Capítulo 2

Limpiando el sudor de su rostro desencajado, Kageyama Tobio mantuvo completamente su atención sobre el marcador: 25-0 en el segundo set, dando la victoria de la secundaria Konoha sobre ellos, la Kitagawa Daiichi desbancándolos completamente del torneo junior sin posibilidad de seguir jugando un partido más. Era su segundo partido tras vencer al equipo de novatos, ¿y un equipo de novatos lo derrotaba?

¡No me jodas!

Tobio apretó los dientes. Sentía ira, impotencia. Todo sentimiento oscuro y nauseabundo estaba dentro de él en aquellos instantes y sus ojos no podían quitarse de aquel marcador que lo estaba quemando internamente, que lo hacía quedar completamente estático en aquel banco mientras sus compañeros, también decepcionados, comenzaban a entrar en el túnel de vuelta a los vestuarios.

¡¿Cómo es posible?!

Konoha no parecía una gran cosa. No tenían un equipo de voleibol desde hacía mucho tiempo. De hecho, llevaban con aquel equipo unos meses nada más, por lo que dar prioridad a aquel equipo no fue algo para la Kitagawa Daiichi ni para el propio Kageyama. Sin embargo, aquella elección fue un error de su parte.

Desde el primer punto del primer set, Konoha fue con todo contra ellos y Kageyama sintió la presión sobre sus hombros, como lo estaban empujando a jugar mucho más rápido, mucho más veloz y a intentar coordinarse con sus compañeros prácticamente a la fuerza, lo que generó en él mucha más presión por su lado. Sus pases fallaban, sus compañeros no se coordinaban con él y lentamente sintió como el abismo con su equipo empezaba a crecer con fuerza y lo dejaba a un lado.

Y eso fue aprovechado por Konoha.

Ante sus ojos, el dúo dorado de Konoha los había presionado punto tras punto, haciéndolos trabajar más duro, sudar más fuerte hasta que ellos no pudieron dar más.

La imagen del rubio golpeando la pelota y de él mismo cayendo hacia atrás, se repetía como una cinta rayada...

Fue en aquel instante donde su mente no estaba conectada con su cuerpo, cuando un golpe sobre su espalda lo hizo moverse finalmente. Tragó duro. Usó el dorso de su mano para limpiar el sudor que caía por su rostro y, con ojos cansados, miró al causante de su derrota, al chico que lo sacó del estupor con aquel movimiento.

—Te ves un poco ido, Kageyama Tobio—señaló Uzumaki Naruto con una leve sonrisa.

En su mano derecha, aun conteniendo algo de líquido, el vaso de papel que la dependiente había dibujado y firmado con su teléfono se alzaba en toda su gloria, como un feo recordatorio para los varones que él obtuvo el número de la bella dependienta.

—Tú...

—Estas un poco muy sudado—Naruto señaló con el dedo una gruesa gota que cayó por su frente. Kageyama la hizo desaparecer con un movimiento de mano—. Eres bastante bueno siendo armador. Buenos ojos. Buenos movimientos. Lástima que tus compañeros no puedan seguir los movimientos de la pelota que tus brazos mandan hacia el cielo—tomando la pajilla entre los dientes, Naruto dio un sorbo a su bebida—. Si alguien hubiera podido seguir tus pasos, el encuentro hubiera terminado de otra forma. Sasuke y yo llevamos jugando voleibol desde niños y estamos acoplados el uno al otro; pero tus ojos son realmente mejores. He visto que gracias a tu altura, has superado por mucho a los pases que Sasuke me dio durante el partido.

—...

—Pero romper tu estabilidad fue lo que nos dio el pase. Tu entrenador te estaba mirando. Sé que sentías los ojos del hombre, así como tu equipo lentamente se desmoronaba. Y no hiciste nada—Naruto quedó frente a Kageyama. Reculando ante aquellas palabras contundentes, el Rey de la Pista miró al muchacho más bajo que él como si fuera un hombre mucho más alto—. Eres de temperamento caliente. Si hubieras reculado y calculado todo, hubieras dado más pelea sin la necesidad de un jugador veloz y potente, porque eso es lo que te falta, ¿verdad? Alguien que pueda seguir los balones que pases, alguien que pueda golpearlos con fuerza para anotar—lentamente, el rubio bajó el tono de su discurso. Muchos de los jugadores de la Daiichi se habían detenido y los comenzaron a observar directamente. Tampoco es que estuvieran siendo muy discretos. O más bien Uzumaki Naruto no era pada nada discreto en la conversación. Su poderosa y energética voz golpeaba a cada persona en un radio de veinte metros llegando a rozar los treinta. El mismo Kageyama se dio cuenta de que sus oídos estaban siendo completamente llenados con aquella voz reverberante―; y con el que tú puedas compenetrarte completamente. Coordinación entre armador y jugador debe ser perfecta, mucho más si es en el ataque o es el mismo As―Naruto torció los labios. Veía como Kageyama estaba siendo abrumado por su discurso; pero le estaba resultando divertido y extrañamente quería ver al chico en todo su esplendor. ¿Enfrentarlo teniendo un compañero con el que coordinarse? Eso sacaría de él mucho más que jugando solo en aquella pista.

Naruto entonces se movió. Kageyama tragó la saliva que estaba descansando en su boca y sintió una palmada en su hombro derecho. Con aquel simple gesto, lo sacó del trance que había mantenido durante toda aquella charla unilateral creada por su adversario y pudo moverse, mirando la espalda de aquel muchacho más bajo que él. No demasiado, pero si algunos centímetros.

—¡Tú...!

Uzumaki Naruto levantó el brazo. Kageyama cerró la boca y apretó los dientes observando como aquel chico meneaba la mano sin darse la vuelta, como si no fuera nada para él. ¿Tan orgulloso era? ¿Tanto lo estaba despreciando como si fuera una simple hormiga? No había sido suficiente con que su antiguo mentor lo hubiera despreciado cuando solamente fue un alevín. ¡Ahora aquel chico del equipo novato lo estaba despreciando también!

Y era tan odioso...

—¡Kageyama Tobio!—aquella voz le hizo mirar. Naruto se había detenido y girado levemente su cuerpo. Tobio vio aquel ojo azul brillante mirándolo fijamente, como si solamente él estuviera en aquel polideportivo y no hubiera nadie más—. Nos vemos en un año. ¡Espero que para entonces, encuentres buenos jugadores a los que armar, Rey de la Pista!

Era cierto. Tras aquel torneo, en un año, iría a una preparatoria. Tomaría cualquiera con un buen equipo de voleibol y ascendería a la cima, dejando aquello atrás.

—Si...

Kageyama Tobio finalmente decidió abandonar aquella pista. Las palabras de su rival resonaban en su mente y el recuerdo de aquel chico de cabello naranja volvió como un incendio.

—¡Naruto!

Ahora, Naruto rascó su nuca mientras estaba siendo ligeramente regañado por una de las asistentas del equipo. Esta era una chica de cabello rubio platino y ojos azules que parecía tener un gusto realmente extraño por el morado.

—¡Lo siento, lo siento!—curvando su cuerpo hacia el frente, Naruto dio una reverencia hacia aquella chica y compañera de curso—. ¡Solo quería darle un discurso animado, Ino!

Yamanaka Ino. Como sus compañeras de curso: Haruno Sakura y Hyuga Hinata, Ino se unió al reciente equipo de voleibol de la secundaria Konoha como una de sus asistentas, pasando así a formar parte del equipo junto a todos aquellos adolescentes.

—¡Ah!—exasperada por el comportamiento de su compañero, Ino llevó la mano a su cabeza y soltó un suspiro. No fue la única en hacer esta acción y el Uzumaki solamente pudo inclinar más su cuerpo—. No debes dar discursos a cada oponente que derrotas. Es algo extraño y podrías terminar mandando a alguno de ellos a una depresión post-partido. ¡No los hagas sentir peor de lo que se sienten, idiota!

Y con una mano completamente recta, Ino golpeó la cabeza del Uzumaki.

—No podemos hacer nada ya—Shikamaru intercedió. Como Ino, él encontraba aquello como algo extremista e innecesario. Sus rivales no necesitaban un discurso, ellos ya sabían lo que habían hecho mal y en lo que debían mejorar—. Debemos prepararnos para los siguientes partidos.

—¡¿Ah?! ¡¿Va a haber más?!

Choji mostró su horror ante la mención de más partidos. Él mismo se había añadido al equipo cuando no pudieron encontrar más jugadores, pero solamente para aquel partido. ¡Nadie le habló de más de un partido!

—Ya te lo dije, Choji. Estamos en un torneo juvenil. No solo vamos a jugar un partido y ganar—tomando al Akimichi, el capitán del equipo lo empujó hacia el pasillo que llevaba a los vestuarios—. ¿Cuándo has visto un torneo terminar en un partido únicamente?

—Uhm...

Choji fue empujado por Shikamaru hacia el pasillo. Lentamente, todo el equipo del instituto Konoha fue entrando hacia los vestuarios...salvo dos chicos.

—Es realmente bueno.

Reconociendo que fue superado, Uchiha Sasuke mantenía sus ojos sobre la entrada del pasillo por donde Kageyama Tobio había desaparecido tras la conversación totalmente unilateral por el lado del rubio.

—Si.

Uzumaki Naruto había imitado a su compañero. Como el Uchiha, mantuvo sus ojos sobre la entrada del pasillo por donde la Daiichi había desaparecido pocos segundos antes.

Metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta de chándal, Sasuke finalmente dio la vuelta.

—Solo necesita a un jugador como tú, uno que pueda seguir sus movimientos, que pueda tomar sus pases y devolverlos para anotar. Solamente con alguien así, él podrá alcanzar la cima que su espíritu parece desear.

—¿Ah?—Naruto giró la cabeza. Parpadeando en su propia confusión, levantó el brazo débilmente—. Tú...¿qué has dicho? ¿Has reconocido que Kageyama cuenta con espíritu? Más importante, ¿desde cuándo te preocupa algo como el espíritu? ¿Desde cuándo esa palabra está en tu vocabulario? ¡Sasuke! ¡¿Me escuchas?!

—Tsk. Aún no hemos abandonado el lugar, idiota—Sasuke golpeó su mano contra el rostro del Uzumaki, generando de este modo que la piel del adolescente rubio se volviera un poco roja debido al golpe mismo. Moviendo la mano, tomó al rubio de la cabeza y comenzó a arrastrarlo, oyendo como este se quejaba—. ¡Cállate! Terminas siempre haciendo espectáculo en cualquier lugar.

—¡Emso un es ciertog!

Sasuke tiró de su compañero. Resignado, el as de Konoha siguió a su compañero hacia los vestuarios, lamentándose y quejándose por el mal trato que estaba recibiendo. Sin mostrar que estaba escuchando, Uchiha Sasuke empujó al Uzumaki dentro del pasillo. Naruto trastabilló y vio como las puertas se cerraban tras la espalda de su compañero.

Aquellos ojos ónix lo miraron directamente.

—Naruto—con voz gruesa, Sasuke comenzó a hablar. Lentamente, Naruto se levantó y detuvo sus propias palabras que hubieran salido por su propio ímpetu—. Voy a ir a la Shiratorizawa. Me ofrecieron una beca y la he aceptado.

Naruto no respondió enseguida. Mantuvo el silencio por un total de veinte segundos, con los ojos siempre puestos en su compañero. Después de aquel corte, abrió la boca pensando en la respuesta.

—Shiratorizawa, ¿eh?

Degustó aquel nombre. La Academia Shiratorizawa contaba con un equipo de voleibol que era reconocido como uno de los mejores ocho equipos del país entero. Su ataque y su defensa lo llevaron a participar varias veces en torneos nacionales y a estar por encima de otras academias reconocidas como la Aoba Josai, rival que la Shiratorizawa había derrotado en innumerables ocasiones.

No era extraño, al menos para él, que Sasuke hubiera sido becado para entrar en aquella academia. Gente como él y Kageyama podían ser llamados y serían empujados a un nivel realmente alto si entraban en aquella academia.

—Es un buen punto para ir—reconoció. Mostrando una sonrisa, Naruto mantuvo siempre el rostro alto al mirar a su compañero—. Shiratorizawa es verdaderamente buena para ti, Sasuke.

Sintiendo aquellas palabras, Uchiha Sasuke entrecerró los ojos. Él no era idiota. Sabía perfectamente que Naruto también fue llamado por la Shiratorizawa y le extrañaba que no hubiera aceptado, pues su beca sería mucho más completa que la suya.

Frush

Naruto no hizo ningún movimiento. Sasuke lo agarró del cuello de la camisa y lo enfrentó directamente. Negro contra azul.

—¡No me jodas, Naruto! ¡Sé perfectamente que la Shiratorizawa te ha llamado a sus filas! ¡¿Por qué no has aceptado?!

Sasuke apretó los dientes y se aferró más a la tela del uniforme del Uzumaki. Lentamente, Naruto colocó su mano sobre la del Uchiha y lo hizo retroceder un poco y aflojar su propio agarre. Aun así, Sasuke se mantuvo pegado al mismo Uzumaki.

—¿Puedes calmarte? No necesariamente tengo que ir a la Shiratorizawa, ¿verdad? Tengo mis propias elecciones que tomar, Sasuke—respondió con calma.

Sasuke soltó finalmente a su compañero. Naruto suspiró e intentó moverse, pero la mano del Uchiha lo detuvo en el lugar, pegándolo contra la pared.

—¿Por qué lo negaste, Naruto? ¿Por qué negaste la beca?

Naruto bajó el rostro un poco. Miró la mano pálida del Uchiha, como sus dedos mantenían cierta presión contra su pecho y, a su vez, su espalda estaba presionada contra la pared.

Levantó la cabeza.

—Porque quise, Sasuke.

—Tsk.

Soltando un chasquido con la lengua, Sasuke finalmente dejó libre al Uzumaki y le permitió pasar a su lado mientras él se quedaba allí de pie, con la cabeza baja. ¿Qué él quiso renunciar a la beca? ¿Estaba bromeando? Por lo que recordaba, ambos siempre quisieron formar equipo en el Shiratorizawa, pero de un momento para otro, Naruto solamente dejó eso a un lado y solamente había un motivo por el que no iría a la Shiratorizawa con él.

—Pequeño idiota—moviendo la cabeza, Sasuke miró la espalda de su amigo mientras este caminaba hacia el interior de los vestuarios. Soltando un gruñido bajo, comenzó a levantarse—. Cabeza hueca. Siempre carga con todo...

—Entonces—al lado del Uchiha, Shikamaru se mostró con un rostro preocupado, el mismo que tenía Sasuke—; ¿es por eso?

—Si. Solamente por ello Naruto no se alejaría mucho, así que creo que podría ir a la Karasuno. Es la academia más cercana a su casa y que no le toma demasiado tiempo para llegar—Sasuke respondió, limpiando con el dorso de su mano unas pequeñas lágrimas que Shikamaru jamás diría que vio, aunque él estuvo tentado a dejar salir las propias—. Destruirá su sueño...

—No podemos hacer nada, Sasuke—Shikamaru murmuró, golpeando el hombro de su compañero—. Incluso su madre se lo dijo, pero ya ves cuan cabezota puede llegar a ser. A veces entiendo lo desesperante que es para Ino o Sakura lidiar con él a veces. Es un torbellino de energía que no parará cuando se le mete algo en la cabeza—deteniendo sus palabras, el Nara miró ahora al Uchiha—. No sabía que te preocupabas tanto por él.

—Somos amigos de la infancia.

—Ah—Shikamaru volvió a mirar hacia donde Naruto se había marchado. Metió las manos en los bolsillos de su pantalón y se separó de la pared varios pasos—. Shiratorizawa tiene un sistema de habitaciones, ¿verdad?

—Si.

Shikamaru no respondió a aquel monosílabo. Estaba claro que Sasuke tomaría la opción de los dormitorios y que Naruto podría haberla tomado pero no lo hizo y tampoco iba a tomar la beca de la Shiratorizawa y se marcharía hacia la Karasuno si no encontraba otra academia más cercana a su casa. El rubio era realmente cabezota y un problema con patas con el que tenían que lidiar la mayor parte del tiempo.

—Estúpido rubio problemático—Shikamaru chasqueó la lengua. Al poco rato, dejó escapar un suspiro de resignación con el que Sasuke se identificó demasiado—. Sakura no puede enterarse. Ya sabes como es. Ambos son muy buenos amigos.

El Nara miró hacia el Uchiha. Sasuke solo dio un ligero cabeceo ante aquello, comprendiendo lo que Shikamaru quería decir con aquellas palabras. Si le contaban aquello a las chicas, probablemente estas harían lo posible porque Naruto fuera a la Shiratorizawa, cosa que lo terminaría destruyendo lentamente y que finalmente repercutiría en todos ellos. Y bastantes problemas tenía ya su compañero como para que ellos le cargaran con más presión.

—Vamos—Shikamaru comenzó a andar—. Mantengamos esto entre nosotros de momento. Como siempre, Naruto estará dando su sonrisa alegre, esa máscara que usa para ocultar sus problemas.

—...

—Si él no habla de ello, nosotros tampoco, ¿vale?

—Lo sé, lo sé.

Sasuke chasqueó la lengua por tercera vez y siguió a su capitán de vuelta a los vestuarios.

Dentro de un año, todos ellos serían separados e inscritos en academias distintas.

Dentro de un año, las alas negras volarían nuevamente.       

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