¿Quién diría que la tercera fase del examen sería enfrentarme a Hayama Akira? Yo no, eso es seguro.

Unos agentes que trabajan para Azami se llevaron a Erina (a quienes les pedí 'amablemente' que la traten bien), y Rindou-senpai se llevó a Megumi, Sōma y Takumi con ella, por lo que hizo su aparición Doujima Gin. Este mismo nos anunció el tema que fue escogido aleatoriamente para este enfrentamiento, el cual resultó ser… carne de oso.

Solo tenemos tres días de preparación hasta el encuentro, lo cual debo prepararme en la cocina que se me asignó.

Ryu: Así que esto es carne de oso, ¿eh? — dije mientras examinaba la carne que me dejaron en mi cocina.

Nunca había cocinado algo usando este tipo de ingrediente proveniente del bosque. Según Yuki, la carne de oso puede ser generalmente maloliente ya sea la temporada o la calidad. Incluso un mal corte puede ocasionar daño en la carne y el mal olor podría empeorar su sabor.

Ryu: Supongo que debo averiguarlo por mí mismo — dije mientras calentaba la carne en una sartén con algo de aceite vegetal y sal.

Dejé freirlo por unos minutos hasta que ya estaba cocido y doradito. Listo para comer.

Ryu: ¡Mm! Es dulce, algo dura y la grasa parece ser consistente… y lo mejor es que sabe a venado — dije mientras probaba su textura y sabor — No está nada mal, nada mal. Puede que… ¡¡BLUARGH!!

Tuve que vomitar la carne tan pronto sentí ese tal sabor y olor bestial que impregnó en mis sentidos.

Ryu: Agh… ese sabor no sale de mi lengua — murmuré mientras me limpiaba la boca con agua — De todas maneras, eliminar el olor y el sabor desagradable… se necesita especias. Sin embargo, esa es la especialidad de Hayama.

Aunque he usado especias y condimentos en el pasado, ese es el territorio del pupilo de Shiomi-sensei. Aunque pueda eliminar el sabor, el mal olor desagradable quedará en ella. Incluso si uso ajo, cebolla o un desodorante, sería algo difícil deshacerse de ese horrible aroma.

Ryu: Tal vez deba usar hinojo o canela para la carne — dije revisando el estante de especias para ver el contenido — Si es que tuviera alguna.

Cuando creí que tendría problemas, escuché un coro de 'sei' repitiéndose una y otra vez acercándose. De repente, un grupo de hombres calvos entraron haciendo poses exageradas mientras sostenían frascos con una gran variedad de condimentos.

Calvo1: ¡Laurel!

Calvo2: ¡Anís estrellado!

Calvo3: ¡Hinojo!

Calvo4: ¡Chiles dulces y picantes!

Calvo5: ¡Canela!

Calvo6: ¡Clavos de olor!

Calvos: ¡¡SEI!! — gritaron haciendo una pose en grupo.

Ryu: ¡Las calvas fuerzas especiales Ginyu! — exclamé sorprendido.

¿¿??: ¿Qué es esto? ¿Por qué la cara larga, Ryu-chin?

Ryu: “Lo que me faltaba” — pensé mientras me daba la vuelta con un suspiro exasperado — En serio… primero Rindou, luego Hayama, Doujima y ahora tú… Kuga. ¿Qué sigue después, la reina de Inglaterra?

Kuga: ¡Vamos, no seas así! Vino todo el camino hasta aquí solo por ti, Ryu-chin — dijo caminando despreocupadamente hacia mí.

Ryu: Aww… harás que me enamore de ti — dije con sarcasmo.

Kuga: Por favor no. Si dejas a Erina-chin por mí, ella me matará — dijo siguiendo la broma — Escuché que te verías forzado por tu suegro a enfrentarte a algún consejero de la Élite 10. Así que vine a darte algunas de mis especias.

Ryu: Okay, Kuga… dime qué quieres a cambio — dije de brazos cruzados.

Kuga: ¡¿Qué cruel?! ¡¿Así piensas de tu mejor amigo de toda la vida?! — exclamó agarrándose el pecho como si hubiera recibido un balazo.

Ryu: Porque siempre pides algo a cambio sin importar lo que suceda… mi 'mejor amigo de toda la vida'.

Kuga: En eso tienes razón — dijo volviendo a ser como es — Quiero que… desafies a Hayama por su asiento. Retale a un Shokugeki por el noveno asiento.

Ryu: Como diría un mexicano… chale, eso no se va a poder — dije pasando mi mano por mi cabello — Se necesita que ambas partes tengan algo de valor similar, ¿verdad? Y actualmente no tengo nada que valga un noveno asiento.

Kuga: ¡No te preocupes! ¡Podemos salir fácilmente de esta! — exclamó despreocupadamente — ¡Hayama morderá el anzuelo si lo provocas fácilmente! ¡Tu punto fuerte!

Ryu: Bueno, podría hacer que acepte el Shokugeki con sólo una cuantas palabras de provocación, pero… ¿por qué quieres que haga eso? — pregunté confundido.

Kuga: Porque Totsuki es demasiado aburrida en estos momentos — confesó — Hayama Akira tiene tanto la autoridad como miembro de la Élite 10 como el apoyo de Central. Enfrentarse a todo eso, es simplemente una locura.

Ryu: Pero podría hacerlo yo solo y aún así ganar unánimemente — dije confiado.

Kuga: ¡Es por eso que estás loco! — exclamó ofendiéndome — ¡Escúchame, Ryu-chin! ¡Tu derrotas a Hayama y entras a la Élite 10! ¡Te desafío a un Shokugeki! ¡Te gano y haré un glorioso regreso a la Élite 10! ¡Nada puede malir sal!

Ryu: Tu plan tiene muchos agujeros… como el hecho que dijiste malir sal.

Kuga: Eso no importa ahora. Cocina un platillo que le gane a Hayama con mis especias.

Ryu: Bueno, no puedo rechazar un regalo como el tuyo, ¿verdad? — sonreí mientras empezaba a cocinar.

Unos minutos después había terminado un nuevo platillo de katsudon.

Solo que en vez de carne de cerdo, era de oso.

Ryu: Hm… logré desaparecer el sabor amargo, pero todavía quedó algo de ese mal olor — comenté mientras probaba un poco de mi platillo.

Kuga: Sí… aunque siento el mal olor, este katsudon está delicioso — dijo comiendo todo mi platillo — Podrías usar yogurt para marinar la carne.

Ryu: Sí, pero eso tomaría mucho tiempo… tiempo que sería desperdiciado si no lo mejoro para vencer a Hayama — dije intentando usar otro método — Piña sería apto, pero eso toma más tiempo. Papaya tampoco. Leche menos.

Sin duda, usar un ingrediente de mi zona de confort es complicado.

Espera… ¿zona de confort?

¡Eureka!

Ryu: Hey, Kuga… creo que vamos a salir a tomar aire fresco — sonreí.

Kuga: Por alguna razón tu sonrisa me da miedo — dijo retrocediendo un poquito.

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El aire frío ingresando en mis pulmones, la luz del sol intentando quemar mis congelados párpados, y el rifle de caza en mi mano me hacía sentir nostalgia a mi querida Inglaterra.

Ryu: Haa… ¡me recuerda a la caza! — exclamé con un suspiro de satisfacción — Tan solo me falta un sabueso y sería perfecto.

Para saber mejor sobre cómo usar la carne oso, decidí seguir los movimientos de un oso de verdad. Es por eso que Kuga, sus chicos sin cabello, y yo, fuimos al bosque helado de Hokkaido.

Suena algo loco, pero creo que podría serme útil aprender su comportamiento y dieta básica.

Ryu: Aquí tienes, Kuga — dijo ofreciéndole una taza de café caliente.

Kuga: Brr… que frío — tembló mientras se abrazaba fuertemente — Q-quiero té con leche… o chai… caliente de preferencia.

Ryu: ¡Bien…! Dame unos minutos mientras caliento un poco de té chai — gruñí mientras sacaba de mi mochila un poco de chai de mi reserva de té de emergencia — ¿Acaso no puedes soportar un poco de frío?

Kuga: ¿Eh? ¿Acaso no recuerdas a Rindou en ese viaje a la Antártida cuando nos arrastró a todos a la fuerza? — preguntó con el ceño fruncido — Parecía un reptil.

Ryu: Ah sí — dije recordando ese día — Incluso se hizo bolita y dejó de moverse, ¿no?

No me habría sorprendido si ella mudaba de piel.

Ryu: Como sea. Si volvemos al asunto de Hayama, debo suponer que ha mejorado mucho gracias a la Élite 10 y Central.

Kuga: Sí. Ha pulido su habilidad más allá de lo increíble. Pero incluso estando en la Élite 10 y Central, busca sumergirse a sí mismo en la oscura magia de Azami — dijo seriamente.

Ryu: Hmm… supongo que tengo que volverme serio esta vez, ¿eh? — dije apoyando mi espalda contra un árbol — ¿Hm?

Mirando hacia arriba, justo en las ramas del árbol en la que estaba apoyado, lo que puede ser mi carta de triunfo.

Ryu: Oh… creo que eso podría serme útil — sonreí viendo detenidamente el árbol.

Kuga: Ahm… ¿Ryu-chin?

Ryu: Un segundo, Kuga estoy ocupado — dije sin dejar de mirar el árbol.

Kuga: Ryu-chin…

Ryu: Necesito sacarlo antes de que un oso venga e intente atacarnos — saqué mi cuchillo.

Kuga: ¡¡RYU…!!

Ryu: ¡¡¿QUÉ?!! — grité dándome la vuelta.

Tal vez no debí hacerlo.

Frente a nosotros, había un enorme oso negro salvaje que estaba parado sobre sus patas traseras, haciendo que luzca su altura de 3 metros.

Ryu: …Oh.

Su fuerte rugido ensordecedor, nos alertó de que era peligroso y que estaba listo para atacar.

Miré a Kuga y a su supuesto equipo de protección contra osos, pero estaban detrás de mí temblando de miedo y usándome como escudo humano.

Ryu: Vaya equipo — volteé los ojos para luego ver al oso con mi cuchillo listo para defenderme — Bueno, aliento de salmón… solo somos tú y yo. ¡Venga!

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No pregunten cómo, pero logramos salir con vida del ataque de un oso negro salvaje.

Volvimos a mi cocina asignada con el ingrediente que sacamos del bosque… bayas.

Pero estas no son bayas comunes, eran bayas de cinco sabores.

Aunque su mayoría crece en China y en la península coreana, hay algunas que crecen en el bosque silvestre de Hokkaido.

Hisako me enseñó que estas bayas son usadas en la medicina china como remedio natural para curar los riñones y es un buen antioxidante.

Tal como dice su nombre, las bayas poseen cinco sabores: dulce, picante, salada, ácido y amargo. Incluso se dice que cada sabor produce un efecto diferente en un órgano diferente.

Ryu: Ahora sólo me falta un ingrediente más en la lista y la victoria está segura — dije tocando las bayas con las manos para sentir su textura.

Kuga: Estuvo más que segura ya que eres tú — dijo recostado sobre mi nueva alfombra de piel de oso — Por algo no te llaman el Rey Midas.

Ryu: Nunca hay que confiarse, Kuga… nunca hay que confiarse — dijo poniendo las bayas en un frasco para su preservación.

De repente, uno de los hombres de Kuga entró apresuradamente a la cocina, con noticias que traernos.

Calvo: ¡Capitán, esto es malo!

Kuga: ¿Qué sucede? —preguntó sentándose en la alfombra.

Calvo: La cocina en la que Hayama estaba probando sus recetas… ¡v-venga rápido!

Confundidos, seguimos al calvo y nos llevó a la cocina de Hayama.

Al instante, sentimos el aroma exquisito, picante y agridulce que invadió nuestras fosas nasales.

Con sólo olerlo, pude identificar ese olor.

Ryu: Mezcla de especias kajún, huh.

Es proveniente de Estados Unidos, Nueva Orleans. La combinación de especias tradicionalmente es pimienta negra, paprica, cebolla en polvo, orégano y tomillo.

Ryu: Aunque parece que usó otros ingredientes para darle ese aroma — murmuré para mí mismo.

Reaccioné cuando Hayama tomó mi mano y empezó a olfatear en ella.

Ryu: Oye, si vas a pedir mi mano, al menos invitame a cenar, ¿no?

Hayama: Ya veo. Así que estás probando las bayas de los cinco sabores, ¿no es verdad? — preguntó ignorando mi broma, pero haciendo que se sorprendan todos.

Ryu: “No inventes. Tan solo toqué las bayas y ya supo que lo estaba usando” — pensé sorprendido.

Bueno, no tan sorprendido ya que sé el alcance de su nariz refinada.

Hayama: Mis disculpas, no era mi intención revelar tu truco. Pero te colaste en mi cocina mientras preparo mis propias recetas. Golpe por golpe, supongo.

Ryu: Nah, no hay problema. Al final ibas a descubrirlo tarde o temprano — dije sin importarme.

De repente, Kuga se acercó a mí para susurrarme al oído.

Kuga: Ryu-chin, esta es tu oportunidad. ¡Desafíalo a un Shokugeki! ¡Haz que apueste el noveno asiento! — susurró emocionado de que lo haga — ¡Vamos, vamos! ¡Ryu-chin, Ryu-chin, rra rra rra!

Ryu: suspiré — Hayama… a pesar de que lograste ingresar a la Élite 10 como siempre has querido, entonces… ¿por qué tan serio?

No necesitaba mirar a los demás para saber que estaban confundidos.

Ryu: No puede creer que aceptes los ideales de Azami. Dejándote que te ponga una correa solo para apoderarte de un mero asiento de la Élite 10 — dije negando con la cabeza — Al menos deberías mostrar una sonrisa o algo así.

Kuga: Espera un minuto, Ryu-chin, ¿a quién le importa eso? ¡Shokugeki ahora! — susurró desesperado.

Tan solo me hice de oídos sordos y esperé la respuesta de Hayama.

Hayama: No estoy con Central para divertirme o hacer chistes — respondió — Me uní a Central… por el bien de Shun.

¿Por el bien de Shun? ¿Y eso qué significa?

Kuga: ¡¿Siquiera me estás escuchando, Ryu-chin?! — susurró indignado.

CONTINUARÁ