💥11💥

️⚠️ALERTA⚠️
A continuación se tocaran temas como violación, emetofilia, urofilia, coprofilia, agresión, maltrato psicológico y físico así como abuso infantil.
Se pide discreción, si eres débil o sensible sobre estos temas, puedes saltartelo y en la nota de autora del final, pondré una pequeña narración de lo que pasó, para que no te pierdas de nada, ya que saldrá información relevante para más adelante de la historia.

Anteriormente en el asesino de la carretera...

—Gracias por la comida. —Dijo eso, bajando la cabeza, para evitar seguir viéndolo tan de cerca.

—No fue nada. —Parecían dos personas normales, no parecía o había rastro de todo lo que en realidad los conectaba.

Katsuki se reprendió apretando los dientes, no debía sentir nada, no era necesario. Porque él sabía que, eran secuestrador y secuestrado. Y si se quería liberar de su actual situación, debía, ganarse la confianza de Deku, pero nada más allá que eso.

Lo que Katsuki no sabía, era que ese lugar desenterraria mucho más que recuerdos.

11. Sueños tangibles

Así como comió siendo restringido de movimiento, sería la misma forma en la que dormiría. Había sido llevado y escoltado por su apresor por los pasillos del raro lugar. Hasta llegar a un sitio en particular.

El cual era un área de habitaciones.

"Definitivamente estoy en una especia de reclusorio o escuela"

Miro a sus costados y dio con una ventana, pero está estaba cubierta por una bolsa negra y periódicos. El sabía perfectamente que su secuestrador era un perfeccionista que no dejaba nada suelto, todo estaba más que calculado y se hacía sin errores. Si algo pasaba, ya estaba previsto por el peliverde.

—Bien, ahora trata de descansar un poco. —Recostado en esa cama, rodeado de muchas más, en hilera y más frente de la que suya, —mañana será un día pesado.

Frunció el ceño confundido.

¿Porque sería pesado?

—Bueno, será pesado para mi. Tu, solo esperaras. —Eso lo dejaba aún más confundido y intranquilo.

Reviso una vez más los nudos de las cuerdas y cinturones que los tenían a línea sobre la cama. Era cómoda, pero no podía si quiera dormir en una posición que el eligiria.

—Buenas noches, —se acomodo en la cama cercana a el, y se ato uno de los extremos de las cuerdas a su muñeca.

"Este desgraciado es demasiado astuto"

Comenzó a pensar en todo lo que había paso hasta ese entonces. Los asesinatos, sus escasas vacaciones, su secuestro, el simple hecho que aun no lo había despedazado y reconstruido a su placer, así como que, lo trato bien.

No entendía ese trato especial que Izuku estaba teniendo con él. Como si fuera especial o algo.

Aunque él se lo había dicho bastante, que le gustaba que se resistiera y aparentara que no le causaba miedo o terror.

Era como si buscará romperlo, una de las cosas que había visto con los años en su trabajo; era que los psicópatas buscaban que el ser humano mostrará lo frágil que podía ser, muchos confesaron que querían ver cómo: dejaban salir su verdadera naturaleza.

Por instinto cualquier persona rogaría, viviría con miedo, y temblaria ante la presencia de Deku. Pero él no, el cenizo no le tenía miedo, y si se lo llegó a producir fue por sorpresa a el dolor físico, más que otra cosa. Había vívido cosas peores en su infancia.

Nada podría superar eso, cualquier carácter o trato parecido no era ni mínimamente del nivel con lo que alguna vez convivio a diario.

El sueño comenzó a vencer sus párpados, luego de ese largo viaje, el secuestro, pelear contra Deku y estar en incómodas posiciones por fin le pasaban factura. Necesitaba dormir, su cuerpo lo pedía, y solo por ese noche, creyó que era buena idea. Por lo poco que había demostrado el hombre a su lado, no le haría nada, al menos que Katsuki siga a la defensiva.

La oscuridad lo cubrió como un capullo aterciopelado demasiado cómodo, y por fin cedió abte los deseos fisiológicos de su cuerpo.

*

—¡Has que vomité de una ves, deja solo de disfrutar de su apretado culo!

—¡AAAHH!

—Tan sucio.

Una y otra vez, llegaban de todas partes eso gritos. Se oían distocionados, borrosos, como si estuvieran muy lejos, pero entre más pasaba más cerca se escuchaban.

Todo estaba oscuro, miro a su alrededor y por fin vio el lugar de donde provenían los gritos. Se dirijo a esa puerta, la casa le parecía familiar. Miro el pasillo antes de detenerse al lugar de donde salían esa voces, estaba cubierto por fotos de una familia feliz, y en ninguna estaba.

Un grito que se ahogo atrajo de nueva su atención a la puerta, la abrió lentamente está rechibo en sus oídos, estaba a oscuras. Pero podía ver luz al final de las escaleras, era un sótano.

Comenzó a adentrarse, un olor náuseabundo llegó a su nariz, haciéndolo tapar su boca con una de sus manos. El crugido bajo sus pies a la hora de bajar casa escalón lo ponía alerta. La luz casa vez se intensificaba más y más.

Los sonidos eran exclamaciones y gritos ahogados. Sonidos de aplaosos y chapoteos. Que solo le hacían tener la piel herizada.

Cuando por fin se alzó la imagen frente a sus ojos, estos comenzaron a temblar dentro de sus cuentas, no podía creer que estuviera viendo eso.

Era él, de pequeño, en esa casa que lo adoptó, encerrado en una jaula lo suficientemente grande para que vivieran el y otro chico que habían adoptado tiempo atrás.

Estaban siendo violados por el que debería ser su padre, y el hermano de este. Vioenramen enoalados por esos miembros más grandes de lo que sus pequeños agujeros podían soportar.

Sus piernas salidas de los barrotes, manchadas de su propio excremento y sangre de su desgarrado interior. Está vez habían empezado por él y no por Kento Tomura.

El peliplatinadon estaba en una esquina viendo todo. Mientras abrazaba sus piernas contra su pecho. Llorando y susurrando entre lágrimas que se detuvieran.

—Ahora por acá. —El hombre introdujo su mano dentro de los barrotes y tomo su cuello, para darle la vuelta. —Sin dientes, o te cortaré los tobillos.

No tuvo tiempo de reponerse del dolor de su cadera y espalsa, mucho menos del ardor en su ano.

De una sola estocada, la longitud llena de sus propias eses pego en sus carganta. El sabor era espantoso y le provocaba ahorcadas.

No sabía cuánto podría aguantar, no quería vomitar porque eso insitaria a el otro tipo que era un depravado que le gustaba verlos vomitar y vaciar su estómago encima de ellos.

Katsuki sintió el aire salirse de su pecho, no podía respirar, se llevó sus manos a su corazón tratando de sentir sus acelerados latidos. Mientras seguia presenciando esa brutal escena de su vida pasada.

El niño cenizo no pudo más, y las arcadas que avisaban el vómito hicieron que el hombre que solo veía se acercará, para ser cuvierto por los pedazos de comida, asido gástrico y saliva de Katsuki.

Aaah—, gimió el hombre, mientras con sus manos esparcia el vómito por todo su pecho y pene para masturbarse. —Ahora te toca a ti, pequeño Tenko-kun.

El chico chillo en su lugar, mirando como abrían la compuerta de la selva y lo sacaban a la fuerza. Entre gritos y súplicas siguio mirando a su yo del pasado en el suelo de la celda.

Sus iris vacíos, sin vida, o si quiera la ira burbujeante que ahora lo caracterizaba.

Solo era un pequeño niño de pelo cenizo rubio, que apenas y parecía de ese color por lo sucio que estaba. Desnudo, en el piso de esa sucia celda. Con la comisura de sus labios manchada de vómito y mierda.

Entre sus piernas se esucrria el semen de el hombre que lo había tomado, al igual que su sangre y eses.

Mirando al vacío en dirección de su ubico amigo, o al menos, confidente que entendía su situación y temor.

En este momento era obligado a abrir la boca para que el que, le habían dicho que lo llamarán tío, le hiciera tragar su orina para luego seguido de eso, violarlo y hacer que el niño ojirubí le hiciera una afelacion del miembro cubierto de su propio excremento y semen.

Ese día, en sus recuerdos, dentro de sus sueños, Kendo se había llevado la peor parte.

Cuando los dejaron solo, Katsuki se acercó lentamente hacia ellos, para caer de rodillas y llorar a grandes voces enfrente de sus recuerdos.

El pequeño Bakugo trato de limpiarlo con las andrajosas ropas que tenían. Pero era en vano, esas telas rotas que apenas y los cubrían apenas y podían limpiar algo, si ya las habían ensuciado eso hombres con sus secreciones y, ellos mismos para tratar de limpiar sus cuerpos en anteriores ocasiones.

Tenko no paraba de temblar y quejarse por lo bajo. La sangre no dejaba de brotar de su entrada, esa vez temió lo peor.

Apretando su pecho con ambas manos mientras sollozaba, por fin llamó la atención de los niños de su sueño. El cual lo miraron sin vida, sin rastro de humanidad o esperanza.

—¿Porque no me salvaste antes?—, fue lo que preguntaron ambos al son.

*

En un grito logro salir de esa pesadilla. O mejor dicho recuerdo. Seguia atado, sudando y con la respiración acelerada. Se retorció en su cama, miro como el ojiesmeralda desperaba y iba en su encuentro.

—¿Que pasa?

—¿E-eres re-al?—, con temblor y voz entrecortada pregunto, con lágrimas quemando sus córneas mientras miraba a su secuestrador.

—Si. Soy real, Kacchan. —El peliverde suavizó su mirada, y procedió a desatarlo, el mayor de apresuró y se levantó solo para abrazarlo. —¿Kacchan?

—¿Eres real?—, volvió a preguntar aún con miedo y temblando entre sus brazo.

—Si, lo soy. —Lo acertó más a el, sintiendo como su cuerpo estaba frío y empapado en sudor. —Nadie podrá hacerte daño nunca más, Kacchan.

—No de-dejes que me-me regre-sen a esa... Jaula.

—Nadie va a encerrarte ni a tocarte, Kacchan. Yo te protege, con mi vida.

Eso logro calmar a Katsuki, entre llantos silenciosos y temblores. Volvió a quedarse dormido, Deku no iba a arriesgarse, lo ato a la cama, lo suficientemente para que no se escapara o intentará agredirlo pero, también algo suelto para que pudiera seguir aferrándose a él.

No sabía los detalles, pero se hacía a una idea de lo difícil que debía haber sido su pasado.













~

•Nota de autora•

El pasado de Katsuki empieza en la casa de la familia que lo adoptó. En el que vivían enfermos mentales con enfermedades como lo son: emetofilia, urofilia y coprofilia.

Emotfilia: emetofilia o vomerofilia (conocida vulgarmente como "ducha romana") es una parafilia en la que la excitación se obtiene por el vómito ya sea viéndolo, induciéndolo o haciéndolo por sí mismo, o también teniendo fantasías al respecto.

Urofilia: refiere a lo propio con la orina. Quienes la practican la conocen coloquialmente como 'lluvia dorada'. Hay personas a quienes también les gusta orinar en público, orinarse encima, observar cómo orinan otros o ser orinados por otras personas.

Coprofilia: es una clase de fetichismo que consiste en la excitación sexual que producen en algunas persoans las heces. Estas personas obtienen placer de oler, saborear, tocar las heces, e incluso de presenciar el acto de defecar. Esta actividad erótica se practica tanto de manera individual como colectiva. Algunos coprófilos practican también la coprofagia, es decir, la ingesta de heces.

En esa casa, recidia una pareja casada, que había perdido a dos de sus hijos. En un accidente, que no entraré en detalles porque eso viene más adelante.

El hombre tenía un clase de acuerdo con su mujer, para que le permitía tratar mal a los niños que adoptbsn mientras ella ñuieea serle infiel pero también, la seguía manteniendo.

El hombre y su hermano dejaban a los niños en el sótano, sin comida, poca agua, encerrados en una celda. Los violaban cuando querían, ejerciendo sus fetiches para complacerse.

Sin más, me despido.

Gracias por leer, recuerden votar y comentar es amor.

Maleficent ✨🖤 y mamá pequitas 💚✨ ¡Fuera!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top