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Namjoon
Estiré mis brazos en el colchón, haciendo que los huesos de mis brazos tronaran en un chasquido agudo. Abrí mis ojos con pereza, algo desorientado e intentado ubicar donde diablos estaba, porque este lugar no olía como mi habitación.
Jana.
Me incorporé como un resorte, haciendo que las sábanas de la cama se enredaran en mis piernas. Mi brazo se estiró a la mesita de la habitación, cogiendo mi teléfono para mirar la hora. Varias notificaciones iluminaron la pantalla. Tenía varios mensajes y llamadas perdidas de mis padres.
Comprobé la hora, apenas iban a ser las 12 de la mañana, casi mediodía, y me quise dar un golpe en la frente por dormir tanto. Estaba en una casa ajena y me pasaba toda la mañana durmiendo.
Me levanté de la cama, y en cuanto posé mis pies en el suelo de baldosas choqué con algo.
— ¿Pero qué...?— mis manos tantearon a oscuras, palpando el plástico de una maleta.
Puse la linterna del teléfono y alumbré la habitación. El escritorio fue lo primero que vi, y a un lado estaba la maleta azul de Taehyung. Fruncí mi ceño confuso, jurando que las maletas no las habíamos bajado del coche, pero si estaban ahí es que seguramente los chicos ya se habían despertado.
Ubiqué mi maleta, con la que había tropezado, y saqué unos pantalones de chándal y una camiseta de manga larga para cambiarme. Doblé lo mejor que pude la ropa que me había dejado Jana anoche y la dejé sobre el escritorio. Miré a mi alrededor, mis ojos se centraron en la persiana que Jana había bajado anoche, y tratando de recordar como me había dicho que se subía lo hice con todo el cuidado del que fui capaz.
El sol alumbró toda la habitación. El cielo estaba nublado pero las nubes no estaban negras. Podía notar la humedad del ambiente, y sintiendo el frío decidí ponerme una sudadera encima.
Mi teléfono vibró sobre la cama de la habitación, y cuando pasé la sudadera por mi cabeza me estiré para cogerlo.
Había muchos mensajes en el grupo de Bangtan.
BangtanSonyeondan(BTS)
JUNG Hoseok (BH)
Chicoooooooooooooooooooos
4:29 am
Habéis llegadooooooooooo?
4:29 am
CHICOOOOOOOOOOOOOOS
4:29 am
PARK Jimin (BH)
Hobi.....
4:30 am
¿POR QUÉ ESTÁS GRITANDO?
4:30 am
🤬🤬🤬
4:30 am
MIN Yoongi (BH)
Sois conscientes de que en España debe de ser de madrugada?
4:31 am
JUNG Hoseok (BH)
Ooooopsssss
4:31 am
🙃
4:31 am
MIN Yoongi (BH)
Ya hablarán cuando puedan, deben de estar bien.
4:35 am
Si algo hubiera pasado ya nos hubiéramos enterado.
4:36 am
KIM SeokJin(BH)
Buenos días mis florecillas 😘
8:15 am
Un cachorro suicida acaba de aterrizar en mi cara🙃
8:16 am
PARK Jimin (BH)
JIN, YA HAS VISTO A LA GRAN JANA??????
8:17 am
KIM SeokJin (BH)
¿Qué parte de que un cachorro a aterrizado en mi cara no has leído?😑
8:18 am
Y sí, ya la hemos visto, todos🌚
8:18 am
JUNG Hoseok (BH)
OMG😏
8:18 am
Estoy seguro de que Nam ha babeado
8:18 am
Abrí mi boca indignado. No había babeado en ningún momento.
Puse los ojos en blanco y bajé hasta abajo ignorando todos los mensajes de los chicos metiéndose conmigo. Un par de imágenes llamaron mi atención.
Mi boca cayó abierta cuando mis ojos vieron la primera imagen...¿cómo...?
JEON Jungkook (BH)
De compras por España!!!!!
10:30 am
*Imagen*
*Imagen*
10:30 am
¡LA ABUELA DE JANA NOS HA COMPRADO CHULETAS DE CERDO JAJAJAJAJA!
10:40 am
Pestañeé un par de veces incrédulo por la imagen. Lo que Jungkook había puesto me daba algo más igual, la imagen me había atrapado por completo.
Jana salía al lado de Jungkook, sonriendo ambos hacia la cámara mientras sus manos estaba sujetas a un carrito de compra. En la segunda imagen Jin se había unido a la foto, enseñando tres bandejas envasadas al vacío llenas de chuletas de cerdo. Jana miraba hacia Jin, y casi podía escuchar su risa desde aquí.
Algo se removió dentro de mí. Eran celos de no haber estado ahí, envidia de ellos por no haber podido estar ahí para vivirlo.
¿Por qué me había quedado dormido?
KIM SeokJin (BH)
Chicos....
11:00 am
Estoy anunciando mi salida de Bangtan para quedarme a vivir en España.
11:00 am
El precio de las chuletillas de cordero se me ha declarado
11:01 am
Es muy difícil decirle que no
*imagen*
11:02 am
PARK Jimin (BH)
JEON Jungkook (BH)
*Imagen*
🥰🥰🥰
11:05 am
JEON Jungkook (BH)
¡LA ABUELA DE JANA NOS HA COMPRADO CHULETAS DE CERDO JAJAJAJAJA!
Preguntarla si me adopta (Puto Taehyung, ¿por qué sacaste tijeras?)
11:06 am
JUNG Hoseok (BH)
¿No os estáis quedando en el hotel?
11:07 am
KIM SeokJin (BH)
Historia larga....
11:08 am
La abuela de Jana nos ha acogido en su casa
11:08 am
Pero no nos quejamos
*Imagen*
La cena de ayer 🤤
11:09 am
Una sonrisa se deslizó por mis labios cuando vi las fotos de la comida que nos había preparado la abuela de Jana. Cuando bajé de la ducha, ya cambiado y seco, todos estaban en la cocina sentados en las mesa. Por un momento mi cabeza trabajó en la razón por la que la mesa parecía más grande que antes, pero luego descubrí que se podía plegar para hacerse más grande. Bueno, el caso es que cuando bajé, Jin estaba dando tema de conversación al padre de Jana mientras Jungkook y Taehyung se encargaban de mirar sobre los hombros de la abuela de Jana para saber que cocinaba.
Recuerdo ver a Jana abstraída con Ilsan, prestando aparente atención a la charla que su padre mantenía con Jin. Cuando entré, su abuela fue la primera que me interceptó, llamándome por ese extraño nombre, Jorge me había dicho Jana, y me sentó corriendo en una de las sillas. Jin solo se rió de mí, pero ya no lo hizo tanto cuando la abuela de Jana me dejó un plato con una chuleta de ternera enorme.
Si, las bocas de Taehyung y Jungkook se hicieron agua, y Jin le preguntó a la abuela si era millonaria.
La ternera no estaba muy barata en Corea.
Pero después de mi plato, descubrimos que cada uno en la mesa tenía su propia chuleta, algo con lo que Jin flipó un poco, y para que mentir, estuvo encantado de tener su propio filete sin tener que compartirlo, como solíamos acostumbrar. Además, Deva, la abuela de Jana, había asado pimientos verdes y rojos para acompañar a la carne. Estaba realmente delicioso, la mejor cena que nunca pude tener.
Y la verdad, la conversación no murió en la mesa. Podría haber sido demasiado incómodo por la barrera del idioma, sobretodo por que la abuela de Jana solo hablaba español, pero era muy divertido verla gesticular exageradamente para que nosotros la entendiéramos.
Me hizo gracia como no dejaba que Jana la tradujera. Ella se empeñaba en hacerse entender por ella misma, y eso nos gustó a los cuatro.
KIM Taehyung(BH)
¿Cómo habéis podido?
11:15 am
Me habéis dejado solito🥺
11:15 am
Y Nam sigue durmiendo🥺
11:15 am
MIN Yoongi (BH)
¿Qué hora es allí?
11:16 am
KIM Taehyung (BH)
Las 11:15 de la mañana.
11:16 am
Reina me está mirando todo el rato, creo que quiere decirme algo.
11:16 am
PARK Jimin (BH)
¿Reina?
11:17 am
KIM Taehyung (BH)
Si...Reina
*Imagen*
11:18 am
Es más alta que Jimin
Me lo ha dicho Deva
11:19 am
JUNG Hoseok (BH)
Eso es un perro o es un caballo?
11:19am
KIM Taehyung (BH)
No ofendas a Reina!
11:19 am
Ya descubrí que quería
*Vídeo*
11:20 am
Quiere que la rasque la barriguita pero tengo miedo de perder la mano
11:20 am
MIN Yoongi (BH)
Definitivamente es más grande que Jimin.
11:21 am
PARK Jimin (BH)
SÓLO ME SACAS UN CENTÍMETRO
🤬😡
11:22 am
JEON Jungkook (BH)
Jimin.....A llorar a la llorería
11:23 am
Ya estamos llegando Tae!
11:24 am
PARK Jimin (BH)
RESPETA A TUS MAYORES ENANO
YO FUI QUIEN TE ALIMENTÓ
11:25 am
KIM Taehyung (BH)
Ya llegaron!
11:40 am
*Imagen*
11:43 am
Deva me acaba de hacer chocolate caliente
11:44 am
Sentir la envidia (@PARKJimin(BH))🤪
11:45 am
PARK Jimin (BH)
Reitero, ¿por qué tuviste que sacar tijeras?😭
11:46 am
Pasé de largo de la discusión que Taehyung y Jimin habían comenzado. Un suspiro salió de mis labios y salí del chat de los chicos para meterme en los mensajes que mi madre me había enviado.
Una mueca nació en mis labios cuando leí sus mensajes, y la culpabilidad no tardó en nacer en mi pecho. No solía tener mucho tiempo para ir a visitarlos, pero le había prometido hacia un mes que este año si que iba a ir a casa por mi cumpleaños...y no lo había hecho.
Mamá
Joonie, me ha dicho Jin que os ha salido un viaje?
3:05 am
Cuando vas a volver?
3:06 am
Mis ojos se cerraron con frustración. No me gustaba poner triste a mi madre.
Volveré en una semana aprox
12:05 pm
Te prometo que en cuanto vuelva os invito a comer a papá y a ti
12:05 pm
El contacto de mi madre se puso en línea nada más envié los mensajes. Me senté en la cama al ver como el "escribiendo" aparecía en mi pantalla y solté un suspiro al ver su mensaje.
Mamá
Dónde estáis?
12:06 pm
No te preocupes hijo, entiendo que es trabajo
12:07 pm
Estamos en España
12:07 pm
Estamos todos bien, llegamos anoche
12:07 pm
Te prometo que os llevo a comer, escoged vosotros el restaurante que más os guste!
12:07 pm
España! Que lejos!
12:08 pm
No te preocupes cariño, escogeremos el más caro😜
12:08 pm
Cuídate mucho y come bien!
No te saltes ninguna comida y duerme tus horas!!
12:09 pm
Te lo prometo mamá
12:09 pm
Te quiero❤️
12:09 pm
Un suspiro volvió a salir de mis labios cuando miré la respuesta llena de corazones de mi madre. Me sabía muy mal mentirle, y me prometí a mí mismo que cuando volviera le contaría todo...toda la verdad.
Ella podría aconsejarme.
Estaba guardando mi teléfono en mi bolsillo cuando el sonido de unas patitas me llamó la atención desde la puerta. Me levanté dejando que una sonrisa asomara en mis labios y abrí la puerta de la habitación viendo como una mancha oscura atravesaba el umbral como un rayo. Vi como la colita de Ilsan se movía de un lado al otro a la velocidad de la luz mientras no hacia más que corretear por toda la habitación.
— Bueno días Ilsan— había hablado en coreano, pero por como frenó su carrera y me miró creo que me había entendido. Me acerqué a él para rascarle detrás de la oreja, donde Jana me había enseñado que le encantaba, y él sacó su lengua jadeando mientras su cola no paraba quieta— Ya siento haberme dormido, pero tenía mucho jet lag.
A Ilsan no pareció importarle, solo se centraba en disfrutar de mis dedos rascándole tras la oreja. Sonreí y no pude evitar recordar a mi perro, Monie, quien ahora estaba en casa de mis padres.
— ¡Ilsan!— mis cejas se elevaron escuchando la voz que procedía del pasillo. Una Irune con el pelo muy mojado se asomó por la puerta mirando fijamente al perro que seguí disfrutando de mis caricias— Ahí estás pequeño terrorista.
No había entendido ni una sola palabra de lo que había dicho, pero sus ojos estaban entrecerrados hacia el cachorro, quien se escondía tras mis piernas como podía. Pude intuir que ella estaba enfadada.
— ¿Qué te pasa?— me había vuelto a incorporar, notando como el perro se escondía mejor ahora entre mis piernas.
— ¿Que, qué me pasa?— Irune sonrió sarcástica y me enseñó una zapatilla de andar por casa de color morado con una gran apertura, que no debería estar, en el frente— Aquí, el ingeniero, ha estado muy ocupado mientras me duchaba— ella metió la mano por la zapatilla mostrando sus dedos por delante. Mis dientes atraparon mi labio inferior intentando no reírme— Oh, venga ya, adelante, riéte— estaba haciendo un esfuerzo demasiado grande para no estallar— Ya verás, a tú dueña que vas pequeño diablo.
Bajé mi mirada viendo a Ilsan mover su cola mientras su lengua jadeaba. Se había tumbado sobre su barriguita tras mis piernas, y antes de que incluso Irune se diera la vuelta, el pequeño salió escopetado por la puerta.
— Oh no, eso si que no— Irune salió corriendo escaleras abajo intentando cazar al cachorro.
Una pequeña risita escapó de mis labios, y me decidí por bajar yo también a abajo. Se escuchaba mucho ruido en la cocina, y desde el pasillo podía escuchar los gritos de Irune hacia el cachorro. Mientras andaba a paso lento, mis ojos viajaban por cada cuadro del pasillo. La abuela de Jana tenía un montón de cuadros distribuidos por toda la casa, y yo me había tomado mi tiempo de verlos todos.
Había muchos cuadros de Jana de pequeña, incluso alguno suelto de adolescente, pero no había ninguno de ella a partir de los 14 años, y no entendía por qué.
Por lo que había visto, a Deva le gustaba fotografiarlo todo. Me había dicho que tenía cientos de álbumes llenos de fotos de todo tipo, y que cuando quisiera me enseñaría todos.
A mí me encantaría verlos.
Entré en la cocina. La puerta que daba al jardín trasero que tenían estaba abierta de par en par, y pude ver que Reina estaba fuera jugando con una pelota. Deva y Jin estaban en la cocina, haciendo algo en los fogones, y el padre de Jana estaba sentado en la mesa leyendo un periódico.
— Bueno días— mi voz sonaba ronca, y mis ojos se desviaron hacia la puerta del jardín al escuchar la voz enfadada de Irune.
— Buenos días Namjoon— David levantó la mirada del periódico dándome una sonrisa— ¿Café?
Asentí estirando mis labios en forma de agradecimiento, y él se levantó de la silla para coger una taza y llenarla con el líquido negro.
— Mira pichurrín, la berza es lo más importante del cocido montañés, sin berza no es cocido— observé como Deva movía una verdura de color verde, parecía una lechuga rugosa, para mostrárselo a Jin.
Jin asintió y movió sus dedos rápidos sobre su móvil.
— ¿Cómo hay que partirlo?— la voz robótica del traductor sonó en la cocina.
— Así— la abuela cogió el cuchillo y cortó un par de hojas ya lavadas para mostrarle— ¿Quieres hacerlo tú?— ella le tendió el cuchillo y él asintió guardando su teléfono en el bolsillo de la sudadera. Jin comenzó a cortar como había hecho Deva antes y la señora aplaudió encantada— Mírale que arte y picardía tiene el pichurrín.
Mis cejas se elevaron al ver la sonrisa de la anciana justo cuando el padre de Jana me dejaba una taza humeante en la mesa, frente a la silla en la que me había sentado, a un lado donde él estaba.
— Te he echado un poco de leche, sabe mejor así— me pasó un recipiente, el azúcar creo, y yo me eché dos cucharadas sin preguntar que era— ¿Cómo dormiste?
Tragué el sorbo que había dado antes de responder.
— Muy bien gracias, tenía algo de jet lag— David me sonrió y negó con la cabeza como si no pasara nada.
— No te preocupes, ¿cuantas horas son de diferencia con Corea?— mis manos rodearon la taza.
— Unas 7 más o menos— él asintió cerrando el periódico que había estado leyendo hasta el momento.
— ¿Puedo hacerte una pregunta?— yo asentí preparado para cualquier cosa. David se apoyó en el respaldo de su silla con su mirada verde fija en mí— ¿Habéis venido a España de vacaciones o habéis venido por...?
No lo dejé acabar.
— Por Jana— las cejas de su padre se elevaron. No le pensaba mentir a él, iba a ser sincero— Hace un par de días fue mi cumpleaños, y ellos me regalaron el viaje para venir a verla.
— Vaya...felicidades chico— sonreí agradeciendo la felicitación— Os conocisteis en el interrail, ¿no?
Mi ceño se frunció un momento, pero un vago recuerdo de Jana diciéndome que estaba haciendo una cosa llamada interrail con su hermana llegó a mi mente tan rápido como mi cerebro había registrado esa palabra.
— Si...en Italia nos conocimos, y luego fuimos coincidiendo en más destinos— las cejas del padre se elevaron sorprendidas.
— Menuda coincidencia— asentí completamente de acuerdo con él— Supongo que quieres saber la razón por la que no puse pegas a traeros hasta aquí, ¿cierto?
Me puse recto en la silla. Esa pregunta me había pillado desprevenido completamente, pero lentamente asentí, rezando por que la respuesta no fuera algo que no pudiera soportar.
— Sí, claro...— di un sorbo a mi café esperando que mis nervios no se notaran.
Estaba buscando desesperadamente la aprobación de este hombre, y cuando me di cuenta de ello, me sorprendí demasiado.
— Cuando Jana volvió de Europa vi algo diferente en ella, creo que ya sabes, por lo que viste ayer, que ella no está muy bien— el pecho de David se infló y dejó que un suspiro pesado escapara de sus labios— Te voy agradecer eternamente lo que has hecho, y lo que hiciste en Europa, sea lo que fuese que hicieras. Sabía que había habido algo que había impulsado ese cambio en mi hija, y viéndote a ti aquí se que ese cambio has sido tú. Gracias a ti mi hija ha empezado a ser la que era, y creéme que para mí, como su padre, no hay algo mejor que eso— su mirada verde se mantenía sobre mí, y una sonrisa se deslizó por sus labios— Cuando Irune me llamó diciéndome que un chico que Jana conocía estaba aquí, que había venido por ella, casi enloquecí, pero cuando te vi creo que supe quien podrías ser al instante, tuve una buena corazonada y veo que no me equivoqué.
Mis dedos se tornaron sobre la taza de café. Una sonrisa nació en mis labios, y creo que el alivio bañó por completo mi cuerpo.
— Muchas gracias David, gracias por la confianza— él sonrió y negó con la cabeza.
— Al contrario Namjoon, gracia a ti por lo que has hecho, me estás devolviendo a mi hija y eso no te lo podré agradecer lo suficiente— sus ojos se desviaron hacia la puerta del jardín. Muchas voces se escuchaban fuera— Solo un cosa te voy a pedir.
Mis ojos se desviaron hacia fuera junto con los suyos.
— Lo que sea— estaba decidido a cumplir cualquier cosa que me pidiera.
No me contestó directamente. Guardó silencio por unos segundos antes de volver a hablar.
— No la rompas el corazón. Ella puede aguantar mucho, pero creo que si tú le fallas no lo va a poder superar— tragué en seco mientras mi cabeza asentía como respuesta.
Lo último que quería era partirle el corazón a Jana, porque eso significaría romperme a mí mismo, pero sabía, que tarde o temprano eso sucedería entre nosotros.
Tendría que contarle, y no sabía si estaba preparado para eso.
Pero de todas maneras, y sin saber como lo haría, mis labios se movieron formulando una respuesta.
— Te prometo que no lo haré, no me lo perdonaría nunca— mi corazón estaba hablando por mí, y creo que eso lo notó David.
Su cabeza se giró hacia mí y una sonrisa nació en sus labios.
— Bueno chico, dejemos a ese par enredar en la cocina y vamos afuera con el resto— se levantó de la silla indicándome que le siguiera.
Cogí mi taza de café y así lo hice. Él salió antes que yo hacia fuera. El aire se sentía algo frío, pero creo que eso a Taehyung y a Jungkook no les importaba demasiado. Ambos estaban jugando con los perros, Reina e Ilsan, completamente ajenos a las miradas divertidas de Jana, Irune y la mujer bajita, la cual ya la había puesto un nombre, Anne, pero mi mente se empeñaba en decirle la mujer bajita.
— Buenos días— mi voz saludó a las tres mujeres que estaban observando divertidas la manera en que Jungkook y Taehyung jugaban con los perros.
— Hola Namjoon— Anne me sonrió un momento antes de girarse para dar un beso en los labios a David.
Vi a Irune poner cara de asco.
— 'Ama...— Jana solo sonrió y se hizo a un lado en la larga silla de mimbre que decoraba la mesa de la terraza.
— Buenos días Nam, ¿dormiste bien?— sus labios se estiraron hacia los lados, y mi estómago no pudo evitar dar una vuelta de campana deseando ver esa sonrisa todos los días de mi vida.
— Si, muchas gracias por todo— me senté a su lado dejando la taza de café sobre la mesa decorada con un mantel de hule de color azul con dibujos de cerezas.
— A él también le tienes que echar la bronca— Irune me señaló y yo solo elevé mis cejas pensando que era lo que había hecho— Cuando encontré a Ilsan este de aquí le estaba protegiendo.
Los ojos de Jana se entrecerraron mirando hacia le cachorrito antes de posar sus ojos verdes sobre mí.
Volví a ponerme nervioso.
— ¿Es eso cierto?— su ceja se elevó, pero pude notar la diversión en su voz.
— Me has pillado— mis manos se elevaron en señal de culpabilidad.
Una sonrisa divertida asomó en sus labios, y con el humor aflorando en su piel me dijo.
— Bueno, pues te diré lo mismo que a Ilsan— una sonrisa que mostró sus dientes me iluminó— Chico malo.
Oh dios mío.
Una carcajada salió de mi garganta, y pude notar como Irune hacia una mueca con su boca. Jana también soltó una risa que llamó la atención de su padre, quien también sonrió viendo la escena.
Dios, ella parecía haber dado un cambió de 180º grados en tan solo un día, y eso me ponía feliz.
Ver a esta Jana me ponía feliz.
— Dios chicos, sois increíbles enserio— Irune puso sus ojos en blanco y desvió sus ojos hacia Jungkook y Taehyung— Estoy flipando como Reina se está moviendo con esos dos, han conseguido levantarla.
Jana asintió y yo miré hacia el perro. Reina corría detrás de Jungkook, y antes de que me diera cuenta el menor lanzó la zapatilla de Irune hacia Taehyung haciendo que Reina cambiara de objetivo.
— Creo que se ha flechado, por eso es que se mueve— la voz de Jana sonaba divertida.
Miré hacia ella.
— ¿Antes no lo hacía?— ella asintió con la cabeza.
— Normalmente era muy pasiva, se pasaba el día tumbada y durmiendo, pero creo que eso fue por el parto. Ilsan la solía tener ocupada mucho tiempo— mi ceño se frunció, y ella se apresuró a explicar— Cuando volvimos de Dinamarca nos encontramos con Reina en casa y una camada de cachorros. El vecino le había regalado a mi abuela a Reina, pero no sabía que estaba embarazada hasta que dio a luz aquí, en casa.
Asentí comprendiendo.
— ¿Ilsan es su hijo?— Jana asintió sonriendo.
— Pero como si no lo fuera— Irune miró hacia el pequeño cachorro que corría tras Reina— Reina delegó todas las funciones de crianza en Jana.
— Eso es verdad, no le quiso alimentar después de dos días, así que tuve que llamar al veterinario para ver que podía darle— sus labios se estiraron y los tres miramos hacia el cachorrito— Menudas noches que me dio mientras hacia mi tesis...
Su tono fue decayendo poco a poco, pero la vi sacudir la cabeza como si quisiera deshacerse de ideas intrusivas. Un suspiro salió de sus labios y antes de que me diera cuenta su sonrisa ya había vuelto a su rostro.
Irune la observó con cautela y una mueca apareció en su expresión.
David y Anne se levantaron de las sillas para meterse dentro.
— Bueno, nosotros nos vamos a buscar el pan, os dejamos chicos— Anne nos sonrió dejándonos solos, con Jungkook y Taehyung absortos en hacer correr a Reina.
Creo que ellos habían detectado por donde iba a ir la conversación.
— A veces no son nada sutiles— Jana se acomodó en su sitio, sus piernas subieron al cojín de la silla y sus brazos las envolvieron.
Mis brazos picaron por abrazarla, pero en lugar de eso me centré en beber de mi café.
— ¿Nos quieres contar?— Irune se removió en su silla, y Jana clavó sus ojos en mí.
Un suspiro salió de sus labios.
— En realidad no hay mucho que decir— su tono había decaído, cosa que no me gustó nada— Mi tutor de tesis me ha mandado un mensaje diciéndome que el tribunal lo está investigando por petición de él, porque él sabe que ese trabajo no es plagiado.
— ¿Pero como te han podido acusar?— mis labios se habían movido antes de que ni siquiera se lo permitiera.
Ella se encogió de hombros.
— Mi madre, no se que habrá hecho, pero lo ha conseguido— noté como sus dedos se aferraban a su muñeca, apretando levemente como si intentara relajarse— Se apareció allí, después de que me echaran de la sala y otra persona que no había visto en mi vida presentara mi trabajo. Ella me dijo que había sido ella la que había intercedido, bueno, no explícitamente pero si que lo insinuó.
Mi pecho se apretó y la rabia creció en mi. ¿Cómo una madre podía ser capaz de hacer eso a su propia hija?
— Es que menuda hija de puta— mis ojos se fueron hacia Irune, quien había hablado en español, pero no me hizo falta entenderlo como para saber que la había insultado— Esa es patas de gallo, la tipa que te mencioné en el aeropuerto.
Jana tensó sus labios en una fina línea.
— Irune....— su voz era de plena advertencia.
La volví a mirar.
— ¿Por qué hacerte eso?— sus ojos se clavaron en los míos y algo se removió dentro de mi.
— Porque me odia, porque nunca fui como ella quiso que fuera, porque no me adapté al estilo de vida que se empeñaba en imponerme...—sus hombros se elevaron y otro suspiro salió de ella— Realmente no lo sé.
Sus ojos se desviaron hacia otra parte, lejos de nosotros y eso no me gustó. Antes de que pudiera pensarlo, mi mano se abalanzó hacia la de ella entrelazando mis dedos con los suyos. Ella bajó su vista hacia nuestras manos unidas y pude ver como una sonrisa asomaba en su rostro.
Me sentí mejor con eso.
— Ella no te merece Jana, no dejes que una persona así te controle, nunca— su rostro subió hacia el mío, y supe que sabía a que me estaba refiriendo.
Su imagen, de rodillas con el agua llegándola hasta el cuello, se repetía como una pesadilla. Quería olvidarme de ello, y de la angustia que me recorría cada vez que pensaba en ello. No la iba a dejar caer, si estaba en mi mano nunca la dejaría caer.
— Supongo que ella tiene mucho poder sobre mí, han sido muchos años...— sus dedos se apretaron con los míos, aferrándose a mí— Pero quiero hacerlo, quiero deshacerme de ella.
Una sonrisa apareció en mi rostro.
— Apóyate en mí si lo necesitas, voy a estar aquí todo el tiempo, para ti— sus ojos se entrecerraron con la sonrisa que se formó es su rostro.
La calidez me invadió. Así era como quería verla...siempre.
— Bueno chicos...me voy para dentro, paso de haceros de tercera rueda— Irune mantenía una sonrisa en su rostro cuando se levantó. Las mejillas de Jana se calentaron y sus dedos se deslizaron de los míos en un gesto nervioso. Mis manos fueron hacia mi taza de café para dar otro sorbo.
Yo también me había sonrojado.
La pelirroja desapareció por la puerta, y un silencio, que no fue incómodo , se estableció entre ambos. Su aroma a bebé y frutas me llegaba directamente a la nariz, y con solo respirar eso me podía tranquilizar.
Intenté relajarme de verdad.
— No hagas mucho caso a Irune, puede ser muy directa a veces— Jana volvió a removerse en su sitio— Por cierto, ¿cómo es eso de que os encontrasteis en el aeropuerto?
Sus ojos observaron mi perfil. Todavía estaba trabajando en eso de relajarme, por lo que mantuve mi mirada sobre los chicos que seguían corriendo con los perros sin cansancio aparente.
— Bueno, hace un par de días fue mi cumpleaños y...— Jana me cortó.
— ¡¿Fue tu cumpleaños?!— sus boca se había entreabierto sorprendida— ¡¿Por qué no me lo dijiste?! No te felicité, soy lo peor.
Una sonrisa salió de mis labios y mis ojos fueron a parar a su rostro.
— 12 de septiembre del 94, 25 añitos que he cumplido— ella me sonrió y antes de que me diera cuenta sus brazos estaba rodeando mi cuello.
Me quedé super estático y casi al borde de un ataque. Mis ojos se habían abierto de par en par, y mi estómago no dejaba de dar vueltas de campana dentro de mí. Un suspiro escapó de mis labios cuando los suyos aterrizaron en mi mejilla dándome un casto beso.
— Muchas felicidades— ella se separó sonriente de mí, y debió de ver mi cara de embobado que soltó una pequeña risita.
El mejor regalo del mundo, si señor.
— Mu...mu...muchas gracias— parecía que no sabía hablar y con las mejillas coloradas hasta los topes, desvié mi mirada hacia los chicos.
Bueno, eso fue una malísima idea. Ellos nos estaban observando estáticos en su lugar, con Reina a sus pies mordiendo la zapatilla de Irune y Ilsan correteando a su alrededor. Sus bocas casi perforan la tierra del jardín, y desde aquí pude ver su sonrisa antes de sacar sus teléfonos.
Mi completa perdición.
— ¿Tuviste tarta?— Jana seguía sonriendo, como si lo que hubiera hecho no me habría alterado tanto— Un cumpleaños no es cumpleaños si no hay tarta.
Pestañeé un par de veces, obligándome a salir de mi estado de embolia. Negué con la cabeza y me apresuré a explicar.
— Bueno, en Corea eran las 3 de la mañana cuando me dieron los billetes de avión para venir aquí. No había mucho tiempo para comer tarta— ella sonrió y miró hacia los chicos, quienes estaban sumidos en los teléfonos.
— ¿Ellos te regalaron el viaje?— asentí, agradeciendo de todas las formas posibles a mis compañeros, y ella solo sonrió más.
Podría pasarme todo el día alimentándome de esa sonrisa.
Yo había sido el primero en verla, y era por mí que seguía aquí.
Estaba demasiado orgulloso de mí mismo.
— Si, ellos me lo regalaron para venir a verte— sus cejas se elevaron sorprendidas y sus labios se entreabrieron.
— ¿Enserio?— asentí sonriendo y ella volvió a extender su sonrisa— Bueno, pues tendré que agradecerles también a ellos.
Mi ceño se frunció y la miré confuso. Su mirada se suavizó, y juro que la sonrisa que me estaba dando en estos momentos era la mejor que había visto nunca.
— Si ellos no te llegan a regalar este viaje no se que habría sido de mí ayer, perdí la cabeza y gracias a ti volví en mí. También les debo la vida en cierto modo— mis dedos se apretaron al rededor de la taza de café, y de la nada, sentí su tacto sobre mi brazo— Es algo que voy a tener muy presente...siempre.
No pude evitar sentir remordimiento en ese instante. Esta sensación de calma se antojaba muy placentera como para romperla, pero sabía que de alguna forma u otra iba a tener que suceder.
No la rompas el corazón.
Iba a luchar para no hacerlo, contra lo que fuera.
Contra quien sea.
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Holoooooooooooooooo,
Bueno, aquí os traigo el siguiente capítulo del maratón, esta vez narrado por Namjoon, y he de decir, que este capítulo me gusta mucho.
Y bueno, ¿qué os parece? Parece ser que Nam ya sabe que algo tiene que hacer, pero como que está muy cagado para ello. ¿Qué pensáis? ¿Qué haríais vosotros? Os leo en comentarios.
Y bueno, ya con esto me despido hasta mañana para el último capítulo del maratón.
Nos vemos chikis;)
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