Capítulo 25
Cap. 25
MAYA.
Para la mañana siguiente todo está muy silencioso en la gran mansión, hoy es el funeral de Ángelo. Aún no puedo creer que este muerto, esperaba muchas cosas de Francesco, porque sé que él está detrás de todo esto, pero nunca me imaginé que asesinará a su colega. Su mirada anoche decía muchas cosas, era como si sintiese satisfacción por el sufrimiento de Dimitri, bueno ahora que lo pienso Francesco es el amante de Priscila...
Las puertas de mi cuarto se abren dejando ver a mi madre, a pesar de tener un roce de bala en el brazo no deja de verse radiante. No hay quién la pare, es una mujer fuerte y admirable, tengo suerte de que sea mi mamá.
—Hola, muñequita. —Se acerca a la cama—¿Te desperté?
Me reincorporo en la cama.
—No, mamá. —Sonrío—Ya llevaba rato despierta.
Ella se sienta a mi lado y toma mi mano.
—Hoy es el funeral de Ángelo. —Me recuerda—
—Lo sé. —Muerdo mi labio—Aún no puedo creer lo que pasó anoche.
—Por un momento creí que Sam había venido por mí otra vez. —Musita llena de ilusión—
—Ellos no harían nada sin informarme, no actuarían a mis espaldas. —Digo segura—Somos un equipo y Harry me lo prometió.
—¿Te gusta mucho?
—Demasiado, mamá.—Muerdo mis labios ocultando una sonrisa—
Los recuerdos de Harry inundan mis pensamientos, ¿Cuándo tendremos nuestro final feliz? Es algo que me pregunto casi a diario desde que soy prisionera de Francesco.
—Le dije a Koral que tenía que verlo lo antes posible, Harry dijo que Sam llegaría al país también, ¿quisieras volver a verlo?
Mi madre suelta un pesado suspiro.
—He pensado en Sam todos los días. —Ve un punto fijo en la pared—Volver a verlo sería lo mejor que pudiese pasarme.
—Pronto volveremos a estar juntos, mami. —La miró a los ojos—Seremos tú, papá, Marco, Camila y yo.
—Y Harry. —Ella me mira pícaramente—
—Sí, Harry también. —Sonrío—
Atraigo a mi mamá hacia mí y la abrazo. Ambas somos interrumpidas por Koral cuando abre la puerta, va vestida con un vestido negro y un sombrero del mismo color.
—Francesco acaba de mandarme para ver porque tardaban tanto. —Nos dice—El funeral empezará pronto.
Asiento en dirección a ella. Me toma alrededor de veinte minutos ducharme y comenzar a vestirme, elijo un vestido hasta las rodillas de color negro y unos tacones bajos del mismo color. Me veo al espejo y termino de cepillar mi cabello, este será un muy deprimente día.
Cuando salgo de mi habitación veo que en la sala han creado el ambiente perfecto para un funeral, me encuentro con Koral al llegar abajo juntas caminamos hasta el invernadero de la casa, donde días antes estábamos celebrando el cumpleaños de Francesco. Todo fue tan rápido y repentino que aún me cuesta analizar todo esto. Los empleados van vestidos de negro y llevan rosas blancas en sus manos, al entrar al invernadero detallo que han recreado un altar para darle el último adiós a su jefe. La urna de Ángelo Leonardou descansa en medio rodeada de rosas rojas y lirios blancos, una fotografía de él está enmarcada a su lado, la prensa está rodeando el lugar por fuera, Ángelo era conocido en Grecia por su gran venta de pescados, un trabajo que lo ayudaba también a pudrirse de dinero fácil. Alcanzo a ver a su viuda, está siendo consolada por Francesco, podrá engañar a todos aquí, pero a mí no, estoy empezando a pensar que seguramente ella no lamenta la muerte de su esposo.
Priscila va vestida con un vestido largo de color negro, su larga cabellera negra brilla y hace juego con su vestido. Ella junto con Francesco son los asesinos de Ángelo. La ceremonia da comienzo y el cura da unas cuantas palabras en griego, también bañan su urna con agua salada y hace un ritual con ramas extrañadas.
—Es un ritual griego. —La voz de Francesco me saca de mis pensamientos—El cura está abriéndole camino al cielo, para que ningún demonio del inframundo irrumpa su paz en el más allá.
—Un demonio cómo él no puede ir al cielo. —Susurro—Creo que tus planes para que sea la esposa de Dimitri fracasaron, con Ángelo muerto esa boda ya no tiene sentido.
—Claro que lo tiene. —Instintivamente giro mi cabeza y lo miro, me sonríe—Ahora Dimitri suplantará el lugar de su padre, ¿Quién mejor para cuidar de mi niña que el líder de la mafia griega?
Las campanas del cura dan por finalizado el ritual. El funeral concluye cuando creman el cuerpo del mafioso, todos salimos del invernadero y su viuda sostiene las cenizas en una pequeña caja bañada en oro. Mi madre, Koral y yo nos acercamos para darle un muy hipócrita pésame.
—Lamentamos tu perdida, Priscila. —Le dice mi madre dándole un abrazo—
—Fue tan repentino. —Agrega Koral—
—Muchas gracias por sus palabras. No sabía que mi marido tenía de enemigos a los iraníes. —Murmura—
Quiere hacernos caer en su mentira, sus ojos oscuros están llenos de mucha malicia y resentimiento. Nada comparado con los ojos de Dimitri, aun no entiendo cómo está mujer puede ser su madre.
—Yo... lo lamento mucho. —Es lo único que digo—
Observo a mi alrededor, cada cara y persona que asistió al funeral, pero al único que no veo es a Dimitri. ¿Dónde está?
—Está en el gimnasio. —Responde Priscila la pregunta de mis pensamientos—Él está pasándola muy mal.
Sin decir nada me retiro, pero escucho los tacones de Koral sonando detrás de mí.
—¿Qué harás? —Pregunta tomándome del brazo—Aún nos debemos una conversación, tu velada de ayer.
—No pasó nada si es lo que te preguntas. —Respondo poniendo los ojos en blanco—Él va ayudarme.
—No me gusta la idea de que estés sola con él.
—Estás empezando hablar cómo Harry. —Murmuro colocando los ojos en blanco—Estaré bien, Koral.
Ella suspira dándose por vencida.
—No olvides quien está peleando por ti. —Me da un leve abrazo—Una cosa más, ayer hablé con Harry.
—¿Y qué pasó? —Me cruzo de brazos—
—Después te cuento. —Es lo último que dice antes de irse—
Me encamino nuevamente al gimnasio de la mansión, me sorprende que tengan uno. Está ubicado en una clase de sótano, me recuerda al gimnasio de mi casa en Virginia, hay un ring de boxeo, sacos y un tiro al blanco para armas e incluso un área de gimnasia, me recuerdo a mí misma que los Juegos Olímpicos son originarios de Grecia.
Veo a Dimitri golpeando sin parar un saco de boxeo que cuelga del techo, está sin camisa bañado en sudor, usando unos pantaloncillos de boxeador. Sus golpes son desesperados y llenos de furia, noto como sus nudillos son protegidos por bandas llenas de sangre, está tratando de drenar su rabia e impotencia, pero solo se está lastimando.
—¿Dimitri...? —Musito acercándome a él, pero no me escucha—Dimitri.
Está tan concentrado en golpear el saco que creo que ni siquiera ha notado mi presencia.
—Dim...—Toco su espalda—
Dimitri se gira bruscamente enseñándome su rostro. Las lágrimas de su rostro se confunden con el sudor, su cabello está alborotado y su mirada expresa tristeza y frustración.
Él me contó que su padre fue el que siempre lo apoyo en sus ideas, a pesar de ser un mafioso siempre se preocupó por él, su madre es la verdadera bruja y sentiré mucha pena si mis teorías de que ella es la verdugo de Ángelo son ciertas.
—Seirína. —Susurra—
No me gusta verlo así, derrotado. Me recuerda a mí cuando llegue, lo mejor que puedo hacer como amiga es brindarle mi apoyo, estamos juntos en esta guerra.
—Ven aquí. —Extiendo mis brazos—
Se lanza a mis brazos sollozando como un niño pequeño, no me importa que este sudado, sólo quiero que drene todo lo que lleva dentro y lastimándose con un saco de boxeo no es buena opción. Me arrodillo en el suelo con él aún entre mis brazos, su llanto no cesa, me mantengo callada mientras acaricio su cabello mojado.
—No fue el mejor hombre... pero era mi padre. —Dice entre el llanto—
—Lo sé. —Lo apretó con fuerza en mi pecho—Llora todo lo que quieras, no te juzgaré por eso, saca todo, Dimitri. Sólo déjalo ir.
Se aparta de mí y limpia su nariz.
—Perdón, te llene de sudor. —Se disculpa—
—Eso no importa, ¿te sientes mejor? —Susurro—Lamento la muerte de tu padre, Dimitri.
—No sabes el coraje que siento, la impotencia de no haber estado aquí para defenderlo. —Masculla entre dientes—Sin él ahora soy el nuevo líder y no creo estar capacitado para eso, Maya. No nací para ser un hombre despiadado.
—Y no lo serás. —Sostengo su rostro entre mis manos—No serás un maldito asesino, no lo permitiré. Sé que no es el mejor escenario para decírtelo, pero yo no me trago el cuento de que fue un atentado iraní.
—Más bien fue uno italiano. —Me ve fijamente—¿Cuál es tu plan?
—Vernos con el equipo.
Llego la hora de que la Maya despiadada de antes tome las riendas del asunto.
***
Muy bien ahora si se prendió está mierdaaaaa mis lindas.
¿Cuántas más esperan que nuestra Maya destructiva regrese?
¿Qué piensan de Dimitri?
¿Teorías? Quiero leerlas
He estado bastante activa en Instagram y Twitter, para las que aún no me siguen ¿Qué están esperando? No hay nada más sabroso que ver los scenesbooks de tu libro favorito.
Twitter: GreciaSworld
Instagram: novelsofgreece
Las amo!
Grecia.
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