9 | Capítulo 09





— Aprecio las opiniones honestas. — acerco su rostro en el espacio entre el cuello y el hombro de HeeRan, mientras hablaba en susurros — Me alegra que te guste.

JungKook comenzó a rozar de manera moderada su nariz, ocasionando que el cuerpo de HeeRan reaccionará hacia esa acción, dejando que él hiciera todo lo que fuera. Estaba disfrutando el olor de su perfume, vio que HeeRan cedía cada vez más por los roces que generaban una electricidad en la cintura que tenía expuesta por el tipo de top que ella cargaba.

— ¿No sería abusar de tu confianza si te pido algo más? — hablo bajito HeeRan, recibiendo un ronroneo excitante como de afirmación — ¿Podrías hacer un cuadro que pueda mantener en la galería? No estaría en venta — sugirió, tratando de desviar sus pensamientos a la realidad.

— Me encantaría — se separó un poco para visualizar el cheque en el escritorio — tal vez lo podríamos discutir más a detalle... en un lugar más íntimo.

La sugerencia termino saliendo en un tono de voz más profunda, provocando que HeeRan se ruborizara y al mismo tiempo se provocara una punzada en su vientre bajo. Sintió un roce en medio de sus glúteos, haciendo que soltara un leve gemido y perdiéndose en lo último mencionado por JungKook.

En la forma que se había estirado JungKook para tomar el cheque, había hecho que su miembro rozará a propósito, dándole una ventaja en el pequeño juego que se había creado en ese corto tiempo, dejando vulnerable por sus caricias a HeeRan.

— En fin, — comento despreocupado, dejando su voz ronca a algo normal — se puede contactar con mi jefe para que le de más información sobre lo que quiere, como también él lo hará cuando sea el próximo proyecto.

HeeRan seguía aturdida por la cercanía y la declaración final hizo que asintiera frustrada. Dándole a JungKook una sonrisa satisfactoria mientras retrocedía. Tomó su bolso y se dirigió a la puerta para marcharse, dejando a HeeRan con una calentura incontrolable.

Aunque él también tenía una notoria erección, no se quedaría como HeeRan. Como si lo hubiera llamado con el pensamiento, su ex novia había escrito para pasar otra noche junto.





Cinco meses después

Cada cheque en mano era entregado a Min DaeJin que estaba pendiente de todo lo que hacia HeeRan y en especial NamJoon. Por mucho que haya trabajado años con el último mencionado, estaba desconfiado de que no era táctica para robarle desaparecerse. Aunque lo encontraría y lo torturaría hasta la muerte.

Sin embargo, todo iba bien. Le dejó la confianza a NamJoon al ver que luego de veinte transacciones y al estar bajo control, podía seguir marchando dejando de lado la cafetería. Pero al ser el punto de centro de él y todos sus subordinados, seguía financiándolo.

Mientras que el anonimato atrae, el nuevo artista con cero información en el internet, en los artículos periodísticos o algo que pudieran sacar para saber más, estaba siendo el centro de atención con las últimas tres ventas. Una voz muy susurrona había corrido la información sobre el tema, algunos creían que era una mentira y otros estaban como depredadores para cazar algo nuevo para sus colecciones.

Así se habían mantenido las últimas tres semanas, para comprar algún artículo. Si habría un performance para adquirirlo, pero todo siempre se mantenía agotado y sería raro tener algo, cuando esto se miraban bajo pedido. Un cuadro por semana era lo que se miraba en la galería y así eran las visitas de JungKook. Él coqueteaba los primeros días de forma evitativa, pero cuando HeeRan no pudo resistir la tensión y se abalanzo hacia él, ambos se sintieron embriagados y adictos al contacto del otro.

Ambos buscando beneficio sexual y económico, no estaba el encontrar el amor en sus noches en la galería. No compartían más que gemidos y jadeos en las cuatro paredes de la oficina de HeeRan. Ambos había disipado la nube negra que los rondaba por estar concentrados en encontrarse para saciar sus ganas por el otro. HeeRan, se miraba radiante, como si nunca hubiera tenido problemas financieros con sus adicciones y que estaban afectando su negocio. JungKook, aunque seguía despreciando su trabajo, borro un poco de su resentimiento con la tensión de ver a la pelinegra sobre el escritorio gimiendo su nombre como si se conocieran de años.

Ya la galería había sido cerrará por JiWoo, dejando todo en orden como siempre y pasando a despedirse de HeeRan que se miraba como si hubiera dejado las drogas, había encontrado otra adicción. Mientras que HeeRan se encontraba haciendo todos los preparativos para una próxima presentación de cinco artistas, incluyendo a MinJi. Sin embargo, cuando la música relajante fue interrumpida por los pasos de alguien al ingresar a su oficina y bajar el volumen para hacer el lugar más intimo.

Había colocado un cuadro como todas las semanas y se había precipitado hacia HeeRan que estaba en su asiento, cambio de posición haciendo que ella quedará sobre él, la necesidad había hecho que se desvistieran de la parte inferior de manera rápida. Pero los toqueteos para que aumentará el calor entre ellos no faltaban, hacían que se desearan cada vez más. HeeRan tenía la falda de tuvo arremangada en su cintura y preparada para introducir el miembro cuando su burbuja de excitación fue explotada al escuchar un forcejeo de alguien en querer abrir la puerta.

Esta estaba con seguro, puesta por JungKook minutos antes. Al principio no se había escuchado nada, pero al prestarse atención y con el miedo de ser descubierta, se separó de JungKook que estaba pegado a su cuello besándola. Cuando se separó, él soltó un bufido de frustración. Había escuchado desde que empezaron a forcejear, pero quería demostrar que estaban muy ocupados ahí dentro.

— ¿Quién mierda es? — susurró muy enojado, se levanto para acomodarse el pantalón.

— Creo que es mi secretaria, sería la única que pued...

— ¿HeeRan? ¿sigues adentro? — el forcejeo siguió, por el simple hecho que desde la primera planta se podía observar entre las persianas que se filtraba algo de luz — ¿Se quedaría dormida? Traeré las llaves.

La joven secretaría se dirigió hacia su oficina para encontrar sus llaves de emergencia que pocas veces había usado, cuando su jefa no daba señales de vida y se percataba que estaba bajo los efectos de una dudosa sustancia.

JungKook tomo sus cosas y el cheque que le tenían preparado con enojo — ¿No habías dicho que no hay nadie a estas hora? — susurro, empujando a HeeRan sobre su escritorio para que sintiera lo frustrado que lo dejaron.

— No mentía, debe de haber pasado algo para que este aquí. Sal cuando este en su oficina.

Abrió la puerta luego de arreglarse y apagar la luz por completo de la habitación, se dirigió hacia JiWoo que estaba buscando las llaves. Estas habían sido cambiadas de lugar por HeeRan con anterioridad. Al tenerla de pie y con sus cinco sentidos intactos, su preocupación disminuyo. Comenzó a explicarle sobre un correo que había sido enviado cuando estaba en el parqueo con su scooter, mientras miraba a HeeRan por la parte de atrás, observo una sombra salir con prisas.





Las risas eran invadidas en la pequeña oficina de JiWoo, estaba muy temprano hablando por teléfono con su mejor amigo. Su tema principal HeeRan. Su resumen del día era que gracias a él, había conseguido el empleo, el exnovio del chico había sido el asistente anterior y la recomendaron cuando tuvieron la oportunidad.

La felicidad duro poco, ya que HeeRan había conocido a su actual ex pareja, que había llevado artistas callejeros como referencia. El problema, es que la llevó por el camino de las adicciones, ella terminaba pagando las deudas que siempre mantenía por las apuestas y el abuso de confianza con el que también era proveedor de HeeRan, Park JiMin.

JiWoo pudo tomar sus cosas y marcharse, pero prefirió quedarse con ella, al saber que necesitaba a alguien que no la dejará tirada, como lo hizo su expareja cuando consiguió lo que necesitaba. Pero los comportamientos de los últimos meses, hacia que dudará de que lo haya vuelto a ver y que podía ser el dichoso hombre tan anónimo que quería cubrir.

— No lo sé, sus actitudes son un poco raras, son iguales a cuando estaba con ese Baek. — mantenía la mirada en su computadora mientras hablaba — Al principio creí que el artista misterioso era él... la escuche teniendo relaciones la otra vez que regrese a la oficina. Pero se me hace muy diferente.... ¿te dije que lo llegue a ver una vez? Con esos tatuajes y piercings, ¡es todo un delincuente!

Escucho del otro lado un bufido junto a una risa — Tu jefa es rara. Rechazó de forma olímpica a uno de los mejores empresarios de Corea para irse con el drogadicto de Baek y ahora esta teniendo sexo con otro delincuente. Que no te sorprenda que otro la deje mal con sus escándalos...




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top