Trama maestra de ENIGMA: "Chinatown" y "La peste"


Poco a poco transicionamos de tramas maestras dedicadas exclusivamente a la acción, a las de personaje. Por supuesto que puede haber acción, desde escenas enteras a simples pinceladas, pero aquí ya empezamos a tener serios problemas con la calidad de nuestra historia si no se trabaja lo suficiente a los personajes. 

Explicar la trama de enigma es mucho más fácil que armarla y desarrollarla, eso desde luego. Aquí nos encontramos los típicos thrillers o las novelas de misterio policíaco de toda la vida, que a mí me dan una pereza increíble a menos que sean obras maestras o estén enmarcadas en otros géneros como la Ciencia ficción o la Edad Media.

¿Alguien disfruta en serio con los capítulos de CSI y series yankees sucedáneas? Son un sopor, pero no porque estén mal hechas, sino porque se adhieren con la máxima diligencia a las generalidades de este armazón estructural. ¿Y cuál es ese?

El protagonista debe resolver un misterio. Fin de la regla.

Se presenta lo que se quiera. Un cadáver, una desaparición, una denuncia, una anomalía, una búsqueda en cierto modo...Es una trama también muy recurrente, que no tiene que ser mediocre, no nos confundamos. Decidme qué tiene de mediocre  Twin Peaks, la primera temporada de True Detective o mejor aún: la segunda temporada de The OA. Dos genialidades.

Pero, por si no os habéis dado cuenta, cuanto más general es la regla, más caminos se abren para explotar y más tenemos que detenernos en distintas situaciones que se dan según lo que se pretenda hacer. En esta publicación no va a ser menos, por supuesto.

Empiezo primero por hablar de que depende de la "estructura externa" de la historia. En una pantalla se entiende mejor: una película que tiene solo dos horas para resolver el enigma no va a funcionar igual que una serie que tiene mucho más horas. Y de esta segunda tenemos que derivar que la serie sea continuada o que cada capítulo sea independiente con distintos enigmas cada uno.

De este último caso no voy a hablar porque se aplica lo del primero pero en una versión más esquemática y sencillita (lo que a veces llega a tocar lo aburrido). Podéis tomar una serie como una analogía de saga en los libros. Un misterio que no se resuelve en el primer libro, sino que tarda muchos más y por tanto, hay que crear falsos clímax, sin caer en cliffhangers que abusen de la paciencia del lector.

Por otro lado, está lo más importante para mí a la hora de crear una trama de misterio: cómo lo cuento. Si en todas las historias hay que prestar mucha atención en cómo, aquí todavía más, ¿por qué?

Porque los deus ex machina acechan y hay que vigilar el causa-efecto. Se basa en añadir la información camuflada, distrayendo o poniendo cebos, haciéndolo más o menos sutil dependiendo si uno quiere que la agnición de los personajes sea pareja a la del lector o no. No podemos sacarnos cosas de la manga porque sí, porque el autor se lo ha inventado y ahora procede que salga un nuevo plot twist de la nada que no había manera de intuir en las páginas anteriores.

Una vez que colocamos las fichas, no se pueden añadir ni quitar. A partir del primer punto de giro. Claro que esto ya es cuestión de técnica y yo no puedo daros una receta mágica. Solo deciros que sigáis la lógica y que huyáis de los deus ex machina en ese contexto. De situaciones rocambolescas dignas de La Virgen de Guadalupe.

La historia de Memento de Christopher Nolan es un ejemplo magnífico de cómo no añadir sacadas de manga pero a la par, esconder información demasiado obvia que estropearía las agniciones del espectador. Se las ingenió para contarlo de una manera en la que las elipsis temporales y la amnesia del personaje podían ayudarle para pasar de puntillas al lado de la información que podría estropear los golpes de efectos y conducir al espectador hasta el clímax sin que fuera cantoso. 

Si queréis versaros más en el misterio "sencillo", sin muchas alteraciones, Alfred Hitchcock es vuestro hombre. Todas sus películas son enigmas en mayor o menor medida y utiliza un montón de técnicas para mantener el suspense (no en vano decían que es el rey de la tensión). Películas como Encadenados o 39 escalones son goodies que nunca pasan de moda. Ni qué decir de otras como Vértigo, Rebecca o por supuesto, Psicosis. 

El halcón maltés es otro gran ejemplo. En general, la época del cine negro de antes es una maravilla que no nos merecemos y el cine negro de ahora no le llega ni a la suela de los zapatos, pero eso es harina de otro costal y no toca hablar de ello aquí.

Aunque me gustaría señalar que mucho del mérito que se lleva Hitchcock es inmerecido porque los guiones los escribía su mujer. El dirigía, pero la historia era cosa de ella. Pero ya sabéis lo que pasa con la invisibilización. Por suerte, la verdad siempre termina saliendo a la luz tarde o temprano.

Para hablar más en profundidad de las generalidades que he dicho más arriba, vamos a echar un vistazo a dos modelos distintos de enigma, una película y una serie. 

A PARTIR DE AQUÍ HABRÁ SPOILERS DE LA PELÍCULA CHINATOWN Y DE LA SERIE LA PESTE

Considero Chinatown de Roman Polanski una de las mayores obras maestras de misterio que se han hecho jamás. ¿Por qué? Porque el protagonista es brillante. Aparte de que se mezclan dos misterios en uno: el político y el personal. 

Jake es un investigador privado que está harto de hacer su trabajo rutinario: descubrir infidelidades y poco más. Cuando llega un cliente nuevo, lo que considera que es más de lo mismo, comienza a complicarse y a oscurecerse, hasta que encuentra que además de cuernos, hay un asesinato, incesto y muchos intereses políticos.

Esta película da para que me pase horas analizándola, así que vamos a coger solo lo que nos interesa aquí para ver con un ejemplo concreto una forma de usar la trama maestra del enigma y de encauzarla según nuestros intereses. Aquí tenemos misterio pero no es policíaco y ya está, no es algo cutre de la sobremesa de Antena 3.

Empezamos con el hecho de que Jake ni siquiera sabe qué misterio está resolviendo. No sabe a quién se enfrenta, no sabe qué está buscando. Ya no es solo dar con un asesino, es contextualizar la historia. El espectador va descubriendo poco a poco junto al protagonista el contexto de la historia que arropa las peripecias y las agniciones para que sean más impactantes desde un punto de vista dramático, dado que no hay grandes escenas de acción. No al estilo que estamos acostumbrados ahora con el patinete Diesel.

Lo que en un principio podía considerarse como una trama más de misterio (que lo sería), termina por convertirse en una película ganadora de un Oscar gracias al personaje de Jake. Porque aquí nos centramos en cómo al protagonista le afectan sus propios casos. Lo importante no es la trama en sí con personajes planos que no cambian, solo ejecutan y se vuelven el teledirigido del lector. Aquí tenemos a un personaje con fondo, con profundidad y autonomía, que cuando el caso le lleva a Chinatown, se caga por la pata, porque llegan sus temores.

Jake se involucra. Aquí está la diferencia, por ejemplo, del personaje de Gordon en Gotham. Gordon es un gran elemento, pero es solo el hilo conductor para que conozcamos Gotham y sus esquinas más oscuras y entresijos más dolorosos. Sí hay cierta evolución porque los años pasan y tiene que convertirse en ese inspector que acepta la ayuda de Batman, pero capítulo a capítulo hace su trabajo impasible, no se deja llevar por ninguno de sus casos. Jake es justo al contrario. 

La película se llama Chinatown porque Jake no olvida uno de sus últimos casos que terminó fatal y sin resolver en el centro de Chinatown. Es como su espina clavada. Le afecta y aunque al principio parece que es un personaje de tipo Gordon, aquí está el arquetipo del investigador que acaba por tomárselo todo de forma personal. El mismo arquetipo que podemos encontrar en Karim de la segunda temporada The OA.

Aquí también nos encontramos lo que dije más arriba: no es lo mismo un enigma que dura dos horas que una saga o una serie. Claro que Gordon tiene que dar la talla y continuar resolviendo casos. Son cinco temporadas, aunque haya una continuidad muy al fondo en forma de argamasa que une todos los capítulos, lo que se ve son arcos argumentales independientes. Jake se puede involucrar porque es la historia de cómo uno de sus casos le trae de vuelta al pasado. No nos importa su vida de investigador, sino su vida personal y la trama que le lleva de nuevo a Chinatown. 

Ahí está la última línea de diálogo de la película: "olvídalo Jake, es Chinatown". 

Como veis, no solo es el enigma (la acción), sino también el protagonista (personaje) y en este caso, el que lleva el peso es el segundo, porque sin él, no habría historia interesante alguna. Si ese caso lo hubiera llevado otro investigador que no tuviera lazos emocionales con Chinatown, habría sido más aburrido, no nos habríamos identificado y el trabajo sería típico de una historia de CSI donde solo vemos cómo los guionistas nos muestran ese enigma y ya está.

Para que no nos quede algo tan soso como CSI, hay que involucrar a los personajes. Ahí tenemos Se7ven, pero no solo de los protagonistas se vive. Psycho-Pass es un anime donde el que lleva la carga del misterio no es la protagonista, sino el villano, que se reparte un poco con el co-protagonista. De hecho, la protagonista es bastante normal precisamente para que no robe protagonismo, valga la redundancia, al villano. 

¿Y por qué el villano? Porque el villano pone de manifiesto una falla en el sistema de justicia de la sociedad en la que viven y se expone que no todos los criminales están locos. Psycho-Pass es otra maravilla de la que podría hablaros un montón, pero no os olvidéis de esta serie que vamos a por ella para introducir el siguiente ejemplo, después de preguntar:

¿Quiere decir que las tramas de enigma similares a los capítulos de CSI son malos, mediocres o insuficientes? 

Por supuestísimo que no. Quiere decir que si quieres hacer un capítulo de CSI porque es lo que te pide el de arriba o lo que te pide el cuerpo, hazlo. También quiere decir que una trama así de sencilla donde solo se molesta uno en descubrir el enigma tiene la dificultad de caer con mayor facilidad en la mediocridad y eso se soluciona sabiendo cómo contarla, con técnicas narrativas originales. Ese es el caso de la primera temporada de True detective. 

Memento de nuevo. Aunque si os dais cuenta, aquí un montón de peso se lo lleva el protagonista, ¿o no?

Retomemos Psycho-Pass para hablar del segundo tipo de casos en la trama de enigma. En una serie o saga es más frecuente encontrarnos este modelo pero no siempre. Altered Carbon es otro gran ejemplo y es un libro.

En Psycho-Pass hay capítulos donde la protagonista y su equipo de perros (así es como los llaman) la ayudan a resolver casos. Cuando el lector/espectador ya se ha familiarizado con el sistema, la mecánica y el mundo de la diégesis, nos encontramos con EL caso donde conocen al villano que no pueden matar porque las armas no reaccionan frente a su espectro psicológico. 

¿Por qué no introducen al villano en el primer capítulo? Porque estamos en un mundo de ciencia ficción y hay muchas cosas que no nos son familiares, así que primero tenemos que entender cómo va todo eso y la mecánica la descubrimos con pequeños casos. Si es cierto que uno de los perros tiene implicación personal con el villano, pero la protagonista no. La protagonista solo se da cuenta de que el sistema está mal en praxis pero no parece un caso normal y aburrido porque aquí está lo que yo creo que es el salvador de cualquier trama de misterio y enigma: el ambiente.

He de decir que aun con todo, el co-protagonista se come a la protagonista precisamente porque tiene implicaciones personales a lo Jake.

Gracias a una trama de enigma vamos descubriendo cómo es ese mundo de ciencia ficción y no cae en la mediocridad porque a la par que seguimos pistas, descubrimos otro contexto.  De ahí que diga que están enmarcadas en otros géneros. 

Claro que es muy fácil llamar la atención con una trama de enigma en la Ciencia ficción o en la Fantasía. Mientras descubrimos quién mató a quién, nos enseñan lugares fantásticos o razas nuevas. De ahí que os quiera hablar de La peste.

La peste es una serie que es cine. Cuando yo digo que es una serie que es cine significa que es una película larga. Sigue un modelo diferente a series anteriores a las plataformas de streaming donde había que incluir los parones publicitarios y todo el guion estaba condicionado a fórmulas que maximizaran los beneficios por publicidad: véase Sons of anarchy.

Aquí como la máxima publicidad que encontramos es el patrocinio, la estructura que siguen es la misma que la de una película, porque ya estás pagando para verlo, así que ya tienen más libertad de hacer algo más artístico. Por eso, aunque sea una serie, no se aplica a otras como CSI o similares que se televisan.

Está ambientada en la Sevilla del Renacimiento, en un momento en el que España era el mayor imperio del mundo. Más que Edad Media es Renacimiento pero la diferencia entre los últimos años de la Baja Edad Media y los primeros de Renacimiento están muy diluidos porque las épocas no se cambian de la noche a la mañana, así que a efectos prácticos, el modo de vida es el que todos nos imaginamos cuando pensamos en reyes y castillos. 

En esa tesitura, el protagonista, Mateo, condenado por la Inquisición, tiene la opción de conseguir un indulto si resuelve un misterio que nadie más ha logrado: han aparecido cadáveres que no tienen pinta de ser por muerte natural. Hay un asesino suelto que atenta contra la burguesía sevillana y hay que detenerlo antes de que vuelva a actuar.

Parece simple, claro que parece simple. Pero el ambiente lo es todo. ¿Cómo investigaban en el Renacimiento, donde la tecnología era prácticamente nula? No pruebas de ADN, ni nada, solo ingenio y lógica. Por eso llaman a Mateo, porque tiene la fama de ser tan culto e inteligente como para poder llegar hasta el fondo de la cuestión. Una de las grandes alabanzas que ha recibido esta serie es la rigurosidad histórica y es uno de sus puntos fuertes. Mientras Mateo investiga, nosotros exploramos la Sevilla renacentista. Desde los bajos fondos hasta la noble artista que firma sus cuadros con el nombre de su padre.

A eso se le une que no es todo tan fácil como darle un nombre a la Inquisición y que al final, muchos descubrimientos le cambian la vida a Mateo. Se incluye todo. No hay una implicación personal anterior, pero le termina afectando, no porque quiera, sino porque no tiene otra si quiere conservar su pellejo.

La temática es la que ensalza el enigma. Esta historia ambientada en la época contemporánea no tendría la misma calidad a menos que los guionistas se inventaran como fuera alguna forma en la que la narración destacara. ¿Quiere decir que las temáticas no pueden ser actuales?

No. Aquí tenemos de nuevo Chinatown. Toda la estética acompaña. El humo del cigarrillo, los carteles de neón de la ciudad de noche. Hay que hacerlo sugerente para que luzca lo máximo posible, ya que por sí sola puede ser un poco mediocre. Mirad After Dark de Haruki Murakami. Sin la estética de la ciudad japonesa de noche, no habría sido ni la mitad de bueno.

¿Es casualidad que por eso nos hable como si estuviéramos viendo una película? Yo creo que no, pero es el ejemplo perfecto para que se vea que una trama de enigma también se puede contar en un libro sin falta de caer en la novela negra facilona para cuarentones de siempre. Murakami supo usar las palabras para rodear el pequeño enigma de una atmósfera de lo más sugerente, morbosa y atractiva muy al tono con la historia.

En definitiva, como consejo de mí para vosotros en el caso de que estéis pensando usar la trama maestra del enigma: 

Sed escrupulosos con los deus ex machina, pensad más en cómo contarlo que en qué, el misterio no tiene que ser original, pero sí el desarrollo y el camino que tienen que seguir los personajes. 

Centrad vuestro as en la manga en un solo personaje que le aporte personalidad al misterio para que sea único; no importa el rol de dicho personaje, pero que no sea más de uno porque entonces pasará con en Psycho-Pass y se disputarán el peso y sobre todo: apoyaos en la estética para que destaque vuestra obra si el enigma no da más de sí. Tampoco vais a investaros algo ridículo solo para sorprender. 

Aprended a aumentar la tensión dramática a través del contexto.

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