11 | Capítulo 11
Luego de tantos meses, NamJoon vuelve a estar en la oficina de HeeRan. Se sentía un poco incomodo al saber que la situación se estaba volviendo más real. No podía creer que JungKook se sintiera cómodo con esa vida, con una vida normal que tal vez nunca podría tener. La situación se le salió de las manos.
Mientras que HeeRan se mantenía observando a JungKook que se centraba en la última colección de MinJi como todo un profesional. Al tener su cabello atado en una cola alta, NamJoon pudo analizar sus facciones, sabía que HeeRan estaba en un problema completamente grande. Quería bajarlos de su nube para que no les afectara a largo plazo, pero sabía que eso haría que todo se volviera tenso e incomodo.
Chaqueo los dedos para sacarla de su trance y pasarle el cuadro que tenía a su costado — Aquí tienes... Sigo creyendo que estas engañándonos y vender esto fuera de lo acordado.
— Créeme, lo que menos quiero es provocar su enojo y que me llegue a pasar algo — tomo el cuadro y lo coloco en un lugar adecuado para que este no se dañará — En unos días te estaré llamando y te pasaré lo que corresponde, pero esta vez con una cuenta de banco que sea tuya y puedan repartirse lo que les corresponde a ustedes dos.
— No hay problema — estrecharon sus manos para cerrar su trato.
NamJoon se dirigió a la salida, se acercó hacia JungKook que seguía observando los cuadros. Se despidió del él al saber que se quedaría un tiempo más ahí. Mientras que JungKook al despedirse, se quedo en sus pensamiento, luego de tanto tiempo su idea de volver a desaparecer de la faz de la tierra, regresaron. Si HeeRan tenía razón, ¿las personas entendían lo que él hacia? No podía descifrar el cuadro frente a él
¿El arte era más complejo de lo que creía o solo los críticos se sentían con la capacidad de decir que es lo que se transmite cuando no tienen la menor idea de lo que pasa por la cabeza de cada persona?
¿Plasmaba todo su ser en un cuadro de un metro cuadrado?
HeeRan al terminar el papeleo se llego dirigió hasta él de manera discreta para no interrumpir su concentración. Se le hacia extraño no querer invadir su espacio personal, se sentía una extraña para él en ese momento. Pero quería ser su compañía tanto física como mental.
— ¿Qué emociones te provocan al estar frente a él? — al escuchar la voz de la fémina, se centro en ella.
— Que no hay coherencia, solo son simples símbolos — movió la cabeza para encontrar otro ángulo pero no había información importante — No lo sé, me parece un poco infantil. A comparación dl resto que hay en la habitación — señalo los que lo rodeaban
— Para ti puede ser infantil, pero para ella son recueros que pudo conservar de sus padres antes de una tragedia. El resto, — señalo lo mismo que él — son cosas que la han impactado en su vida, como este. A veces creamos un recuerdo alternativo de nuestras vivencias para poderlo ver con nostalgia de la buena y no pensar en lo malo que haya pasado alrededor de ello.
— ¿Toda su vida a sido trágica?
— No realmente, luego de la perdida de su padre... su madre no tenía para todo y las únicas oportunidades que lograban ahorrar para salir a pasear y estar juntas. Ella los conserva como lo mejor que ha tenido.
¿Ese significado tenían? ¿salidas de madre e hija? Su seño se frunció al no encontrarle conexión a lo mencionado hace un instante. Tal vez solo hubiera si hubiera sido normal, estaría entendiendo cada cosa que HeeRan hablaba, se sentía ignorante y fuera de lugar. ¿HeeRan lo sabía leer bien?
— Nadie lo entendería, aunque lo dijeras, ¿cómo es que la gente lo aprecia?
— Como aprecian lo que haces, no se debe de entender. EL único que sabe el trasfondo eres tú y al darle la importancia que merece, algún día existirá el comprador que tuvo una infancia parecida y lo querrá obtener.
— ¿Eso lo sabes por intuición o por...?
— Ella me lo dijo, mucho antes de darme el cuadro y pude saber esos patrones con los cuales quiere representar a su madre.
Aunque la tención sexual seguía vigente en ambos, sentían que se estaban acercando no solo físicamente, sino que algo más allá de ello. JungKook sentía la necesidad de besarla y sentirse normal, no quería ser descubierto por unas manchas de colores que para él solo fueron una distracción que no tenía desde hace bastante tiempo.
— ¿Qué ves en lo mío? ¿llego a darte un patrón?
— Eres muy difícil de descifrar — sentían el aliento del otro cerca de sus labios, sus voces fueron disminuyendo como sino quisieran que nadie se enterará de un gran secreto — Tendría que estudiarte de manera minuciosa... ellos me han contado sus historias y por eso relaciono las situaciones, llego a conocer sus corazones — toco su pecho, cerca de su corazón. Sin embargo, JungKook tuvo una duda que hizo que no se sintiera especial — pero a ti. Las pocas veces que interactuamos solo son para saciar las ganas que nos tenemos ¿o no?
JungKook se separó al saber por donde iba HeeRan a la hora de hablar de cercanía, se sentía entre normal y especial, pero al mismo tiempo lo último lo sentía como una mentira que él había creado.
— Pero no quiero que nadie conozca nada de mi. No quiero que las personas se interesen de lo que soy.
— Cuando haces cualquier tipo de arte con tanto sentimiento, tu público siempre encontrará partes de ti en tus obras y eso te hace más humano...
Sin pensarlo, se balaceo hacia HeeRan para besarla. Sentía el riesgo de que cualquiera los encontrara de esa manera, pero eso le estaba gustando. Entre tropezones, se dirigieron hasta el segundo niel y se encerraron en la oficina de HeeRan.
En su desesperación de tener sexo, se despojaron solo de la parte inferior para tener el acceso libre. JungKook se sentó en la silla del escritorio y HeeRan sobre él, besando desde sus labios, cuello, abdomen, hasta llegar a la parte interna de los muslos de él. Con cada roce, aumentaba la excitación y la temperatura de sus cuerpos. El vaivén que realizaba frente a él hacían que JungKook perdiera la cabeza, que la delicadeza y destreza que tenía HeeRan se fuera al carajo cuando todo cambio a algo un poco más brusco.
Al no querer acabar en la boca de HeeRan, la tomó de las axilas para levantarla y volverla a sentar sobre él. Pero en dicha acción su atención se fue a otra dirección, miró en una parte del escritorio donde se encontraba la mitad de producto que sabía que vendía JiMin. Lo reconocía bien, trabajaba en el mismo lugar, pero no le gustaba para nada el consumo de ello. No entendía porque su enojo fue subiendo a su ser por ver solo un pequeño sobre de cocaína.
Con el temperamento diferente, penetro con enfado a HeeRan, quien estaba gustosa de ese cambio de comportamiento, sintiéndose deseada y satisfecha. Su mente estaba nublada solo en lo bien que lo pasaba con JungKook que dijo unas palabras que no filtro en su mente.
— Puedo darme cuenta que no solo nos entendemos en el aspecto laboral, — él quedo confundido por el comentario, ya que su relación laboral era casi inexistente — me encanta...
No sabía como hacerla callar, por lo que la apego hacia él y comenzó a penetrarla nuevamente. Sabía que si la seguía escuchando, la excitación se iba a ir y no estaba para los momentos románticos post-sexo.
Tener a los Kim como amigos era lo mejor y tener una que otra cena con la pareja frente a ella, era de hablar de todo un poco. Pero esa cena era completamente diferente, ya que solo se centraban en hablar en la popularidad del artista anónimo y de los cuadros vendidos como si fueran pan caliente.
— Me encanta que siga en el anonimato, ¿te ha dicho de querer salir o algo por el estilo? — JiYeon era la amante de los cuadros y hablaba más que TaeHyung, que solo se centraba en las fotos que HeeRan les enseñaba con su IPad — Sería esplendido que nunca salga al público, ya que sino se le perdería lo excitante de las obras.
— Tiene toda la razón, el misterio atrae — contesto TaeHyung — ¿Cuál de todos están disponibles?
— Tristemente ninguna — la pareja se sorprendió — la lista esta en aumento...
— Pero contigo hemos tenido siempre un pase VIP, ¿nos has olvidado? — hablo JiYeon con fingida tristeza — Me gustaría tener un magnifico cuadro de Golden Man.
— No se preocupen, he hablado con mi hombre y esta pensado tenerles un cuadro.
Al finalizar la cena. HeeRan se dirigía a su casa, pero al recordar la dirección que JungKook le proporcionó, hizo que cambiará su ruta. Tenía tres días de no volverlo a ver y sentía un gran vacío que no sabía identificar.
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