13 | Capítulo 13
— Esto es muy diferente, — habla con un poco de pesadez — ese es nuestro negocio y lo que ella esta haciendo es muy fuera de lo nuestro. ¿Sabes qué nos pasará si esto sale a la luz? — señalo la cafetería como metáfora de todo su "negocio"
— Nosotros en prisión — murmuro ya decaído y NamJoon lo incito a completarlo — o muertos...
NamJoon se dio cuenta de cambio de humor, ya que era muy transparente a hora de hablar sobre el tema. Por la mente de JungKook pasaba todo tipo de ideas, ¿si hubiera tenido una vida diferente? ¿si la decisión de lo que le dieron vida hubiera sido otra? Al tomar nuevamente la pintura, quería retomar una vida que nunca tuvo y deseo cada segundo.
— Nam... ¿crees que mejoraré con los Min? — la pregunta confundió.
— ¿Mejorar? Eres el mejor. De todos los trabajadores, eres el que sobresale y ellos como yo confiamos en ti, eres capaz de hacer algo totalmente solo que cinco de sus hombres hacen en grupo.
— Sabes a lo que me refiero... si cambiará algo si hago algo bien con el señor Min — volvió a repetir su duda pero de otra forma, para que lo entendiera NamJoon.
— Ya veo por donde vas... — suspiro, colocándose las manos en la cara, no sabría como decirle a JungKook lo que no quería escuchar — Ni se te ocurra decirlo frente a ellos, mucho menos lo pienses — quería darle fuerzas, pero ese tema los decaía a ambos por igual.
En el silencio que se formo, se hizo incomodo cuando JungKook de la frustración le pego a la mesa con la palma de sus manos — ¿Cuánto tiempo más tengo que vivir de esta manera? ¿cuánto tiempo más tengo que estar soportando esa mierda? ¿cuándo podré tener una vida normal?
— No tengo repuestas para ello — le contesto de inmediato, sabía que eso le caería pesado, pero decía la verdad — Yo no hice las reglas de este lugar, si hubiera sido de otra forma, te hubiera dicho que mejor regresarás a casa y no pensarás en nada que destruiría tu vida... — se escuchaba también cansado, esto se le salía de las manos — ¿Te sientes jodido con toda esta vida? Pues debo decirte que no eres el único. Yo también lo estoy y como todos los que estamos metidos... temo decirte que seguiremos aquí hasta dar nuestro último respiro.
JungKook enojado de escuchar lo que sabía, pero no aceptaba. Comenzó a caminar hacia fuera de la oficina y se desquito con la puerta de madera, azotándola para demostrarle a NamJoon que no quería saber nada de él por un buen tiempo. NamJoon se recostó en su asiento, con una gran tristeza recorriendo su cuerpo. Lo había visto crecer y verlo de esa manera lo mataba. Era como un hijo para él.
El saco de boxeo era víctima de los golpes con los que se desquitaba JungKook, cada golpe lo ayudaba para calmar su enojo, pero en ese preciso momento no lograba conseguirlo. Su mente regresó a la realidad al escuchar la alarma de su celular, tenía días de no llegar a casa de su hermana y se le había olvidado quitar todas las alarmas que lo ayudaban a controlar el horario de ese hogar.
Había dejado de quedarse, porque HoSeok había pedido sus vacaciones y sabía que su ayuda era innecesaria. Se quito sus guantes con los dientes y cercarse hasta su celular para apagar el molesto sonido. Tuvo que esquivar botellas de cerveza que estaban siendo decoración de sus últimas horas del día. El sudor que recorría todo su cuerpo fue directo a una toalla que pasaba para secarse con fastidio. Tomo otra botella y comenzó a beber, tomaría un baño y se perdería en el alcohol.
Pero en su trayecto, su vista fue hasta la colección de malos recuerdos y las palabras de HeeRan rebotaron en su cabeza, ¿por qué ella miraba potencial en donde él había provocado desgracias? Quiso tirarlo, pero no podía deshacerse de él. Si su desgracia era adorada por las personas ¿por qué no lo explotaba? Nunca sabrían que estaba sacando todo lo que no podía ni hablar con su única familia.
Sin importarle que iba a hacer minutos antes, se dirigió al frío suelo que se colaba por sus piernas expuestas al solo estar en ropa interior, comenzó a mezclar todo tipo de pinturas rojas para hacer una textura que pareciera a la sangre, a lo que tenía frente a él. Sabía que HeeRan quería esa creatividad oscura que lo envolvía, pero no llevaría las pruebas que lo vincularán con sus asesinatos. Poco a poco comenzó a hacer muchas cosas más, demostrando que podía hacer más que arte abstracto.
No vio el tiempo que había pasado, que al terminar, no pensó si eso afectaba para el exterior. Estaba con una mezcla de emociones al terminar y quería presentarle de inmediato su primera colección a HeeRan. Tomó su teléfono y busco su contacto.
— ¿Te desperté? — fue lo primero que dijo al ser atendido, separo su celular y se fijo en la hora al no tener respuesta de HeeRan — ¿Cuando estas disponible? Tengo algo que costarte.
Y sin más colgó, para ordenar todo lo que había hecho, eran las cinco de la mañana. No había esperado respuesta, sabía que HeeRan le iba a escribir, así que se dirigió al baño para quitarse la pintura y el sudor, luego iría a dormir.
El transcurso del día había sido normal para HeeRan que había terminado sus reuniones, había organizado exposiciones para dentro de unos meses, había hecho tratos pequeños para vender algunos cuadros de los artistas que tenía por ahí. JungKook llevaba una muestra, una cosa pequeña de todo lo que había hecho dentro de una caja, al estar en la oficina, sin saludar o hacer una introducción previa, se lanzó a abrir la caja misteriosa.
— ¿Qué te parece? — su emoción podía notarse en los poros, pero su mirada también transmitía cansancio y frustración.
— Es maravilloso, — contesto entusiasmada dirigiendo su mirada tanto en el objeto como en JungKook que estaba con una sonrisa — Hablare con los de mantenimiento y tendrás tu exposición en unos días.
Al día siguiente HeeRan había contactado con personas para que comenzaran a realizar las remodelaciones correspondientes, por esa misma tarde ya se encontraban haciendo el inicio, pintando las paredes blancas a un gris oscuros que daban ya toques a ser negro. Las ventanas estaban tapadas para que nadie externo viera hasta el día que se tenía que presentar.
El diseño se acoplaba a lo que se transmitían en las figuras y cuadros que JungKook llevaría esa noche. Cuando la pintura estaba seca en una de las paredes, se comenzó a instalar un nuevo set de estantería que combinarán con el resto del lugar. HeeRan tenía una pesadez sobre ella si MinJi se llegaba a enterar sobre el retiro temporal de sus obras, ya que su pelea había crecido en magnitud que llego a no hablarse por días.
JiWoo estaba encargada de saber si se estaba llevando a cabo todo lo pedido, así que se estaba manteniendo en dar vueltas en el primer nivel supervisando el trabajo. Vio entrar a JungKook en compañía de Heeran y por primera vez fue presentada hacia él, que no le presto una mínima atención. No entendía como el misterioso hombre que tenía cautivo a medio mundo, era la persona más común que había visto. Aun así, no cuestiono de donde venía su inspiración, ni cuestionar a HeeRan de donde lo había encontrado luego de que él se había ido.
Cuando se mantenía caminando y observando que todo estuviera a proporción, sintió una presencia detrás de ella, se sobresalto al encontrarse a JungKook nuevamente ahí, sin expresión alguna. No tenía la misma confianza que con los otros artistas, por lo que solo se hi a un lado pensando que iba a seguir caminando.
— ¿Aun no se ha ido HeeRan? — fue lo primero que dijo, rompiendo el silencio que estaba presente en ambos.
Al intentar hablar, fue interrumpida por HeeRan que estaba bajando las escaleras — ¿Qué te parece? En dos días será tu gran noche. A no ser que ellos se atrasen con algo — señalo con algo de gracia hacia los trabajadores.
— No lo sé... — los nervios se estaban presentando, que sin pensarlo, HeeRan comenzó a masajear sus hombros.
— Son solo nervios de principiante, relájate y déjame hacer todo el trabajo. — la propuesta, hasta JiWoo entendió que no hablaba de la exposición — No te vayas a quedar en casa, tienes que venir. Tienes que ver a todas las personas que te admiran.
— ¿Y si ya no quiero que las personas vean mi inspiración? — comenzó a darle vueltas a lo dicho por NamJoon, pensando con la cabeza fría se estaba arrepintiendo de hacer todo por impulso.
— ¿Por qué? No veras la emoción en sus ojo cuando admiren lo que haces...
Tomó las manos de HeeRan para quitarlas de sus hombros, ambos presentaban emociones diferentes que podía llegar a acabar muy mal.
— Es que... no estoy tan seguro...
— Dios mío, aun no lo sabes pero es miedo que todo artista tiene...
Quería seguir explicando, pero el sonido de un teléfono interrumpió la motivación que iba a darle la peli azul, JungKook contesto la llamada al conocer el sonido que le coloco a su hermana. HeeRan por su parte se distrajo con JiWoo cuando le llego un correo a su iPad.
— ¿A pasado algo con los niños? — no saludo, fue lo primero que pensó.
— Ellos están bien, pero tu invitación me cayo de sorpresa y no se que llevar — del otro lado de la línea se escuchaba las risas de los menores — Hobi dice que me lleve el vestido verde pero no lo sé.
— Dame dos segundos le preguntaré a alguien que puede saber sobre el tema — se dirigió a HeeRan, que había escuchado la conversación y se sentía nerviosa al saber que tenía hijos — Es mi hermana, pregunta que puede ponerse para la exposición.
HeeRan se tranquilizo internamente al saber que no era padre, sino un tío. De inmediato contesto con una sonrisa — Dile que lo que le guste, si es cómodo, mejor.
— No hay reglas para que vengas vestida de forma elegante — regreso su atención al teléfono.
— Ok, tengo que colgar. Hobi estará con los niños. Prepararé algo para llevar.
— No es necesario traer... — no pudo terminar su frase cuando se dio cuenta que le colgó.
La emoción de su alrededor lo estaba asfixiando, así que sin preguntar tomó camino hacia el segundo nivel para respirar lejos de todos ellos. Las palabras de NamJoon y las de HeeRan estaban rondando en su mente como una batalla. ¿Seguía haciendo las cosas bien o era otro problema que lo arruinaría con los años?
En el primer nivel había entrado una pareja invitada para HeeRan — Que bueno verlos por aquí, ¿cómo han estado? — se acerco a saludar — ¿les gusta? Falta unos toque en la iluminación y detallitos pequeños para que en dos noches podamos comenzar con el show.
Los Kim estaban felice en apoyar a HeeRan y a todos sus artistas, que dieron un recorrido VIP en el salón. JiYeon miraba una escultura ya pegada en la pared, su análisis no llegaba a más allá de la incertidumbre, pero le costaba apartar la mirada de él. La presencia de HeeRan hizo que su piel se erizará pensando que era TaeHyung, pero se sintió enferma en pensar un poco subida de tono teniendo cerca a su amiga.
movió las manos como si quisiera tocarlo — Me encanta, es tan....
— ¿Misterioso? ¿peligroso? — contesto desde su punto de vista, haciendo reír a JiYeon — ¿...Qué?
— No... nada de eso, es algo como excitante. ¿La temperatura aumento? — se sentía diferente y quería irse del lugar de inmediato con su pareja, que había sido como llamado telepáticamente con complicidad.
— ¿Ya quieres irte a casa, cariño? — esta asintió esperando que pasará algo más en el camino.
Se despidieron de HeeRan que los acompaño hacia la puerta, se comenzó a reír al no estar en el lugar. El futuro matrimonio no podía controlar su deseo frente a las personas, quitando el profesionalismo que ellos tenían. JungKook desde su lugar reía de la misma manera al ver a las personas más rara que eran amigos de HeeRan.
— ¡Oye Golden Man! Ya pude descifrarte — llamó la atención de JungKook, llegándolo a asustar — lo que quieres transmitir a las personas, es sacar los deseos más profundos de ellos. — haciendo referencia a lo que acababa de ver y haciendo reír nuevamente a JungKook al estar otra vez lejos de la realidad — tenemos una venta asegurada, así que debemos celebrar.
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