32
Namjoon
31 de agosto, Seúl.
— Namjoon, ¿ya empacaste todo?— estaba cerrando la cremallera de mi maleta cuando SeokJin entró a mi habitación.
Mi garganta emitió un sonido de afirmación mientras me levantaba del suelo. Mi habitación se había vuelto un completo desastre que tendría que recoger antes de mañana. La ropa que había descartado estaba tirada en el suelo, echa un completo gurruño*, y si no me daba prisa en ponerla en su lugar probablemente tendría un armario lleno de ropa arrugada.
Me aproximé al buró que estaba frente a mi cama para apagar la cámara que me había grabado mientras hacia la maleta para el nuevo programa que haríamos. Mañana por la mañana, casi un poco después del amanecer, un coche vendría a buscarnos para ir al aeropuerto y coger un avión destino Nueva Zelanda.
Cuando me cercioré que la cámara estaba apagaba y metida correctamente en la funda que me habían dado, me giré sobre mis pies con el ceño algo fruncido. Sabía que Jin había entrado a mi habitación, porque había escuchado sus pasos, pero ahora mismo estaba siendo muy silencioso, y eso no era típico de él.
Mis ojos solo dieron con su espalda.
— ¿Qué haces?— dejé la funda de la cámara encima del buró de nuevo, y noté como los hombros de Jin se tensaban.
Mis pies saltearon la ropa tirada del suelo para aproximarme a él. Sus ojos estaba puestos en la estantería de mi habitación, y vi como sus manos dejaban algo rápidamente sobre uno de los estantes.
— Nada— había hablado muy rápido y su voz se notaba nerviosa, como si le hubiera pillado con las manos en la masa.
— No me lo creo— me puse a su lado para ver que era eso que había hecho.
Mi ceño se frunció y rápidamente mi mirada se fue hacia él.
— No lo toques, nunca más— mi tono había salido ronco y serio.
Nunca solía hablar así a los chicos, a no ser que la situación fuera muy seria o grave.
Jin tensó sus labios y me miró con sus ojos entrecerrados.
— ¿Me vas a hablar ya de ella o te voy a tener que rogar?— una de sus manos se elevó para señalar la máscara de cerámica que reposaba sobre el estante frente al libro que Jana me había regalado— Nunca tienes cosas frágiles en tu habitación, y esta máscara la tienes como si fuera el mejor trofeo del mundo, hasta la pasas con el abrillantador.
Mis labios se tensaron en una línea y retiré su mano de enfrente de la estantería.
— Simplemente no es momento— ya había perdido la cuenta de las veces que le había dado esa misma respuesta.
Pero es que en verdad no sabía ni como empezar ni como expresarme, porque todo se quedaba corto hablando de ella. Además, nunca iba a admitir que la falta de su presencia en mi vida me estaba comenzando a afectar de forma fuerte y directa.
Este es el sufrimiento que todo el mundo quería que evitara.
— Joon-ah...— el tono de mi mayor había sonado con pesadumbre, como si ya estuviera agotado de la misma respuesta de siempre.
Hasta yo lo estaba.
— Jin...solo no, ¿está bien?— miré hacia las luces led del techo un segundo antes de negar con la cabeza como si ya estuviera cansado.
Puede que todo se me estuviera echando encima en estos momentos. Ahora estábamos preparando un nuevo albúm que saldría en unos meses, y estaba verdaderamente agobiado por todo lo que tenía que hacer y el poco tiempo que parecía tener. Parecía tener el agua al cuello a cada segundo que pasaba, el reloj de arena se iba vaciando de a poco y todavía seguía sin tener listas un montón de letras que ya deberían de estar en revisión.
Y no hablemos de la colaboración que había aceptado hacia meses y de la que me había olvidado de su existencia.
Estaba un poco, muy, estresado, y mi único escape era sentarme en mi habitación, mirar mi estantería y ver la máscara que había comprado con Jana en Venecia. Solo era verla y transportarme a esa tarde con ella, tan libre y sin ataduras que rezaba al más allá para teletransportarme otra vez allí.
Aunque no sabía si lo que quería era volver allí o simplemente volver con ella donde sea que fuera.
Si solo la pudiera abrazarla de nuevo....elevarla en el aire como hice esa vez en la playa, acercarme después con decisión y terminar lo que no pude en ese momento.
— Estás muy sobrecargado, todos nos hemos dado cuenta— me había sentado en mi cama mientras Jin se había quedado de espaldas a mi estantería con sus ojos puestos en mí— Bueno, solo hace falta ver la que has liado para hacer una maleta para darse cuenta de que no estás bien.
Un resoplido salió de mis labios sin pretenderlo. Mis ojos barrieron la habitación de forma rápida analizando el desastre que había montado en los 30 minutos que había tardado en hacer la maleta.
— Lo siento, no os quiero preocupar— mis manos se apoyaron en el colchón de mi cama y dejé que mi cuerpo se recostara hacia atrás.
— Nosotros sabemos eso, por eso Yoongi y Hoseok se ofrecieron a ayudarte con algunas letras aunque tu te negaste en rotundo— Jin caminó salteando mi ropa como podía y se sentó a mi lado en el colchón— Y si te he preguntado por ella es porque creo que te va a hacer bien hablarlo. Volviste con unos ánimos que nunca había visto en ti, pero ahora estás decaído y me preocupa que sea por ella.
Maldita sea, tenía toda la absoluta razón.
— Se me ha juntado todo SeokJin...— mis ojos se clavaron en un pequeño hueco libre de ropa del suelo de mi habitación y los dedos desnudos de mis pies se removieron buscando la comodidad— Solo sé que cuando miro esa máscara del estante me calmo y todo parece situarse donde debe, pero después...
— Todo se vuelve un caos— su voz me interrumpió completando con exactitud la frase que mis labios habían estado a punto de pronunciar.
Asentí cerrando los ojos, como si de esa manera pudiera deshacerme de todas las responsabilidades por un segundo.
Estuvimos unos segundos en silencio, parecía que ninguno de los dos encontraba más palabras para decir. Tomé una bocanada de aire, como si fuese lo que necesitaba en esos momentos para no ahogarme en tanto trabajo sin hacer, aunque, por mucho que intentara engañarme la pila de trabajo seguía ahí, sin hacer y retrasándose cada vez más.
— ¿Cómo es ella?— subí mi mirada hacia la máscara antes de girarme para ver a SeokJin, quien tenía sus ojos fijos en la máscara que había comprado Jana— Quiero saberlo...quiero entender que es la causa que te tiene así, porque sé, aunque te empeñes en negarlo, que ella tiene que ver.
Dejé que una pequeña cantidad de aire escapara por mi nariz antes de virar mis ojos hacia la máscara. Pequeñas imágenes acudían a mi cabeza, como si hicieran un collage recopilando cada instante que había pasado con Jana. Nuestro primer encuentro en Milán, mi casi atropello con la bicicleta en Venecia, las exposiciones, nosotros gritando en la habitación, la librería, la noria en el prater de Viena.....dios, mis labios en sus mejillas se sintieron tan bien...
Estaba jodido, muy jodido por ella.
— ¿Nam...?— el pelinegro a mi lado llamó mi atención, y obligándome a mí mismo, separé mis ojos de la máscara que tan buenos recuerdos impulsaba en mi mente.
— Libertad, ella es libertad— una sonrisa se dibujó en mis labios, los dedos de mis manos se curvaron levemente sobre las sábanas de la cama y tensé los brazos para segundos después destentarlos mientras buscaba la definición correcta para poder describirla sin dejarme nada. No lo iba a conseguir— No hay adjetivos suficientes para calificarla, pero cuando estoy con ella...no sé, solo me puedo sentir libre, ser yo mismo sin presiones de nada.
SeokJin pestañeó unos segundos repetidamente antes de abrir su boca en una perfecta "o". Sabía de sobra que su mente seguía procesando todo lo que había dicho, que aunque fuera poca información él sabía que significaba demasiado. Hacía tiempo que había dejado de expresar mis verdaderos sentimientos hacia ellos, me guardaba muchas cosas para mí mismo porque sentía que era una carga constante, por lo que no solían saber con exactitud en que estado anímico estaba durante el día.
Fingía demasiado bien hasta que llegaba a mi punto solitario, donde las expresiones de mi cara dejaban de ser las ensayadas para dar paso a un rostro deformado por el estrés y la presión.
— Vaya...— su boca se abrió y se cerró pronunciado esa palabra. Sus labios se fruncieron levemente al igual que su ceño, señal de que estaba buscando la frase correcta para decirme en este momento.
Aunque no sabía que era lo que podía ser correcto ahora y lo que no.
— Si...vaya...— mis ojos se desviaron hacia el punto libre en el suelo de nuevo.
En mi rostro se había vuelto a dibujar una mueca asemejada a una sonrisa de labios tensos.
— ¿Has vuelto a hablar con ella?— levanté mi mirada de nuevo y la dejé caer sobre el teléfono que descansaba sobre la repisa del cabecero de mi cama.
Negué con la cabeza.
— No he tenido el valor— mi tono se había escuchado amargo y quise compadecerme de mi mismo en ese momento— He mirado una y otra vez la diferencia horaria con España, pero cuando estoy a punto de pulsar su nombre en la pantalla me entra el pánico— las cejas de Jin se elevaron y sus labios se fruncieron en una mueca que sabía que trataba de esconder una risa— Sí, adelante, ríete de mí.
El sarcasmo no había pasado desapercibido de mi voz.
— No quiero hacerlo...aunque no me niegues que es divertido verte así— su cabeza giró hacia el teléfono y en un segundo ya me estaba mirando otra vez— Nunca te había visto en este plan...ya sabes... de estúpido enamorado.
Abrí mi boca de par en par como si estuviera muy ofendido.
— No estoy enamorado...— eso si era verdad, no me consideraba enamorado, era muy pronto para decir eso— Solo estoy muy jodido por ella.
Admitirlo no costaba tanto.
— ¿Habéis pasado de tercera base?— mi ceño se frunció y giré mi cuello tan rápido que creo que lo sentí crujir.
Abrí mi boca para replicar pero una voz se me adelantó.
— ¿Quién ha pasado de tercera base?— Jin y yo nos giramos a la vez hacia la puerta de mi habitación.
Tres pares de ojos nos miraban como si tuviéramos una segunda cabeza cada uno, y en sus rostros podías ver la confusión por no entender nada de la conversación que manteníamos Jin y yo.
— Nadie ha pasado a tercera base— mi voz había sonado algo más grave de lo que había pretendido.
Jimin entrecerró sus ojos dejando salir una sonrisa picarona de sus labios.
— Fase de negación, Nam hyung ha mojado churro en ese viaje a Europa, ¿a qué si?— mi ceño se frunció y sus cejas se alzaron.
Hoseok entrecerró su mirada hacia Jimin en forma de regaño.
— Park Jimin, Namjoon es un adulto y puede hacer con su vida sexual lo que quiera, sin que tú te tengas que entrometer— la mano de Hoseok me señaló y sus cejas se elevaron casi hasta el techo— Además, él no te tiene por qué informar de lo que hace o deja de hacer.
Jungkook, quien se había mantenido detrás de aquel par, se hizo un hueco entre ellos para entrar a mi habitación y sentarse a un lado de mi maleta mientras se llevaba a los labios unos cuantos fideos.
— Dejad de hacer tanto drama— el menor había hablado con la boca llena, a lo que Jin hizo una mueca— Rapmon hyung conoció a una chica en el viaje, se lo escuché cuando hablaba con Jin un día.
Mis ojos se abrieron de par en par y me giré para mirar a Jin quien se encogió de hombros. Los dos polizones de mi puerta se abalanzaron hacia dentro como si la vida les fuera en ello, y sentándose de golpe en el suelo, a cada lado de Jungkook, me miraron con los ojos bien abiertos.
— Nos tienes que contar todo— esta vez había sido Hoseok quien había hablado.
Mi ceño se frunció.
— ¿Tú no eras el que decía que ya era lo bastante mayorcito como para saber que hacía y que no tenía por qué informar de lo que hacía o no hacía?— una mueca apareció en sus labios mientras Jimin lo miró de reojo escondiendo su sonrisa.
— Si, bueno, eso aplica para Jimin pero no para mí— Jungkook se removió incómodo entre ese par y Hoseok se giró para mirarle hacer malabares para poder comer sus fideos sin manchar mi habitación— Jeon, como tires el ramen al suelo lo limpias con la lengua.
El menor se quejó y dejó con cuidado el cuenco del ramen sobre el suelo.
— A veces eres peor que mi madre Hobi— Jin blanqueó los ojos antes de fijarse en él.
— No seríamos así si limpiaras lo que ensucias— la voz del pelinegro hizo que Jungkook girara hacia él— Además, ¿como demonios tú sabes sobre esto?
Una sonrisa se extendió en el rostro del menor, y con un guiño descarado contestó.
— Cuando hablabas con Rapmon yo estaba en mi habitación hablando por teléfono con mi madre, escuché prácticamente toda la conversación— sus manos se posaron sobre el suelo a su espalda, adoptando la misma postura que yo seguía manteniendo en la cama— Quiero saber cuales son esas clases para ligar que Jin hyung te iba a dar.
Una mueca de disgusto se formó en mi rostro.
— Nunca llegué a dar esas clases, el muy ingrato me colgó— Jin parecía ofendido, pero aunque quisiera, no me iba a disculpar por aquello— Mis tips te hubieran servido, ahora mismo la tendrías comiendo de tu mano.
Fruncí mi ceño. No quería hacer que Jana comiera de mi mano. Yo solo estaba dispuesto a aceptar todo aquello que ella quisiera ofrecerme, por pequeña que fuera.
Siempre y cuando viniera de ella.
— Pero...¿entonces si mojaste churro?— Jimin alzó su ceja y Hoseok bufó.
— De verdad, eres un bruto, ya entiendo la razón por la que espantas al sexo femenino—el, ahora, castaño miró a su mayor con gesto ofendido.
— Yo no espanto a la chicas— el tono que utilizó era de ofensa, y vi en el gesto de Jungkook como trataba de aguantarse la risa.
— No lo haces solo porque no te da tiempo— el menor se burló de Jimin, y Jin a mi lado contuvo una carcajada— Ellas ya corren lejos antes de que puedas abrir la boca.
Hoseok sonrió mirando hacia Jimin, quien había fruncido el ceño hacia el menor. Jin trataba de aguantarse la risa, cosa que no estaba haciendo con demasiado éxito. Sus hombros daban ligeros toquecitos en los míos, y sus manos estaban tapando su boca, escondiendo la sonrisa que impedía que la carcajada saliera.
— Sois unos envidiosos, eso es lo que sois— Jimin sacudió su cabeza y pasó sus dedos por su pelo echándoselo hacia atrás— Os quema que todos me prefieran a mi, hombres o mujeres, todos se giran para mirarme.
Mis cejas casi tocan el techo. ¿Humildad? ¿Dónde estás?
— Wow...— Hobi elevó sus manos hacia el castaño— Echa el freno al ego ese que tienes que veo que te vas de morros.
Jungkook suspiró negando con la cabeza y volvió a dirigir sus ojos hacia mí.
— Nos hemos ido del tema, como siempre— Jimin pestañeó un par de veces, ignorando los gestos de Hobi, quien trataba de sacarle de quicio.
Derrepente todas las miradas volvían a estar puestas en mí.
Me removí incómodo en el colchón, y mi mano, completamente involuntario a mis órdenes, subió hasta mi nuca para rascar nerviosamente. No me gustaba este tipo de atención.
— Cuéntanos Namjoon-ah, ¿cómo era?— Jimin elevó sus cejas abriendo mucho sus ojos.
Volví a removerme incómodo.
— No sé de qué estáis hablando— sabía que evadir esto era completamente inútil, ellos ya me habían pillado y hacerme el loco con ellos era como querer tapar el sol con un dedo.
Imposible.
Jin carraspeó.
— No te hagas el tonto Namjoon— el mayor giró su rostro hacia los tres pares de ojos que estaban sentados en el suelo muy expectantes de lo que pudiera decir— Cuéntales sobre Hannah....
Los ojos de los tres casi se salen de sus órbitas.
— Es Jana, con J, no con H, con J— las palabras habían salido rápidas de mi boca, haciendo que los tres intrusos en mi habitación acompañaran el camino de sus ojos abriendo sus bocas de par en par.
La estupefacción bailaba por cada rincón de sus rostros. Quise darme en la frente con la palma de mi mano.
Había caído otra vez.
— Sabía que ibas a saltar— la sonrisa de Jin abarcaba todo su rostro, y mirando hacia los otros tres murmuró— Tengo entendido que es española.
— ¿Española? Pero si tú no hablas español— mis cejas se elevaron ante la resolución de Jungkook.
Jimin puso sus ojos en blanco.
— Se comunicarán en inglés bruto, que nosotros seamos malos en el idioma no significa que Namjoon lo sea— el menor asintió como si fuera lo más lógico del mundo.
Giró su cabeza como un resorte cuando pareció haber procesado lo que Jimin le había dicho.
— Pronto podré hablar yo también, you understand?— las cejas del menor se elevaron y sus labios se fruncieron haciendo que Jimin pusiera sus ojos en blanco de nuevo.
Hoseok negó con la cabeza antes de mirarme.
— Ignóralos Namjoon y cuéntanos como la conociste— las manos de Hobi se posicionaron sobre sus rodillas dando leves golpecitos.
Estaba ansioso por saber.
Fui a abrir mi boca para contestar, pero otra voz me interrumpió.
— ¿Conocer a quién?— Taehyung se quedó parado en el marco de la puerta de mi habitación mirándonos a todos. Sus ojos barrieron entonces el desastre que había armado— ¿Ha pasado por aquí un tornado?— su ceño estaba fruncido, y sus pies salteaban la ropa esparcida intentando no pisar ninguna prenda.
Se sentó a mi lado en la cama.
— Taehyung, nos has interrumpido algo importante— la voz de Jimin se quejó y Jungkook asintió con decisión.
— Sí, Rapmon estaba apunto de contarnos como ha conocido a su novia— abrí mis ojos como platos y Jin se tragó una carcajada que quiso escapar de su garganta.
Taehyung asintió como si comprendiera.
— Oh, asi que Nam va a contar como ha conocido a su...espera, ¿qué?— la boca del chico que tenía al lado casi taladra el suelo, y ahogando un grito, se levantó como un resorte para correr hacia la puerta de mi habitación, sin importarle si pisaba alguna de mis prendas— ¡Yoongi, tienes que venir ya! ¡Jungkook dice que Namjoon tiene novia!
Jin dejó escapar la risa que tanto le había costado mantener para sí mismo, y mis ojos estaban a punto de salirse de mis cuencas y caer rodando por el suelo. Jimin se giró sobre sí mismo para mirar a Taehyung con los ojos entrecerrados y Hoseok negó con la cabeza como si ya se lo hubiera visto venir.
Fulminé con la mirada a Jungkook.
Yoongi apareció en el marco de la puerta justo cuando Taehyung se sentaba a mi lado de nuevo.
— ¿Que tú tienes qué?— la mirada del pelinegro no era para nada amigable— ¿Otra vez Namjoon? Ya sabes lo que ocurrió la última vez, ¿vas a por otra experiencia?
Puse los ojos en blanco soltando un bufido sonoro que extremeció a los tres primeros cotillas que habían entrado en mi habitación.
¿Es que todo el mundo iba a recordarme a Yon?
Jana ni se parecía en lo más mínimo a esa. Jana era simplemente el mejor regalo que jamás alguien me hubiera podido prometer.
— Te estás equivocando, ella no se parece en nada a Yon— el pelinegro entró a la habitación y se sentó en la silla de mi escritorio.
Todas las miradas estaban puestas en mí.
— ¿Cómo puedes estar tan seguro?— Yoongi sonaba duro y molesto.
Sabía que no estaba contento.
— Simplemente lo sé— me encogí de hombros sacando un resoplido de los labios de Min. No me amedrenté.— Ella no sabe quien es Bangtan, tuvo muchísimas oportunidades para reconocerme, incluso cuando le dí mi carnet de identidad...
Hoseok abrió la boca de par en par.
— ¡¿Le diste tu carnet?! ¡¿Te volviste loco?!— cerré mis ojos unos segundos, sintiendo la mirada envenenada de Yoongi sobre mí.
Tendría que explicarles todo.
— Sí, se lo di como una garantía. Hubo un pequeño incidente en Venecia, donde ella casi sale muy mal herida, solo quise recompensarla por el muy mal rato que la hice pasar. La dio un ataque de asma por mi culpa, me asusté mucho— mi lengua remojó mis labios, y mi mirada bailaba por el rostro de todos.
El recuerdo amargo de aquel día en el barco turístico llegó como una flecha a mi mente. Las imágenes a cámara lenta de ella cayendo al suelo hasta deslizarse por debajo de la barandilla del barco me asaltaron como la peor de mis pesadillas. El nudo que se había formado en mi garganta en esa situación volvió a agredirme con fuerza, casi imposibilitándome respirar. Carraspeé fuerte, tratando de deshacerme de él y de las imágenes tediosas de Jana cayendo por la borda.
Jimin habló ahora.
— ¿Qué pasó?— su tono había sonado relajado, y supe que quería aliviar tensión etre Yoongi y yo.
Eso iba a ser difícil.
— Bueno, digamos que casi la atropello con la bici cuando alquilamos unas para ir de paseo por Venecia, y cuando me bajé para ayudarla me llevé su cámara por error— Jin me miró entrecerrando sus ojos, apunto de darse con la palma de su mano en la frente como si me quisiera decir que sus "consejos" hubieran sido de ayuda— Después nos volvimos a encontrar en el barco turístico que hace una ruta por todos los canales que tiene Venecia y ella se me acercó para pedirme su cámara de vuelta, pero Seung pensó que ella era una sassaeng y antes de que ella pudiera decir algo la empujó haciendo que tropezara y se deslizara por debajo de la barandilla hasta casi caer del barco que ya estaba en movimiento.
Mi mirada inspeccionó los rostros de todos. Yoongi seguía con su rostro serio.
— Eso sigue sin probar nada, no sabes quien es— su voz era dura.
— Ni ella sabe quién soy yo— contraataqué.
Yoongi sonrió sarcástico.
— Lo dudo mucho, ¿acaso no usa redes sociales? Ella se está aprovechando de ti, abre los ojos— ahora fui yo quien sonrió sarcástico.
Él no conoce a Jana, nunca en la vida la ha visto como para juzgarla.
— Ella no usa redes sociales, no las tiene, y lo digo totalmente en serio cuando ella no tiene ni idea sobre qué es BTS— bajé mi mirada hacia el suelo unos segundos antes de levantarla hacia los miembros de nuevo— En Dinamarca fuimos hacia un restaurante a pie de playa, ella y su hermana vinieron con nosotros en el coche. Yo ponía la música y salió una de mis canciones, Seoul del mixtape. No reconoció la canción, me preguntó si el que cantaba era yo y que si la había publicado. Si ella supiera algo de mí, al escuchar la canción me habría reconocido, e incluso a la banda.
El silencio se extendió entre los siete. Mis ojos saltearon cada rostro, como si estuviera midiendo las reacciones de todos ante lo que acababa de contar. Yoongi mantenía su expresión seria, sabía que después de lo jodido que fue la última vez era muy excéptico con todo, incluso con sus propias relaciones.
Jin dio un largo suspiro que llamó la atención de todos.
— Tengo algo que confesar— sus labios se convirtieron en una fina línea antes de soltar otro suspiro nervioso— He hablado con Seung, yo tampoco me fiaba de la chica que habías conocido, así que quise informarme con Seung para tranquilizarme o para sacarte de ahí en su defecto— mi ceño se frunció y me apunté mentalmente llamar a Seung por irse de la lengua— Él me ha asegurado que Jana no tiene ni idea de Namjoon, solo conoce a la persona que ha visto en Europa, incluso ella pensaba que él era estadounidense por su inglés— Taehyung dejó escapar un pequeño "oh", y yo, por mi parte, sentí como si un peso dentro de mí desapareciera. Jin estaba de mi lado en esto— Además, vosotros no visteis llegar a Nam del viaje, estaba muy feliz y no dejaba de mirar a la máscara esa de la estantería todo el tiempo, incluso la saca brillo todas las mañanas.
Los cinco chicos elevaron sus miradas hacia la estantería de mi habitación, al mismo tiempo, y dejando escapar un pequeño jadeo de lo que parecía ser emoción.
Bueno, Yoongi no era el caso de los otros cuatro.
— Es el símbolo de vuestro amor— Taehyung se levantó de un salto de la cama para acercarse hacia la estantería y ver más de cerca la máscara— Apuesto a que ella tiene una a juego.
Jimin y Hoseok se posicionaron a los costados de Taehyung, y Jungkook, en una queja de sus labios, se levantó para ir hacia ellos diciendo que no le estaban dejando ver.
Una sonrisa nació de mis labios.
— Esa máscara me la regaló ella— los cuatro cotillas se giraron a la vez hacia mí al escuchar mi voz— Fue en la tarde que pasamos juntos en Venecia, ella me llevó a una librería y yo la llevé hacia una tienda de alquiler de trajes del carnaval veneciano. No pudimos alquilar un traje, pero si que se podían comprar las máscaras, así que ella me la regaló como obsequio por yo comprarla un libro en la librería.
Taehyung volvió hacia la cama para sentarse a mi lado. Sus ojos no se despegaron de mi rostro.
— Oh dio mío, esto es como una película romántica, necesito tener todos los detalles— mis cejas se elevaron, y noté como Jin fruncía su ceño tras de mí.
— ¿Has vuelto a hacer maratón de películas románticas con tu madre, Tae?— el menor asintió con una sonrisa y Jin negó con la cabeza— Mientras no vuelvas a hacer el monólogo de Titanic todo está bien.
En un gesto exagerado, Taehyung se llevó sus manos hacia su pecho y sus labios se abrieron con gesto ofendido.
— Jack cabía en esa tabla, lo que pasa que la Rose le gustaba ir a lo ancho— sus labios se fruncieron enfadados y yo solo negué con la cabeza.
Esto siempre pasaba cada vez que Tae hacía un maratón de películas con su madre. Al menos esta vez no habían sido películas dramáticas, sería muy difícil aguantar los lloriqueos sin aviso del castaño.
— Te estás fiando de nuevo Namjoon— la voz ronca de Yoongi nos sorprendió a todos. Él se había mantenido callado mientras escuchaba todo lo que tenía que decir— No la conoces de nada, y en menos de una semana has confiando en ella como si la conocieras de toda la vida, y no es así.
Tomé una bocanada de aire antes de contestar. Jimin me interrumpió.
— ¿Y va a desconfiar de toda la gente solo porque una imbécil le jugó sucio?— Jimin se adelantó unos pasos hasta volver a sentarse donde estaba— Entiendo que tenemos que tener el doble de cuidado que una persona normal hyung, pero no podemos meter a todos en un mismo saco solo porque uno nos dio una puñalada.
— Entonces espero que seas tú el que solucione la mierda de Nam solo por ir de confianzudo con una tía que conoce hace quince putos minutos— un bufido escapó de mis labios llamando la atención de todos.
— 15 minutos, una hora o toda la vida, me da igual, ya la conozco más que tú. Además, creo que tú y yo bien sabemos que incluso los que están de hace años tampoco son de confianza, y si algo te tengo que decir es esto; perdóname por ser humano y cometer errores, perdóname por querer vivir de vez en cuando, y sobretodo, perdóname por permitir que mi corazón empezara a latir por una persona— la palma de mi mano dio un golpe al colchón de mi cama dejando a todos con los ojos bien abiertos. Yoongi seguía mirándome con su misma expresión neutra de siempre, y queriendo no verlos más me levanté y salí de la habitación.
Mis pies se dirigieron hacia la cocina. Abrí la nevera de manera algo brusca, y aguantando el resoplido que quería salir de mis labios, cogí una botella de agua para dar un largo trago.
Los pasos del resto de miembros no se hicieron esperar.
— ¿Ha llegado a pasar algo entre ella y tú?— Yoongi estaba a la cabeza del resto, quienes estaban de pie en la entrada de la cocina de nuestro apartamento.
— Si preguntas si he tenido sexo con ella la respuesta es no, no hemos hecho nada de eso— cerré la puerta de la nevera de golpe, haciendo que Jungkook y Taehyung dieran un pequeño saltito en su lugar— De todas maneras, no te tienes que preocupar por nada. Ella vive en España, en la otra punta del jodido mundo, volvernos a encontrar es la cosa más improbable que pueda ocurrir, así que puedes estar tranquilo.
Mi mirada se mantenía en el rostro neutro de Yoongi. SeokJin y Hoseok salteaban su mirada entre nuestros rostros, y no me hacía falta mirarlos como para saber que estaban valorando si intervenir o no.
— Mucho mejor, un problema menos— el tono de Yoongi fue de completo alivio, y yo, actuando totalmente por reflejo, apreté mis dedos alrededor de la botella haciendo que el plástico crujiera fuertemente.
Jana no era un puto problema, ella no lo era, nunca lo podría ser.
Ella era un ángel.
— Yoongi...— Jin trató de intervenir, pero yo ya me había adelantado un paso.
— Jana no es un puto problema— mi tono se había elevado, y el sonido de mi voz era ronco.
El pelinegro elevó una de sus cejas, y una risa llena de sarcasmo salió de sus labios.
La botella crujió más entre mis dedos.
— Lo mismo dijiste de Yon, y mira lo que resultó, una puta cazafortunas y busca fama. Con el radar que tu tienes seguro que esa es lo mismo, otra zorr...— no dejé que terminara la frase.
La botella de agua exploltó en el rodapié de la isla de la cocina. Mi brazo se había elevado para lanzar fuertemente la botella contra el suelo, y me importó poco el estropicio que monté. Me acerqué hacia Yoongi con el cabreo burbujeando en mi sangre, y de forma sistemática, Jungkook y Jimin se posicionaron frente a mi frenándome en seco.
— Ni se te ocurra terminar eso que estás a punto de decir, porque entonces me va importar una mierda que nos conozcamos desde hace 10 putos años— el pelinegro elevó una de sus cejas excéptico.
SeokJin colocó una de sus manos en el hombro de Yoongi. Su ceño estaba fruncido, y su expresión no era de amabilidad en estos momentos. Hoseok y Taehyung se mantenían alerta por si tenían que interceder.
— Nam, cálmate y luego dices lo que tengas que decir, no merece la pena llegar a las manos por esto— Jungkook trataba de hablar calmado, pero yo ahora mismo estaba comenzando a ver rojo.
— Es increíble lo que te ha llegado a comer la cabeza esa tía en menos de una semana— Jin tiró de su hombro para hacer que Yoongi lo mirara.
Su ceño estaba profundamente fruncido.
— ¿Qué cojones te pasa?— Hoseok se posicionó a un lado de Jin con los brazos cruzados sobre su pecho— En serio Yoongi, ¿qué mierdas tienes que decir sobre una persona que no está aquí para defenderse? Sobre todo, no la conoces, Namjoon es el único que puede emitir un juicio sobre ella, no nosotros.
— Pero...— el ceño de Yoongi estaba fruncido, y sea lo que fuese a decir no pudo.
Mi voz se interpuso.
— Ahórrate todo lo que tengas que decir, no me interesa— me deshice de las manos de Jungkook y Jimin, las cuales estaban sobre mi pecho tratando de evitar que avanzara— Puedes estar contento, porque sea lo que pudiese haber ocurrido entre nosotros no ha pasado, ni pasará nunca. Tú carrera seguirá intacta y la banda no correrá ningún peligro por mi culpa, y si nadie tiene nada más que decir me marcho de aquí.
Traspasé los cuerpos de Jungkook y Jimin, y mi hombro chocó bruscamente con el de Yoongi mientras me dirigía hacia la salida como un rayo. Me calcé las primeras deportivas que vi, no tenía muy claro de quien eran, y cogiendo una mascarilla y una gorra del armario de la entrada, cerré la puerta de un portazo.
Me había dejado el móvil y la cartera dentro de casa, pero tenía muy claro que no iba a volver a por ellas. Por el momento, solo quería alejarme y respirar por un momento. Necesitaba tiempo para mí mismo, porque necesitaba comprender que aunque quisiera lo que había dicho allí dentro era verdad.
Nunca más iba a volver a ver a Jana, y eso dolía más de lo que estaba dispuesto a aceptar.
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*Gurruño: algo hecho bola, muy arrugado
Holooooooooo,
Pues aquí estoy una semana más y....FELIZ NAVIDAD A TODO EL MUNDO💜. Espero que hayáis podido pasar (y paséis) unas fiestas increíbles (dentro de esta atípica situación) y que vuestras familias se encuentren muy bien de salud.
Así que hoy vengo con el punto de vista de Nam (y la presentación de todos los chicos que ya aparecen) y bueno, parece ser que hay uno de ellos que no está muy feliz por Nam.
¿Qué pensáis? ¿Cómo lo tomaríais vosotros? Os leo🥰
No voy a explayarme mucho más por aquí y ya nos vemos la semana que viene con más (tal vez un pequeño maratón; dejadme saber si lo queréis)🙃
Nos leemos chikis;)
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