Capítulo 52

Cap. 52

Las puertas se abren indicándonos haber llegado al tercer piso. La habitación es oscura y con la poca luz que hay, pueden verse vasos precipitados, mesas con frascos de vidrio, tubos de ensayo y demás, parece que aquí realizan las sustancias para las drogas que trafican.

—No me gusta este lugar. —Murmuro, no dejo de apuntar a todos lados—

—A mi tampoco.

Una luz se enciende al fondo de la habitación, y finalmente encontramos a Sam.

¡Papá! —Maya corre hasta él seguida de mí—

Sam está amarrado a una silla, su rostro está golpeando con un ligero color morado en sus pómulos, Maya sostiene su rostro entre las manos y el general abre los ojos.

— ¿Maya? —Susurra en cuanto la ve— ¿Harry?

Maya solloza. — ¡Si, si papito! Aquí estoy.

—Ya estamos aquí, señor. —Con mi navaja empiezo a cortar las sogas que sostienen sus piernas—

—Maya, no... tienes que irte aquí. —Empieza a decir con desesperación—Los dos, tienen que irse de aquí.

— ¿Qué dices? ¡No! —Maya lo ayuda a desatar sus manos—Lograremos escapar, sólo tengo que llamar a los demás.

— ¡No, hija! Tú no entiendes.

Tres compuertas en la habitación se abren y entran alrededor de veinte hombres armados apuntándonos. Maya y yo rápidamente tomamos nuestras armas y apuntamos a todos los individuos.

—Vaya, vaya, vaya...—Se escucha una voz con cierto acento italiano—

De entre los hombres armados, sale el mismísimo Francesco Simonetti. Tal cual como me lo imaginaba: Alto, delgado, muy elegante con su traje blanco, sus ojos son de color verde y su cabello es marrón con ligeras canas a los costados, cursa alrededor de los cuarenta o cincuenta años, tal cual las imágenes que vi de él.

—Simonetti. —Siseo—

—El mismo. —Sonríe cínicamente, lo que me provoca romperle los dientes—Tú eres el aprendiz, ¿no? Crystal me había hablado mucho de ti.

—Bastardo...maldito. —Corro hacía él con la intención de golpearlo—

—¡¡Harry, no!!

Tres disparos hacen estruendo en el laboratorio.

MAYA

Dejo el arma arriba después de dar los tres tiros al aire, Harry me mira conmocionado, los hombres de Francesco se aprovechan y lo tiran al suelo reteniéndolo.

— ¡Déjalo ir, maldito! —Le grito—

—Esa boquita. —Francesco toma entre sus manos el arma de Harry—Desármenlo.

Un sollozo vuelve a salir de mi garganta cuando muy bruscamente los hombres dejan indefenso a Harry, lo levantan del suelo pero no dejan de apuntarlo.

— ¿Eres Maya, no? —Me observa de pies a cabeza—Sabes, deberías de mejorar ese vocabulario.

No bajo mi pistola en ningún momento, Francesco empieza a pasearse a mí alrededor.

— ¡No te atrevas a tocarla, Francesco! —Grita mi padre, aún está sentando en la silla, está débil—

—Tranquilo, querido amigo...—Francesco se coloca a un centímetro de distancia a mí—

—Más te vale dejarnos ir, porque justamente ahora llamaré a todo el equipo. —Saco el radio— ¡Zed, necesito refuerzos, ahora!

—Pues más nos vale acabar con esto rápido. —El italiano sonríe—No hace falta llegar a mayores, querida, no sería capaz de lastimar... a mi propia hija.

Mi respiración se acelera y el arma en mi mano comienza a temblar.

— ¡No lo escuches, Maya! ¡Solo quiere distraerte!

Veo a Harry y es silenciado con un fuerte golpe en el estomago, jadeo y vuelvo a mirar a Francesco, mira toda la situación con diversión, no hay más que burla en su mirada. Trato de encontrar mi voz, pero sencillamente no sale ni una palabra de mi boca.

—Mientes. —Digo finalmente—

—Oh, esto es mejor de lo que pensé. —Ríe—Sammy, ¿con que la niña no sabe tu feo secreto?

No entiendo nada, el pánico crece en mi interior. Miedo por mi padre, miedo por Harry, incluso miedo por mí. No sé como vaya a terminar todo esto, yo sólo espero que sea rápido y que sea una pesadilla.

— ¿De qué hablas?

—Hay una parte de la historia que Sam te oculto. —Tiemblo ligeramente, busco con la mirada a Harry pero aún está retorciéndose debido al dolor—Como sabrás, tu madre fue mi esposa, la mejor de las cinco que pude tener... Clara y yo tuvimos un muy lindo amorío.

Siento nauseas.

—Naciste el 14 de Mayo de 1996, en Roma. Fuiste mi alegría desde el primer momento en que te vi, a tu madre se le metió a la cabeza que ella no me importaba, pero era lo contrario, sólo tenía a mis otras cuatro mujeres para follar, pero tu madre fue la única que pudo darme descendientes... Tú, Maya.

Apenas puedo respirar, la pistola decae a mi costado lentamente y mi vista es borrosa debido a las gruesas lágrimas.

—Maya...—Gime Harry—

Caigo de rodillas al suelo, no puedo con tanto, es demasiado para mí. Quiero huir o simplemente desaparecer.

—Crystal.

Mi enemiga se posa a lado del italiano, es como vivir una pesadilla. No tengo fuerzas para dispararle en la cabeza, sólo lloro como estúpida en el suelo. Veo como la rubia le entrega un sobre amarillo que después Francesco me lanza.

—Esa es claramente una prueba de ADN que demuestra que eres mi hija.

No quiero leer el resultado, así que giro a ver a mi papá.

—Papá...—Sollozo, mi padre me mira con sus ojos llenos de tristeza—

—Anda, Sam... dile a Maya la verdad, dile que cuando te revolcaste con mi esposa también te llevaste a mi hija. —Sigue Francesco— ¡Díselo!

Con pocas fuerzas me arrastro hasta la silla donde se encuentra el que ha sido mi padre durante veintidós años.

—Papi...dime la verdad. —Lloró en su regazo— ¡Dime que yo no soy hija de este hombre!

Tomo sus manos esperando la respuesta, mi padre baja la mirada dejando caer varias lágrimas. Temo la respuesta.

—Es cierto.

— ¡No! —Grito ahogadamente—

Aprieto la tela de su pantalón con fuerza mientras gruesas lágrimas y violentos sollozos escapan de mi garganta.

Todo el mundo que conocí se cae en pedazos. Pienso en toda mi infancia en Barranquilla, en mis hermanos, en mi padre, incluso pienso en Harry, toda mi vida ha sido una puta mentira.

El hombre que asesino a mi madre, es mi propio padre.

Siempre he sido una chica fuerte, nada me afecta, ni golpes, ni palabras. Pero en estos momentos me siento vacía, sola y sobretodo muy confundida, soy la hija de un mafioso...yo, Maya García, agente en entrenamiento soy la hija de un infeliz. Tengo que tomar una decisión, mi familia lo es todo para mí.

Por un momento estoy sola en el laboratorio, tengo que idear un plan. Recuerdo las palabras de Leonardo en Las Vegas, Francesco todo este tiempo estuvo buscándome y ahora que me encontró puede cumplir su trato con los griegos.

Sé lo que tengo que hacer.

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FINALMENTE CONOCIMOS A FRANCESCO SIMONETTI !!!

Este capítulo estuvo lleno de mucha tensión, Maya a descubierto que es hija de Francesco Simonetti ¿cuál será su siguiente paso? 

El siguiente capítulo será el final. Lo estaré publicando entre mañana o el viernes, estén atentas en mi cuenta de Instagram.

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