importancia—. Además Luca la sigue.
—¿Tan fácil es encontrar a alguien? Ya veo porqué tu cuenta se mantiene privada.
Levanto con decisión mi dedo índice:
—Y no acepto a cualquiera.
Durante el rato que stalkea la cuenta, Pipo se mueve de un lado a otro, incómodo, y trata de no reír y mantener la compostura.
—Lo sé —digo.
—Con razón la ha esperado —Mira con maravilla el teléfono—. Esto es un altar a Luca.
De las veinte fotografías que Prudencia tiene publicadas en la red social Instagram, más de la mitad son detalles para quedar bien con Luca.
—¿Osita Pru? —dice Pipo, leyendo la tontería que colocó como nombre de usuario la chica. Con eso puedo comenzar.
—Prudencia —digo, tajante—. Primero que nada, el nombre es Prudencia.
—Pero aquí...
—Prudencia —Mis ojos son dos misiles en dirección a Pipo.
—Vale. Ya entendí... Aunque en definitiva no es competencia.
Eso necesitaba escuchar, de manera que me acomodo de mejor manera en el sofá y doy un tercer trago a mi Whisky. Mi pintalabios ya se marca alrededor del vaso.
Siendo el caso que seduciré a Luca, y porque me niego a ser rechazada, primero debo tener claro cómo está su relación.
—A menos que Luca las prefiera rubias —De nuevo estrecho mis ojos en dirección a Pipo—. ¿Qué? Aunque por lo visto se siente atraído hacia ambas.
—No me compares —amenazo.
Por lo que, consciente de que cualquier otro comentario a favor de Prudencia me puede hacer enojar, en absoluto silencio Pipo continúa revisando de manera sucesiva cada fotografía a la vez que comenta la forma de vestir y gustos de la niña:
—Le gusta el color rosa —deduce.
—Que no es más que rojo diluido —contesto yo, tajante.
A Pipo le hace gracia mi actitud.
—¿Qué? Estoy en modo competencia.
—Y lo llama «osito» —añade.
—Yo tampoco llamo a Luca por su nombre —A Pipo le sorprende escuchar eso—. Le he dicho sordo, torpe, palurdo —intento recordar más—: mequetrefe —Los cuento con mis dedos—..., mozalbete. Tengo una lista.
—Ella se lo gana con detalles —Mi amigo se inclina hacia mí, serio. Es su turno para tomar en serio el plan—. Tú no eres así. ¿Cuál es tu estrategia?
Me levanto del sofá para ir por más Whisky. Aunque en el camino, de forma graciosa, me giro otra vez en hacia Pipo.
—Básicamente..., terminar lo que empecé en el Maserati.
—¿Dónde? ¿Ahí mismo en el Maserati?
—No usaré a mi bebé como motel.
—Lo ibas a usar como motel —me recuerda.
—Porque no tenía opción —digo, sintiendo marear mi cabeza; el alcohol comienza a hacer efecto.
—Llévalo a un hotel entonces —sugiere Pipo, buscando el mismo uno en Google. Filippo me solapa todo. Todo.
Por otro lado, yo, como sé que pronto querré más Whisky, regreso al sofá llevando el Ginger Ale y la botella conmigo.
De regreso a mi lugar opino sobre los lugares que encontró Pipo.
—Ese es nuevo —digo, señalando uno con dirección en las afueras de la ciudad.
—Peann. Sí. Es un hotel y spa. Tampoco lo había oído —Está de acuerdo—. Y tiene jacuzzi —Llego el momento extravagante de Filippo—. ¿Te imaginas a ti y a Luca en un jacuzzi rodeado de velas, cuya agua esté aromatizada y tibia, y en el que lentamente se acabe la espuma?
Desaprueba que arruine el momento con mi risa.
—¡Ivanna, los detalles!
—No será romántico —Me niego otra vez—. Será... Práctico. Eso es... Será práctico. Al grano.
—Si no te esmeras, no funcionará —aconseja Pipo—. Me dijiste que la otra chica lo limita.
—Sí. Se hace la puritana —Hago girar mis ojos.
—Entonces, contigo prácticamente será su primera vez. Su primera vez en serio. Hazle sentir que también es tu primera vez.
—En ese hotel.
—¡Ivanna!
Llevo una mano a mi pecho.
—Estoy siendo sincera.
Pipo levanta sus manos.
—Pero al fin y al cabo, una primera vez.
«Mmm» Me muestro más o menos de acuerdo.
—Aunque tampoco tiene que ser en un hotel —cambia de opinión Pipo. Luego me pedirá detalles—. Tráelo acá. El ratón en la jaula del gato.
—No se acostará en mi cama —De nuevo soy tajante.
—¿Y por qué Marinaro sí? Eso es más turbio. ¿No te ha vuelto a llamar la esposa? —Pronto la conversación toma un nuevo curso.
—Como si yo obligara a su marido a follarme —Hablar de Marinaro me pone de malas.
—¿Y la del doctor?
—A él ya ni le contesto las llamadas. A ella tampoco.
Pipo otra vez sacará la lista.
—¿El jugador de tenis?
—¿Quién?
Me enseña su dedo meñique y ya con eso recuerdo.
—Oh, ya. Sigue de viaje.
—¿El abogado?
Me siento el flautista de Hamelín de los penes.
—¿El que te presenté en el bar o el amigo de Marinaro?
—El del bar.
—Se mudó.
—Lo que nos deja a Marinaro y Luca —Tengo que servirme más Whisky—. Estarás bien atendida, Ivanna —Con la botella en una mano y el vaso en la otra arrugo mi nariz con duda—. Por un lado, un empresario italiano de treinta y tres años, casado y deportista nato... Por otro...
—Un chico de veintidós años que los fines de semana se la pasa jugando Xbox.
—Yo lo dejaría en «chico de veintidós años» —La mirada de Pipo es significativa y yo escondo una sonrisa—¿Qué? —inquiere.
—Nunca he estado con alguien menor que yo —admito y qué más da; él lo sabe—. Luego de un par de acostones estúpidos en la universidad, ni siquiera me gusta la gente de mi edad. Vamos, el más joven, desde entonces, ha sido Lobo; y él, al igual que Marinaro, me lleva cinco años. Cinco.
—¿Cuántos años le llevas tú a Luca?
Hago a un lado el vaso y la botella y con mis dedos le muestro el número seis.
—No es como si tuvieras edad para ser su madre —me regaña y hago a un lado mi cabello sintiendo cosquillear mi nuca. Esta será la parte de la conversación que más tarde querré olvidar. Con tragos encima admito mis miedos—, y aunque así fuera... —Pipo deja la conclusión al aire.
—Pero... —No sé cómo explicarle... cómo explicarme.
«El chico me atrae, pero...»
Vuelvo a coger la botella y esta vez no añado Ginger Ale a mi vaso. Tampoco miro a los ojos a Pipo. Aunque da lo mismo, él sabe que oculto algo.
Pero me apresuro a sentarme derecha.
—Quiero que me vean entera. No soy un alfil, soy la reina. Puedo con el chico.
—Puedes con el chico.
—Y volviendo a Prudencia, ella podrá llenar las redes sociales con corazoncitos, osos y tarjetitas para Luca; quien, por cierto, no comparte nada de eso en su propia cuenta de Instagram —A Pipo, pendiente de cada reacción mía, no le sorprende que sea taaaan observadora—. Pero es solo de ver qué tanto debo empujar para que él ceda. Para hacerle caer.
Cogiendo de vuelta su vaso de Whisky y haciéndome levantar el mío, Pipo nos hace brindar; y después, incitador como es, coloca los dedos de su mano libre como si fueran garras y bufa como si se tratara de una gata enojada; recordándome así que mañana al comenzar el teatro no debo olvidar quién soy... quién soy yo y qué tipo de roedor es él.
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Uy, comienzan los cabos sueltos D: ¿Qué se viene en el siguiente capítulo ahora que Ivanna y Luca estarán juntos de nuevo? 7u7
No olviden añadir esta historia a su lista de lectura o biblioteca para no perderse las actualizaciones.
Y sí, las cuentas en Instagram de Ivanna y Pru existen: ivanna.rojo y osita.pru; stalkeen lo que quieran ♥
Por último, GRACIAS por votar c:
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