12 | Capítulo 12




Cada vez se alejaba de lo céntrico y eso hizo que sus nervios estuvieran muy alterados, nunca había estado en un lugar que pareciera que nunca encontraría salida. Al llegar al final de un largo camino encontró varias bodegas abandonadas, así que revisó su celular con el GPS para saber si esa era la dirección y lo confirmo. Se dirigió con velocidad mínima para encontrar el número de bodega que JungKook le había proporcionado y encontró una motocicleta que ya conocía muy bien.

Bajó hasta llegar a la puerta y cuando quiso tocar, esta estaba entreabierta, por lo que simplemente empujó hasta poder tener acceso al lugar. Miró cada rincón de lo que estaba enfrente, era totalmente diferente a lo que había afuera. Todo estaba en un completo orden y bien estructurado como si fuera un departamento sin divisiones de paredes.

Con esa vista tan pulcra que tuvo, se dio cuenta que estaba muy equivocada en saber como vivían los proveedores de droga, creía que vivían igual a los que consumían, echados a perder, en lugares sucios o peor aun, viviendo bajo un puente.

Pudo localizar a JungKook que se encontraba pintando una cosa muy diferente a lo que llevaba en la galería y así tenía un área con muchos cuadros que no tenían el mismo aspecto de lo que enviaba pero se sabían que todos habían sido hecho por la misma persona. La música estaba en alto volumen que no recordaba si esta se podía apreciar desde afuera.

Se acercó con cautela, mientras miraba un poco más cerca las cosas y JungKook aun no se había dado cuenta de su presencia. Tenía un pequeño gimnasio, cocina, un intento de habitación y un pequeño espacio para un estudio de arte, donde él se encontraba. El olor a comida le llamó la atención de manera instantánea y sin dudarlo tomó unas cuantas papas fritas. La comida estaba tan cerca de las pinturas, que al ver la mano, JungKook se sobre salto.

Últimamente perdía la concentración de su alrededor y sus institutos tan agudos se apagaban cada vez que tomaba un lápiz o un pincel.

— Es hermoso. — miró el cuadro que estaba aun fresco — ¿Le falta para que lo termines?

— Estoy por acabar, dame un momento — le tendió la cajita donde las papas se encontraban y ella sin negarlo lo agarró.

Mientras daba las últimas pinceladas, HeeRan empezó a hurgar por las estanterías que encontraba cerca. Cada uno estaba en sus pensamientos que ignoraron la presencia del otro, HeeRan en querer conocer mejor al hombre que estaba hipnotizándola con sus encantos. Mientras que JungKook estaba entre el miedo y la negación de ser el centro de atención, no quería que fuera descubierto y poner en riesgo su pequeña familia.

Cuando estaba en su vista periférica, la vio de reojo para saber sus movimientos. HeeRan observaba con detalle muchos libros de ficción, no ficción y unos sketchbooks que se identificaban por año en el lomo de cada cuaderno, siendo el ultimo hace diez años. Cuando estaba por tomar uno de esos cuadernos, su atención fue directa hacia una estructura parecida a un árbol artificial hecho por hierro, con bolsas de plástico con restos de pintura roja como decoración. Era lo más raro y bello que había visto. Sabía que él tenía potencial para explotar.

No entendía como JungKook con todo ese talento había terminado como un camello. Había sido lo mejor que ha tenido luego de SeokJin, no sabía porque ese hombre de treinta y dos años no había sido descubierto mucho antes.

— ¡Por Dios! ¿qué es esto? — con el grito, JungKook se levantó en la dirección de la voz para buscar donde ella estaba viendo, su creación — Es tan... — el silencio para encontrar las palabras lo hizo dudar si había sido descubierto — revolucionario pero tiene esa pizca de proyectar temor.

JungKook suspiro a medias por lo dicho — ¿Hay algo malo en él? — sin entender las últimas palabas se volvió a mostrar afligido — ¿Debería de transmitir miedo? ¿eso deberías de sentir?

El vomito de preguntas no fueron pasados de desapercibidas por HeeRan, miedo a ser rechazado, fue lo primero que se pregunto — No lo sé, eso deberías de saberlo tú. ¿Quieres transmitir eso?

Ahí entendió, no lo estaba juzgando por descubrir una prueba incriminatoria de sus asesinatos. Más bien, todo estaba siendo confundido por una obra de arte que no estaba con propósito de exhibirse. Quería tirarlo eso desde hace bastante tiempo, pero tenía recuerdos que sabía que no podía tirar a la noche a la mañana a la basura, se martirizaba con lo que hacia y tenerlo de forma física hacia que se sintiera en su realidad.

Las palabras de emoción desde la ignorancia de HeeRan por primera vez hicieron algo dentro de él, que su realidad puede ser diferente, donde no podía ser juzgado. Cuando HeeRan iba a hablar nuevamente, JungKook la tomo de los hombros para darle vuelta, luego para tomar sus mejillas y besarla de manera brusca, hasta llevarla hasta su cama.





Toda la noche la pasaron como si nada más existiera en el mundo. Donde las palabras no eran necesarias de lo que estaba pasando entre ellos, pero si salieran a la luz, no perderían tiempo en negarlo. A la mañana siguiente, HeeRan comenzaba a hablar sobre cosas del arte y de los próximos negocios que se venían en su galería, mientras JungKook solo la miraba con un brillo que se notaba a lo lejos y la escuchaba con tanta atención.

Cuando HeeRan se percato de la hora se levanto corriendo buscando su ropa, tenía que llegar a la galería. Con un "te acompaño" de la voz contraria, se dirigieron a la galería.

— ¿Quieres que hable con NamJoon para que te deje hacer lo que quieres o...?

La conversación fue interrumpida al encontrar a una JiWoo intentando esconderse detrás de su folder, mientras que MinJi le gritaba y quitaba los cuadros de la pared con una fuerza descomunal. Esta situación tenía mucho tiempo y JiWoo no sabía que contestar a los gritos por no ser valorizada, que las personas son un público estricto que acepta cualquier estupidez sin valor.

— HeeRan es otra más que no valora mi esfuerzo, me ignoraba por SeokJin y ahora lo hace con ese tipejo que se hace llamar Golden Man — hizo comillas en el hombre — ¿Sabes que no todo lo que brilla es oro? Con esos aires de misterio lo hacen ver patético.

Cuando presto atención de la mirada de JiWoo, miro hacia la puerta, encontrándose con HeeRan. Con una mirada de odio al ver a un hombre cerca de ella, nuevamente.

— ¿Quien es este tipo?

La exaltación de MinJi hizo que HeeRan se sorprendiera, era raro ver esas acciones de ella en circunstancias, donde todo iba bien y ella se entrometía diciendo que no era lo mismo para ella. Muchas veces hablaban del tema, pero MinJi estaba cegada de que HeeRan la desplazaba por otras personas.

MinJi respiraba como si hubiera corrido kilómetros y no pudiera controlarse, eso hizo que HeeRan se moviera para que JiWoo y JungKook no presencien ese comportamiento.

— Acabo de hacer una pregunta simple... ¿Quién mierdas este tipo? — al no tener respuesta intuyo algo que se venía hablando con JiWoo y los otros artistas bajo la firma de la galería — ¿Tu eres el cobarde?

Los nervios y el enojo estaban a poco de explotar para su cuerpo, por otro lado JungKook estaba ignorando las actitudes de la joven, prefería no tratar con personas como ella. Estaba ahí por ser la compañía de HeeRan, no por las actitudes desagradables de una joven. Y si ella seguía de esa manera, se daría la vuelta y regresaría a su casa.

— ¿Cómo puedes ser posible que estes hablando de coleccionistas y ventas millonarias de esa forma de él? — señalo a JungKook con desagrado — Llevo años aquí y solo haz vendido un cuadro mío en el último semestre — su voz salió dolida, apunto de llorar — y viene este tipo con manchitas de colores que pudiera hacer un niño de cinco años.

— Que se hable de él en estos últimos meses no significa que...

— Hablan maravillas, como si fuera una celebridad o fuera algo mandado del cielo, mientras que mis redes sociales, están lleno de comentarios machistas por mi esfuerzo — HeeRan rodo los ojos, ya había hablado con ella sobre el tema y MinJi solo se centraba que era siempre atacada por ser feminista y lesbiana, cuando a nadie le importa su orientación o política a seguir — Se nota a kilómetros que le gusta estar en el centro de atención con esa maldita excusa del anonimato. ¿Por qué no estas en Nueva York o París?

JungKook frunció su ceño, no quería reírse por lo dicho pero una risa nasal lo delato. MinJi no podía encontrar competencia y colocaba comentarios donde no sabía que estaba pasando en realidad, y al ver esa última reacción. Exploto.

— ¿De que te ríes, imbécil? ¿crees que por qué soy mujer no puedo hacer mejores cosas que tú?

— MinJi, compórtate y vamos a la oficina a hab... — no pudo continuar al ser interrumpida por la chica.

— ¿Te sientes todo un machito todo poderoso por vender en pocos meses lo que le cuenta a las personas con talento años? He estado en este mundo por mucho tiempo y encajas en el estereotipo de un hombre fracasado que al ver a una mujer sobresalir hace todo lo posible para seguir siendo el centro de atención.

La tención estaba siendo palpable y HeeRan se interpuso físicamente entre ambos para cortar la discusión que estaba generando MinJi.

— Relájate ¿quieres? Podemos hablarlo en otro momento...

— ¿En otro momento? No era mi intención ser un estorbo en tu vida tan perfecta, no seré una carga para tu trabajo. Te dejaré con un hombre que ni JiWoo conoce, pero del que miles hablan por tener un poco de él.

— No estaba diciendo...

Ahora JungKook interrumpió, colocándose frente a HeeRan — No quiero romper tus ilusiones, pero no te conocía ni antes de estar en este mundo, así que no sabía que eras una clase de competencia. ¿Qué sabes realmente de la vida para hablarle de esa manera a alguien que no conoces o a tu jefa? Demuestra lo ignórate y joven que eres por tu falta de educación. ¿Cuantos años tienes? ¿quince? Sin ella aquí, tampoco tuvieras reconocimiento, así que no es tu esfuerzo, es el de la señorita Choi.

— ¿Disculpa? — comenzó a reír sarcástica — tengo veintitrés para tu información y que tu hayas vivido con privilegios de hombre y agreguemos tu complejo heterosexual — lo miró de pies a cabeza — no te hace que minimices mi trabajo.

— Ni tu el mío — con eso, lo dio por terminado el discurso que había escuchado.

Camino hacia afuera y con destino a su casa, los argumentos de la chica estaban fuera del conocimiento de la vida de él. Sabía que tratar con esas personas iba a ser como hablar con una pared que era mejor la opción de marcharse, aunque sabía que tenía que haberlo hecho antes.

— ¿Quién habla de educación? Cuando acabas de dejarme hablar sola, eso es una maldita falta de educación — grito al verlo lejos de la puerta, ya no sabía en que sacar su frustración.

Las personas miraban con miedo, los gritos de MinJi. Por lo que Heeran se disculpo desde lejos y se acerco a MinJi, que estaba llorando de enojo.

— Vamos MinJi, déjalo ya. Necesitamos hablar urgentemente — lo mencionado fue ignorado y MinJi comenzó a caminar hacia el parqueo para marcharse de ahí.

Mientras que JungKook iba camino a casa de su hermana, comenzó a cuestionarse como es que había llegado por una adicción a las drogas, que había arruinado la vida de su hermana y la de él, hasta trabajar con una mujer que era ingenua a la realidad y que vivía en una burbuja social donde todo las personas se fastidian si otra llega a descontrolar su perfeccionismo.





— Hyung, ¿por qué sigues pidiendo asesorías para usar la computadora? — JungKook entro a la oficina comiendo unos pastelitos luego de ver a la técnico salir.

— Hay cosas que todavía no entiendo y ella se ha portado muy amable en ayudarme, incluyendo que es muy hermosa.

Rieron, ya que sabía que algo estaba surgiendo entre ambos. Cuando NamJoon se fijo en su computadora, se sorprendió en lo que miraba en su bandeja de correos.

— ¿Qué es esto? — movió un poco la cabeza para llamar a JungKook y él se acercó.

Arte conceptual, es cuando principalmente debes fijarte en la idea y no en el objeto, HeeRan ha dicho qu...

— Alto ahí, te agradezco tu entusiasmo pero no sabía que tenías un correo electrónico. — JungKook rodo los ojos al saber que no estaba preocupado por lo enviado — Llevo doce años conociéndote, ¿desde cuando tienes correo?

— Mejor olvídalo — se quito de su lugar para tomar sus cosas y marcharse.

— Era broma, deje de ser un sensible... — lo tomo del brazo para acercarlo a él nuevamente y reír por el enojo de JungKook — ¿Por qué te interesa esto? Pudiste hacer esto hace mucho tiempo pero ahora que es una cortina de humo, se nos esta saliendo de las manos y debemos parar — no quería cortarle sus sueños pero tenía que estar consciente de la realidad y no al lugar dónde no pertenecía.

HeeRan me ha dicho que esto puede ser bueno en todos los aspectos. — volvió con una ilusión hacia NamJoon.

— ¿Crees que ella esta pensando en esto? — señalo a la computadora y el significado que quería vender JungKook — HeeRan solo se fija en el dinero y en lo que puede sacar de ti.

No quería decírselo de esa manera, pero sabía que cuando la fama de Golden Man se fuera a la mierda, HeeRan iba a ignorar a JungKook. Sabía todo que este tenía sus encuentros con la peli azul y que eso hasta cierto punto estuviera influenciando las decisiones que JungKook estaba tomando últimamente, había algo raro en la situación y no quería que este fuera a la cárcel por un error.

Por otro lado, JungKook estaba un poco decepcionado, estaba cansado de estar ahí y estaba buscando la manera de alejarse por poco tiempo, porque sabía muy bien que todavía le faltaba cumplir ese trato.

— Pero... ¿eso no es lo que prácticamente hacen los Min y tú, conmigo?


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