Capítulo 7

El partido contra el Aoba Josai era el martes de aquella semana, justo después de la escuela. Haber mencionado en la solicitud a Kageyama, había encendido los ánimos de los jugadores del Karasuno, como si hubieran cambiado completamente su conducta y se hubieran convertido en polvorines llenos de energía, como el caso de Hinata. El pequeño jugador del Karasuno no se había ofendido como Tanaka o Tsukishima, aunque este último no lo hubiera demostrado. El joven y bajo jugador del Karasuno, mostró interés en el equipo al que pertenecía Oikawa Toru cuando descubrió que allí iban a jugar los jugadores de la Daiichi, lo que daba como una extraña coincidencia que Kageyama hubiera terminado dentro del Karasuno.

Sin embargo, el interés y los ánimos de uno de los jugadores de primer año se sobrepusieron a los demás.

Uzumaki Naruto pasó todo el domingo pegado al monitor del ordenador de su cuarto, con los cascos colgando de su cuello y el rostro apoyado en la mano izquierda mientras con la derecha guiaba los fideos de su ramen directamente a su boca. Era lunes por la noche y había seguido estudiando el juego del Aoba Josai, aunque más específicamente se dedicó a mirar a Oikawa.

El chico de cabello rubio y desordenado aprendió todo sobre el jugador de tercer año. AL parecer, Oikawa había sido el senior de Kageyama durante la secundaria, lo que parecía haber generado en la relación entre los dos estudiantes. Ambos eran armadores, aunque Naruto enseguida entendió algo al revisar algunos vídeos de secundaria. Oikawa Toru estaba celoso de la habilidad de su junior para colocar, del talento que tenía para posicionar la bola y armar las mejores jugadas posibles, sabiendo donde podría ser mucho más letal la bola.

Y había estaba la diferencia.

Naruto clavó sus ojos en el segundo monitor y miró a Kageyama jugar al mismo tiempo que veía a Oikawa en el monitor central. Echó el cuerpo hacia atrás empujando el respaldo de su asiento y miró, con las manos detrás de la cabeza, a los dos armadores.

Kageyama Tobio era un armador capaz de colocar las bolas en la mano de su compañero rematador, pero carecía de la experiencia y la sociabilidad que tenía su senior, lo que era realmente una diferencia brutal. Si bien Kageyama era el mejor armador de primero, Oikawa era el mejor de tercer año y también sabía sacar provecho de su habilidad y hacer que los rematadores de su equipo multiplicaran su potencia y habilidad en un por cien, algo que los jóvenes como Kageyama no podían lograr al no tener la experiencia necesaria.

Y eso, en un partido oficial, sería un error fatal.

El martes competirían contra el Aoba Josai en un partido de entrenamiento que dejaría a relucir los puntos débiles y fuertes de ambos equipos. Naruto ya conocía los puntos débiles del Karasuno, pero desconocía los del Aoba Josai. Si bien podía comprender y ver los puntos débiles de los individuos, no había visto el punto débil del equipo en su conjunto. Pero, ya había localizado las mellas de algunos de los chicos de segundo y tercero.

"Supongo que la inestabilidad de Hinata y Tsukishima al recibir los saques directos, será un suplicio cuando Oikawa se tome en serio al Karasuno, cuando saque para anotar"

Como armador, Oikawa se centraba en analizar a los rivales y armar las mejores jugadas y colocaciones con su equipo, moviendo a los jugadores como sus títeres y encajarlos en la máquina como si de engranajes se trataran. No podía ser deshabilitado del juego dado a su importancia, como pasaba con Kageyama. Por ello, la única manera para él de marcar punto era siguiendo dos caminos: realizar fintas fingiendo un pase a un compañero o los puntos de saque, los cuales eran realmente potentes viniendo de Oikawa.

Naruto ya había localizado los puntos fuertes del estudiante de tercer año cuando tiró el segundo bol de ramen instantáneo al bote de basura colocado en su cuarto y comenzaba a abrir el tercero. Debía de reconocer que el chico era realmente bueno. Si alguien como él hubiera estado en Konoha, probablemente habrían crecido mucho más y habrían comprendido muchas cosas.

"Sacar el cien por cien...¿eh?"

Movió los palillos dentro del bol, removiendo los fideos y deshaciendo el huevo. Aunque estuviera viendo las jugadas de Oikawa, no podía ver realmente el poder de sus saques solamente observando unos vídeos sacados de internet u obtenidos de sus contactos. Para comprender el nivel de Oikawa, tenía que verlo con sus propios ojos, que su cuerpo reaccionara a ello.

"Todo se reducirá a las recepciones, supongo"

Ser un jugador defensivo no entraba en sus planes, así como no entraba en los planes de Hinata ser el jugador señuelo para dar paso libre a los rematadores del Karasuno, siendo la mejor posición para alguien como el chico de cabello naranja. Pero dentro del equipo no había lugar para ellos a menos que se acoplaran a lo que decidió el capitán en sustitución al entrenador. Aunque, como jugador, esperaba que pronto tuvieran un entrenador que los ayudara a mejorar. Tener solo al consejero escolar y a un capitán de tercero...dejaba muchos huecos en el aprendizaje de estudiantes como ellos.

"Lo que daría por un buen ramen casero"

Por el rabillo del ojo, el joven miró su tercer bol completamente vacío. Mientras sus ojos se habían movido observando los movimientos y las jugadas del Aoba Josai durante la temporada anterior, había terminado su comida diaria. Sorprendentemente, no engordaría solamente por tomar tres bols nocturnos de ramen, ya que los quemaría dentro de dos horas en el gimnasio de casa.

"Hoy, papá también dormirá en la oficina, ¿eh?"

Meneó la cabeza y tiró el bol dentro de la papelera de debajo de su escritorio. Se acomodó en el asiento y apoyó la espalda en el respaldo de la silla. Dejó que un gemido de placer escapara de su boca cuando estiró todo su cuerpo y descomprimió completamente su columna vertebral, haciéndola crujir ligeramente.

La familia Namikaze-Uzumaki no estaba en su mejor momento en la actualidad y eso se veía en el hogar de la familia y en la soledad que rodeaba al joven Uzumaki mientras estudiaba a sus adversarios y pasaba las horas muertas frente al ordenador, mirando todos los partidos de voleibol posibles, analizando a algunos de los mejores jugadores de la escuela superior que le hubieran parecido interesantes.

Su madre, Uzumaki Kushina, fue diagnosticada con cáncer hacía un par de años, una situación de la que no parecía salir a pesar de haber seguido innumerables tratamientos contra la enfermedad, siendo un golpe duro para la familia. Por otro lado, habiendo abandonado su carrera como deportista, Namikaze Minato ahora se centraba en las empresas que le legaron sus padres. Tras enterarse de la enfermedad de su mujer, la personalidad del hombre cambió radicalmente. Donde antes estuvo un padre amante del deporte, ahora había un hombre que despreciaba aquello que lo acompañó muchos años de su vida.

E intentó volcar eso en su hijo.

Kushina y Minato ya llevaban un año y medio separados legalmente y no se habían visto las caras desde hacía exactamente un año, desde la última discusión sobre la custodia de Naruto y su interés por ser un jugador de voleibol profesional. Por supuesto, Kushina se impuso sobre su exmarido a pesar de su enfermedad, la cual la había tenido el último año postrada en la cama y a su hijo bajo el cuidado de su exmarido, lo que fue un infierno para el joven. Si bien Minato nunca le dijo nada sobre el voleibol, los ojos del hombre le dijeron todo lo que el chico necesitaba saber, todo lo que él pensaba sobre lo que estaba haciendo.

Y era frustrante para él.

Masajeó su cuello y estiró el dedo para apagar el monitor. Había estado observando los movimientos de Oikawa durante todo el último día y aprendió muchas cosas sobre el estudiante de tercer año. Cosas que lo hacían pensar: ¿podrían ganar a un equipo dentro de los cuatro mejores del país?

El Aoba Josai no contaba solo con Oikawa como un gran jugador y eso ya lo había comprobado el rubio cuando vio aquellos vídeos. La mano derecha de Oikawa, Iwaizumi Hajime, era un problema para tener en cuenta. En general, todos los estudiantes de tercer año eran un problema para ellos, pertenecieran al equipo que pertenecieran. Pero en esta ocasión, Oikawa e Iwaizumi eran como uña y carne. Mientras que uno era el armador, el otro era el "As" del Aoba Josai con sus remates y sus puntos obtenidos gracias a los pases de Oikawa,

―Supongo que solo queda esperar a mañana, ¿eh? No hay mucho más que yo pueda hacer solamente con unos vídeos obtenidos de la red. Necesito ver como juegan. Necesito verlos moverse en sincronía para comprender sus movimientos.

Uzumaki Naruto era un "todoterreno" gracias a las enseñanzas de sus maestros particulares, quienes le inculcaron la mentalidad propia de un jugador que quería aprender todo sobre el deporte que practicaba, reduciendo sus puntos débiles a los menos posibles, no dejando ningún momento el entrenamiento establecido. Pero había una cosa que lo destacó sobre sus compañeros: él dedicaba horas a ver partidos de voleibol, a mentalizarse sobre los rivales a los que iba a enfrentar, a comprender jugadas que podrían costarles la victoria. Analizaba no solo a los jugadores que destacaban, si no que miraba fijamente a aquellos que no se destacaban por algo en particular, aquellos que pasaban desapercibidos para los ojos del rival...porque ellos eran en los que más debía desconfiar uno.

Para jugar un partido de voleibol, Naruto no solo preparaba su cuerpo, si no que su mente era bombardeada con el conocimiento sobre los partidos que había jugado su rival, lo que justamente hizo cuando aprendió todas las jugadas del Aoba Josai aquel domingo en casa, dedicándole casi veinticuatro horas a ver todos los partidos en los que trabajó Oikawa o cualquier jugador con el que pudieran cruzarse en el partido de mañana, viendo sus debilidades.

―Para detener al Aoba vamos a necesitar buenos receptores capaces de recibir los trallazos de Oikawa. Pero incluso yo dudo de que sea tan idiota de iniciar él el juego―mantuvo sus ojos sobre la pantalla en negro del ordenador―. Incluso yo me sentaría para ver como juega el rival durante el primer set, aprendiendo todo sobre mis rivales. ¿Esta será la estrategia de Oikawa? ¿O solamente piensan en el ego de Kageyama durante la escuela media?―se cruzó de brazos, miró hacia el techo y reclinó el asiento del escritorio―. Si yo fuera Oikawa, ¿qué haría? ¿Qué es lo que buscaría para derrotar a mis rivales más allá de sus puntos débiles?

La moral de un equipo era importante. Cuando la moral caía, la victoria podía decantarse por un lado de la pista, dándole la victoria al equipo contrario. Y las probabilidades de que Oikawa fuera a por la moral del Karasuno, eran incluso mucho más elevadas ahora cuando Naruto al final comprendía la mente de su adversario.

Oikawa Toru iba a destruir la moral de los cuervos.

"supongo entonces, Oikawa, que tendré que recibir uno de tus saques"

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