21

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Toco la puerta de la casa de los siete alfas, Min Ho sujeta con fuerza mi mano mientras sujeta el balón de fútbol con su otra mano, no puedo evitar posar mi vista en él, le he prestado la mochila que me regaló YoonGi y dentro sé que lleva el blog de dibujo y algunas pinturas ya que antes de venir me ha prometido que, con ayuda de JungKook, me regalaría un dibujo.

Es Jin quien me abre la puerta, va vestido con un pantalón negro y una camiseta blanca, siendo acompañado de un delantal que cubre su pecho y parte de sus piernas

—Hola, pasad. — nos invita y tanto el pequeño como yo asentimos y entramos al recibidor de la espaciosa casa. —Siento no poder quedarme con vosotros, tengo que ir al restaurante a trabajar. — parece apenado a lo que yo niego sonriente.

Jin se preocupa mucho de mi persona, me lo ha demostrado en varias ocasiones desde que llegué a la aldea y, eso, es algo que soy incapaz de comprender pero que me alegra demasiado.

—No te preocupes Jin-Hyung, antes va el trabajo. — hace unos días acabé con la costumbre de llamar a casi todos los alfas de esta casa "Hyung", excepto a JungKook que, a pesar de que últimamente me trata bien no soy capaz de nombrarle con tanta confianza o cariño, no aún.

—Suerte en el trabajo Jin-Hyung. — Min Ho también comienza a llamarles "Hyung", pero a diferencia de mí, él lo hace con los siete alfas.

—Gracias pequeño. — Jin le despeina suavemente y, antes de salir por la puerta me llama. —Alia, JungKook os espera en el salón y RM en su despacho. — asiento y me despido de él con una sonrisa.

Caminamos por el amplio pasillo hasta entrar al salón, donde distingo una cabellera negra como el carbón sobresaliendo del respaldo del sillón, con cuidado nos acercamos y, casi al instante, JungKook nos mira con una enorme y brillante sonrisa que ilumina su algo fatigado rostro.

Me tenso un poco pues parece cansado y tal vez deba descansar, no cuidar del pequeño que ahora es mi responsabilidad, aun así el peli-negro se levanta del salón y se pone de rodillas para abrazar con fuerza al pequeño que ha soltado mi mano en cuanto JungKook se ha levantado.

Escucho sus risas y sus saludos, la escena me enternece y me pregunto cómo sería JungKook con sus propios cachorros, si sería tan amable y cariñoso como lo es con Min Ho o, por el contrario, sería despreocupado.

Nuestras miradas conectan momentáneamente, solo son unos segundos pero se me hacen eternos, sus ojos se iluminan y me saluda con una sonrisa que, aunque solo la he visto un par de veces, estoy segura de que no dejará de gustarme en ningún momento.

—Hola, Alia. — se levanta y se separa de Min Ho, después se acerca a mí y me da un abrazo que me sorprende, ¿por qué me abraza?, escucho al lobezno gruñir y yo dejo escapar una pequeña risa, sin embargo JungKook no me suelta, su calidez comienza a ser abrasadora y, aunque mis hormonas ya no se remueven con tanta fuerza, sigo sintiéndome acalorada ante su presencia y su tacto... su tacto activa una parte en mí que no creo que sea digna de una persona.

—Ehh, h-hola, JungKook. — cuando hablo parece darse cuenta de la situación y, sobre todo, del gran bulto que aplasta la parte más alta de mi cadera y que, por desgracia, no es solo mi lobo el que desea que no se aleje pero, ¿por qué de repente parezco confundir mis sentimientos?

"Te lo he dicho, debes creer más en mí"

—Lo... lo siento. — se disculpa mientras se separa lentamente de mí, como si ansiase que nuestras pieles no se separasen aún, como si sintiese lo mismo que yo ahora mismo.

—¡Noona es mía! — gruñe el pequeño lanzándose sobre mí y abrazándome con toda su fuerza, cortando las palabras que ni si quiera he sido capaz de decir.

—Si pequeño. — le doy la razón y escucho un gruñido grave y fuerte que sé perfectamente que procede del peli-negro frente a mí, le miro e intento darle a entender a su lobo que no soy suya, que no soy su pareja y que debe acostumbrarse igual que mi lobo lo está haciendo, o eso debería estar pasando.

—Bueno, enano, — le llama JungKook apartando su vista de mi persona y mirando al lobezno. —Alia debe irse a hablar con RM-Hyung asique... ¿qué quieres hacer ahora?

—Quiero que me ayudes a hacerle un dibujo a Noona — dice entusiasmado cogiendo la mochila que, en algún momento, se ha quitado y ha dejado en el suelo.

—Perfecto entonces. — JungKook le sonríe nuevamente y luego me mira a mí. —¿Sabes dónde está el despacho de RM? — asiento con la cabeza y, antes de salir del salón para subir al segundo piso me agacho a darle un beso en la frente al pequeño.

—Pórtate bien, ¿de acuerdo? — el pequeño asiente y me da un beso en la mejilla, después salgo del salón y subo hasta lo que debería ser el ático de la casa pero que Nam Joon convirtió en su propio despacho privado.

Toco varias veces a la puerta, los nervios vuelven a inundar mi sistema nervioso y, si me centro, soy capaz de sentir mis manos temblar, soy capaz de escuchar las risas y palabras de JungKook y Min Ho en el salón, soy capaz de escuchar las pisadas suaves pero determinadas de Nam Joon tras la puerta.

El aire a mi alrededor se ha vuelto mucho más denso y las dudas carcomen mi mente, de repente no estoy segura de que esto sea una buena idea y creo que lo mejor es coger a Min Ho y, tal y como llegamos, irnos, pero no tengo mucho más tiempo para pensar en una posible huida ya que la puerta frente a mí se abre, dejándome a la vista a Nam Joon, con su pelo morado peinado a la perfección y usando unas gafas.

—Pasa. — me invita, hago una pequeña reverencia y, cuando he entrado, cierro a mi espalda, y camino tras su ancha espalda, me señala una silla frente a su escritorio y tomo asiento al mismo tiempo que él lo hace. — ¿De qué quieres hablar? — mis músculos se tensan y mi garganta se cierra momentáneamente.

Antes de poder decir nada necesito respirar hondo algunas veces, hasta el punto de marearme por la mezcla del oxígeno con el aroma a café amargo del peli-morado frente a mí.

—Yo... lo que pasó el día de los cuatro alfas... — Nam Joon alza su ceja en mi dirección y, con un gesto de su cabeza me pide que siga, sé que está intentando esconder una sonrisa pero no sé por qué. —no... no les vencimos entre los cuatro de hecho... Lisa y Rosé se encontraban acorraladas sin poder hacer nada junto a IU, TaeHyung estaba siendo apalizado por otro alfa y yo... yo no sé qué pasó. — agacho mi cabeza, sintiendo demasiadas cosas en el momento, la ira por no haber podido impedir que TaeHyung recibiese tal cantidad de golpes, la tristeza por haber obligado a mis dos nuevas amigas a mentir, la decepción por haber usado nuevamente la voz de alfa y la preocupación por haber puesto en tal peligro a mis amigos pero, por encima de todas esas sensaciones, la incertidumbre, ¿cómo fui capaz de mover, modificar y manipular la naturaleza?

—Alia, respira hondo una vez más y, cuando te sientas preparada continúa, no tengo ninguna prisa hoy asique, tómate tu tiempo. — me aconseja mientras alza mi cabeza y me muestra una sonrisa que enseña los dos hoyuelos que me recuerdan a mi madre.

Respiro hondo nuevamente y me centro en la realidad, en el hoy, en lo que debo hacer para la seguridad de Lisa, de Rosé y de IU, me mentalizo e intento ordenar las palabras que deben salir de entre mis labios.

—Ese día... hubo un momento en el que, bueno yo... comencé a verlo todo a cámara lenta mientras yo me movía demasiado rápido, era una sensación extraña. — Nam Joon parece sorprenderse pero me incita a continuar. —Y luego, cuando... cuando mi lobo se sintió en peligro porque uno... porque uno de los alfas estaba a punto de marcarme... sentí una sensación extraña y... yo solo... — el líder me mira, completamente atento a mis palabras, sus ojos se encuentran muy abiertos detrás de las gafas, un pequeño brillo ámbar no desaparece de sus orbes oscuros y me preocupa el porqué de su reacción. —le dejé el poder a mi lobo y, de un momento a otro, algunas hojas se movían sin haber nada de viento, los árboles se movieron, las ramas cayeron sobre algunos de los alfas y les golpeaban y luego... les sujetaban en el aire.

—Cuando los cuerpos de seguridad llegaron ellos estaban tirados en el suelo, ¿cómo les bajaste? — me sorprende que esa sea su única pregunta pero me limito a responder lo mejor que puedo.

—Yo solo toqué los troncos de los árboles y éstos les soltaron, después volvieron a su lugar, como si nada hubiese pasado. — Nam Joon se levanta de la silla y camina por gran parte del lugar, de vez en cuando siento su mirada ámbar sobre mí.

—Alia, normalmente, cuando todo parece ir demasiado despacio y tú muy rápido... bueno, normalmente lo achacaría a la ingesta de alguna droga pero es imposible que tú hayas hecho algo como eso...— habla para él mismo pero me alegra que lo diga en voz alta, así puedo conocer sus pensamientos y opiniones. —Eso debió ser por tu lobo, ¿esa sensación pasó?

—Sí, cuando recibí el primer golpe por la espalda. — susurro y él parece asentir.

—Entonces dejaste volar a tu instinto, igual que cuando corriste en ayuda de IU. — asiento aunque, por desgracia, no termino de entender si eso es bueno o malo. —Esa sensación pasa sobre todo cuando tu lobo se siente en peligro pero, lo que más me sorprende no es esa sensación, Alia. — se acerca repentinamente hacia mí y apoya sus manos sobre la mesa, se agacha hasta que quedamos a la misma altura, sus ojos comienzan a tomar un leve color rojizo que se mezcla suavemente en el ámbar de sus orbes. —Lo que más me sorprende es que hayas sido capaz de manejar lo imposible, la naturaleza. — su mirada se centra en mis orbes, soy capaz de verme reflejada en estos y observo unas pequeñas ojeras bajo las cuencas de mis ojos.

Su mirada es aterradora pero tranquilizante al mismo tiempo, creo que intenta hacer algo pero no logro comprender que está pasando solo sé que su mirada está provocando un terrible malestar y cabreo a mi lobo, que gruñe, controlando mi garganta de vez en cuando.

"No, no te atrevas."

Dice mi lobo mientras mantengo mi vista aún en los ojos ya casi rojos por completo de Nam Joon, siento una gota de sudor resbalar por mi sien y mis nervios poniéndose de punta, intento apartar la mirada pero soy incapaz.

—Nam Joon, sea lo que sea que estés haciendo, aléjate. — mi voz sale más ronca y grave de lo que espero y deseo pero soy incapaz de controlar el tono, el nombrado sonríe en respuesta y, de mi garganta, escapa un nuevo gruñido, pero esta vez mucho más fuerte y grave, mucho más alto, hasta el punto en el que Nam Joon se aleja de mí, tapándose sus oídos por culpa del dolor.

—Mierda. — susurra mientras separa las manos de sus orejas, veo cómo un pequeño hilo de sangre resbala por su lóbulo y desciende por su cuello, me levanto al momento he intento acercarme pero me lo impide con una mano, se acerca a un pequeño mueble que hay en la esquina y saca una pequeña caja de pañuelos. —Está bien, tranquila. — se limpia el cuello y las orejas pero la sangre ya ha manchado un poco el cuello de su camisa blanca.

—Joder, lo siento mucho, de verdad. — me disculpo y, segundos después la puerta se abre provocando un fuerte ruido que daña un poco a Nam Joon.

—¿Se puede saber qué ha sido eso? — pregunta JungKook mientras se apoya en la puerta, está completamente blanco y soy capaz de ver su sudor recorriendo por su frente. —Min Ho se ha asustado hasta el punto de llorar. — mis ojos se abren e intento bajar en busca del lobezno pero RM me sujeta el brazo con fuerza, no la suficiente como para hacerme daño pero sí como para impedir que me aleje.

—Ha sido un pequeño desliz, su lobo es más fuerte y agresivo de lo que esperaba. — responde el líder en dirección al peli-negro, que asiente.

—De acuerdo. — asiente y me mira una última vez antes de hablarme. — Min Ho estará bien en unos minutos, no te preocupes. — asiento con un suspiro cansino y, después, cierra la puerta.

—¿Por qué he hecho eso, Nam Joon-Hyung? — pregunto asustada al ver que la sangre no deja de surcar su cuello y orejas. Me mira y sonríe.

—Jin te explicó nuestros poderes, — asiento, dándole la razón. —bien, siempre viene bien tener un arma secreta.

—¿Por eso tus ojos se han vuelto rojos? — Nam Joon se sorprende ante mis palabras.

—¿Los has visto? — asiento, perdida nuevamente. —Se supone que tan solo JungKook y yo somos capaz de verlo y, solo puedo verlo si me miro a un espejo. — acaba por bromear pero, aunque intenta ocultarlo, sé que su sorpresa aún se mantiene, aunque también me sorprende a mí la mención de JungKook. — Tal vez tenga algo que ver con vuestra falta de aroma. — comienza a divagar.

—¿Pero por qué se te han puesto así? Y, ¿por qué mi lobo se ha puesto de esa manera? — mi voz tiembla mientras alejo sus manos de sus oídos aún sensibles y, con extremo cuidado, comienzo a limpiar la sangre que aún surca por sus lóbulos y su cuello, RM se sorprende un poco ante mi tacto pero no tarda en recomponerse.

—OH, bueno, ese es mi arma secreta, soy capaz de absorber la fuerza de los golpes o... si me centro mucho, llegar a sentir el poder de una persona. — asiento, tomando un nuevo pañuelo e impregnándolo de ese líquido de color vino con un aroma que me incita a lamerlo pero que, con todas mis fuerzas, reprimo. —Tu lobo es muy fuerte y, aunque no he conseguido sentir por completo todo tu poder, sé que manejar la naturaleza no es lo único que puedes hacer Alia, aunque, — se queda callado durante unos segundos. —no entiendo por qué tu lobo se ha visto amenazado por mí hasta al punto de rugir tan fuerte que he sido incapaz de absorber la fuerza del golpe auditivo que me ha dado.

—Lo siento mucho, de verdad. — me disculpo nuevamente pero él niega sonriéndome.

—No te preocupes, — me despeina con una de sus manos y, durante unos segundos parece hacer una mueca de dolor. —joder, ese gruñido ha sido lo suficientemente fuerte como para haber dejado sordo a alguien o, incluso, de haberle matado. — me alejo de golpe de él y perece que entiende mi reacción. — No te preocupes, sanará en unas horas, alégrate de que nadie más estuviese en la habitación.

—Mierda, mierda, mierda...— me alejo cada vez más de él y, aunque sus últimas palabras me han relajado un poco mantengo mis nervios de punta, la sangre me hierve y comienzo a verlo todo a cámara lenta. — Nam Joon... — susurro antes de verlo todo completamente a cámara lenta. — Está volviendo a pasar...

—Alia, necesito que respires hondo, concéntrate en algo. — mi lobo está intentando tomar el control total y completo de mi cuerpo, me dejo caer de rodillas al suelo, ¿por qué tiene que estar pasando justo ahora?

"¡Déjame, ha intentado dañarme!"

Mi lobo gruñe con fuerza en mi interior y yo niego con la cabeza, intento pensar en una manera de calmar a mi lobo, intento enfocarme en cualquier otra cosa y comienzo a gritar.

—No... ¡NO! — estiro de mi pelo y miro hacia Nam Joon, su lobo está tan alerta como yo, sus orbes son de color ámbar. —Nam Joon...— susurro mientras la cabeza comienza a dolerme.

"Todo por su culpa... él me ha tocado, ¡ha intentado dañarme!"

—No es cierto... — susurro y siento como las fuerzas comienzan a faltarme, estoy desgastada, me siento completamente débil y necesito avisar a Nam Joon, debe salir de la habitación, no quiero hacerle más daño, no después de la ayuda que me ha dado incluso si no me lo he merecido. —Nam Joon, vete. — mi voz suena más fuerte de lo que espero, pero no es mi voz, es más grave.

—Alia, respira, no va a pasar nada. — intenta tranquilizarme pero, en este preciso instante, soy capaz de escuchar el latir acelerado de su corazón y el olor de la sangre sobresale a su amargo aroma.

Me levanto del suelo, todo sigue yendo a cámara lenta pero, al momento en el que doy un paso en dirección a Nam Joon la puerta a mi espalda se abre y siento unos brazos rodearme con completo cuidado.

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La cosa se pone interesante... :D

Este capítulo se me ha hecho algo más largo que los demás, pero me encanta de igual manera.

Espero que os haya gustado!!

PD: ¡Ya he vuelto! Sip, dentro de nada volveré a actualizar con normalidad, además se vienen capítulos jugosones...

Darkest_Light_Soul. 

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