Capítulo 18
Cap. 18
MAYA.
Los labios de Dimitri están sobre los míos, me mantengo paralizada y no siento nada, ni un solo cosquilleo. Mis manos a mis costados y las de Dimitri clavadas en mi cintura.
Por favor, que esto termine ya.
Dimitri se separa de mí, mantengo mi rostro inexpresivo por otro lado él me regala una media sonrisa. Los invitados aplauden eufóricos celebrando nuestra unión, pero yo solo me concentro en una persona, una persona que ya no está. Harry. Lo busco con la mirada en cada rincón, pero no lo encuentro, se fue.
En mi corazón se siente una punzada muy fuerte, no era mi intención que está noche terminará así pero no tuve opción, era este plan o nada.
Bajo del escenario tomando el brazo de Dimitri. Mi madre me rodea con sus brazos en un fuerte abrazo, detrás de ella veo a Priscila quién se encuentra con Ángelo en un beso.
Vieja zorra.
—Felicitaciones, Maya. —Dice mi mamá aferrada a mí—Espero hayas tomado la mejor decisión.
—Está bien, mamá. —Le susurro—
La siguiente en acercarse es Priscila.
—Syncharitíria. —Dice Priscila con una sonrisa bastante falsa—Me alegro por ti y por mi hijo, querida yerna. Mis mejores deseos para ambos.
No le creo ni una sola palabra, está mujer es la amante de Francesco. Algo muy turbio debe de haber detrás de todo esto, y lo averiguaré con ayuda de Dimitri.
—Muchas gracias. —Respondo indiferente—
Después que varios colegas y socios de Ángelo y Francesco nos felicitan finalmente siento que puedo respirar, Dimitri lo nota.
—¿Estás cansada? —Me mira—
—Sólo un poco, tuve mucho ajetreo. —Musito—
Omito la parte en que Harry se coleó en la fiesta y nos vio besándonos, Dimitri aún no sabe esa parte de mí.
—Está bien si quieres irte a dormir, Seirína. —Responde—Yo seguiré aquí en la fiesta, no te preocupes.
—Gracias, Dimitri.
Le planto un pequeño beso en la mejilla y camino en dirección a las escaleras, ahí me encuentro con Koral caminando hacia mí.
—Koral...—Susurro—
—Maya...—Muerde sus labios—Él... se fue.
Suelto un pequeño gemido.
—Lo imaginé. —Quito la máscara de mis ojos—Harry es demasiado terco.
—Quiero que me digas que fue lo que en realidad paso. —Me mira acusatoriamente—
—Vamos a mi cuarto.
Tomo a Koral de la mano y subimos por las escaleras llegando a mi suit. Ella aparta la máscara Vinotinto de sus ojos y quita de sus pies los tacones de plataforma, imitó su última acción desamarrando los tacones de mis tobillos.
Nos sentamos en el sofá mientras ella bebe una botella de champán, ¿de dónde la saco? No tengo ni puta idea.
—¿Qué fue lo que paso? Porque el plan era sacarte de aquí e hiciste todo lo contrario por lo que veo. —Dice—
—Lo que pasa es que... hay algo que no te dije. —Juego con los adornos del vestido—Francesco y Priscila son amantes.
—¡¿Qué mierda?! —Exclama—
—Lo que oíste. Los vi follando en el cuarto de servicio, fue tan asqueroso. —Le quito la botella y le doy un trago profundo—
—¿Y qué tiene que ver eso con que no te fueras?
—En parte, todo. —Suspiro—Sabes que las traiciones entre mafias son pagadas con una sola cosa, ¿no? Con la muerte, pues yo usaré está nueva información a mi favor, seré su verdugo en esta guerra.
—¿Quieres acabar con todos?
—Con todos y cada uno de ellos. —Respondo firmemente—Los acabaré desde adentro, uno por uno.
—¿Por esa razón Harry se enojó? —Inquiere—
—No. —Bajo la mirada—Se enojó porque le dije que iba a casarme con Dimitri.
Ella bufe. —No es para menos.
—Tú no lo entiendes, mi boda con Dimitri está pautada para final de mes. Sólo así podremos atacar, necesito tiempo para planear cualquier cosa, algo para desenmascarar a Francesco... quiero que sea el mismo Ángelo quien mate a su querido socio, de ese idiota me encargaré después.
—¿Segura que funcionará?
—Pues eso espero, porque si no terminaré siendo la esposa de Dimitri. —Muerdo mis labios—Necesito que te mantengas en contacto con él.
—Siempre lo hago, es sólo que no te digo nada. —Ella me sonríe—Harry me pidió que te cuidará así que eso haré.
—Gracias, Koral. —Le devuelvo la sonrisa—Gracias por traerlo está noche.
—Era el único que podía sacarte de ese agujero en depresión en el que estabas. —Toma de la botella—Además, yo le prometí que este no sería su único encuentro.
—¿Cómo? Sabes que no puedo salir.
—Sola no...—Me regala una sonrisa coqueta—Pero para algo tienes a Dimitri de tu lado, ¿no?
(...)
Al día siguiente soy despertada por el canto de un ruiseñor en el balcón de la suit, me siento en la cama y veo al pequeño pajarito grisáceo cantando felizmente.
La puerta se abre y el pajarito vuela. Llévame contigo. Mi madre entra con una sonrisa en su rostro, me da gusto que siempre este feliz a pesar de todo, pronto tendré que decirle de mí plan, pero aún no quiero hablar de Francesco y Priscila.
—Buenos días, muñequita. —Dice sentándose a mi lado—
Me gusta que no haya perdido su parte latina, siempre debes de recordar de dónde vienes, estés donde estés.
—Hola, mamá. —Respondo de la misma forma—
—Anoche Dimitri dijo que estabas cansada, no te vi más. —Musita—
Dejo salir una pequeña risilla cuando veo a Koral dormida en el sofá, la botella de champán vacía aún se encuentra en su mano. La noche anterior nos quedamos bebiendo y conversando un poco más sobre nosotras, descubrí que su padre fue un trabajador de Francesco y que ella fue quien lo cazo.
—Sí, estaba cansada. —Arreglo mi cabello—Hay algo que quiero contarte.
—El Aprendiz estuvo aquí. —Susurra—
La observo atónita.
—Sí, ¿Cómo lo supiste? —Parpadeo rápidamente—
—Él se presentó conmigo, un chico muy apuesto debo admitir. —Sonríe—Pero mi pregunta es... ¿Qué haces aún aquí y porque no estás allá?
Suelto un suspiro pesado.
—Ay mamita. —Bajo la mirada—No podía irme y dejarte aquí.
Mamá ríe. —Maya, he pasado trece años junto a Francesco, ¿crees que le tengo miedo? El peor castigo lo recibí el día del atentado, fui apartada de mis hijos y del hombre que amo. No cometas mis errores, comete los tuyos, eres más inteligente que eso.
—Tú no entiendes... esto ya es muy personal. —No comento nada sobre Camila—
—Él me recuerda a Sam. —Sonríe—Los dos son fuertes y testarudos.
Sonrío recordando a mi viejo y único padre.
—Sí, Harry es muy terco. —Sonrío y tomo la mano de mi mamá—Tranquila, no te preocupes por mí, ¿sí? Sé lo que hago. Y en cuanto a Dimitri, él es... sólo un amigo.
—Si tú lo dices. —Ríe—Deberías de levantarte, Francesco quiere que desayunemos juntos.
—Eso haré.
Mamá se encarga de despertar a Koral mientras me adentro al baño. Me veo al espejo y tengo todo el maquillaje regado, anoche olvide desmaquillarme y pues mi cabello parece un nido de pájaros. Lavo mi cara tallando muy bien, quitando toda impureza de mi rostro, termino de desenredar mi cabello y lo peino, haciendo que se vea liso y decente nuevamente.
Me doy una ducha rápida y al salir elijo unos jeans azules de mi closet junto con una blusa gris y unas botas marrones. Cuando salgo del vestidor no hay rastro ni de mi madre, pero Koral entra nuevamente a mi cuarto tan radiante como siempre. Eso fue rápido.
—Por favor, no volvamos a beber de esa maldita manera. —Se queja—
—A pesar de tener resaca no te ves tan horrible como yo. —Me veo al espejo—Mira está ojeras.
—Querida, preferiría mil veces un dolor de cabeza antes que andar desarreglada. Soy una reina y las reinas por más devastadas que estén nunca dejan de portar su corona.
—¿Te refieres a mí? —Aplico base debajo de mis ojos—¿No lo superarás, verdad?
—No hasta que recuperes tu autoestima y amor propio.
Ambas reímos.
Termino de maquillarme y ambas bajamos hasta la primera planta dirigiéndonos al gran comedor. Al llegar veo que Francesco está sentado a la cabeza de la mesa, ¿Qué no estoy viendo aquí? Es como un acertijo que debo descifrar. A su izquierda está Priscila y a su derecha Ángelo, mi madre a lado del griego y a lado de Priscila se encuentra Dimitri.
—Ya iba a mandar a alguien por ustedes. —Dice Francesco al vernos—
No digo nada, sólo me siento en silencio. Koral se sienta junto a mí, estoy frente a Dimitri que me regala una sonrisa y yo imitó su acción. Por un momento observo el anillo en mi dedo, no recordaba que lo tenía hasta ahora.
Augusto hace presencia en el comedor sentándose junto a Dimitri.
—Bien, ahora que estamos todos sólo quiero decir que la fiesta de anoche fue un éxito total. —Comenta Francesco—Vinieron políticos irlandeses que querían recurrir a nuestros servicios, eso nos da más ventaja en el juego, ¿no es así, Ángelo?
—Claro que sí, o filos mou. —Concuerda el líder griego—Me contacte con trabajadores de la mafia japonesa y quieren un envío de coca para esta tarde, están en Anafi, nuestra isla vecina. De ese reparto te encargarás tú, Dimitri.
Noto a Dimitri incómodo, se remueve de su silla y evita el contacto visual con su padre. Claro, él mencionó que prefiere desayunar solo para evitar conflictos familiares, creo que se refiere a esto. Ángelo utiliza el bote de pesca de Dimitri para traficar su mercancía.
—De hecho. —Me atrevo hablar—Dimitri no podrá hacer ese encargo, señor.
—¿Y se puede saber por qué? —Me revira su madre—
—Porque Dimitri me prometió enseñarme la ciudad de Atenas, anoche lo acordamos... ¿recuerdas? —Lo miro, él me ve confundido—Me prometiste llevarnos a mí y a Koral a la ciudad.
Él entiende la indirecta.
—Ah, sí...sí. —Asiente con la cabeza—Mis disculpas, lo había olvidado por completo.
—¿Le prometiste eso, hijo? —Presiona su madre—
Dimitri me mira y entorno los ojos hacia él.
—Si, mitéra. Se lo prometí.
—¿Puedo ir, papà? —Observo a Francesco con cierta pisca irónica—
—No lo sé... está mal que salgan desprotegidos. —Responde Francesco—
—Y menos ahora que cerca de aquí hay una embarcación americana. —Comenta Augusto—
Imbécil.
—Por favor, Francesco. ¿No era esto lo que querían? ¿Qué Maya y Dimitri se llevarán bien? Pienso que sería bueno que tengan un tiempo a solas. —Comenta mi mamá y me mira—Al fin y al cabo, serán marido y mujer, necesitan concretar lazos.
—I sýzygós sou, tiene razón. —Dice Ángelo con una sonrisa—Nuestros hijos deben de pasar tiempo juntos. Además, Dimitri sabe cómo disparar un arma, ¿no es así, Priscila?
—Claro que sí, glykiá mou. —Responde con una sonrisa forzada—
—Bien, al terminar zarpamos, Seirína. —Dice Dimitri con una sonrisa—
El desayuno termina y salgo junto con Dimitri y Koral.
—¿En qué demonios estabas pensando? —Me dice Dimitri en cuanto salimos a la playa—
—Pues, deberías de darme las gracias. —Respondo—Me tomo aproximadamente dos minutos darme cuenta que odias hacer ese tipo de trabajos para tu padre.
—Hasta yo lo note. —Coincide Koral—
—¿Fue muy obvio? —Koral y yo asentimos al mismo tiempo, Dimitri suelta un suspiro acompañado de una sonrisa—Eres una chica astuta, las dos lo son.
—Astuta es mi segundo nombre. —Enfatiza Koral—
—¿Qué les parece si... en lugar de ir Atenas, les enseño mejor el pueblo? No han visto el otro lado de la isla.
Koral y yo sonreímos y seguimos a Dimitri hasta una pequeña embarcación en el muelle. Es un pequeño bote de color blanco, rojo y azul con la bandera de Grecia de adorno.
—Es otro de mis botes, aunque mi favorito es Afrodita. —Explica—Es más grande y espacioso, sirve para viajes largos.
Koral sube primero con mucho miedo, Dimitri sostiene sus manos hasta que ella finalmente se sienta. Él se voltea hacía mí y me ofrece su mano.
—¿Es seguro? —Inquiero mirando su mano extendida—
—Por favor, ¿crees que te dejaré caer? —Me lanza una mirada irónica—
Entrelazo su mano con la mía y subo al pequeño bote, me tambaleo, pero Dimitri me sostiene firmemente en la cintura.
—Ah... creo que debemos irnos ya. —Susurro—
—Sí, está bien. —Dimitri me sonríe—
Me siento a lado de Koral y ella me lanza una mirada. Sé lo que debe estar pensando y no, él no está coqueteándome.
—Cuidado en buscar lo que no se te ha perdido. —Murmura, Dimitri desamarra las cuerdas del muelle y el bote empieza a moverse—
—¿De qué hablas? —Fijo demencia—
—Tú y Dimitri. —Entorna los ojos—La forma en que te miro, creo que a él no le molestaría llevarte al altar enserio.
—Tonterías, Koral.
Me niego rotundamente a pensar en eso, en mi corazón sólo existe una persona y esa persona es el novato.
***
Queridas lectoras, quiero disculparme por estar tan ausente tanto en Instagram cómo en Wattpad, he estado teniendo un gran bloqueo de escritor nuevamente. He hecho hasta lo imposible por intentar desbloquearme, les pido sean pacientes.
Gracias, las quiero.
Grecia.
·Recuerda seguirme en Instagram como novelsofgreece·
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top