14 | capítulo 14
HeeRan corrió rápidamente hasta subir el segundo nivel, esquivando todo lo que tuviera en su camino. Sabía que los Kim iban a comprarle esa obra, así que al estar cerca de él lo abrazó de la emoción. Luego lo esquivó para ingresar a su oficina, tomó una caja y unos documentos que no eran relevantes, para llevarlo a la trituradora de papel y llenar la caja. JungKook la siguió hasta entrar detrás de ella, viéndola actuar apresuradamente con una sonrisa en su rostro, mientras empacaba solo papel.
— Pase por algo similar, una tía comenzó a empacar comida caducada y nos la enviaba como regalos, ahí entendimos que teníamos que ingresarla al psiquiátrico de manera inmediata.
— ¿Qué...? — quedo confundida por el relato — No es lo que piensas. Es por el tema de los impuestos, nadie los quiere pagar. — sello la caja al estar lleno — Solo si presento una factura no quedan convencidos el sistema tributario, tengo que demostrar que fueron enviados a algún lugar. — colocó los datos en la caja con marcador — Llega hasta ser un poco gracioso imaginar a unos gorilas custodiando simplemente cajas vacías. ¿Me acompañarás a dejarla?
Agitó la caja frente a él, esperando respuesta que llegó con un asentimiento de cabeza, afirmando y haciendo que nuevamente HeeRan sonriera.
La noche importante llego, el día anterior se fue en colocar cada objeto en su lugar. JungKook miraba entrar a cada persona con tanto nervios, esperaba que HeeRan llegará ya que había ido a su departamento para cambiarse a algo más apropiado después de estar todo el día en su oficina.
Las voces después de tantos meses fueron positivos. Cada emoción era genuina en cada objeto o cuadro que tenía el lugar, para todos era tan atrayente y tétrico que las luces eran el complemento perfecto para la noche. El público estaba interesado en comprar alguna pieza, JiWoo estaba feliz de dar vueltas por el lugar y hacer negocios que se llevarían al día siguiente luego de que se terminará la exposición.
Cuando HeeRan llego a la galería, se sintió mareada y se encerró en el baño inmediatamente. Su cabeza daba vueltas, sintiéndose con una fuerte nauseas que no eran soportables, se sentía en abstinencias al dejar su adicción hace poco por sentirse enferma. Intentó salir y ser participe de la exposición, pero al poco tiempo de encontrarse fuera con el resto de personas, pero estaba un ambiente sofocante que se acerco a la barra y tomo una copa de vino blanco para intentar bajar los mareos que incrementaban.
— Me encanta, es una especie de realismo y cruda realidad — JungKook escucho atentamente a una mujer que se había acercado a él — el artista tuvo ese entendimiento de la contaminación y el exceso de plástico en el planeta tierra... — ella miró a JungKook esperando respuesta, pero solo recibió una risa nasal.
— Sí, es muy creativo... — contesto sarcástico, al ver a JiWoo caminando cerca, la tomo del brazo para acércala a la mujer — Si le interesa comprar algo, ella sabe más del tema.
Con esas ultimas palabras, se marcho. No quería seguir escuchando a tanta gente hablar cosas que no estaban en coherencia. Pero dentro de toda la tranquilidad, dos hombres que no tenían el mínimo interés de estar ahí. Interrumpieron. Miraron el lugar con asco, buscaban con la vista a JungKook, se habían enterado por trabajadores de la cafetería de NamJoon que estaría esa noche, querían darle una lección por sus acciones idiotas. Al localizarlo se acercaron tomándolo por el cuello de su chaqueta de cuero.
Llamarón la atención de una parte del lugar — ¿Sabes que es lo que estas haciendo aquí, Jeon? — el más bajo de los tres era el que lo sostenía y hablaba — Esta es la mayor prueba de lo que eres, desgraciado. ¡Nos quieres delatar!
JungKook soltó para que nadie les prestará — Solo son esculturas, no miras lo que esta ahí — señalo a una pieza — son obras carentes de significado.
— A nosotros no nos engañas, mierda, esa es tu arma para trabajar y no solo te delatas a ti, sino a todos nosotros — intervino el más alto.
HeeRan al llevar su cuarta copa, se percato de lo que estaba pasando, sin pensarlo se acerco para intentar evitar una pelea.
— Caballeros, buena noche — su voz salió en una emoción fingida acompañada de una sonrisa — ¿qué se les ofrece? ¿han tenido un problema con el trabajo?
— Mujer más estúpida — volvió a hablar el más bajo — ¿puedes cerrar la boca? Estamos hablando con el imbécil que se cree Picasso.
— No puede venir a callarme, ¿se atreve a hablarle así a una mujer? — contesto indignada — Este lugar, es mi galería y por eso mismo puedo llamar a la policía. Decirles el escandaló que están formando y que es los haga pudrirse en la cárcel.
— ¿Cómo harás eso? — contraataco — ¿Eres idiota o te haces? ¿te has fijado en quien tienes a tu lado?
JungKook al ver que el más bajo se acercaba a HeeRan la tomó para colocarla detrás de él. Los hermanos comenzaron a reír de forma sarcástica al ver la reacción de JungKook. La atención nuevamente llego a ellos, pero fue interrumpido por una mujer que iba vestida de algo elegante que sin importarle que, movía a las personas para llegar hasta su destino.
— Permiso, permiso, gracias, muchas gracias — la mujer tenía los rasgos que caracterizaban a JungKook pero con un toque más alegre. Al ver a su hermano junto a HeeRan se emocionó — ¡Hola! Que bonito es todo esto, ¿eres HeeRan? — la mencionada asintió confundida de tanta emoción — Kook me ha hablado tanto de ti y toda esta idea. — al mover la mano ocupada, se recordó de lo que llevaba — ¡Oh! Traje unos pastelitos aunque no se si te gusta.
— No se hubiera molestado — cuando vio la bandeja de cupcakes frente de su cara.
HeeRan hizo una reverencia mientras tomaba la bandeja, pero al querer tomar un pastelito, JungKook se lo arrebato para completar un "lo llevaré a tu oficina". Dirigiéndose de inmediato hacia el lugar mencionado y alejarse de toda la tensión, evitando una pelea en el mejor momento de su vida. Heeran al ver dicha acción, comenzó a seguirlo, estaba molesta ya que el olor había llamado mucho su atención.
HaeJin tenía una sonrisa al ver a su hermano y HeeRan yéndose, pero al ver que ellos no estaban cerca, cambio drásticamente y miró directamente a los dos hombres que no mostraban una pisca de emoción en el lugar.
— Es mejor que se larguen, no arruinen este momento — comenzó a caminar por el lugar admirando las cosas que su hermano había hecho.
Cuando JungKook regreso con el público, HeeRan aprovecho la distracción para comenzar a comer los pastelitos que le habían llevado. Su ansiedad incremento por el olor a pan recién horneado y sentía una gran satisfacción cada que daba un mordisco, se había perdido en los sabores variados de los cupcakes.
Los hermanos Han al verla en su oficina, se acercaron para convivir de mejor manera, eran una especie de artistas callejeros que la expareja de HeeRan la hizo conocer. Su cercanía se limitaba a los negocios y de vez en cuando pasar tiempo drogándose hasta quedar inconscientes.
— HeeRan, ¿estas disponible? — ellos se acercaron con unos pequeños sobres de cocaína.
Ella entro en un conflicto interno, no quería aceptar por sus malestares de las ultimas semanas, pero su extraña necesidad al ver las pequeñas bolsas con contenido blanco habían hecho que quisiera sentirse bien, nuevamente.
HeeRan en compañía de los hermanos Han, terminaron procesando porque habían llegado hasta ahí, sin embargo querían más.
— Creo saber quien puede conseguirme más y gratis — HeeRan se levanta de su escritorio, viendo que una de lo jóvenes estaba consumiendo lo último que les quedaba en la bolsa.
Fue hasta la primera planta donde seguían todos, puso su vista en JungKook que estaba siendo hostigado nuevamente, pero esta vez por un hombre mayor, la situación la estaba matando como si fuera necesario para continuar con vida, necesitaba más para quitarse esas nauseas que tenía por la mezcla de todos los perfumes y olores en la galería. Se tambaleaba un poco, pero lograba disimularlo con su maquillaje, vestimenta y peinado intacto, aunque si sistema ya no. Al estar cerca le tocó el hombro para llamar su atención.
— ¿Me puedes dar algo de tu producto? — lo dijo en voz baja para que nadie más los pudiera escuchar — necesito para unos amigos, ellos se acabaron todo y yo me ofrecía a conseguirles más.
JungKook al entender, rodo los ojos. Odiaba a esas personas. Tomó el rostro de HeeRan para saber si ella también había consumido, sus ojos estaban dilatados. Cerro los ojos para no querer odiarla.
— No tengo nada de lo que quieres...
— ¿Cómo que no tienes? Debes de cargar un poco por si aparece uno de tus clientes, ¿no? — intento buscar en la chaqueta de JungKook, pero él la alejo.
Chasqueo sus dedos llamando su atención — Préstame atención — HeeRan lo ignoro para volver a buscar algo en su chaqueta, pero nuevamente volvió a tomar sus mejillas forzando a que lo viera — Mierda, que me mires. No soy una mula.
— ¿Cómo? ¿Por qué no? — se presento confundida a la confesión — ¿No es de eso en lo que trabajan con NamJoon? ¿ahora me dirás que todo ha sido una mentira...? ¿nunca has trabajado de repartidor?
El vomito de palabras no fue impedimento para darse cuenta que estaba un poco consiente — Nunca lo he hecho, — la tomo de los hombros y se la llevó a una parte más lejana, para no ser escuchados — no te he mentido, no soy un distribuidor drogar como no soy un verdadero artista...
— ¿Cómo que no eres artista? — levanto un poco la voz, llamando la atención de su cercanía. JungKook se tomó el puente de la nariz un poco frustrado — ¿Y estoque mierdas es? — se acerco a una pieza — Si no eres un vendedor de drogar, ¿con que generas tanto dinero — se acerco para tomarla de los brazos y hablarlo en la oficina — Dime... ¿Matas personas para ganarte la vida...?
JungKook freno su acción y se quedo en silencio. Con eso, HeeRan tuvo para confirmarlo. No sabía que hacer o decir ya que él mismo se sentía un poco decepcionado, las personas perdieron el interés al verla fuera de sus cinco sentidos. La mente de HeeRan había disparado al propósito inicial de los hombres con el lavado de dinero. Se había vuelto cómplice de algo más grande, de criminales profesionales. Por su avaricia había encubierto la muerte de varias personas alrededor de esos meses.
Había hecho venta por la vida de las personas inocentes. Se comenzó a reprochar por acostarse con él, a jugar a la parejita feliz. Las nauseas la invadieron de forma intensa y con la información se sentía tan mareada. Haciendo que vomitará todo sobre una escultura hueca. Todos al darse cuenta de la situación no pudieron evitar comenzar a gabar la escena que había montado. JungKook sin moverse solo cerro los ojos sin saber que hacer.
JiWoo a petición de HeeRan pidió que salieran todos del lugar, hasta que no quedará absolutamente nada. HeeRan al ver que nadie estaba dentro, se quedo en medio del gran salón procesando todo lo que había pasado. No quería tener a JungKook cerca de ella, no antes de saber que hacer con todo el cuento que se había formado y que se le había salido de las manos. En cualquier momento podía ser desechada, si así ellos quieren.
No quería decir que lo sabía, que su instinto se lo había advertido. La necesidad del dinero hizo que no viera las señales de peligro. No estaba consiente de cuanto tiempo había pasado, pero al ver los primeros rayos de luz por el amanecer, le dieron a entender que no ha sido poco.
Se sentía agotada, pero sentía la necesidad de estar alerta que no había pegado un ojo por si le pasaba algo. La confianza que se había generado en la relación de conocidos con beneficio, se había rodo y la tenía hecha un desastre. No soportaba seguir derramando lagrimas por lo idiota que se tuvo que ver tanto la noche anterior como el primer día que conoció a NamJoon.
El sonido de la puerta al ser abierta la asustó. Recordaba haberle puesto la llave a la puerta, cuando vio que salía la última persona. Su mirada viajo en la sombra hasta toparse con un JungKook triste y con diferente ropa. En su mano se encontraba una bolsa, no sabía si tenía algo ahí, pero sus nervios se alteraron.
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