3 | Capítulo 03





Habían pasado días y no tenía trabajo, por lo que JungKook se encontraba fumando fuera de su casa. Afuera ya se encontraba oscuro, así que se sentía un poco fresco, miraba su celular a cada cierto tiempo porque sabía que tenía que estar pendiente por si salía un trabajo.

Cuando bloqueo su celular para ver las estrellas y recapacitar por todo lo que había hecho, se preguntaba ¿iría al cielo? o se pudriría por igual que sus padres. No llego a encontrar respuesta por una llamada entrante de NamJoon.

— Ven rápido a la cafetería, necesito que me acompañes a un lugar — no espero respuesta y colgó.

JungKook se levanto de le las escaleras de entrada y abrió un poco la puerta para avisar su ausencia en la cena, siendo despedido por su cuñado que le entrego una chaqueta y una sudadera.



HeeRan estaba tomando su tercera copa de vino en la noche y pensaba terminar la botella antes de marcharse, por eso se encontraba viendo un cuadro que sentía una profunda conexión por no ser vendida y ser cada vez más parte de esa pared. Mientras tomaba un sorbo, sintió la presencia de alguien que estaba arreglando su bolsa para marcharse.

JiWoo, había dejado todo en orden, por mucho que no hubiera trabajo, siempre necesitaba dejarlo ordenado por si salía un imprevisto y lo pudieran resolver de inmediato.

— Ya es hora de marcharme — se acerco a su jefa — No se vaya tan tarde, mañana nos vemos luego de las diez.

HeeRan asintió confirmando el permiso que había sido concedido — no te preocupes Ji, descansa y tómate todo el tiempo que necesites. Estos días no son de mucho que hacer.

Con la pequeña despedida, la menor se retiró dejando la galería un poco más silenciosa. HeeRan al ver su copa nuevamente vacía, la volvió a llenar. Los pensamientos negativos la estaban invadiendo por ser cada vez un fracaso. ¿Lograría regresar a su tiempo dorado o ya era momento de retirarse y probar algo nuevo? Aunque esa última opción no la quería considerar nunca.

Bajo el silencio, se perdió en el tiempo hasta que escucho la puerta ser nuevamente abierta, pensó que era JiWoo al haberse olvidado algo, pero era todo lo contrarió. Cuando dos hombres de alta complexión e intimidantes, ingresaban como si fueran dueños del lugar. Ambos rondaban por los treinta, a su parecer. HeeRan con una mirada confusa vio acercarse a ella al más alto que contenía una sonrisa que lograba ser amenazante.

— Hola querida, ¿cómo estas? — la voz del hombre hizo que temblará, no sabía si era del miedo o de la profundidad de este — No sabíamos si estaba abierto o ya habían cerrado, pero como vi todavía gente aquí dentro, aquí estoy.

Todavía el desconcierto estaba en su persona, por lo que o sabía en que contestar. El hombre a su lado estaba siendo muy invasor, le había caído mal al ver la falta de educación que tenía. Y esas miradas de desaprobación no fueron pasadas desapercibidas por NamJoon que se sintió un poco grosero.

— Disculpa mi mala educación, soy Kim NamJoon y vengo a ofrecerte un trato. — estiró su mano, esperando unos segundos de duda por parte de HeeRan pero al final fue correspondido — He visto que tu negocio podría ayudar al mío, ya sabes, talentos, negocios, managers.

HeeRan lo miró con desconfianza, era raro encontrar gente que buscará asociar las galerías ¿su negocio estaba mucho peor al de ella? — ¿Por qué creé que lo voy a ayudar? ¿Tiene a alguien que ofrezca los servicios que requiero?

— Por su puesto, ¿cree que por mi aspecto no nos dedicamos a esto? — señaló el cuadro que estaban viendo con anterioridad, por poco hacia una cara de desagrado al ver explícitamente el cuerpo femenino, no le desagradaba ver algo por el estilo pero decir que eso era arte lo hacia dudar de lo que la gente quiere — Ve a mi chico de ahí atrás... — ahora se centró en otro aspecto, donde Jungkook estaba perdido en las instalaciones tan blancas que lo podían dejar ciego — Él hace unos cuadros magníficos, pero no solo se trata de eso. Tengo un negocio muy aparte, y sería bueno que nos asociáramos.

— ¿Cual sería ese negocio, señor Kim? — lo miró desafiante, sabía que no iban por cuadros o venta de ellos.

— Bueno, mis clientes son un sector muy exclusivo de la sociedad y nos hacen algunos pedidos que nos pueden traer problemas legales, ya sabe — intento decir a superficie su negocio con los Min — Así que queríamos limpiar esas transacciones con que ellos compren un cuadro por nuestro pedido. Usted tendría un porcentaje que la beneficie y nosotros nos quedamos con el precio de nuestra mano de obra.

Entendió la propuesta, necesitaban una cortina de humo, algo que los beneficiará para realizar lavado de dinero. Ella sabía que consumir cualquier tipo de estupefacientes la podía llevar a prisión, como mínimo cinco años, pero realizar ese tipo de jugadas con el lavado de dinero, le podía conceder una cadena perpetua sin vista al salón. Estaba en un dilema, quería aceptar para saber si eso la ayudaría en la galería. Pero otra parte de ella estaba con los pies en la tierra que sabía que estaría con los nervios de punta por ser descubierta y poder tener un problema por ser muy obvia. Así que tenía bien su respuesta.

— Lo siento mucho, pero no estoy dispuesta en ser partícipe en su negocio y en nada relacionado a usted... — intentó ser lo más amable posible, no quería problemas — Si me permiten, tengo que cerrar y les pido que puedan retirarse.

Aunque lo dijo de manera tranquila, tenía miedo que los dos gorilas que estaban a su alrededor no le hicieran daño, sin embargo, NamJoon estaba en completa tranquilidad, cien porciento seguro que tarde o temprano lo iba a buscar. Esperaba que fuera lo más temprano posible, HeeRan tenía el aspecto de alguien que iba a buscarlo si o si. Así que de su bolsillo saco una tarjeta y se la extendió.

— Si cambia de opinión, seré como su genio de la lampará que la salvará de toda miseria — la voz seductora fue acompañada por la acción del hombre al extenderle una tarjeta de presentación para poder ser contactado — Y créame que también estaremos encantados de trabajar con usted. Con una señal llamó a JungKook, que a los segundo comenzó a caminar hacia fuera del local para marcharse. HeeRan soltó todo el aire del temor que contuvo, intentó considerar la idea, pero no quería tomarla como opción.

Era un no, asegurado.



Frente a su armario como la mayoría de ocasiones, no sabía que colocarse para esa noche. Había sido invitada a una presentación de un artista que estaba siendo sonado en los últimos meses por sus excelentes fotografías. La exhibición tendría lugar en una de las galerías más grande de Corea, sabía muy bien que era de una gran competencia.

Competencia que la otra persona había creado desde que ella había abierto las puertas de la pequeña galería que tenía y nunca sabría muy bien el por qué. Por eso mismo no quería ir, para no pasar malos ratos de indirectas directas hacia su persona, pero JiWoo la convenció con un argumento que podía atraer otro tipo de clientes y poder realizar alguna jugada con los artistas que llegarían por estar bajo la firma de su competencia. Era muy común realizar ese tipo de maniobras para quitarle la popularidad o la exclusividad que tenían los artistas o clientes en unos lugares.

Pero con su suerte, estaba segura que ni se fijarían que había llegado o que había sido invitada. Sin importarle mucho, tomó el primer vestido negro que encontró y se maquilló con los mismos tonos, se apresuró porque el tiempo estaba siendo cada vez más escaso y todavía tendría que pasar a recoger a su secretaría, como llegar a tiempo, para no llamar la atención.

Sin embargo, al estar a tiempo, ya se había aburrido. Al estar al pendiente de todo, no hacia nada entretenido. Hasta que ve a una mujer que había pasado a su lado para saluda a SooYoung. Sabía que era mala idea, así que se acerco a JiWoo que estaba hablando con unas personas como si se conocieran de años.

— ¿Por qué me habías mentido de que SooYoung no iba a estar por un viaje de negocios? — pregunto un poco irritada, hizo que su secretaría estuviera un poco nerviosa.

— No fue con mala intención, solo vi adecuada que su enemistad podría ser favorecido para poder llevar a grandes coleccionistas o algún artista a la galería — no quería jugarse su puesto, pero sabía que si HeeRan vendía cada vez menos, su puesto si o si estaría en juego.

— Ya se porque lo hiciste, pero eso no quita que me hayas mentido. Me siento de la mierda estando aquí. — se masajeo las cienes para intentar encontrar estabilidad mental, pero sabía bien que eso no lo podía hacer hasta que no tuviera alcoholizada o drogada, y ahí no lo podía hacer — Sácame de una duda, ¿desde cuándo SooYoung, conoce a Tanaka Aiko?


soy este cuando nadie comenta y no hay interacción:

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