Capítulo 21
Cap. 21
MAYA.
Son aproximadamente las 3pm en la isla de Santorini, mi paseo que Dimitri ha sido divertido, pero debo de llegar al punto del interrogatorio para eso accedí a esto.
Terminamos de subir las escaleras que nos llevan al faro de la isla, el punto más alto de Santorini. La brisa es fresca y puede verse la isla y su vegetación.
—Increíble, ¿no?
—Es asombroso. —Respondo sentándome en una de las piedras, él imita mi acción—
—Solía venir aquí cuando era niño, me sentía el rey la isla. —Contempla la vista—
—Solías correr por ahí como un pequeño príncipe pirata. —Rio—
—Algo así, comencé con esto de la pesca a los diez años... Kastás me enseño todo lo que sé.
—¿Es el esposo de Helga? —Lo observo—¿Cómo los conociste? Digo, eres algo así como un príncipe mafioso.
Él ríe.
—Helga y Kastás son algo así como mis abuelos... —Explica—Son los que criaron a mi mamá.
—¿Cómo?
Vaya, parece ser que la mujer vampiro no es tan fina como creía.
—Sí, mi mamá viene de una familia humilde. Kastás la encontró abandonada en una fábrica en Atenas y decidió adoptarla.
—Discúlpame, pero... tu mamá no se ve que sea persona de... tú sabes, sentimientos. —Enfatizo—
—No te lo negaré. —Sonríe—Mamá siempre fue fría y calculadora, huyo del pueblo a los diecisiete años y trabajando en las calles conoció a mi papá.
—Creo que en eso tenemos en común, bueno, más o menos. —Vacilo—Mi mamá trabajaba cómo prostituta en Medellín, así conoció a Francesco.
—No somos tan diferentes, entonces. —Muerde su labio—
—¿Cómo supiste que te gustaba la pesca?
—Desde pequeño, como te dije, solía escaparme de casa y venir al pueblo. Kastás me enseño todas las características de un barco y a los diez conseguí mi primer velero. —Confiesa—
—¿Y que decía tu padre al respecto?
Suspira profundamente.
—Al principio se negó... pero luego vio mi negocio como una gran oportunidad. Me dejo vender pescado, con la condición de traficar droga a todas las islas del país. —Baja la mirada—No te lo negaré, ser mafioso no es lo mío. Me ha tocado traficar armas, droga e incluso personas... odio ver a niñas de diez años siendo compradas por viejos decrépitos.
—Si trabajamos juntos... esto terminará, Dimitri. —Digo—
—¿Cómo estás tan segura?
—Porque... mi equipo está en la isla. —Confieso—Anoche uno de ellos se infiltro en la fiesta.
—¿Cómo? Mi padre tenía la seguridad en todos lados.
—Pues, hay cosas que no te he dicho. —Me encojo en hombros—Koral es... una agente en cubierto, ella se mantiene en contacto con el equipo.
—No quiero que salgas perjudicada. —Toma mi mano, ese gesto me hace estar atenta—Seírina, no sabes lo vengativos que son los griegos.
—Créeme que lo sé, ustedes estaban haciendo atentados para culpar a los italianos. —Recuerdo al novato—Son los causantes de la muerte de ella.
—¿De quién?
—De nadie... —Frunzo el ceño—Estaba pensando en voz alta. He pasado toda mi vida entrenando, ¿crees que no sé a lo que me enfrento? No sólo acabaré con Francesco, acabaré con Ángelo también.
Él baja la mirada suspirando.
—¿Sabes? Cuando mi padre me dijo que me tenía que comprometer con una italiana, me imaginé a una chica rica con complejo de princesa. —Ríe—Y tú eres todo lo contrario a eso, eres luchadora y te preocupas por los demás, no te importa ponerte en peligro a ti misma, siempre hablas con determinación. Eso te hace una mujer increíble, Maya.
Él se acerca hasta mi rostro, puedo detallar sus ojos cafés con claridad, nuestras narices rozan y el pánico crece en mí.
Va a besarme.
—No. —Susurro, desviando mi rostro—Dimitri, no puedo.
Él se aparta soltando un suspiro decepcionante.
—¿Fue muy pronto?
Me remuevo incómoda.
—No se trata de eso. —Bajo la mirada—Sucede que... hay alguien más, lo lamento, pero conmigo no vas a encontrar algo más allá que simple amistad.
—Entiendo. —Asiente con la cabeza—Dichoso es aquel hombre al que le pertenece tu corazón, Seírina. Eres una chica increíble.
—Creo que deberíamos regresar.
—No era mi intención hacerte sentir incómoda. —Musita—
—No lo hiciste... por ahora creo que hay que ser profesionales entre nosotros, ejecutar el plan para acabar con las mafias.
—¿Pensaste en algo, ya?
Me encojo en hombros.
—Mas o menos. Mi equipo se encuentra en la isla, es sólo cuestión de tiempo para ponerme en contacto con ellos, Koral dijo que no sería mi primer encuentro con Harry.
—¿Harry? ¿Es él, no es cierto? —Inquiere—
Muerdo mi labio inferior con inseguridad. Creo que ya he dicho cosas más importantes, él ha demostrado ser confiable, ¿para qué mentirle?
—Sí. —Afirmo—Harry se coleo en la fiesta anoche, nos vimos después de seis largos meses.
—Debió ser duro... separarte de la persona que amas. —Él frunce el ceño—Te entiendo a la perfección.
—¿Por qué?
—Porque ese sentimiento de abandono y desesperación lo sentí cuando mi madre mató a Loretta.
—Dimitri...
—Déjame terminar. —Me interrumpe—Tú me contaste tu historia ahora yo te contaré un pedazo de la mía.
"Loretta era una chica del pueblo, la conocí cuando tenía dieciocho años. Era una campesina que se encargaba de cuidar a los niños del albergue, cuando la conocí quede cautivado por ella, su cabellera rubia era tan hermosa y tenía un rostro angelical, tuvimos una pequeña relación de tres años..."
—¿Y qué paso después?
—Mi madre descubrió mi amorío con ella... te diré algo, Maya. Mi padre podrá ser muchas cosas, un asesino y desalmado, pero me apoyo cuando le conté sobre Loretta. Por otro lado, mi mamá no se lo tomo muy bien, decía que ella era muy poca cosa para mí, pero ella era mi joya más preciada.
—¿Cómo paso?
—Ella la secuestro y me cito a un sitio no muy lejos de aquí, cuando vi a Loretta estaba golpeada y en ropa interior, no bastaron dos segundos para que ella diera la orden para asesinarla. —Cierra los ojos ante el recuerdo—Justo frente a mí.
—Lo lamento. —Bajo la mirada—
—Es por eso que debemos acabar con ellos, Seirína. —Me mira a los ojos—No quiero seguir viendo como ellos se hacen llamar los dueños del mundo simplemente por tener la ley de su lado.
—Los acabaremos, Dimitri. —Muerdo mis labios—Te lo prometo. Pero antes, necesitaré de tu ayuda para poder salir y volver a reunirme con Harry.
—El día de hoy ya hicimos un descubrimiento, Francesco te dejará salir si voy contigo. Podemos hacer lo siguiente sólo tú estás de acuerdo. —Sugiere—
—Te escucho.
—¿Qué te parece, fingir que poco a poco nos estamos enamorando? Sólo así te ganarás la confianza de tu padre.
—Es algo que ya estaba pesando. —Concuerdo—
—Ya marcaste la línea de amistad entre nosotros, me encantaría que nada de esto fuera fingido, pero respeto tu decisión. Tu corazón no me pertenece, Maya.
—Gracias por entender. —Miro el horizonte—Hay algo que no te he dicho.
—¿Qué?
Suspiro pesadamente antes de volver a mirar sus ojos.
—Priscila y Francesco... son amantes.
Noto como su mandíbula se tensa y los músculos en sus brazos se contraen.
—¿Cómo lo sabes? —Dice entre dientes—¡¿Se atrevió?!
—Los vi follando en el cuarto de las sirvientas.
Él se levanta y pasa las manos por su cabello negro en señal de frustración. Entiendo que este molesto, después de todo su madre es una resbalosa que se está metiendo con el socio de su padre, el gran Ángelo Leonardou está quedando como payaso por la traición de su esposa.
—No puede ser...—Pone las manos en su cadera conteniendo un suspiro—Esperaba muchas cosas de esa mujer, ¡pero nunca que se enredara con el socio de mi padre!
—Hay algo muy turbio aquí, algo que no me cuadra. —Me levanto quedando frente a él—
La mirada de Dimitri se pierde en el horizonte nuevamente, me doy la vuelta y veo lo que llamo su atención.
Unas cuatro embarcaciones con las banderas de Italia se pasean por la isla.
—Creo que debemos empezar con esto rápido. —Murmura—Maya debemos irnos ahora, tengo un mal presentimiento.
Igual que yo.
***
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