Capítulo 13

Hemos llegado al final, así que, antes de que me ponga a llorar por la emoción, los dejo con su lectura de 8,000 palabras, donde, además de tener un suculento drama UwU, tendrán un momento lemon para cerrar con broche de oro; así que ya saben, cuando aparezca el simbolito(🔥) , ustedes decidirán si leer o no esa parte.

.

POV. Normal

-Hipo, ella estará bien- le aseguró Bocón al verlo tan afligido y nervioso.

Como el castaño se encontraba más estresado que en el parto anterior, había pedido de favor que casi nadie entrara a su hogar, pues de haber una multitud, se abrumaría a tal grado de soltar insultos por doquier para tener algo de silencio.

Por ello, únicamente le estaban haciendo compañía Bocón y Eret.

-Hipo, deberías sentarte- sugirió el pelinegro justo antes de que se escuchara un grito desgarrador proveniente de Astrid que provocó que su esposo quisiera subir las escaleras, sin embargo, los fuertes brazos de Eret se lo impidieron.

Ante eso, Haddock solo pudo cerrar los ojos para tranquilizarse, pues jamás podría vencer la fuerza de su amigo como para zafarse. Así que cuando logró relajarse, el pelinegro lo soltó.

-Gracias Eret, Bocón... pero no estaré en paz hasta verla- respondió a la vez que pasaba la mano por su cabello con frustración.

Los mencionados en respuesta le asintieron en silencio, pues sabían que lo único que realmente Hipo necesitaba en ese momento era un poco de compañía para no volverse loco con sus pensamientos.

Mientras tanto, en el cuarto principal, Astrid se sentía cada vez más débil, pero con la suficiente energía para traer a su bebé al mundo. Dado a que ahora contaba con experiencia, no le fue difícil recordar en qué momento debía pujar y recobrar la respiración, aunque, no dejaba de atormentarle aquel sangrado inusual que empezó a tener apenas rompió aguas. Por fortuna, su madre la calmó para que dejara de temblar y sollozar por lo bajo al pensar que podría perder al bebé debido a lo antes dicho.

-Cariño, ya es hora, tú puedes- le susurró al oído Bertha mientras le sostenía la mano.

La rubia ejerció toda la fuerza que le quedaba y al sentir alivio puro, se desplomó en la cama mientras regulaba su respiración y limpiaba el sudor de su rostro. Al escuchar el llanto del bebé, sonrió; ya que aquel sonido era de las cosas más bellas que podía presenciar en la vida; todo el dolor valía la pena por ese instante.

- ¡Es un niño! -le anunció Bertha con emoción mientras Valka y una de las parteras le brindaban las primeras atenciones.

- ¿Quieres conocerlo? -preguntó la sonriente castaña mientras Bertha admiraba al bebé.

-No sin Hipo- atinó a responder Astrid con cansancio.

Aquel tono de voz preocupó a las mujeres, ya que el hecho de que estuviera pálida, significaba que había perdido más sangre de la que se consideraba como algo normal en un parto, pero prefirieron no decirle nada aún para no asustarla; dejarían que conociera a su bebé y después intervendrían. De cualquier forma, se quedarían cerca hasta ver mejoras en la salud de su jefa.

.

Cuando la puerta de la habitación se abrió, Valka respiró profundamente antes de bajar las escaleras para el encuentro con su hijo, quién apenas al escuchar los primeros pasos, se acercó con rapidez.

- ¿Cómo están? -preguntó con preocupación.

- ¡Es un niño!, y está bien- le informó su madre sosteniéndole las manos con cariño, a lo que Hipo sonrió como nunca, además de darle un abrazo.

- ¿Y Astrid?

-El parto fue complicado. Gothi quiere darles recomendaciones de los cuidados que deben seguir, pero primero conozcan al bebé, Astrid te está esperando para verlo por primera vez.

Haddock le asintió con ligera preocupación, pues algo le decía que no le estaban diciendo toda la verdad, así que, cuando entró a la habitación, notó como su esposa permanecía inerte en la cama mientras seguía regulando su respiración.

Al sentarse a su lado, le acarició la mejilla para que abriera los ojos.

-Hola...- dijo ella mirándolo con cansancio.

-Hola Mi lady- devolvió con una pequeña sonrisa y dándole un beso de piquito, para después ayudarla a sentarse; ya que así sería más fácil ver al bebé.

-Gracias...

- ¿Te sientes bien? -preguntó angustiado tocándole la frente al notar que no dejaba de sudar en frío.

Astrid le asintió a pesar de que realmente no era así; la cabeza le daba vueltas y sentía como se le cerraban los ojos, sin embargo, quería estar con su esposo para conocer a su hijo recién nacido. Sin embargo, el castaño sabía perfectamente que mentía, así que se giró hacia Bertha para que le entregara al bebé y que lo conocieran rápido para dejar a Astrid descansar.

Hipo esta vez cargó al pequeño bultito al ya no sentirse un papá principiante como para temer a que podría lastimarlo. Así que, al acercarse a Astrid, vieron el rostro del bebé.

- ¡Tiene el cabellito rubio! -anunció él con amor- es como una pequeña copia de ti.

-Bueno, Zephyr es tu copia, era justo que este bebé tuviera rasgos míos- bromeó con cariño tomando la manita del pequeño.

Esperaron unos segundos hasta que este abrió los ojos, dejando ver la mirada característica de los Haddock.

- ¡Tiene tus ojos! -festejó ella, pues el que su hijo heredara aquel color esmeralda, le haría recordar siempre a su esposo. Siendo el mismo caso de este, quién al mirar a la pequeña Zephyr cada mañana, aquel azul profundo le trasmitía toda la esencia de su querida Astrid.

-Es precioso- sinceró Hipo enternecido tocándole suavemente el cabellito.

- ¿Tienes pensado un nombre? -preguntó mientras volvía a quitarse el sudor del rostro.

- ¿No quieres descansar un poco? te ves agotada- sugirió con preocupación.

-Tonterías, estoy bien; vamos, este momento es especial, debemos elegir su nombre- pidió con súplica, ya que sabía que las siguientes horas serían complicadas al reponerse de la energía que gastó.

-Bueno, ¿tú no tienes alguna sugerencia?

-En teoría yo le puse a Zephyr su nombre... así que, te toca; el que sea que elijas, me gustará- aseguró con una pequeña sonrisa- solo no pienses nombres como "axila lamida" o "inferno", por favor Babe- añadió con gracia recordándole el nombre que le dio a una isla y a su espada de fuego.

-No haría eso Mi lady- sinceró con diversión antes de quedarse callado un segundo- Nuffink...- añadió con seguridad.

- ¿Nuffink? -preguntó levantando una ceja, pues la traducción del nombre era "nada".

-Puedo explicarlo, tiene un significado más profundo que "nada", te lo garantizo cariño- se apresuró a explicar al ver su mirada extrañada.

-Estoy segura de eso cariño, pero sabes, me encanta como se escucha... Nuffink Haddock.

- ¿Quieres escuchar la razón del nombre? -preguntó con nerviosismo al ver que el pequeño quería comer, pero dado al estado de Astrid, dudaba que pudiera hacerlo.

-Sería excelente...

El castaño sonrió en respuesta, pero enseguida borró abruptamente toda expresión de felicidad de su rostro por ver a su esposa con la mirada perdida antes de desvanecerse.

- ¡Astrid! -gritó con desesperación intentando ayudarla, sin embargo, Valka lo tomó de los hombros para apartarlo de ella junto al pequeño Nuffink.

- ¡Mamá, por favor! ¡Suéltame, ella me necesita! -chilló una vez que lo sacó del cuarto.

-Hipo, no grites, estás alterando a tu hijo- regañó señalándole que Nuffink había estallado en llanto.

El castaño miró con culpa a su bebé mientras empezaba a mecerlo. Aunque, a decir verdad, ese casi nunca había sido su fuerte, sino el de Astrid, pues siempre había logrado calmar a Zephyr cuando estallaba en llanto.

-Mamá, por favor déjame pasar- reclamó este comenzando a sollozar por lo bajo.

-Hipo, adentro están las parteras, Gothi y Bertha. Astrid tiene suficiente ayuda; deja que las expertas la auxilien. Sé que te preocupa, pero entiende que el bebé solo te tiene a ti para cuidarlo.

-Pero Astrid me necesita.

-El bebé también- insistió tomándolo del rostro para hacerlo entrar en razón- debo ir a ayudarles, te prometo que no dejaremos que le pase nada a Astrid.

-No dejes que la pierda- rogó por ultimó justo cuando Valka entró a la habitación.

Dicho eso, se dejó caer al pie de las escaleras con Nuffink en brazos. Lo meció para hacerlo dormir, pues además de haberlo alterado, sabía que tenía hambre, por lo que estar irritable era normal. Y, al cabo de una hora, lo consiguió, pero Hipo ni en un millón de años podría siquiera pensar en dormir, el dolor en su pecho por no saber sobre Astrid, le impedía incluso respirar correctamente.

Tenía la mirada perdida y debido a que Bocón y Eret habían aguardado afuera de la casa por petición suya, no había pronunciado palabra alguna hasta que, abrieron la puerta de su habitación nuevamente.

- ¿Cómo está? -preguntó a la vez que se ponía de pie con cuidado para no despertar a Nuffink.

-Hipo, dame al bebé- pidió Valka lentamente, dejando a su hijo en shock, pero aun así, consiguió dárselo.

- ¿¡Qué pasa!? -exigió saber el castaño mientras se le cristalizaban los ojos.

-Al llevar un embarazo de alto riesgo, se tenía la preocupación de que la jefa tuviera complicaciones a la hora de dar a luz. El sangrado que tuvo apenas rompió aguas fue una de ellas; perdió más de lo normal- explicó una de las parteras.

-Pero estará bien ¿verdad? -rogó sintiendo como la primera lágrima caía por su mejilla.

-No lo sabemos jefe. Esta noche será crucial para su recuperación... si mejora el ritmo de su pulso y se le quita la palidez y sudoración, estará fuera de peligro. Pero si no, dudamos que vuelva a despertar.

Haddock no necesitó de más información, ya que se dejó caer de rodillas para soltar un grito desgarrador que provocó que Nuffink se despertara, pero debido al dolor que estaba experimentando, no fue capaz de escucharlo.

Astrid le había jurado ante los dioses que no lo dejaría solo, pensó mientras lloraba con fuerza.

.

Cuando logró recobrar la compostura, entró a su habitación, donde se sentó al borde de la cama para inmediatamente abrazar a Astrid por la cintura mientras refugiaba la cabeza en su pecho. Sintió la respiración pausada de su lady y, al alzar la cabeza, le acarició las mejillas al mismo tiempo que besaba sus labios entreabiertos.

-Astrid, por favor despierta- suplicó con dolor- no puedes irte y dejarnos a los niños y a mí solos; sabes que no podemos vivir sin ti.

Sollozó una vez más en silencio y, solo hasta que escuchó pasos detrás de él, se enderezó.

-Hijo, perdón que te interrumpa, pero el bebé ya tiene bastante hambre... ¿quieres que tome la leche de Astrid o prefieres que vayamos con alguna mujer que esté en periodo de lactancia para que lo alimente? -preguntó la castaña con pena.

-No, dámelo por favor... As no querría que alguien más le diera de comer, además, no quiero que nadie sepa lo que ocurre- exclamó con la voz rota dándose la vuelta para tomar a Nuffink en brazos.

Se limpió el rostro para intentar darle al pequeño una sonrisa, pues no había pasado por momentos tan agradables desde que nació. Así que mientras Nuffink se entretenía mirándolo, el castaño bajó con cuidado una de las mangas de la camisa que estaba usando Astrid para dejar al descubierto uno de sus pechos. Posteriormente acercó al pequeño para que por fin obtuviera su tan anhelado alimento y apenas empezó a succionar la leche, Hipo sonrió a medias.

-Mamá, necesito que me hagas un favor- pidió este con seriedad mientras cuidaba que el pequeño no se ensuciara.

-Dime que necesitas.

-Dile a Bertha que si después de que el bebé coma, lo puede cuidar por el resto de la noche, así como ir con Gylda para tener certeza de que Zephyr no se ha enterado de nada.

-Claro hijo, no hay ningún problema; en un momento voy con ellas, pero si quieres, también puedo cuidar del bebé.

-Gracias mamá, pero a ti te necesito de apoyo en otro sector- aclaró mientras sostenía una de las manos de su esposa- necesito que mañana atiendas las peticiones del pueblo por mí, porque no voy a irme de aquí.

-Sabes que lo haré, no necesitas pedírmelo; estamos aquí para apoyarte. También le diré a Eret, Bocón y Patapez que me ayuden.

-Gracias y... hablando de Bocón, necesito que también converses con él; quiero que tenga listo los papeles de mi renuncia como jefe de Nuevo Berk en caso de ser necesario.

- ¿Qué estás diciendo? -exclamó asustada acercándose a él.

-Sabes a que me refiero mamá. El día que Astrid y yo firmamos los papeles antes de casarnos, cambié una de las leyes de nuestro mandato. El cual era que, si uno de los dos moría, y el otro no se sentía con la capacidad de liderar, podíamos dejar la jefatura y pasarla al siguiente en la línea de sucesión.

-Pero Hipo, no puedes hacer eso ¿sabes cómo se pondría el pueblo?

-Me importa un comino el pueblo en esta circunstancia, no puedo liderar solo otra vez; soy demasiado débil para eso y Astrid lo sabe perfectamente. Está al tanto desde hace años que, si llegara a perderla, renunciaría al puesto de jefe.

-Escúchame, no estás pensando con claridad, todavía ni sabemos qué pasará con Astrid. No des por hecho que partirá al Valhalla.

-Jamás me atrevería a decir tal cosa, mamá- aseguró con un ligero tono de molestia- antes muerto que hacerme a la idea de que no volveré a escuchar su voz, solo te estoy diciendo que, pensando el peor escenario, no quiero ponerme a discutir sobre esta decisión.

-Hipo, tu padre fue capaz de liderar solo...

Uy, aquella frase le había calado por completo al castaño, pues se había esforzado a no discutir con su madre, sin embargo, había rebasado su límite.

-No sé si ya te diste cuenta que yo no soy Estoico. Él lideró solo porque no tuvo elección, además, tenía la fuerza suficiente para vivir con el corazón roto por tu causa- soltó de golpe tratando de no alzar la voz- yo no haré eso y no voy a desvivirme por gente que no es mi familia.

- ¿A qué te refieres? -preguntó fingiendo que no le estaban doliendo cada una de sus palabras.

-Papá se desvivió ayudando a todos, dejándome solo muchas veces; hubo noches que pasé en la oscuridad anhelando únicamente tener compañía- confesó con melancolía- gracias a los dioses tuve a Bocón en la infancia; por eso él es mi segundo padre; me enseñó lo que ninguno de ustedes dos me dio. Y después de él, Chimuelo y Astrid siempre estuvieron para mí. No culpo a papá de tener que pasar de esposo y jefe a padre soltero y responsable de toda una aldea; hizo lo mejor que pudo y se lo agradezco, pero yo no quiero hacerle eso a mis hijos. Astrid es la mejor madre del mundo; y si la perdemos, sería devastador. Entonces, quisiera concentrarme en sacarlos adelante, de nunca dejarlos solos, no en preocuparme por la aldea; primero soy esposo, luego padre y al final jefe.

Valka no pudo evitar sentirse terrible, pero como sabía que se merecía tal reproche, no buscó pelearle.

-Entiendo Hipo, perdón por cómo se dio esto. Le diré a Bocón que tenga listos los papeles, yo me encargo de eso- atinó a responderle mientras salía de la habitación.

Le avisó a Bertha sobre qué cuidaría a Nuffink una vez que terminara de comer y después de ir con Gylda para enterarse que la pequeña Zephyr ya estaba profundamente dormida esperando ver pronto a su familia, se dirigió con Bocón.

Pero, la presión fue mucha, tanto que terminó desahogándose con él sobre lo que le dijo su hijo.

-Val, Hipo no te dijo esas cosas en serio- intentó consolar- solo está afligido por Astrid; sabes cuanto significa para él.

-No, sé que fue verdad cada palabra. Pero me merecía ese reproche; no me sorprendería si me tiene rencor- le aseguró negando lentamente con la cabeza.

-Hipo no es así, es la persona menos rencorosa del mundo. De estar molesto contigo, no te hubiera dejado integrarte a su vida, presentarte a su esposa y ver a sus hijos- simpatizó con media sonrisa- solo se desquitó contigo, discúlpalo.

-No tengo que perdonarlo por nada, sé que ella es su mundo. Así que soy la primera en rezar a los dioses por su pronta recuperación.

-Es una Hofferson de nacimiento, estará bien.

.

Hipo no había deseado discutir con su madre, pero las palabras habían salido de su boca sin ser consciente de ellas. Después le pediría disculpas, no obstante, su prioridad por el momento era cuidar de su rubia. Así que una vez que Nuffink terminó de comer, le hizo eructar dándole golpecitos en la espalda antes de llamar a Bertha para que lo llevara a dormir.

-Avísame cualquier cosa, estaré en la habitación de Zephyr. Tranquilo, ambos sabemos que lo logrará- le consoló dándole un apretón de manos.

-Lo sé, muchas gracias Bertha- respondió sabiendo que ella era la única que comprendía cuanto significaba Astrid y cuanto dolería perderla.

Al estar a solas, el castaño se recostó al lado de su esposa. La abrazó con fuerza mientras le imploraba a los dioses que al día siguiente despertara. Cabe decir que aquella noche fue la peor de su vida, pues aunque hubiera querido dormir, no se lo permitió por velar el sueño de Astrid, además que una partera entraba a la habitación de vez en cuando a ayudarle a hidratarla y checar si no volvía a sangrar o padecer otros síntomas.

.

Siendo de mañana, Hipo seguía vigilando a su lady. Por la noche no había tenido dificultades y afortunadamente la sudoración se había ido, sin embargo, Gothi todavía no podía asegurarle que despertaría.

-Hipo, ve a desayunar en lo que yo hago que el bebé tome leche- propuso Bertha una vez que entró a la habitación con Nuffink en un mar de llanto, pues pese a haber estado en brazos de varias personas, no lograba reconocer la calidez de su madre, la única que realmente quería.

-Gracias, pero no quiero dejarla sola- sinceró tallándose los ojos por el cansancio acumulado.

-Vamos, sabes que la cuidaré con mi vida, además, Zephyr está preguntando por ustedes, quiere venir, así que es mejor que vayas con ella.

-Ay dioses, ¿y qué se supone que le voy a decir? -preguntó con lamento.

-Solo que su mamá está cansada, no es necesario decirle más por ahora. Sé que es lista y que puede sospechar algo, pero no nos va a ayudar que se ponga triste.

-De acuerdo, no me tardo.

-Claro, sirve que me ayudas a bañar a Astrid. Ya sabes, eres el único que puede verla y tiene la fuerza suficiente para cargarla sin lastimarla.

Su yerno le asintió, por lo que tras darle un beso en la mejilla a la rubia y otro a Nuffink, salió de la habitación. Fue a lavarse el rostro para despertarse por completo y luego de comer algo de fruta, se dirigió a la casa de Gylda y Finn Hofferson. Donde una vez que entró, les explicó brevemente como se encontraba su sobrina. Hipo estaba a nada de romper en llanto frente a ellos, pero escuchó pequeños pasitos apresurándose hacia su dirección.

-¡¡Papi!! -gritó Zephyr dando un brinco para alcanzar sus brazos.

Hipo fue capaz de sonreír mientras la abrazaba fuertemente y luego de acariciarle una de sus trencitas, la niña volvió a hablar.

- ¿Niña o niño?

-Tienes un hermanito que se parece a mamá- le explicó con cariño, haciendo que la pequeña abriera los ojos con sorpresa antes de chillar de alegría, pues en el fondo de su corazón había deseado que su hermanito fuera niño.

- ¿Puedo verlo? -preguntó emocionada- ¿y mami?

Al escuchar la mención de Astrid, al castaño le temblaron los labios, por lo que Gylda decidió ayudarle.

-Tu mami está descansando, princesa. Pero no te preocupes, pronto podrás verla, ¿no es cierto Hipo?

-Sí, sí, tu tía tiene razón. Deberás quedarte un ratito más aquí linda, pero antes del anochecer vengo por ti ¿te parece? -le ofreció su padre con una sonrisa.

-Solo si tío hace tocino- pidió Zephyr, quién miraba con curiosidad a los adultos.

-Claro pequeña, vamos a hacer el desayuno- aseguró Finn tomándola de los brazos del afligido castaño para adentrarse a la cocina.

-Tranquilo, nosotros la cuidamos, tú ve con Astrid, y si puedes, duerme un poco, te ves terrible- le comentó Gylda por lo bajo, a lo que el chico le asintió agradecido.

Tras regresar a su hogar, se encontró con su suegra haciendo reír a Nuffink.

-Todavía tiene el toque- mencionó Hipo con simpatía al ver el dominio que la mujer tenía con los bebés.

-Bueno, siempre me gustaron los niños y amaba cuidar a más de uno a la vez- aseguró esta sonriente- de hecho, muchas veces te cuidé a ti junto a Astrid.

- ¿¡Que!? -preguntó asombrado a la vez que preparaba la tina para el baño de su esposa.

-A tu papá le daba vergüenza decir que no había aprendido a calmarte cuando bebé; a veces eras muy ruidoso y como casi no lo veías, no te acostumbraste a su esencia- contó con gracia- y dado a que Astrid jamás me dio problemas de bebé, le dije a tu padre que lo ayudaba con tu crianza.

- ¿Y Astrid lo sabe?

-No, creo que jamás se lo conté. Pero sé que sus memorias sí se recuerdan.

- ¿En qué sentido?

-A Astrid siempre le ha gustado acurrucarse en ti para buscar calor desde bebé, y eso no es secreto- explicó risueña, haciendo que Hipo se sonrojara- y a ti siempre te ha atraído el olor de su cabello.

El castaño se avergonzó aún más y luego de reír con nerviosismo, tuvo que darle la razón.

-De haberlo sabido antes, le habría dado las gracias apropiadamente- comentó a la vez que comenzaba a desvestir a Astrid con delicadeza.

-No es necesario. Lo hice con gusto, además, cuidas bien de mi hija, así que con eso soy feliz.

El castaño le sonrió en respuesta y, una vez que cargó a Astrid, la llevó a la tina. La bañó con esmero y, una vez que terminó, la sacó del agua y envolvió con cariño en una manta. La llevó a la cama y una vez que la vistió, soltó un suspiro.

- ¿Se ve mejor, verdad? -preguntó con esperanza.

Bertha se acercó y una vez que le tendió el bebé, tomó el pulso de su hija.

-De hecho sí, y ya no está tan pálida- reveló con una sonrisa, haciendo que el dolor del pecho de Hipo disminuyera.

El chico cuidó de la rubia un rato más y luego de que Bertha se llevara nuevamente a Nuffink para arrullarlo, empezó a cabecear hasta caer en los brazos de Morfeo. No supo cuánto tiempo transcurrió, pero cuando sintió como le estaban acariciando el cabello, se levantó de golpe, donde se le cristalizaron los ojos al ver que su lady estaba despierta.

- ¿Astrid? -preguntó con la voz temblorosa.

-Aquí estoy Hipo- le aseguró acariciándole la mejilla- perdón por seguir dándote sustos de muerte.

El mencionado no le respondió, únicamente la estrechó en un abrazo. Lloró ocultando el rostro en su cuello y una vez que se calmó, se enderezó para hablar.

-Solo me importa que estés aquí; no tienes idea de cuanto miedo tuve al pensar que te perdería- sinceró con tristeza limpiándose por enésima vez el rostro.

-Lo siento, ven aquí- respondió jalándolo del cuello para darle un profundo beso que desde luego fue correspondido- mamá me dijo que Nuffink no ha parado de llorar- susurró sobre sus labios.

- ¿Cómo? ¿Cuánto tiempo llevas despierta? -interrogó asombrado.

-Un rato. Desperté a la hora de la merienda, cuando mamá había venido a verte. Así que me contó lo que había pasado tras el parto y luego de que las parteras me revisaran, dijeron que a pesar de que sigo débil, ya estoy fuera de peligro, aunque insistieron en que tomara un tiempo de reposo absoluto para estar seguros.

- ¿Y por qué no me despertaron para escuchar toda esa información? -preguntó un tanto indignado y avergonzado, ya que se suponía que él estaba cuidándola.

-Te veías muy tierno dormido abrazado a mí como para hacerlo. Tranquilo, estoy bien.

El castaño suspiró con pesadez y luego de unir su frente a la suya, se relamió los labios para hablar.

-Oye, sabes que te amo más que a nada y a nuestros hijos, pero prométeme que este es el último embarazo; no quiero volver a arriesgar tu vida, me estaba volviendo loco en tu ausencia.

-Lo sé, mamá me dijo que ya tenías a la mano tu renuncia a la jefatura.

-Perdón, es solo que...- trató de explicar, pero la rubia lo hizo callar sutilmente.

-No me tienes que pedir perdón Babe. Si accedí desde un inicio a esa regla es porque pensaba lo mismo que tú, además, sé que lo hiciste por los niños. Y sí, a pesar de que no me molestaría tener otro bebé, tampoco quiero arriesgarme. Por no olvidar mencionar que Gothi me hizo la misma recomendación.

Hipo respiró en paz, pues Astrid en los 2 primeros años tras el nacimiento de Zephyr, fue constante en tomar el té de ruda, pero en los últimos meses se descuidó tras haber acordado que les gustaría tener otro hijo. Así que ahora se apegaría por completo al método anticonceptivo para evitar otro susto de muerte.

-Gracias- atinó a decir antes de recordar otro error que cometió- discutí con mamá...

- ¿Por qué?

Tras aquella pregunta, Hipo le narró lo que pasó en la noche. Y al acabar con el relato, el chico se sintió aún más avergonzado de su comportamiento, no obstante, Astrid lo tomó del mentón para hablarle con una sonrisa.

-Valka no está enojada contigo.

- ¿Cómo lo sabes?

-Porque es madre.

-Hablaré después con ella para disculparme.

-Me parece bien, aunque ya lo sabes Hipo, estás en tu derecho de estar enojado.

-Sabes que no soy rencoroso.

-Lo sé, sé quién eres- aseguró con cariño- y es por eso que te amo.

-Yo también te amo- respondió dándole un beso en los labios- ¿quieres ver a Nuffink?

-Por favor, además que debes explicarme el significado de su nombre.

-Ya vengo- aseguró sonriente poniéndose la prótesis para ir a la habitación de su hija.

Al regresar y dejar que Bertha se fuera a descansar, el castaño le dio al bebé con mucho cuidado a Astrid, quién enseguida lo recibió con un enorme beso. Y, Nuffink al por fin percibir la calidez de su madre e identificar el tono de su voz, sonrió. Astrid le sonrió de vuelta y una vez que se descubrió el pecho para amamantarlo, miró a su esposo.

- ¿Qué pasa?

-Nada, es que había temido no verte dándole de comer, tal y como fue con Zephyr... -contó con media sonrisa, haciendo que ella le sujetara la mano- pero mejor te cuento el significado del nombre de Nuffink y después voy por nuestra hija que ya quiere verlos, ¿te parece?

-Más que perfecto.

-Verás... Drago y Grimmel alguna vez me llamaron "nada" antes de enfrentarlos en batalla, e incluso, cuando se habían llevado a Chimuelo con la Muerte Roja, me dijiste que había perdido todo; que no me quedaba nada por tener a papá y a la aldea en mi contra. Al reflexionar sobre mí mismo, me di cuenta de que siempre resuelvo cada desafío que se me presenta. Por tanto, el que me llamaran "nada", no significaba sentir vergüenza y, tú me lo hiciste recordar cuando dijiste que con o sin Chimuelo soy inteligente, cabeza hueca, inventor y valiente... nunca he sido "nada", pues he logrado todo lo que quiero en mi vida. Llamar a este pequeño Nuffink, es porque quiero afirmarle que siempre será "todo"; porque a pesar de que le digan lo contrario; siempre se tendrá a sí mismo y el apoyo de los que lo amamos. Nuffink es un nombre que me llena de orgullo, y cuando crezca quiero que use su significado como símbolo de fortaleza- explicó con emoción en la voz.

-Hiciste que mi explicación del nombre Zephyr quedara en ridículo; ahora amo por completo el nombre de Nuffink- atinó a responder Astrid sonriente por escuchar la bonita razón del nombre de su segundo hijo.

-Ay no, el de ella también tiene una razón de ser; el suyo es un símbolo de fuerza.

-Oye... para mí siempre serás todo; mi todo- musitó con cariño cerca de su oído.

-Tú también eres mi todo, por eso ayer fui tan impulsivo- devolvió justo al sentir como su esposa atrapaba su labio inferior juguetonamente- As, el bebé está presente; compórtate- añadió en burla.

-Bueno, ya mejor ve por Zephyr, que has apagado la llama que estaba creciendo en mi interior- pidió apartándose de él para darle besitos a Nuffink.

-Oye no, me estabas besando a mí- reprochó en un puchero triste.

-Dijiste que me comportara, eso hago- aseguró guiñándole un ojo coquetamente- pero si te apresuras a ir por Zeph, en unos días puedo volver a portarme mal.

-A tus órdenes- soltó antes de correr a recoger a su hija mayor.

.

Al llegar al hogar de Finn y Gylda, tocó la puerta. Dio un paso al frente en cuanto le dejaron entrar e inevitablemente se tensó al ver que sus suegros estaban ahí de visita; vaya que tener a cuatro Hofferson enfrente resultaba algo atemorizante; pensó.

-Hipo, no vamos a matarte- aseguró Bertha risueña imaginando lo que pasaba por su mente.

-Perdón, es la costumbre- se disculpó el mencionado rascándose la nuca con nerviosismo y ocasionando la risa de los demás.

-¡¡Papi!! -exclamó Zephyr corriendo a sus brazos.

Hipo inmediatamente la cargó y luego de darle un beso en la mejilla, le sonrió.

- ¿Puedo ver a mami?

-Sí, por eso vine por ti- le susurró con emoción- anda, despídete.

La pequeña le asintió entusiasmada y después de despedirse de sus abuelos y tíos con cariño, regresó a los brazos de su padre, quién igualmente se despidió de los Hofferson, y luego de agradecerles por cuidar de sus hijos, se retiró.

Al entrar a la casa, Zephyr corrió escalera arriba con pasitos apresurados para lograr llegar a la habitación. Por lo que su padre tuvo que correr a alcanzarla, pues Astrid no podría saludarla al tener a Nuffink en brazos, así que cuando la rubia los vio, la niña inmediatamente habló.

-¡¡Mami!!

El castaño la acercó a la cama, y luego de tomar al bebé, soltó a Zephyr para que se abrazara a su madre. Astrid la estrujó con fuerza y luego de susurrarle cosas tranquilizadoras al oído, besó su frente.

-No te vayas ya...- suplicó la pequeña con la voz quebrada.

-No corazón, nunca más me apartaré de tu lado. Te lo prometo; aquí estoy- le aseguró con amor dándose cuenta de lo mucho que hubiera sufrido su hija si ya no hubiera despertado, no obstante, prefirió olvidarse del tema- ¿quieres conocer a tu hermanito?

Ante la mención de Nuffink, Zephyr le asintió con felicidad. Con eso como señal, Hipo se sentó del otro lado de la cama con el pequeño bultito en brazos. Zephyr se acercó con cuidado y tras abrir mucho los ojos para no perderse ningún detalle, su padre le mostró la carita del bebé.

- ¿Tiene nombe?

-Nom-bre- corrigió Astrid con cariño sacudiéndole el cabellito.

-Nom-bre...

La rubia miró a su esposo para darle los honores de decir el nombre de su segundo hijo, a lo que este entendiendo el mensaje, le sonrió.

-Tu hermanito se llama Nuffink.

Debido a que Zephyr no conocía tantas palabras, no le extrañó el nombre como Astrid al principio, por lo que sonrió enseguida antes de tomar la manita de su hermanito.

-Quiero cargarlo.

Hipo y Astrid se dieron una mirada rápida y luego de estar de acuerdo, le pidieron a Zephyr sentarse recargando la espalda en las almohadas para pasarle al bebé, y a pesar que le resultó un poquito pesado, la pequeña no se quejó al no ser la primera vez que sostenía algo de mayor peso. Y a Nuffink pareció encantarle su calidez, pues además de reconocer su voz, se acurrucó en ella.

El matrimonio se miró enternecido y luego de que Hipo abrazara a Astrid por la espalda, se concentraron en admirar a sus hijos.

- ¿Te sientes bien? -preguntó en un susurro recargándose sobre él para sentirlo más cerca.

-Teniendo a todos ustedes conmigo, lo estoy- le aseguró besando su cuello.

.

1 mes después...

La recuperación de Astrid esta vez fue mucho más lenta, pero gracias al apoyo incondicional del castaño, pudo sobreponerse casi por completo. Pues, a pesar de que podía caminar y hacer sus actividades con normalidad, por ahora lo más pesado que cargaba era a Nuffink.

Se sintió mucho mejor justo a tiempo para hacer la ceremonia donde su hijo recibiría la marca de la runa del líder, tal como su padre y hermana habían hecho, pues, aunque no sería el próximo jefe por ser el menor, sus padres querían dejarle en claro a todo Nuevo Berk que, siendo mayor, tomaría un rol importante en el consejo y jefatura junto a su hermana.

Así que cuando su madre lo estaba terminando de vestir con un enorme abriguito para prevenir que se enfermara, debido a que Nuffink nació más pequeño a comparación de Zephyr, Hipo entró a la habitación.

- ¿Estás lista?

-Nuffink no se deja poner sus guantecitos, ayúdame que me duele la espalda desde que lo saqué de bañar- suplicó Astrid mientras se enderezaba para aliviar el dolor muscular.

- ¿Llegando que te parece recibir un masaje por estas manos de artista? -preguntó al oído antes de cargar a su hijo para ponerle los guantecitos después de batallar un poco.

-Te lo agradecería mucho- sinceró a la vez que le acomodaba su capa de jefe, al igual que la suya, para después volver a tomar a Nuffink en brazos.

-Lo que sea para mi hermosa valkiria- aseguró dándole un beso de piquito- ¿nos vamos?

-Adelante- afirmó tomándolo del brazo con cariño.

Al bajar a la primera planta, Zephyr ya los estaba esperando, así que después de que la niña tomara a su padre de la mano que tenía libre, se encaminaron al gran salón.

Cuando toda la gente se juntó, Hipo les dio la bienvenida mientras Astrid aguardaba sentada en su silla de jefa con Nuffink y Zephyr a su lado, hasta que su esposo le hizo la señal de que le tendiera al bebé. Así que, tras dárselo y tomar la manita de su hija, Hipo siguió hablando.

-Gente de Berk, les presento a nuestro segundo hijo... ¡¡Nuffink Haddock!!

A pesar de que algunos se extrañaron por el nombre, lo dejaron de lado para celebrar en compañía de sus jefes la llegada del nuevo bebé. Nuffink por su parte, había logrado quitarse uno de sus guantecitos para chupar su dedito mientras veía con curiosidad a toda la sala, pues le extrañó ver a más personas además de sus padres, hermana y abuelos.

Aunque eso sirvió de distracción para que Gothi se acercara y le colocara la marca. Nuffink no pareció especialmente alterado por los piquetitos, pero el sonido de los aplausos fue lo que terminó por hacerlo. Así que, al primer llanto, regresó a los brazos de su madre.

Astrid lo calmó mientras Hipo invitaba a todos a disfrutar del banquete y para cuando se acercó en compañía de Zephyr, se sonrieron; ya que si había algo que amaban era el tiempo en familia.

.

5 años después...

-No, en serio Astrid, solo mírame ¡luzco fatal! -exclamó Hipo en medio de una crisis señalándose a sí mismo.

La rubia rio en respuesta y luego de jalarlo hacia ella tomándolo de la cintura, le robó un beso.

-Tu barba solo necesita un pequeño corte y que duermas un poco más, ya que los últimos tres días te has desvelado- le aseguró con una sonrisa.

-Pero antes no me cansaba o lucía tan demacrado- chilló abrazándose a ella.

-Babe, te recuerdo que ya tenemos 31 años, evidentemente no podemos llevar el ritmo de hace 10 años. Es cierto que todavía somos jóvenes, pero no hay que abusar del poder.

-Ay, el tiempo se pasa muy rápido- dijo en un suspiro mientras se sentaba en la silla que le ofrecía su esposa para poder arreglarle la barba.

-Lo sé, pero sigues siendo muy guapo- expresó dándole un beso en la punta de la nariz antes de remojar su barba para después empezar a hacer un despunte con tijeras.

-Mi lady, tú eres la que tiene el don de la belleza y el poder de tenerme enamorado; sigues siendo tan hermosa como desde el día en que te conocí.

-Pero eso fue siendo bebés- mencionó risueña, pues meses después de que Bertha le contara a Hipo aquella historia, Astrid terminó por enterarse.

-Estoy seguro que desde bebé me enamoré de ti.

-Hoy me aseguraré que duermas bien para que no andes diciendo locuras como esa- informó con gracia.

Hipo rio al escucharla y cuando ya se había relajado por sus caricias, estaba por quedarse dormido, pero unas risas provenientes de las escaleras se lo impidieron.

-¡¡Niños!! ¿¡Qué les he dicho sobre correr dentro de la casa!? -regañó de inmediato la rubia a sus ya no tan pequeños hijos, ya que Zephyr había cumplido 8 años el mes pasado y Nuffink 5 años hacía una semana.

-Perdón mami, es que, hace mucho frío afuera- se disculpó Nuffink con pena.

-Sí, perdón ma, ¿podemos jugar aquí? -pidió Zephyr con ojos suplicantes, no obstante, su madre no caería en su trampa, así que miró a su padre esperando que cediera.

-Zephyr, ya sabes lo que opina mamá de correr dentro de la casa- indicó el castaño en un suspiro- pueden hacer todo lo que quieran aquí adentro, menos eso porque pueden romper algo.

-Bueno, entonces ¿podemos hacer pruebas piloto de mi nuevo invento? -preguntó la niña con ilusión.

El castaño miró a su rubia y luego de que esta suspirara rendida, le asintió.

- ¡De lujo! yo pido ser capturado- se ofreció el menor con energía.

- ¡Vamos! -indicó la pelirroja con emoción jalándolo de la mano.

-Es tu culpa que tengan tanta energía y creatividad- comentó Astrid al retomar su tarea.

- ¿No que eso es lo que más amas de mí? además, debería alegrarte que los inventos de Zeph son armas letales y que Nuffink es muy valiente al siempre ofrecerse como el conejillo de indias- explicó Hipo con una sonrisa.

-Como sea- dijo rodando los ojos con diversión- listo, terminé.

-Muchas gracias cariño, sin duda me siento mucho mejor.

-No es nada cariño, cuando quieras.

Se acercaron con la intención de besarse, pero antes de poder hacerlo, se escuchó un estruendo en la cocina.

-¡¡Niños!! -gritó la rubia, haciendo que los mencionados corrieran a ocultarse detrás de su esposo. Entonces, no le quedó más que mirarlo para saber si iba a defenderlos o a apoyarla.

-Solo supervisaré que dejen la cocina como nueva, te lo juro- le aseguró este con una sonrisa nerviosa.

Astrid se relajó y luego de agacharse para estar a la altura de sus hijos, estos se le acercaron.

- ¿Saben que solo quiero que no les pase nada malo, verdad? -les preguntó dulcemente dándoles un abrazo.

-Lo sabemos- aseguró Zephyr con cariño, a lo que Nuffink le secundó con una sonrisa.

-Cuando recojan lo que tiraron, háganlo con mucho cuidado.

-Sí mami- respondieron al mismo tiempo antes de ir a la cocina.

-Saben que los regañas porque los amas; no pienses que eres muy dura con ellos- consoló su esposo posicionándose a su lado- después de todo, los cuidas como lo haces conmigo... y mírame, estoy bien debido a ti.

-Gracias por decírmelo- sinceró refugiándose en su pecho con una sonrisa en el rostro- es que tú eres un excelente padre y a veces siento que yo...- trató de decir, pero fue interrumpida.

-No lo digas. Créeme que eres la mejor madre que esos niños podrían tener; no serían quienes son hoy de no ser por ti- insistió tomándola por el mentón.

-Tampoco te quites el crédito de lo que has hecho por ellos- pidió mirándolo detenidamente mientras terminaba con el espacio entre ambos para recordarse mutuamente que, a pesar de tener ciertos defectos, estaban haciendo un maravilloso trabajo criando a sus hijos.

.

Para el anochecer, la familia Haddock-Hofferson estaba disfrutando de la cena, cuando Astrid notó como sus hijos cuchicheaban entre sí misteriosamente.

- ¿Qué están tramando? -les preguntó curiosa.

-Nada malo mami, solo queríamos saber si podemos adornar para Snoggletog más que el año pasado. Nuffink y yo ya tenemos algunas ideas- habló Zephyr con seguridad.

- ¿Podemos? anda papi, tú siempre dices que al tener muchos adornos, la casa es bonita- rogó el pequeño rubio con un puchero.

La rubia miró a su esposo para decirle que tomara la decisión. Pues el problema no era que no quisieran adornar, sino que, con sus deberes, les era complicado tener tiempo libre. Y debido a que todavía no hablaban de todas las actividades que tendrían las siguientes semanas antes de Snoggletog, Astrid prefirió dejarle la decisión a Hipo, ya que este estaba creando la planeación en tiempo real y ella aún desconocía algunos detalles.

El castaño lo pensó un poco y después de organizar sus ideas, habló.

-Claro que podemos hacerlo niños, solo que tendrá que ser despacio y terminaríamos unos días antes de la celebración ¿están de acuerdo? más que nada para que nos den tiempo a mami y a mí de juntar todo lo necesario.

- ¿Podemos tener un árbol? -preguntó Nuffink con entusiasmo.

-Sí, déjenoslo a papi y a mí- aseguró la rubia guiñándoles un ojo.

-¡¡Entonces estamos de acuerdo!! ¡¡Buenas noches, mi hermanito y yo tenemos que hacer la lista oficial de los adornos que tendrá la casa!! -anunció la pequeña despidiéndose de sus padres con un beso antes de correr escalera arriba hacia su habitación.

Nuffink se llenó la boca con lo que restaba de su cena y una vez que se despidió de sus padres con un efusivo abrazo, corrió a alcanzar a su hermana.

-Ay dioses, ¿en qué nos metimos? -preguntó el castaño con ligera preocupación.

-En tratar de no decepcionar a nuestros hijos con una promesa- secundó la rubia con la misma preocupación- tenemos que hablar.

-Vamos a la habitación.

.

Aunque habían tenido la intención de hablar, tras darse ligeras caricias, el deseo por tener sexo fue mayor. Así que, al cerrar la puerta, inmediatamente atacaron los labios del otro y a deshacerse de su ropa.

(🔥) El castaño tras algunos intentos fallidos a lo largo de los años, finalmente encontró la forma de que el sonido de su habitación no saliera. Quien diría que poniendo algo de cartón y alfombras gruesas en las paredes era suficiente para aislar el ruido.

- ¿Y si hablamos mientras hacemos el amor? -preguntó este mientras hacía que Astrid quedara debajo de él para poder besarle el cuello.

-No veo porque no- respondió pasando las manos por su espalda y enredando las piernas a su cadera.

-Ignorando la alta demanda que se viene en el comercio, lo más pesado que tenemos es reforzar de nuevo los techos de las casas en mal estado- informó antes de tocarle los pechos y comenzar a jugar con ellos con ayuda de su lengua.

Astrid jadeó con fuerza y luego de apretarle los glúteos con las manos, pasó la lengua por el lóbulo de su oreja para susurrarle al oído.

-Qué no se te olvide que en dos semanas habrá una junta con los jefes, ya sabes, hay nuevos líderes.

El castaño gruñó por el dulce tacto de su esposa y luego de acceder a que rotaran posiciones, Astrid comenzó a mover las caderas cerca de su miembro a la vez que él seguía el hilo de la conversación.

-Recuérdame porque accedí a que la junta fuera aquí- le expresó en un jadeo para enseguida ser acallado por sus labios.

-Porque querías festejar que hay un nuevo jefe del Norte, así que además de darse la junta, prometiste un gran banquete- le recordó antes de estremecerse porque Hipo había empezado a jugar con su entrada con ayuda de dos dedos.

El castaño volvió a rotar posiciones para besar los pechos de la rubia, además de seguir jugando con su entrada y después de que esta tomara su miembro para estimularlo, ambos empezaron a soltar gemidos.

-Cierto, pero después del periodo de junta, según la planeación no hay algo que nos haga invertir tanto tiempo- aseguró mientras se posicionaba entre las piernas de Astrid para dar comienzo a las embestidas.

- ¿Seguro? -preguntó en un jadeo y haciendo la cabeza hacia atrás una vez que entró en ella.

-Sí, solo falta la recolecta de la mitad restante de suministros para el invierno, reconstruir el gallinero, el bautizo de unos bebés y ya... el resto son los problemas básicos que surgen a diario- terminó de explicar con cansancio debido a que las embestidas iban cada vez más rápidas.

-Entonces me alegra que podamos cumplirles la promesa a los niños- atinó a decir antes de jalarlo por el cuello- ahora, ven aquí- agregó para besarlo con pasión y aumentar el movimiento de sus caderas, además de apretar las piernas para hacerse más estrecha.

No tardaron en llegar al clímax, y después de caer agotados en la cama, estando en un silencio cómodo, se pusieron a intercambiar caricias sutiles (🔥).

-También recuérdame hacer espacio la siguiente semana para tener sexo en la mañana y noche- pidió él mientras unía su frente a la de ella.

-Gracias, ya te habías tardado. Ya que yo conseguí hacer espacio la semana pasada para que faltáramos 2 días a trabajar y pudiéramos tener sexo con tranquilidad- reprochó con ternura abrazándose a él.

-Perdón, no vuelve a pasar- aseguró cruzando sus piernas con las suyas- este Snoggletog será increíble.

- ¿Por decorar la casa mucho más? -preguntó divertida mirándolo a los ojos.

-No, es una especie de corazonada, aunque cualquier fecha es especial si tengo a los niños y a ti conmigo; ese siempre será mi mejor regalo... te amo- añadió dándole un tierno beso en los labios, además de acariciarle las mejillas.

-Yo también te amo y no te preocupes, sé que esta temporada es algo difícil para ti- comentó con una sonrisa empática- así que haré lo que sea para que tengas un día inolvidable, sobre todo, porque estaremos juntos en familia; lo prometo.

-Gracias Mi lady.

- ¿Por qué?

-Por seguir estando para mí después de tantos años.

-Lo hago con gusto Babe. Además, también yo debo darte las gracias por seguir estando para mí a través de los años... ¿siempre? -agregó por último su promesa más significativa que tenían en la vida y en su matrimonio.

-Siempre.

Dicho eso, se sonrieron con complicidad antes de fundirse en un nuevo beso que dio comienzo a otra guerra en la cama, donde se transmitieron todo el amor que sentían por el otro, pues, a pesar de todos los años que llevaban juntos, sabían que no había nada más verdadero que lo que el tiempo no podía romper; lo que hacía el deseo de ayudar al otro para que siguiera siendo quién es en realidad.

Desde que se casaron, supieron que habían adquirido la vida perfecta después de tanto luchar en el pasado, y sencillamente fue mejorando con la llegada de sus hijos; sus pequeñas adoraciones por las que harían hasta lo inimaginable. Así que, no había una sola duda de que si se mantenían juntos, todo estaría bien.

El amor siempre sería el sentimiento más poderoso ante la adversidad, y el arte de amar, una gran aventura que vivir y explorar.

.

.

El fin...

A ver, antes de que me ponga sentimental, debo aclarar algunos puntos.

1. El origen y explicación del nombre de Nuffink lo saqué del fandom gringo xd, cuando leí la teoría, me gustó mucho, así que por eso está aquí.

2. La historia concluye unas semanas antes del corto de Homecoming, así que no hay necesidad de explicar que pasó después UwU.

3. Hace tiempo, alguien me preguntó que si las historias de "¿Siempre? Siempre" y "Volverte a ver" se conectaban con esta, la respuesta es sí. Las 3 historias son de un mismo universo. Y, para este caso en particular, "Volverte a ver", podría decirse que es la continuación de "El arte de amar".

4. Si se dan cuenta, he escrito historias de todas las series y películas de HTTYD, menos de la segunda película. También es justo que tenga un relato, ¿no? bueno... redoble de tambores... "Juntos somos más fuertes" es el nombre que tendrá la historia centrada en sucesos de HTTYD 2. Aclaro que todavía no la publicaré, pero quise darles un adelanto de una vez xd.

Ahora sí, después de esto, quiero darles las gracias infinitas a cada uno de ustedes por acompañarme en un libro más, de verdad que me ayuda mucho cada comentario, lectura y voto que recibo de su parte; es un buen motivante para seguir escribiendo. Espero poder seguir contando con su presencia en mis demás proyectos; me haría muy feliz.

Sin más, los veo con mucho gusto en "Espíritu indomable" y "Viviendo mi nuevo comienzo". Y si solo van a llegar hasta esta historia, les doy las gracias.

Hasta siempre ;)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top