Entré a la habitación apuntando con mi arma. Mis ojos tardaron un segundo en acostumbrarse debido a la poca luz que el atardecer brindaba desde el ventanal.

Ahí volví a ver aquellos ojos. Sujetaba a Mitty del cuello usándolo como escudo humano. Se movía para no dejar fija su cabeza.

Di un paso al frente y las garras se clavaron en el cuello del hombre hasta el punto que escurrieron unas gotas de sangre de su cuello mientras daba un grito ahogado. Retrocedí al entender que tenía a un rehén.

Una voz gutural rompió el silencio.

¿Sabe que significa "Pakao" Detective? Es de origen croata. Esta familia está marcada.

Maximiliano Pakao, Siempre dejándose llevar por la ira.

Berlina Pakao, esa maldita gorda insaciable.

Ryan y Kasy Pakao; siempre lo fingieron, pero yo podía ver a través de sus miradas incestuosas y llenas de lujuria.

Mary Pakao, Una arpía codiciosa que mató a su marido solo para obtener más dinero.

George Pakao... Un alma orgullosa.

Mitty Pakao, tan lleno de envidia de todos sus hermanos.

Y con esa última palabra el cuello de Mitty se partió en dos. Aquel sonido fue para mí como el disparo que alerta al galgo para iniciar la carrera.

No es difícil entender los motivos por los que ella actuó, Veía en su descendencia todos los pecados del mundo. Donde otros veían hijos, ella solo observaba despojo e inmundicia.

No había tiempo para sentirme un imbécil por no verlo antes. Aquel monstruo corrió hacía mi sacudiendo su cuerpo de una manera escalofriante. Disparé apuntando a la cabeza pero solo dos impactos dieron en el hombro.

Esquivé un golpe dado con furia, no tuve la misma suerte con una patada que me arrojó contra el ropero del cual salió el cadáver de la mujer que cuidaba a lady Pakao.

La criatura avanzó hacía mí, pero fue detenido por Alexander que se lanzó sobre su cuello. En un instante el cuerpo del joven Pakao tronó contra el piso cuando fue azotado con furia. Diez garras rodearon su cuello, Alexander fue levantado del piso y gemidos ahogados escaparon del cuerpo maltrecho del hombre. La velocidad, la violencia y esos ojos brillosos como diamantes. Aquel era el asesino.

-Mami, no, por favor, Volim te- dijo Alexander con los ojos inundados de lágrimas.

Busqué con desesperación mi arma. Junto al ropero y debajo de la cama. Solo escuché el tintineo de pequeños frascos de vidrio rozar contra mis dedos.

La criatura miraba fijamente al joven Pakao, por un instante aquellos ojos poseídos se ablandaron y reconocí finalmente la mirada cansada de lady Pakao. Con uno de sus dedos recogió un mechón de Alexander y acarició su cabello, la horrible garra recorrió su mejilla y finalmente la criatura miró con atención su mano y su brazo con las venas casi a reventar. Una lagrima cayó por la mejilla de la criatura, un chillido parecido al de un perro surgió de su garganta y un disparó perforó su frente.