26
Tomé una bocanada de aire mirando a mi alrededor. Los jardines de Tivoli eran preciosos. El verde en contraste con el agua de los estanques recreaba a la perfección esos oasis que tanto había visto en los libros de geografía de la secundaria, pero lo mejor de todo era que las novelas adolescentes tampoco engañaban con las sensaciones al encontrarse en uno.
Omitiendo el ruido que se proyectaba desde las atracciones en el fondo del parque, perfectamente podría venir aquí todos los días de mi vida a dar un paseo apreciando los árboles y la tranquilidad de las aguas del estanque.
Ajusté el objetivo de la cámara para captar a unos patitos que nadaban siguiendo a su madre. Los pequeños parecían juguetear entre ellos mientras su madre nadaba ajena a todo lo que ocurría a su espalda, parecía ignorarlo deliberadamente.
Un click sonó a mi costado hizo que bajara la cámara asustada. Giré mi cabeza para encontrarme con Namjoon, quien seguía tirando fotos hacia los patitos en el estanque mientras mantenía un rostro sereno. Negué con la cabeza soltando un suspiro por mi boca.
Él no me había sacado una foto, era imposible.
Volví a elevar mi cámara hacia mi rostro. Mi dedo capturó a dos patos que nadaban juntos por el estanque, tranquilos, como si disfrutaran de su pequeña travesía.
— Es tranquilizador, ¿cierto?— bajé mi cámara de nuevo manteniendo mis ojos fijos en el estanque.
Escuché los pasos tranquilos de Namjoon acercarse hacia mí, y tratando de mantener la calma, junté mis manos, que empezaban a temblar, sobre mi estómago.
— La verdad es que sí— mis ojos bailaron por toda la extensión del estanque— Es muy tranquilizador ver todo esto, el ambiente y el paisaje acompaña mucho.
— Y la compañía también— pestañeé un par de veces antes de girar mi cabeza para observar el perfil del moreno.
Mis labios se entreabrieron levemente mientras mis ojos estudiaban su perfil. Sus facciones relajadas dando cara al estanque.
Sacudí la cabeza saliendo de mi estupor momentáneo y devolví mi mirada hacia el estanque.
— Sí, la compañía también— incliné mi cabeza hacia un lado tomando una bocanada de aire.
La suave brisa creaba tenues olas sobre la superficie del estanque. No me resistí y llevé mis manos hacia mi cámara para capturar ese instante.
Mi dedo índice clicó varias veces, y mordiéndo mi labio inferior bajé la cámara para comprobar como habían salido las fotos.
Sonreí para mis adentros. Eran perfectas.
— ¿Puedo ver?— Namjoon estaba a mi lado.
No me había dado cuenta cuando se había puesto a mi lado. Los nervios se dispersaron dentro de mí, y mis dedos se encorvaron alrededor de la cámara. Pestañeé un par de veces antes de subir mi mirada hacia él. Sus ojos estaban fijos en mi cámara, esperando que girara la pantalla hacia él para que pudiera ver la foto que había sacado.
— Si, claro— le tendí la cámara para que él la cogiera.
Su expresión relajada no cambió cuando miró la foto que se reflejaba en la pantalla. Mis ojos estaban completamente perdidos en las facciones de su perfil, y sentí como mis mejillas se sonrojaban cuando una media sonrisa asomó por sus labios.
Deja de sonrojarte Jana.
— Me gusta mucho— sus dedos acariciaban el objetivo de la cámara antes de elevar su mirada hacia mí— Es un bonito recuerdo de este lugar.
Mis labios se tensionaron mientras asentía, e intentando ignorar los nervios causados por su cercanía miré a mi alrededor tratando de ubicar al resto de nuestros acompañantes.
Fruncí el ceño.
— ¿Dónde está el resto?— mis ojos buscaban a mi hermana pero no la encontraba por ninguna parte.
Namjoon rascó su nuca clavando sus ojos en mi rostro.
— Se han ido hacia las atracciones— abrí mi boca incrédula y pensamientos nada amistosos hacia mi hermana se cruzaron por mi mente— Irune me dijo que te dijera por si querías alcanzarlos después.
Cerré mis ojos unos segundos dejando que una respiración algo pesada escapara de mis labios.
Ella sabía que no me gustaban las atracciones.
— ¿No fuiste con ellos?— mi rostro giró hacia él, y tratando de desviar mis pensamientos hacia otro lado, estiré mis manos para recoger mi cámara.
Un completo error de mi parte. Mis dedos rozaron los suyos en un acto inocente, y un escalofrío me recorrió por completo. La piel de los brazos se me puso de gallina, y no quise mirar, pero estaba segura que los pelos se me habían puesto de punta.
¿Por qué me ponía tan nerviosa?
Normalmente siempre era un manojo de nervios cuando tenía que interactuar con personas desconocidas para mí, pero Namjoon...este chico era otra cosa.
Las palabras parecían salir solas, pero al momento me arrpentía de soltarlas. No era hasta que él me sonreía de esa manera tan de él, con sus hoyuelos marcados y sus ojos empequeñecidos, que podía respirar tranquila.
Porque sabía que él no me juzgaba.
— No, no fui con ellos, disfruto más dando un paseo que montando en atracciones— sus hombros se encogieron y me regaló una sonrisa— ¿Quieres seguir por el camino? Tal vez encontremos más sitios en los que puedas sacar fotos.
Sus ojos me observaron, aparentemente relajados, y le quise preguntar como era que podía actuar tan normal.
Yo no me sentía capaz de ello.
— Claro, ¿por qué no?— acomodé la correa de mi cámara alrededor de mi cuello y me encogí de hombros.
Trata de actuar como tu hermana Jana, despreocupada, no parezcas una rara asocial.
Eso iba a ser dificil.
— ¿Qué tal el viaje hasta aquí?— habíamos empezado a andar en silencio por el camino de piedras.
— Algo largo, el tren no es tan cómodo cuando tienes que hacer viajes de más de 10 horas— mi mano subió inconscientemente hacia mi nuca masajeando lentamente los músculos de mi hombro.
— ¿Vinisteis en tren?— sus manos estaban dentro de sus bolsillos y sus hombros parecían relajados.
No me atreví a girarme para mirarlo asi que mantuve mi vista fija en el camino.
— Sí, en eso consiste un interrail— mis labios se curvaron hacia arriba recordando todos los momentos vergonzosos de mi hermana en los trenes— En verdad hemos cogido solo dos aviones, uno para ir a Milán desde Bilbao y el otro lo cogeremos para volver en un par de días.
Asintió como si comprendiera.
— ¿Me puedes explicar que es un interrail?— mis dientes atraparon mi labio inferior escondiendo la sonrisa que quería salir.
Asentí en su lugar.
— Básicamente es una oferta dirigida hacia la gente joven, digamos que es como una manera barata de viajar por Europa— incliné mi cabeza hacia un lado tratando de recordar todos los folletos que mi hermana me había lanzado a la cara cuando acepté el viaje.
— ¿Por toda Europa?— negué con la cabeza.
— No, principalmente son los países pertenecientes a la Unión Europea, pero creo que como se ha hecho tan popular si están ampliando, aunque no estoy muy segura— mis labios se fruncieron en una mueca— Mi hermana lo sabe mejor que yo, fue quien organizó todo el viaje.
Vi por el rabillo del ojo como se mordía su labio inferior.
Creo que eso me puso más nerviosa, no estaba segura.
Ya era un manojo de nervios sin remedio.
— Ojalá hubiera algo de eso en Corea, facilitar a la gente joven viajar por el país de una forma barata, me hubiera encantado de estudiante— asentí llevando mis manos hacia mi cámara.
— Si, hacer un viaje de esos con amigos debe ser muy guay— mi voz había tratado de sonar casual.
Creo que lo había conseguido. Estaba manteniendo bastante bien mis nervios a raya.
— Si, ¿tienes muchos amigos?-- hice una mueca que no pude evitar esconder.
Vaya, directo al corazón.
— No, la verdad es que no— y eso era la triste realidad.
Lo único que podría considerar como una amiga de verdad era a mi hermana, a Irune. Era la única que de verdad estaba ahí para mí, y en la única persona con la que podría contar tanto en las buenas como en las malas.
Y sí, bueno, si me ponía a pensar en alguna persona más que pudiera estar en esa tan exclusiva lista, pues no podría añadir a nadie más. Mis compañeras de piso no contaban, sí, nuestra relación era cordial y amigable mientras manteníamos una sana convivencia, pero hasta ahí. Tal vez Alicia podría ser lo más cercana a una amiga que habría tenido nunca, pero no creo ser capaz de catalogarla con ese rango.
Al final del día solo éramos dos compañeras de piso que se llevaban bien y se entendían en la convivencia.
Después mi mente pensó en Martín. Ese camarero tan amable que me había sacado del bochorno de mi vida. Le había llamado un par de veces mientras estuve en casa de la abuela, y sí, en nuestra conversación había habido risas.
Bueno, risas por su parte, yo me asemejaba más a un témpano de hielo.
— No pasa nada, yo tampoco tengo muchos amigos con los que hacer un viaje de esos— sacó su mano de su bolsillo para rascarse la nuca— No es que me pueda dar el lujo de confiar en las personas así como así.
Entreabrí los labios sorprendida.
— Estoy segura de que quien esté a tu lado, lo está de verdad— no sabía de donde venía eso, pero tras decirlo, un fuerte apretujón en mi pecho hizo que contrajera el rostro.
Puede que solo haya sido por la propia experiencia. Durante años siempre pensé que mi madre había estado conmigo siempre. Sorpresa para mí, fue una completa invención de mi mente, buscando formas de hacerme sentir querida por alguien que se supone que te debe de querer.
Si un pilar tan firme falla, ¿qué puedes esperar del resto?
— Bueno, te digo por experiencia que eso no se sabe hasta que pasa el tiempo— un suspiro salió de sus labios y, como si quisiera quitarse peso de encima, dejó caer su cabeza hacia atrás.
Giré mi cabeza en ese momento, clavando mi vista en su marcada nuez de adán y su mandíbula.
Tenía un perfil precioso.
— A veces el tiempo engaña, o tal vez somos nosotros mismos quienes tratamos de engañar al tiempo— su cabeza se echó hacia delante y giró para mirarme con su ceño fruncido.
— ¿Engañar al tiempo? Nadie puede hacer eso— mis labios se tensaron en una fina línea recta.
Entonces yo debo ser nadie, porque el tiempo me mostró una y otra vez como era mi madre, y yo me empeñaba en ocultarlo todo el tiempo, aunque eso hubiese significado volatirizarme en el transcurso.
— Créeme, la mente humana es brillante y un completo asco a la vez— un suspiro escapó de mi boca y elevé mi rostro para mirar hacia el fondo del camino.
Un edificio blanco se veía entre las copas de los árboles.
— En eso estoy de acuerdo— sus ojos se clavaron en el mismo punto que los míos— La mente humana es el arma más peligrosa para los propios humanos, al final somos nosotros mismos quienes nos autodestruimos.
No pude estar más de acuerdo con esa frase.
— Nada es más peligroso que perderse a uno mismo— mi lengua remojó mis labios mientras mi mente traicionera reproducía todas las veces que me había sentido un mero títere de mi madre.
Habían sido muchas veces.
— Si, puedo decir que yo también he bailado por esa línea— sus facciones se tensaron, pero mantuvo su rostro mirando al frente.
Podía sentir como su mente se iba volando lejos de los jardines de Tivoli.
— Es jodido— mis dientes atraparon mi labio inferior por el taco que acababa de soltar.
No se como se me había visto desde fuera, pero Namjoon se había girado para observarme con sus ojos entrecerrados.
— Muy jodido— concordó.
Una fuente redonda se hizo visible a nuestros ojos y un gran edificio blanco apareció de forma elegante. Parecía un palacio real, de esos que salen en las películas románticas, con un jardín delantero digno de una escena de un beso de película.
— Wow...— mis ojos bailaron por todo el edificio y el jardín delantero— Es precioso...
Mis dedos se encorvaron alrededor de la cámara, y cuando la estaba subiendo para inmortalizar esta imagen, Namjoon se interpuso en el objetivo.
— ¿Quieres que te saque una foto?— la cámara se quedó a la altura de mi pecho y mis labios se entreabrieron.
Incliné la cabeza como si no entendiera.
— ¿Qué?— el moreno elevó su mano para rascar su nuca.
— Yo... bueno, he visto como mirabas la fuente y he pensado que igual te gustaría tener una foto con ella de fondo...— sus mejillas se colorearon de rojo y una sonrisa nerviosa adornó sus labios.
Pestañeé un par de veces y desvié mi mirada hacia la fuente.
— Yo... yo nunca me saco fotos— ahora fue el turno del moreno de pestañear.
— ¿Nunca?— asentí con los ojos abiertos de par en par, y él inclinó la cabeza— ¿Por qué?— sacudió su cabeza como si un escalofrío le recorriera— Digo, siempre estás con la cámara sacando fotos, ¿nunca te incluyes en ellas?
Negué con la cabeza.
— No, yo no soy buena para salir en las fotos.
Namjoon frunció el ceño y su lengua remojó sus labios.
— Voy a discrepar en eso— mordí la parte interna de mi mejilla y negué con la cabeza.
— No, de verdad que no soy buena— entrecerró sus ojos y metió su mano en el bolsillo mientras fruncía sus labios.
Sus dedos sacaron su teléfono y dio un paso hacia a mí.
— Te voy a demostrar lo contrario, ven aquí— mis ojos se agrandaron de golpe cuando uno de sus brazos pasó por mis hombros.
Su brazo se estiró sobre su cabeza y mis ojos fueron a parar a la pantalla de su teléfono. Su rostro y el mío aparecieron en pantalla, y no tardé mucho en verme con las mejillas sonrojadas y los labios entreabiertos.
— Sonríe Jana— en sus labios apareció una sonrisa abierta que mostró sus hoyuelos, y yo, como si él estuviera completamente loco, me giré para mirarle con los ojos aún todavía más abiertos.
De reojo vi como la pantalla parpadeaba, capturando varias imágenes de nosotros.
¿Estaba loco?
Completamente.
Mis manos estaban muy quietas en mi cámara y mis dedos se encorvaron alrededor del objetivo. Pude jurar que mis nudillos se pusieron blancos y sabía que mi rostro estaba completamente sonrojado.
Namjoon bajó su brazo y miró la pantalla de su móvil con una sonrisa. Sus ojos se elevaron hacia mí mientras sus dedos zarandeaban su móvil en mi dirección.
— No miraste a la cámara Jana— sus ojos se habían empequeñecido y mi rostro se calentó más.
¿Qué se suponía que diriría ahora? ¿Lo siento por romper la cámara de tu teléfono? O mejor aún, ¿te he hecho un favor no mirando hacia la cámara?
Quería echarme a llorar en estos momentos.
Mis dientes atraparon mi labio inferior con fuerza. Namjoon estaba absorto en la pantalla de su teléfono y yo sentía que me estaba ahogando.
Miré hacia mi alrededor, buscando algún lugar al que escapar y tranquilizarme por este ataque sin sentido que me estaba dando.
Mi madre tiene razón. Soy patética.
Echarme a llorar porque alguien ha querido sacarse una foto conmigo, y ni si quiera eso he podido hacer bien.
No hago nunca nada bien.
Una de mis manos bajó a mi costado, y mi dedo pulgar comenzó a raspar mi dedo índice con fuerza. Mi cara ardía y mis ojos picaban, y cada vez me estaba costando más respirar.
~Sonríe Jana. No miraste a la cámara Jana~
No sabía hacer ninguna de las dos cosas.
Traté de tomar una bocanada de aire. No pude, no llegaba nada a mis pulmones, y no queriendo dar el espectáculo de mi vida, aunque ya lo estaba haciendo, me giré dándole la espalda. Bajé la cabeza cerrando los ojos fuertemente y traté de contar hasta diez despacio.
No funcionó.
Mi pecho subía y bajaba de forma errática, y mi pulgar rascaba con más fuerza mi dedo índice.
— ¿Jana...?— sentí la voz de Namjoon detrás mío— ¿Estás bien?
Sus dedos rozaron con la mano que tenía a un costado. Mi muñeca sintió su toque como si fuera lava, y ahogando un grito la quité de golpe.
— No— mi voz no se había escuchado bien, eso lo sabía, y no queriendo dar más pena de la que ya estaba dando comencé a caminar lejos de él.
O al menos eso era lo que yo creía.
Mis pasos sonaban poco estables sobre el camino de piedras, y mi visión empañada buscaba un banco sobre el que sentarme y calamarme antes de recurrir al inhalador.
— Jana espera— Namjoon se apresuró tras de mí.
Él era más alto que yo, eso ya lo sabía, me sacaba alrededor de una cabeza de altura, por lo que la zancada de su pierna era mucho más amplia que la mía. No tuvo que dar muchas antes de detenerme. Se paró frente a mí, con la respiración agitada y sus ojos visiblemente preocupados.
Sólo estás dando lástima Jana. Sigues sin valer nada.
— Déjame— traté de esquivar su cuerpo, pero él se interpuso— Namjoon apártate, por favor— mi voz era una verdadera súplica.
Si que das pena Jana.
— No lo voy a hacer, ¿qué te ocurre?— un bufido escapó de mis labios y mis ojos empañados en lágrimas se fijaron en los suyos.
Creo que ahí se desbordó la primera.
— Olvídame— no lo decía enserio, pero no quería verlo en estos momentos.
Verdaderamente patética Jana, muy patética.
— No, nunca— su cuerpo pareció abordarme, tuve que dar un paso atrás— No estás bien— sus ojos buscaban los míos.
Una sonrisa sarcástica se formó en mis labios.
Una sonrisa abierta llena de sarcasmo y dolor.
— Por favor, tú no— cerré mis ojos unos segundos antes de empujarle hacia un lado y hacerme paso por el camino.
Mi pecho ardía y mis mejillas ya estaban empapadas a estas alturas, pero ya, ¿qué importaba?
~Eres alguien patético Jana, y volverás a mí, porque no eres nadie.~
Tal vez no era nadie, todo era fachada.
Ya no lo sabía, no sabía nada.
— Jana— mi nombre sonó ronco en la voz de Namjoon. Mis pies frenaron en seco y sentí el pecho de Namjoon chocar con mi espalda.
Trastrabillé hacia delante pero no caí. Las grandes manos de Namjoon serpentearon rápidas por mi cintura hasta tenerme bien agarrada por mi estómago, y de un leve tirón, mi espalda volvió a pegarse a su pecho. Podía notar el latido desbocado de su corazón, y su pecho, al igual que el mío, subían y bajaban de forma muy rápida.
Tragué hondo y volví a cerrar mis ojos. Las lágrimas caían de forma estrepitosa por mis mejillas, y apostaba que el maquillaje que había aplicado mi hermana hacía unas horas estaba completamente corrido por todo mi rostro. Mis manos temblorosas se fueron a mi rostro, cubriendo cada horrible parte de él, ahogando los sollozos que todavía luchaba por acallar.
Las manos de Namjoon temblaban sobre mi estómago, y de un momento a otro su rostro se hundió sobre mi cuello, apoyando su frente sobre mi hombro.
Con lentitud retiré las manos de mi rostro completamente congestionado por la llorera que había atrapado de un momento a otro. Un suspiro pesado salió de los labios de Namjoon, y antes de que me diera cuenta, él ya había levantado su cabeza de mi hombro y me había dado la vuelta para rodearme con sus brazos.
Mi rostro se hundió en su pecho, y todo el dulce aroma masculino que provenía de él se me filtró en la nariz relajándome casi al instante. Mis manos estaban inertes a mis costados, y sabía que la cámara se le estaba clavando en el estómago, pero parecía no importarle.
Su rostro se había vuelto a hundir en mi cuello y sus brazos me tenían bien sujeta contra él. Un hilillo de aire escapó de mis labios, y por el escalofrío que sentí provenir de él, supe que había soltado el aire cerca de su oreja.
Cerré los ojos de nuevo, y casi por inhercia subí mis manos para pasarlas sobre sus hombros y completar el abrazo.
Pero no lo hice.
Aunque lo necesitaba, no lo hice.
Y ahí me di cuenta de que estaba demasiado jodida, demasiado rota.
Me quería buscar a mí misma cuando no sabía ni por donde empezar.
Iba a fracasar sin tal si quiera comenzar a mirar hacia arriba.
— Lo siento— nuestras voces habían sonado juntas, roncas y graves.
Ambos nos separamos para vernos, pero él no despegó sus manos de mí.
— ¿Por qué?— otra vez habíamos hablado a la vez.
Una sonrisa apareció por sus labios, yo en cambio, pestañeé un par de veces antes de intentar pensar algo coherente.
— Por obligarte a sacarte una foto cuando tú me habías dicho que no te sacabas fotos, he sido un imbécil por eso— volví a pestañear sorprendida, y con mi mandíbula temblando de la impresión, incliné mi cabeza hacia un lado.
— Yo pensé que te estabas riendo de mí— había sido sincera, puede que demasiado, pero por algún lado tenía que empezar.
Su ceño se frunció confuso.
— ¿Riéndome de ti?— el horror teñía su voz, y yo solo asentí muy atenta a sus expresiones— No, mierda...eso nunca Jana, nunca podría reirme de ti.
Mordí la parte interna de mi mejilla mientras trataba de sostenerle la mirada. Confusión y preocupación bañaron sus ojos, y yo, como la cobarde que soy, no pude soportarlo, asi que traté de dar un paso atrás para alejarme de él.
No me dejó.
— Jana...— sus ojos buscaban los míos pero yo me negaba a darle más expéctaculo de mi ridículo— Jana, por favor, mírame.
Negué cerrando los ojos fuertemente. Una bocanada de aire se coló por mi boca tratando de llegar a mis pulmones.
— Lo primero, vamos a calamarnos, ven aquí— de una manera suave me volvió a acomodar en su pecho— Vamo a respirar lentamente, intenta seguir el movimiento de mi pecho— su pecho subió en una profunda inhalación y yo lo imité. Estuvimos así un rato, muy breve, y conseguí relajarme entre su aroma y las respiraciones pausadas que él hacía.
Parecía que tenía experiencia.
— Ya...— mi murmullo hizo que se despegara un poco de mí.
Pero no demasiado.
— ¿Mejor?— sus ojos buscaron los míos y yo asentí.
— Si, gracias— mi lengua remojó mis labios— Perdona por esto.
Él negó con la cabeza.
— Deja de disculparte Jana, no hiciste nada mal— mis ojos se agrandaron levemente.
~No hiciste nada mal Jana~
Eso significaba mucho más de lo que yo pensé en ese momento. Era válida para alguien.
Parecia válida para alguien.
— Ven, vamos a caminar para despejarnos— su mano serpenteó hasta atrapar la mía.
Sus dedos se entrelazaron con los míos y tiró de mí en dirección hacia la fuente. El calor de su mano abrasava a la mía, pero no era molesto.
Me gustaba.
Caminamos unos metros antes de llegar a los pies de la fuente. Varias personas caminaban alrededor, pero parecían completamente ajenos a toda la escena que se acababa de dar hacia apenas unos minutos.
Namjoon resbuscó en su bolsa hasta sacar un paquete de pañuelos. Soltó mi mano unos segundos para sumergir un poco del papel del pañuelo en el agua de la fuente, después, elevó su mano para limpiar los surcos negros que debía de haber bajo mis ojos.
— ¿Sabes? Te ves más guapa cuando tu rostro está al natural— su mano limpiaba mi mejilla, y yo pestañeé soprendida por aquella información.
¿Eso quiere decir que le parecía guapa?
Mi mejillas se sonrojaron.
— Amm, creo que gracias...— mi voz todavía sonaba ronca.
Namjoon dejó caer su mano hacia abajo, y su mirada se fue fija hacia las piedras del suelo.
Mi corazón se apretujó en mi pecho, ¿ya la había fastidiado otra vez?
— Por favor, no vuelvas a sonreír de esa forma, de la manera que hiciste antes, al menos no a mí— mi vista se quedó en su perfil.
Mis labios se tensaron en mi rostro.
¿De qué estaba hablando?
— ¿Qué?— mi tono era confuso.
— Nunca te había visto sonreír de forma abierta desde que nos conocemos, lo que es hace relativamente poco, pero eso no evita que sienta que lo hacemos desde hace mucho más tiempo— el pañuelo se volvió una bola en su puño y pude ver como la tela de su pantalón se arrugaba un poco— Antes, has sonreído, pero no me ha gustado.
Mis labios se fruncieron fuertemente.
~Tu sonrisa es horrible Jana, haznos un favor y no abras la boca, ¿quieres?~
— Yo...lo sien...— Namjoon me cortó antes de que pudiera terminar la frase.
— Si sonríes hazlo porque estás feliz, porque te estés riendo o porque estés emocionada— su mirada se elevó hasta encontrar mis ojos. Una mueca cruzó su rostro— Sonríe de felicidad, nunca de pena o tristeza, menos de dolor. El mundo no se puede permitir hundir un corazón tan puro como el tuyo. El mundo no se puede permitir perderte por dolor.
Vale.
Quería llorar de nuevo, y creo que él lo notó.
— Namjoon...— mi voz sonó entrecortada, y él, estirando sus labios en una bonita sonrisa, alargó su brazo para entrelazar sus dedos con los míos.
Sus ojos bajaron hacia mi mano, la cual estaba muy enrojecida por haber estado rascando mi dedo pulgar fuertemente contra la piel de mi dedo índice. Su ceño se frunció mirando la pequeña herida que me había hecho, la cual no sangraba, y su mano tiró de la mía hasta quedar a la altura de su rostro.
— No vuelvas hacerte esto, un día te puedes hacer una herida muy fea— agrandé mis ojos cuando se llevó mi mano hacia sus labios para dejar un casto beso en el dorso.
Mi rostro estaba ardiendo en ese momento, y no pude evitar que un montón de emociones explotaran en mi interior.
¿Qué me estaba pasando? ¿Y por qué esto solo se daba con él?
Nadie me ponía tan nerviosa como lo hacía él.
— Amm...s...sí...cla...claro— ni si quiera podía controlar las palabras que salían de mi boca.
El moreno volvió a sonreir y bajó mi mano a la altura de nuestras cinturas. Un suspiro escapó de sus labios y sus ojos se fijaron en mi rostro.
Debía de parecer un cuadro.
— Anda, vamos a seguir paseando un rato y nos despejamos, además, quiero saber más cosas de ti— su brazo tiró del mío obligándome a seguirle los pasos.
Él estaba delante de mí, mis ojos solo eran testigo del balanceo de sus hombros al caminar y del tacto firme de su mano contra la mía.
Yo todavía seguía un poco ida.
— ¿De mí...?— no pude ver su rostro al completo, pero él se giró lo suficiente como para poder ver su perfil.
— Sí, de ti Jana— no sabía si había sonreído porque giró su rostro hacia delante— Podemos empezar por lo básico.
Sentí como mi corazón se aceleraba dentro de mi pecho.
Él me quería conocer.
Él nunca se reiría de mí.
¿Me aceptaría tal como soy?
— Pero solo si tú también me cuentas cosas de tí— aceleré mi paso hasta quedar a su lado. Nuestras manos seguían unidas, pero estábamos tan pegados que apenas se podía apreciar— Yo tampoco te conozco.
Mis ojos estaban fijos en su perfil, y fui testigo de como sus ojos se empequeñecieron mientras sus labios formaban una sonrisa radiante. Bajó su cabeza unos segundos antes de clavar sus ojos en los míos.
— Eso es lo mejor Jana, que tu tampoco me conoces— en mi rostro se dibujó una expresión de confusión, pero él solo negó con una sonrisa.
No sabía por qué había dicho eso, pero aunque esa frase pudiera asustar a cualquiera, para mí no lo hacía.
Solo me trasmitía calma, por muy loco que pareciera.
— Pues entonces conozcámonos.
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holooooooooo,
¿Cómo estáis? Espero que muy bien💜
Aquí os dejo otro capítulillo algo intensito, de esos que sé que os gustan. La verdad, es que a partir de este punto, la relación Nam-Jana va a cambiar un poquito, y bueno, puede que ya vayan avanzando hacia donde vosostras/os ya os imagináis🌚
También, quiero decir que, en el capítulo siguiente, ya va a aparecer un personaje que sé que os va a encantar, y del que estoy segura que habéis esperado un poquito🤭
Pregunta: ¿Qué pensáis que va a pasar ahora?
IMPORTANTE: HE PENSADO EN SUBIR MAÑANA UN CAPÍTULO COMO CELEBRACIÓN DE "BE", ASÍ QUE, DECIDME SI LO QUERÉIS (bc lo tengo que preparar), OS LEO EN COMENTARIOS
Os quiero comentar una cosita, aunque bueno, esto es si queréis, y es que me gustaría que me comentarais algo más. De esa manera puedo saber si hay alguna errata, algo en lo que pueda mejorar, o vuestros propios pensamientos sobre la trama, además de que es la mejor manera de saber si os está gustando la historia❤️
Bueno, ya no tengo mucho más que decir, así que , o nos vemos mañana o la semana que viene, depende de lo que decidáis😜
Nos leemos chikis;)
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