5 | Capítulo 05
Cuando todos los efectos habían salido del sistema de HeeRan, tomó sus cosas para marcharse sin avisarle a nadie. Mientras era guiada por el GPS de su automóvil, miraba con cautela toda las calles para ver un logo parecido a la carta de presentación.
Quedo enfrente de una cafetería, que no era tan grande, ni tan pequeña. Se podía considerar algo normal para un número considerable de clientes por día. Ya con arrepentimiento en su sistema y pensando sobriamente, apretaba el timón para aferrarse a no cometer un error. Pero como si su cuerpo reaccionará para llevarle la contraría, salió deprisa del auto.
Camino hasta abrir la puerta del local y ser recibida por el sonido de campanita que daba la bienvenida a los clientes, pudo observar que el lugar estaba con un poco vació -para no decir casi solo ocupada por los trabajadores- para la hora que debían haber más personas. Ya en el mostrador, no sabía con quien hablar y con un pequeño llamado con las manos se acerco una chica que estaba colocando unos pastelitos en un mostrador.
Después de ser llamado por la chica, NamJoon salió sonriente acompañado con una bandeja en sus manos, colocó este en una estantería y luego se dirigió a HeeRan, que estaba esperando en el mostrador.
— Hemos cambiado de opinión, al parecer — es lo primero que dice y con una emoción que no se podía describir, le tendió un pastelito para ganarse un poco la confianza.
— Solo vengo por una cosa importante — recibe el regalo automáticamente — ¿Dónde esta el cuadro que hay que vender?
NamJoon pierde la sonrisa poco a poco — ¿Es necesario realmente?
— Obvio que es necesario... — dijo con obviedad, llevándose el dulce a la boca para darle la primera mordida. Los encontró deliciosos — ¿Entonces que vendería?
— Creí que tu podías hacer toda la magia, ¿no puedes decir que lo vendiste sin tener el producto?
— No, claro que no. Tengo que vender algo físico para que se vea legal toda la compra.
Quedo pensativo, viendo al techo falso — Entonces vende lo que ya tienes en tu galería para la justificación — HeeRan se lo estaba haciendo muy difícil.
— No puedo vender algo que puedan involucrarse más personas y sino no podré pagarles lo que es — HeeRan lo vio con duda, mientras se terminaba el pastel — Necesito que me des algo. ¿No que tenías un chico?
— Cierto, de eso te puedo hablar después, pero tengo que contactarme con él y pediré que prepare algo para ti, cariño — se acomodó en el mostrador para hacerse el confiado, aunque no supiera mucho sobre el tema — ¿Qué especialidad manejas? ¿Acuarela, oleo, carboncillo? Estuve informándome por si venías.
— Me alaga, señor Kim. Pero usted sorpréndame con lo mejor que tenga — HeeRan se sentía en confianza en lo que estaba ahí parada hablando de negocios.
— Se sorprenderá con lo que le daré que mataría por tener uno — sonrió para cerrar el trato con un estrechón de manos. La emoción corría por las venas de ambos.
A la hora de que se cerrará la cafetería, NamJoon tenía destino diferente y ahí estaba en las bodegas abandonas, cerca de JiMin, JungKook contaba con una propiedad y luego de saber que no estaba en casa de su hermana, sería todo un poco más fácil.
Con la llave que el mismo dueño le dio, entro sin dificultad, encontraba un castaño en el gran ventanal con balcón apreciando la oscura noche mientras fumaba con el acompañamiento de música relajada.
— ¿En qué piensas? — se acerco con cautela, llamando la atención de JungKook.
— Nada importante, — dirigió su mirada a su acompañante y en lo que se encontraba en sus manos — ¿Qué haces a estas horas por aquí y con eso?
— Es para un nuevo trabajo para ti, ven — lo dirigió dentro de la bodega y acomodo lo que había comprado, mientras JungKook daba la ultima calada de su cigarro para seguirlo — Necesito que hagas algo ahí, un arbolito en medio con un sol en la esquina o algo con tu experiencia en el tema. Desenvuélvete.
— ¿Para que es? ¿Hiciste algo con la alcohólica de la galería?
— Algo así
Palmeo su hombro y se marcho despidiéndose con sus manos de manera exagerada, por parte de JungKook, miró todo lo que tenían las bolsas en su mesa, pero al ser muy tarde no le presto atención para irse a dormir directamente. Al día siguiente averiguaría que hacer con todo eso.
Pero cuando los primeros rayos de sol entraron por la gran ventana, JungKook se encontraba mezclando pinturas con la música a alto volumen. Sin embargo, con todo lo que hacia, no se le venía nada a la mente, haciendo que vagará alrededor del trípode que sostenía el lienzo.
— ¿Qué se supone que deba de pintar? — tiro la paleta en la mesa y miro con frustración el cuadro en blanco — Mierda, quiero pizza, muero de hambre y ese imbécil solo me trae pinturas oleo.
Se dirigió hacia su celular que reproducía la música y rápidamente llamo a NamJoon.
— Maldito idiota, sabes que no soy un estúpido artista y te pones a jugar a los negocios con esa mujer.
— Solo pinta algo, no necesariamente lo que tienes en tus libros, — bufó por el comentario — no te comportes así, era obvio que iba a revisar tus cosas. — se escucho de fondo que NamJoon estaba dándole instrucciones a otras personas — Escucha bien Kook y no me hagas repetirlo, necesito que hagas algo, si quieres ganar dinero.
JungKook sin dar respuesta cuelga, enojado — ¡Idiota!
Del enojo, pierde el apetito y toma la paleta con la que estaba mezclando las pinturas para tirarla en el lienzo para desquitar todo su enojo. Pero la mancha que dejó en el blanco cuadro, llama su atención y su cerebro dio una idea.
Para ser un viernes por la tarde, la cafetería estaba completamente vacía y sin espera de algún cliente. Los trabajadores se habían dividido en dos grupos, el primero seguían con su labores en la panadería, mientras que el otro grupo se encontraba custodiando a NamJoon que estaba en una reunión en su oficina con la familia Min.
Sin embargo, solo el hijo, YoonGi había asistido. Con cada palabra que soltaba el más alto, este hacia cada vez más una cara de desagrado hacia la propuesta. Era la idea más patética que le han propuesto.
— ¿Realmente crees que mi padre aceptaría esta patética idea? — los aires altaneros se mostraban en su voz.
— Discúlpame, Min, discúlpame por intentar expandir nuevos horizontes. — los chistes y burla no faltaban por parte de NamJoon — ¿No sería mejor agregar un toque de clase y sofisticación al negocio? ¿Estas feliz con la idea?
— ¿Me miras con una sonrisa en la cara? — YoonGi se estaba cansando de las ideas, pero no podía hacer nada contra el moreno, por ser el más leales de su padre.
— No, lo que digo que hay que tener cautela, saber manejarnos en este ámbito hoy en día.
— Hemos tenido cautela, el incompetente de tu trabajador es el que esta arruinando todo. Siempre ha sido una molestia y sabes que esta en juego todo esto por él y tanto tu como Jeon tendrán que pagar por esto.
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