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El primer día de escuela de Min Ho comienza y él está bastante emocionado, desayunamos los tres en la cocina y, mientras el menor termina de desayunar le preparo el almuerzo para la escuela, que meto posteriormente en su mochila.

Han pasado ya unos días desde que les conté a los chicos sobre mi celo, al día siguiente tuve que explicarle a Min Ho el plan sobre mi celo y, aunque se preocupó un poco por faltar a la escuela, al final aceptó gustoso venir, JungKook sin embargo lleva ya varios días durmiendo conmigo, y me sorprende que ninguno de los alfas le haya llamado para que vuelva a su casa, aunque no tengo ningún problema con que duerma aquí algunas noches.

JungKook se levanta de la mesa con el plato y el vaso del omega, para después ponerlo en el lavavajillas, Min Ho se queda mirando al alfa como casi todas las mañanas que le ve aquí, extrañado. No me sorprende pues supongo que no está acostumbrado a que un alfa esté tan cerca de mí, aun sabiendo que es mi pareja, por suerte los ataques de celos del alfa y del omega han disminuido bastante en los últimos días, por lo que me encuentro más relajada.

—Enano, ve a vestirte o llegarás tarde.— le digo, con una pequeña sonrisa en mi rostro, veo correr a Min Ho hacia su habitación y cuando parece que estoy sola en la cocina, siento a JungKook abrazándome por la cintura.

—Estás agotada.— me besa en la coronilla y yo me dejo caer sobre su hombro, las últimas noches no han sido fáciles, Min Ho no ha dejado de entrar a mi habitación en las noches por el miedo y, aunque no tengo problemas en que duerma conmigo hay noches en las que se mueve demasiado y no me deja descansar.

—Estoy bien, no te preocupes.— me separo de él y le sonrío, caminando hacia mi habitación.—Deberías vestirte.— me río por lo bajo al observarle un poco más detenidamente, va vestido con un pantalón chándal que le queda un poco grande de la cadera.

—¿Quieres que nos cambiemos juntos?— sé que está bromeando y aun así siento mi cara acalorarse y la sangre fluyendo con fuerza hacia mis mejillas y orejas, niego con la cabeza y corro hacia la habitación, que cierro para cambiarme rápidamente.

Me quito mi pijama y me visto con el uniforme del trabajo rápidamente, me miro un momento al espejo que tengo en mi armario y observo las bolsas amoratadas bajo mis ojos, buen síntoma de cansancio, suspiro y me alejo del armario.

—¡Ya puedes subir a cambiarte!— le grito al alfa, que en seguida sube las escaleras al segundo piso, me sonríe mientras cruzamos caminos, él entrando a mi habitación y yo entrando al baño.

Comienzo a peinarme. JungKook ha dejado algunas prendas de ropa en mi casa, incluso uno de sus uniformes de trabajo, cuando llegó con la mochila la primera noche que se quedó a dormir no esperé que dejase algún pantalón y camiseta en uno de los cajones que no utilizo de mi armario, lo que más me sorprendió fue encontrar la ropa unas horas después de que el peli-negro se hubiese ido, creo que pensó que le diría de llevarse la ropa, sin embargo cuando la segunda noche que se quedó aquí a dormir le saqué una muda de ropa pareció bastante feliz.

Me gusta demasiado tener a mi dongsaeng y a mi pareja junto a mí, aunque a veces  creo que es muy rápido, que todo va demasiado deprisa como para poder controlar lo que quiero, pienso o hago.

Llaman a la puerta del baño y, casi al instante, invito a pasar a Min Ho, pues su aroma llega desde la puerta, el lobezno entra, completamente feliz y sonriente.

—¿Cómo es la escuela, Noona?—  su pregunta enfría mi buen humor, nunca he estado en una escuela, todo lo que sé lo he ido aprendiendo a lo largo de los años en el bosque, no sé nada de ciencia, tecnología ni cosas que aparentemente son importantes para el día a día, solo sé de supervivencia.

—No lo sé enano, nunca he ido a la escuela.—Min Ho salta en su lugar, justo antes de agarrar su cepillo. 

—Lo siento Noona, se me había olvidado... — parece arrepentido de algo que no entiendo, le miro por el espejo y, cuando he terminado de hacerme mi coleta cojo el cepillo que él no ha cogido aún.

—No hay problema con ello, incluso a mí se me olvida a veces.— me mira a través del espejo y, mientras comienzo a peinarle le sonrío.—Llevo aquí ya varios meses y todo se me hace tan conocido y familiar que es como si me hubiese criado aquí. 

—¿De verdad?—  Min Ho parece muy emocionado, no puedo quitar la sonrisa de mi rostro cuando asiento con la cabeza.

—Los alfas me recibieron y me ayudaron como si fuesen mis hermanos y tú, pequeñajo, robaste mi corazón la noche que te encontré.— sus ojos brillan de una forma tan especial que siento mi corazón mucho más cálido.—De hecho, esa noche fue mi primera noche en la aldea, yo acababa de llegar esa mañana.— Min Ho me mira asombrado y, cuando veo que ya he terminado de peinarle dejo el cepillo en su lugar y le doy un leve abrazo al omega, que me devuelve enseguida.

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Min Ho entra en la escuela y, aunque durante todo el camino ha estado tironeando de mi brazo para no llegar tarde, cuando hemos tenido la puerta frente a nosotros, se ha asustado, aún no entiendo porqué, pero al final he conseguido relajarle con algunas palabras que, a mi propio parecer, no han hecho demasiado.

—Hora de ir a trabajar.— asiento a las palabras de JungKook, que coge mi mano izquierda mientras caminamos en dirección a la comisaría, que por suerte queda a pocos minutos de la escuela del menor.—¿Estás segura de que no prefieres que te dé el día libre?—  niego ante sus palabras.

—No quiero tener preferencia por ser cercana a los alfas o por ser tu pareja,—  explico, apretando con un poco más de fuerza la mano de JungKook.—quiero que se me trate como alguien más de la manada, nada más.

—De acuerdo, pero si te veo muy cansada me da igual lo que pienses, si hace falta te arrastraré hasta tu casa para que descanses.— su voz sale fuerte y autoritaria, sin embargo consigue hacerme reír y, para mi sorpresa, él ríe conmigo.

Llegamos a la comisaría y, mientras el va hacia su despacho, yo me siento en mi puesto.

Pasados unos minutos en silencio, en el que enciendo mi ordenador y releo alguna que otra vez los casos aún abiertos en la manada me pregunto si lo que hago vale realmente la pena porque, a pesar de llevar a cabo las demandas, los juicios y todo lo necesario para acabar con los problemas siguen apareciendo nuevos.

A mi olfato llega el aroma de tabaco y menta característico de G-Dragon, segundos después se encuentra frente a mí, le observo con cuidado, su pelo sigue teñido de un rubio fosforito y, en su mano derecha lleva una pequeña carpeta.

  —Buenos días Alia. — me saluda.—¿Qué tal estás?

—Buenos días G-Dragon, — le devuelvo el saludo con una pequeña sonrisa.—bien, aunque un poco cansada.— el rubio se ríe un poco y, de alguna manera, sé que no se está burlando de mí.

—Es normal, me enteré de que has adoptado a Min Ho, es un omega que conlleva muchos cuidados a pesar de estar casi en la adolescencia.— asiento, dándole la completa razón.—Eso sin contar la preparación que te están haciendo los alfas para el mes que viene, el cuidar también de Kookie-ah...— comienza a enumerar con sus dedos, haciéndome reír un poco.

—Supongo que sí, aunque lo que más cansada me tiene son las noches sin dormir.—  paso mi mano por la parte superior de mi cabeza, hasta que mis dedos rozan con la goma de pelo que sujeta mi cabello.

—Es cierto, me dijeron que Min Ho le teme a la oscuridad,—  asiento de nuevo y miro a la pantalla de mi ordenador cuando se escucha un pequeño ruido, me ha llegado un mensaje de Suga.—espero que se acostumbre pronto y así puedas descansar bien, necesitamos que estés como nueva para el mes que viene.— le sonrío en respuesta.

—Lo estaré, no te preocupes por ello.— miro nuevamente la pantalla, aún no he leído el mensaje de YoonGi y me han llegado algunos mensajes más de JungKook y Nam Joon.—Me solicitan por aquí, hablamos luego.— me despido con una sonrisa del alfa frente a mí.

—Claro, si quieres, cuando vayas a tomarte un café y descansar un rato ven a mi puesto y vamos juntos.—  me sonríe y asiento gustosa a su proposición, hace bastante tiempo que no hablo con él por lo que me hace bastante ilusión.

Veo a G-Dragon desaparecer por el pasillo y, en seguida, reviso los mensajes que me han escrito los alfas, en primer lugar reviso el de YoonGi.

Suga-Hyung.

Alia, te e asignado un par de denuncias, debes descansar por lo que, en cuanto acabes con lo que te he asignado vete a tomar un café o a entrenar un poco, pero no quiero que vuelvas a tu puesto hasta mañana.

Me pregunto si JungKook le ha dicho algo sobre mi cansancio, pero teniendo en cuenta que hace un par de días que no veo al mayor la única solución posible es que mi novio le haya hablado sobre ello, cosa que no sé si me molesta por no haber hecho caso alguno a mis palabras o me agrada por preocuparse por mí.

De acuerdo, entonces haré lo que me dices.           

Después de responderle abro el mensaje de Nam Joon.

RM-Hyung.

Alia, cuando hayas recogido a Min Ho necesito que vengas a mi trabajo, debo hablar contigo sobre algunas cosas.

No te preocupes no es nada malo.

El mensaje de Nam Joon me sorprende un poco pues no me esperaba sus palabras.

Claro, sin problema.

Iré a tu empresa en cuanto recoja a Min Ho.

El siguiente mensaje que abro es el de JungKook, el cual me sorprende bastante pues, a pesar de que su despacho queda a unos metros de mi puesto ha decidido mandarme un mensaje en vez de venir a decírmelo.

JungKookie.

Alia, no te esfuerces demasiado hoy, por favor. 

No sé que responder a su mensaje. 

No lo haré, Suga-Hyung prácticamente me lo ha prohibido.

Por cierto, ¿le has dicho a YoonGi-Hyung sobre mi cansancio?

Su respuesta no tarda demasiado en llegar.

Sí... sé que no me ibas a hacer caso asique... he preferido pedirle el favor a Suga-Hyung.

Eres un caso JungKookie.

Cierro la conversación, al igual que las otras dos y reviso las demandas que me ha enviado YoonGi por correo, no parecen casos demasiado difíciles o complejos.

Pasan algunos minutos, en los que intento estudiar las denuncias y buscar posibles soluciones que no conlleven a un problema mayor, lo que me sorprende es el hecho de que hayan robos en la aldea y, la primera denuncia que investigo es esa, no sé muy bien cómo evitar mayores problemas.

Escucho cómo la silla frente a mi se arrastra unos centímetros por el suelo mientras un agradable aroma a gardenia inunda mi olfato, me sorprende bastante que Jimin esté aquí, tal vez ha venido a hablar conmigo de algún tema legal sobre su negocio.

—Buenos días Alia.—  alzo la mirada de la pantalla del ordenador y veo un pequeña sonrisa asomando en su rostro.

—Buenos días Jimin-Hyung, ¿qué te trae por aquí?— le pregunto, devolviéndole la sonrisa, observo cómo el agacha la cabeza y niega un momento, después pasa su mano por su pelo, echándolo hacia atrás.

  —Ayer denuncié un robo en mi tienda, YoonGi-Hyung me dijo que viniese a hablar contigo hoy sobre la denuncia.— le miro sorprendida.

—¿Sabes qué te robaron?— pregunto pues puede que la solución sea bastante sencilla, Jimin asiente y parece entristecido.

—Es un pequeño collar con una llave, me lo quité un momento en la tienda, lo dejé junto a la caja y entré al invernadero para recoger algunas margaritas puesto que se me habían agotado, cuando volví... el collar no estaba.— su mirada se cristaliza y agarro su mano con cariño, dándole un poco de apoyo.—Me lo regaló mi madre antes de que HoSeok me encontrase y me trajese aquí, es realmente importante para mí.— no sé cómo sentirme al respecto.

—¿Revisaste las cámaras de seguridad?— el alfa asiente, aún con la mirada cristalizada, no me gusta verle de esta manera.

—Sólo se ve a un hombre completamente cubierto, no se le ve nada, ni si quiera el cuello.— miro la pantalla de mi ordenador unos segundos, intentando encontrar una solución, sin embargo no se me ocurre demasiado.

—¿Tienes alguna foto del collar?— Jimin piensa durante unos minutos y, cuando creo que va a negar saca su móvil y me enseña una imagen de su galería.

En la imagen puedo apreciarle junto a J-Hope, ambos con una camisa blanca bastante más grande de lo que deberían y unos pantalones de color gris, en el cuello de Jimin puedo observar con algo de dificultad el collar, que desentona sobre su piel blanquecina en ese momento, el collar de un murado intenso, que me hace dudar de que realmente sea de valor o no. 

—Espera un momento, por favor.— me levanto de mi silla, con su móvil aún en mis manos y camino hacia el despacho de YoonGi, que me abre en cuanto llamo a la puerta.—Suga-Hyung, necesito llamar a J-Hope-Hyung.— su mirada busca una respuesta un poco más aceptable.—El caso de robo puede ser fácil de resolver, tengo una foto de lo que se ha robado y, si HoSeok me ayudase no tardaríamos nada en encontrar al culpable. 

—Has sido rápida en darte cuenta con eso.—sonríe y, tengo la vaga sensación de que me está poniendo a prueba.—Bien, llama a HoSeok, mañana os pondréis a buscar el collar.— miro con duda al mayor.

  —YoonGi, el collar es de Jimin y, sinceramente, creo que lo más correcto sería buscarlo cuanto antes.— escucho cómo su silla se mueve y el olor a menta me relaja un poco, ¿por qué su aroma consigue relajarme tanto? 

—Y yo te he dicho que te encargases de las denuncias que te he asignado y no hicieses nada más, Jimin esperará gustoso y, sobre todo si se fija en las ojeras que tienes, debes descansar y no pienso cambiar mi postura en cuanto a mis palabras. Lo buscaréis mañana.— asiento, incapaz de cabrearme con él, pues me siento demasiado relajada cómo para hacerlo, mentalmente maldigo que su aroma me relaje de esta manera, como si me encontrase en un limbo. 

Vuelvo a mi puesto, donde me espera Jimin y le sonrío algo abochornada.

—Llamaré a HoSeok-Hyung, mañana comenzaremos la búsqueda de tu collar.— Jimin me sonríe.

—Debo irme ya,—  le devuelvo su teléfono y él lo guarda con cuidado.—te enviaré la foto en cuanto llegue a casa, cuídate y descansa Alia.—  se levanta, al igual que yo y nos despedimos en un fraternal abrazo, en el que siento sus feromonas de preocupación flotar a mi alrededor.

—Lo encontraremos, descansa.— nos terminamos de despedir y le veo desaparecer por la puerta, ahora sólo me falta contactar con HoSeok y terminar con las demás denuncias.

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2/6 

 Darkest_Light_Soul.