37


* - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - *


Por suerte mi lobo y yo nos separamos al día siguiente, aunque Nam Joon aseguró que no seguiría con las pruebas y solo me centrase en el trabajo y en el lobezno mientras el busca alguna respuesta entendible.

Por mala suerte es jueves y mi celo ya a comenzado a dar los primeros síntomas, me siento demasiado agitada y, la cercanía constante de JungKook, no me ayuda demasiado, tengo mi mochila lista con algo de comida y bebida, además de alguna prenda y una manta enorme, la cuelgo en mi hombro y me acerco a la habitación de Min Ho, le veo terminar de prepararse su mochila y después se gira hacia la puerta para salir, me mira y me sonríe con un leve sonrojo con él.

—Ya estoy listo Noona, — asiento y espero a estar a su lado para comenzar a bajar las escaleras; siento mis mejillas arder, al igual que el resto de mi cuerpo, por suerte el celo aún no ha comenzado realmente.—Noona... JongHyun ... ¿podrá venir al bosque este fin de semana?

—Pequeño, nos vamos por mi celo, no puedo cuidarte a tí y a tu amigo, ¿lo entiendes?— Min Ho asiente, sin embargo no ha borrado su sonrisa.

—Él me dijo ayer que vendría con su hermano, me ha dicho que las parejas deben estar solos en el celo.— le miro incrédula, ¿qué tanto sabe ese pequeño beta sobre los celos?—Se lo explicó su hermano mayor, es un alfa muy bueno, siempre nos cuida en los recreos por si alguien intenta hacernos daño.— asiento algo desconfiada, no creo que a JungKook le agrade de que haya otro alfa cerca mientras yo tengo mi celo.

La puerta principal se abre y tengo que tapar mi nariz, no comprendo por qué, siendo yo quien va a pasar por esta mierda sea él quien huela más fuerte y excitado por sus feromonas. 

—¿Lo tenéis todo?— pregunta a lo que yo asiento, cojo la mano de Min Ho y camino en su dirección, con la nariz aún tapada y sintiéndolo todo diez veces  peor, me siento en el coche de JungKook, en la parte de atrás y él comienza a conducir, cuando salimos de la aldea es mi momento de darle indicaciones para dejar el coche cerca de mi cueva.

El silencio del viaje sólo es roto por mi voz guiando a mi alfa ya que la radio a dejado de funcionar hace unos minutos, cuando le digo que aparque él lo hace e instantáneamente los tres nos bajamos del coche con nuestras cosas en la mano.

—Será mejor que tomemos... nuestras formas animales hasta llegar...— sí, hemos aparcado bastante cerca, pero aún hay una buena distancia a pie hasta la que fue mi hogar hace meses. 




(---- * ----)





Llegamos a la cueva y, ahora que mi olfato ya no está ta afectado por las feromonas de JungKook, intento encontrar algún rastro de olor de algún animal que haya usado mi cueva como su casa, por suerte solo huele a HoSeok, aunque parece que a JungKook no le agrada en lo más mínimo.

Colocamos las mantas y decido que es buena idea enseñarles una pequeña parte del bosque mientras soy consciente, casi al completo, de lo que hago, ninguno pone problemas por lo que les llevo hasta el río, que tiene más agua que la última vez gracias a las lluvias de hace unos días, les muestro varios de mis escondites y algunas partes más antes de volver a la cueva.

La luna comienza a llevarse toda la luz del sol, sumiéndonos en una oscuridad casi completa, puesto que JungKook ha hecho una pequeña fogata para cocinar algo de carne e intentar calentar un poco la cueva, cosa con la que no estoy de acuerdo, cuando mi celo comience necesitaré algo frío para apaciguar mi instinto y, con esa fogata, va a ser difícil.

—Estas vistas son preciosas.— admite, mirando hacia el cielo estrellado, ambos con nuestras formas humanas. 

—Cierto...—  le doy la razón, me apoyo en su hombro y me atrevo a inhalar sus feromonas, que siguen igual que esta mañana, no han cambiado y me preocupa hacer algo mal durante mi celo.— JungKook, —  su mirada se centra en mí.—si hago alguna estupidez durante mi celo... lo siento.

—¿Tendrás tu forma animal?— su pregunta me sorprende bastante, aun así niego, nunca he pasado un celo con mi forma animal, es mucho más incómodo.—¿Tienes supresores?— niego con mi cabeza, no quiero medicarme para que mi celo sea diferente, por algo he decidido pasarlo en el bosque y no en la aldea.

—El primer día será el peor, no podré ni hablar.— le aviso de antemano, no quiero que se lleve ninguna sorpresa, aunque ni yo sé que pasará o cómo reaccionaré al tener a mi pareja en un celo.— El segundo podré hablar, pero sobre todo gimotearé por cualquier cosa y el tercero...— no hace falta explicar que en el celo me entran ganas de follar, durante los tres días, pero el tercero... es el peor.—el tercero necesito que te controles lo máximo posible.— le pido y, a cambio, recibo un pequeño beso en mis labios.

—Puedes estar tranquila, no haré nada que no quieras.— su sonrisa me gusta cada vez más, aunque mi lobo me recuerda algo importante, es él quien tomará el control completo y absoluto de mi cuerpo.     

—Kook...— agacho la mirada, demasiado abochornada por lo que voy a preguntar.—¿Has traído protección?— le escucho toser de golpe y me preocupo, ¿e sonado demasiado mal?, ¿debí preguntar eso si quiera?

—E-estarás en celo Alia.— lo dice como si eso fuese una respuesta que yo entiendo fácil, sin embargo no sé que tiene que ver eso con mi pregunta.—S-sí, n-no sabía si serían necesarios, pero... si me descontrolo... es b-buena idea utilizarlo.— los dos estamos nerviosos, pero él ya ha tenido pareja antes, ya ha pasado los celos de una omega y ha intimado con ella, ¿por qué le pone nervioso hablarlo conmigo?        

—G-gracias. 





(---- * ----) 





Despierto sudando demasiado, siento mi sexo húmedo e hinchado, me remuevo entre as mantas intentando encontrar una posición que me haga sentir más cómoda o relaje el calor de mi cuerpo, gimo dolorida al no encontrar ninguna postura ni nada que me satisfaga excepto mis dedos, que rozan mi clítoris varias veces, algunas los entierro dentro de mi cuerpo y me escucho gemir, con suavidad, pero sigo ardiendo, demasiado.

A mi olfato llegan las feromonas de JungKook, que son devastadoras para mi cordura, saco la mano de mi interior y coloco mis pantalones, me siento incómoda con la ropa, quiero quitármela por completo.

—Alia, ha llegado un tal JongHyun...— le miro, sentada en la cama improvisada sobre el suelo, me relamo los labios, soy capaz de percibir un aroma en él, huele a chocolate, es leve pero embriagador par mis sentidos, me quejo al ver que no se mueve de la entrada de la cueva, pero él solo tapa su nariz, ¿mis feromonas son demasiado fuertes?, ¿huelo mal? sollozo a pesar de que nunca me ha gustado llorar.

No puedo controlar ninguna de mis acciones o gestos, por más que quiera me es imposible.

—Lo siento, le diré a JongHyun y su hermano que se lleven a Min Ho hasta que volvamos.— intenta darse media vuelta, le agarro de su chaqueta y le gruño con fuerza, no quiero que nadie se lleve a mi cachorro, es mi hermano menor y debo cuidar de él, aunque ahora no sea capaz de hablar si quiera.—Le traeré y vemos cómo reaccionas, si haces algo raro le pediré a JongHyun que se lo lleve a su casa, sino, se quedará, ¿de acuerdo?— creo que no e hecho demasiado caso a sus palabras.

Me levanto y paso mi legua por el cuello suave de JungKook, le siento estremecer, pero me separa de él, me quejo mientras vuelvo a intentar acercarme a él, se siente bien tenerle cerca y él me está alejando, me tumba sobre las mantas y me pide que me quede allí, no me da opción a gruñir, sólo desaparece de la cueva. Pasan varios minutos que se me hacen interminables y que, por desgracia, han hecho que mi celo juegue en mi contra, mi olfato se ha incrementado mucho más, al igual, que mi oído, vista y tacto.     

Escucho los pasos de cuatro personas y reconozco el olor dulce de mi Doengsaeng, también el leve aroma a chocolate de JungKook, el de canela, otro alfa, y a manzanas. No quiero que estén aquí, sólo quiero que JungKook esté junto a mí, quiero poder tocarle otra vez.

—Bien, Alia, Min Ho va a entrar ahora, ya sabes.— me advierte divertido al ver cómo me retuerzo entre la sábanas. 

Veo al pequeño entrar y el olor dulzón de mi omega me gusta mucho, no me muevo, pero aspiro con vehemencia ese aroma tan característico de mi hermanito, le veo alzar la mano para saludarme y me siento realmente mal pues me tengo que controlar para no hacer nada que asuste al pequeño.

—Noona...— gruño y espero que JungKook entre, tiene razón, el omega no puede estar durante mi celo, le veo asustarse y le miro con pena, no quiero asustarle ni que piense nada malo.—E-está bien, — me sonríe, aunque algo asustado.—será mejor que duerma en casa de JongHyun.— se rasca la nuca nervioso, no me gusta que vaya a dormir en la misma casa que un alfa soltero.—hablaré todos los días con Kookie-Hyung, lo prometo. 

JungKook entra en la cueva y le ayuda a recoger sus cosas para irse con el beta, yo me mantengo inquieta, tratando de aliviar las sensaciones de mi cuerpo, sin embargo no puedo y sólo va a peor cuando mi novio se acerca a mí después de haberse despedido del lobezno y su amigo, JungKook se queda junto a mí, pero no se mueve, solo se tapa la nariz, veo sus pupilas dilatadas y su erección oculta por su chándal.

Gimo, le necesito tocándome, no intentando controlarse, le necesito a él, ahora.

—Alia, me pediste que me controlara.— sus palabras me enfurecen, ¿por qué tuve que decirle eso? Le quiero tocándome, rozándome, aliviando mi calor.—Por favor, quédate ahí.— me pide cuando comienzo a acercarme, no le hago caso y no paro hasta quedar a horcajadas sobre él, siento su erección en el lugar exacto, comienzo a mover mi cadera, se siente mil veces mejor que cuando me toco yo.—A-Alia, p-para.— hundo mi nariz en su cuello y huelo ese olor achocolatado tan extraño, lamo su cuello y le noto temblar, ya no se tapa la nariz, pero sus mano paran mis caderas.—Me lo estás poniendo muy difícil.— no escucho sus palabras, lamo y muerdo el lóbulo de su oreja, le escucho ahogar un gemido y, de un omento a otro, estoy tumbada en la cama improvisada.

Él está sobre mí, mantiene mis manos sujetas y yo gimo, necesito tocarle, necesito sentirle, él niega y olfatea mi cuello, le siento tensare un segundo y me preocupa que se aleje, así que con mis piernas rodeo su cadera, le pego a mí y tiemblo cuando su dureza roza mi sexo por encima de la ropa.   

Se aleja de mi cuello para mirarme a los ojos, los tiene de color ámbar, parece frustrado con algo, vuelvo a mover mis piernas y su dureza vuelve a rozarme, suelta mis manos y siento mi piel arder, su toque hace que mi piel arda y cosquilleé, sus manos recorren mi figura, lentamente y escucho mi pantalón ser abierto gimo en aprobación al sentir sus dedos rozar mi sexo por encima de mi intimidad.





(---- * ----)





Abro mis ojos, JungKook está junto a mí, sus ojos están abiertos y yo estoy somnolienta, me ha regalado el mejor orgasmo que he podido tener, pero no estoy satisfecha, no aún, quiero más que sentir sus dedos en mi interior, quiero sentirle a él, pero se niega, y me mantiene abrazada, me huele y lame mi cuello, ¿a caso no se da cuenta de que eso me provoca aún más? 

Me remuevo inquieta, tan solo es el primer día y a penas puedo controlarme, no quiero saber que pasará el último.

La noche ha caído, no le he dejado ni un minuto del día en paz, sólo quiero una cosa, ¿por que no me lo da? Sé que él también quiere, si erección me lo deja claro, pero se controla, no quiero que lo haga.

Gimo, me rozo contra él en busca de más contacto, el calor es demasiado, mucho peor de lo que logro recordar, me frustra no poder hablar, me frustra que su toque se limite a rozarme y no entregarme lo que ambos deseamos, es demasiado cabezota, demasiado obediente a mis palabras. Gruño disconforme, cabreada y dolida, parece que no le gusto, que no quiere tocarme más de lo que ya lo hace.

—Alia... relájate, mañana pensarás con más coherencia.— intenta peinarme pero le muerdo el antebrazo, con cuidado de no hacer ninguna herida, sólo demostrar mi inconformidad con un poco de dolor.—Ahg.— se queja, nuestras miradas conectan y, con su brazo aún entre mis dientes, bajo una de mis manos hacia su hombría, rozo y busco la manera de adentrar mi mano, pero me la sujeta justo cuando estoy a punto de lograr mi objetivo.—Para, mañana hablaremos, ahora voy a hacer la cena, no te muevas.—  me señala mientras se levanta, libero su brazo y me siento sobre las mantas, frustrada, me cruzo de brazos y me quejo, mientras veo su fuerte espalda acercar la carne a la fogata encendida.


* - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - *

4/6

Darkest_Light_Soul.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top