Capítulo 27
Cap. 27
MAYA.
Dimitri se calma, pero se niega a salir del gimnasio, me dio tiempo de ir a mi habitación y cambiarme, ahora voy vestida con unos pantalones ajustados negros y una camisa Addidas. Se siente bien volver a ser la Maya de antes, la sencilla y desaliñada, usar vestidos y ser tratada cómo una princesa de la mafia no es lo mío.
Observo a Dimitri practicar con un bastón de Kung-Fu o mejor conocido como un Wushu Gun, Sam se encargó de enseñarme un poco de eso también. El griego gira el bastón por encima de su cabeza con bastante precisión y golpea el aire cómo si estuviese peleando con alguien.
—Estás teniendo una mala posición. —Le indico—
Dimitri se gira a verme, está sin camisa y pequeñas gotas de sudor bajan por su tonificado pecho. Deja de mirar ahí, Maya.
—¿A poco sabes Kung-Fu? —Cuestiona—
—Más o menos. —Me encojo en hombros—Lo practiqué por dos años, pero luego me aburrí.
—¿Qué estoy haciendo mal, según tú? —Se apoya con el bastón—
—En primer lugar, tu postura. —Le indico—Debes tener la espalda recta en todo momento y tus manos deben estar más separadas.
—¿Te gustaría un combate conmigo? —Sonríe—Prometo ser suave contigo.
—Oh, vaya. —Pestañeo—La que debería decirte eso soy yo, no quiero lastimar tu orgullo masculino, aunque... serás otro más en mi lista.
Dimitri y yo comenzamos a estirar, a preparar nuestros músculos para nuestro combate. Noto como me observa mientras me inclino hacia adelante, está viendo mi trasero, le enseño mi dedo de en medio y él ríe, tomo otro bastón y me pongo en posición de combate. Él da el primer golpe y ágilmente lo esquivo, la siguiente en atacar soy yo, él también me esquiva, pero soy más rápida y ágil logro golpear su hombro.
—¡Auch! —Se queja—
Me río y sigo atacándolo, los bastones se golpean y duramos un rato así, ninguno de los dos está dispuesto a rendirse, me gusta que sabe llevar mi ritmo, nadie lo había logrado hasta ahora, ni siquiera el novato. Veo cómo baja la guardia, así que golpeo su tobillo derribándolo, lo que me toma por sorpresa es que él sostiene mi bastón con fuerza y de un momento a otro estoy encima de él.
Peligrosamente cerca.
—Esto es trampa. —Susurro—
—Es necesaria en algunas ocasiones. —Aparta un mechón detrás de mi oreja—
Mi corazón palpita con fuerza, su frente está bañada en sudor y sus labios están entre abiertos.
—¡Maya! —Un grito nos interrumpe—
Levanto la mirada y me encuentro con Koral, una profunda mirada de decepción ilumina su rostro.
—Carajo. —Mascullo entre dientes, cuando me aparto de Dimitri ella ya no está—Te veo luego.
—Descuida. —Me responde Dimitri aún en el suelo—
Corro por el pasillo en busca de mi dama de compañía.
—¡Koral! —Grito viéndola dirigirse a la cocina—¡Koral!
—Creí que no había nada entre ustedes, pero me equivoque parece que hay mucho. —Arremete en cuanto entro junto a ella—
—Eso no es así, viste algo fuera de contexto. —Pongo los ojos en blanco—No es lo que crees.
—Eso no me lo digas a mí, Maya, díselo a Harry. —Frunce el ceño—
—¿Tú se lo dirás? —Me cruzo de brazos, ella asiente con la cabeza—Escucha, tú no sabes nada de mi relación con Harry, no lo conoces. Si dices algo de esto sería cómo hacer estallar una bomba, créeme, vendrá y arremeterá contra todos... ¿quieres eso?
—Lo que no quiero es que todo su esfuerzo haya sido en vano para que tú termines enamorándote de Dimitri. —Me mira—Te estás comportando cómo una golfa ofrecida.
No, ¿enserio se atrevió a llamarme golfa?
—Dime que no lo hiciste...—Mascullo—
Ella me sonríe sínicamente cruzada de brazos. Me atrevo a darle una bofetada que la hace girar el rostro, cuando vuelve a mirarme su labio sangra solo un poco.
—Así nos tratamos las amigas, ¿no? —Ve la sangre en su dedo—
Koral se lanza sobre mí, soltándome puñetazos que logro esquivar. Me lanza sobre el mesón e intenta golpear mi rostro, tomo su puño y lo tuerzo hacia atrás, ella golpea mi estomago con su otra mano y me desequilibra, su rodilla impacta en mi cosquilla. Rápidamente, me repongo y clavo mi puño en su estómago, ella se queja, jalo su cabello y la lanzo contra la pared, ella se lanza hacia mí nuevamente, pero noto que del interior de su chaqueta tiene una Glock, me apunta con ella y yo no me quedo atrás, cuando la tengo suficientemente cerca la empuño con un cuchillo en la costilla.
—¡Niñas! —Somos interrumpidas por mi madre, gracias a Dios—¡¿Qué demonios están haciendo?! ¡Bajen eso, ya!
Pero ni Koral, ni yo estamos dispuestas a bajar nuestras armas.
—¡Ahora! —Grita está vez más molesta, ambas desempuñamos nuestras armas—Dios mío, tienen suerte que haya sido yo y no cualquier otro en esta casa. Caramba, parece que las dos han olvidado que son unas señoritas.
Dejo el cuchillo en la encimera, mi nariz duele, pero no estoy sangrando, Koral me dio un buen golpe.
—¿Qué paso? —Ella observa a Koral—¿Olvidaron que están del mismo bando o qué?
—Me dijo golfa. —Señaló—
—La vi apunto de besarse con Dimitri. —Se justifica—Ha olvidado todo el sacrificio que ha hecho Harry por ella.
—¡Tú no sabes nada, estúpida! —Le grito—
—¡Ya basta de estarse insultando! —Está vez grita mi madre—Al cuarto las dos, ¡Ya! No las veo moviéndose, cuento uno y llevo diez.
Koral y yo caminamos de brazos cruzados en dirección a mi suit, parecemos dos niñas pequeñas regañadas. Pero ella empezó todo, no debía meterse en mi relación.
Mamá cierra las puertas y nos ve a las dos sentadas en el sofá.
—Las dos me han decepcionado. —Se cruza de brazos—No importa que sean agentes del gobierno y sepan usar miles de armas letales, no deben olvidar nunca que ante todo... son mujeres. Y que una mujer se agarre a puñetazos con otra es lo más horrible y corriente que hay en el mundo.
—Ella empezó. —Murmura Koral—
—¡No me interesa quién de las dos empezó! —Nos apunta con el dedo—Ante cualquier discusión no deben olvidar que son amigas y que las dos están en el mismo equipo, Koral hiciste mal con usar esa arma contra Maya y Maya hiciste mal con darle ese puñetazo a Koral.
Ella se arrodilla frente a nosotras.
—Las veo a ambas y sé que las dos se preocupan por su gente, por Harry más que todo. —Bajo la mirada—Maya cualquiera que sea tu plan con Dimitri mantén las cosas claras, allá afuera hay un hombre que te ama con todo su corazón.
Suspiro. Tal vez sí estuve a punto de cometer un error, tal vez sí quise besar a Dimitri y sí tal vez hice mal con golpear a Koral.
—Lamento haberte golpeado. —Tomo la iniciativa en disculparme—Sé que sólo te preocupas por mí.
—Y yo lamento haberte apuntado con el arma. —Pone los ojos en blanco—Sólo no quiero que lastimes a Harry, mantente clara en tus sentimientos Maya.
—¿Amigas? —Le estiró mi mano—
—Las mejores. —Ella estrecha nuestras manos—
Mi puerta suena y se abre, Augusto nos sonríe, pero su mirada se clava en la mía.
—Tu padre quiere verte.
Un escalofrío recorre mi columna.
***
Disculpen la demora, he tenido complicaciones.
Espero les guste este capítulo lleno de acción, ¿Qué piensan de Koral vs Maya?
Dejen sus comentarios.
Grecia.
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