Capítulo 44

Cap. 44

MAYA

Abro los ojos cuando a través de las puertas del balcón entra el sol, veo el reloj en mi mesa de noche y son las 7:12am. Me levanto sobre mis codos, estoy desnuda y sola en la cama. Harry debió irse mientras dormía.

Me termino de sentar y observo la cama, paso los dedos por las sabanas recordando la noche movida que tuvimos, muerdo mis labios y fantaseo con los besos de Harry.

Basta Maya es muy temprano, necesito una ducha fría.

Por primera vez en veintidós años me siento como una chica normal. Maya García es una chica normal.

Me levanto y entro a mi baño, mi cabello está hecho un desastre. Lo peino y me cepillo, me doy una ducha y comienzo arreglarme. Iremos a la sede principal el Drug Enforcement Administration, como se describiría en inglés, debo verme presentable.

Opto por un vestido rojo con un largo perfecto hasta las rodillas, tiene un escote pequeño y un cierre que abarca toda mi espalda. Me maquillo sombreando mis ojos con color negro y pinto mis labios con labial rojo, peino mi cabello con una cola alta y me pongo mis tacones estilo princesa color negros. No es mucho mi estilo pero la situación lo amerita.

Me doy un último retoque y una vista al espejo y salgo de mi habitación, empaque una maleta con lo necesario. Salgo de mi habitación y en el living me encuentro con Marco y Camila, a lado del sofá están tres maletas. Camila volverá a Colombia.

—No puedo creer que me obliguen hacer esto. —Murmura Camila—

Me arrodillo frente a ella, está molesta. Eso es más que obvio.

—Oye. —Me mira—Sólo será por un tiempo, ¿sí? Mientras solucionamos las cosas aquí.

—Lo sé, pero ¿ir con la tía Vera? —Dice con fastidio—Ustedes dos saben que apenas puedo con el español.

—Sólo será un tiempo, Cam. —Apoya Marco—

—Lo menos que quiero es verte lastimada, estamos tratando con gente bastante peligrosa. —Le explico—No sólo los italianos son el peligro, sino también los griegos, ¿entiendes?

—Sí, lo entiendo. —Mi hermana me mira a los ojos—Acaba con ellos, Maya. Y trae devuelta a papá.

Asiento.

Marco sale por la puerta llevándose a Camila con él, es la primera vez que Camila viaja sola. Irá acompañada por una azafata ya que tiene dieciséis años, sigue siendo menor de edad.

Bajo las escaleras de la entrada hasta llegar al pequeño estacionamiento, veo a Harry y rápidamente se acerca a mí. Está vestido formalmente, pantalones negros y camisa blanca arremangada hasta los hombros, su cabello negro resalta y sus ojos color miel se conectan con los míos.

—Hola. —Me saluda—

El rubor sube a mi rostro cuando recuerdo lo que sucedió anoche.

—Hola...—Parezco idiota—

—Te ves hermosa. —Toma mi mano—El rojo es tu color.

—Y tú no te ves nada mal. —Rió—Pase un mes entero viéndote usar los mismos harapos que ahora te veo y digo, wow.

—Has dicho wow desde que me conociste. —Sus manos se posan en mi cintura y me acerca a él. Me siento tan enviciada con su olor masculino—

—Tan arrogante. —Pongo mis manos en su nuca—

—Tan orgullosa. —Susurra cerca de mis labios—

Harry pega sus labios contra los míos y comienza a devorarme, es un vaivén de emociones. Su lengua se introduce en mi boca y yo muerdo su labio inferior, él deja escapar un gruñido y creo que si seguimos así tendremos que posponer la misión.

—Harry...—Nos separamos—

Ashton nos ve con una sonrisa pícara.

—Lamento interrumpir, pero la camioneta nos aguarda.

—Gracias, amigo. —Contesta Harry—

Suspiro, tomo mi bolso y comienzo a caminar. Harry me aprieta tomando mi mano, lo miro.

—A partir de hoy...las reglas cambian y serás la primera mujer en capturar a un mafioso. —Quedo helada ante su promesa—Vas hacer historia, Maya.

Beso la comisura de sus labios.

—Gracias...—Sonrío—Por creer en mí.

HARRY

El viaje transcurre en silencio. Crystal va al frente de copiloto y a su lado al volante va Ashton, Maya va atrás conmigo. La veo inquieta y nerviosa, juega con sus dedos y muerde los cueritos alrededor de sus uñas, de vez en cuando tomo su mano y beso sus nudillos.

A este punto no sé qué pensar acerca de nosotros, pero simples amigos no somos. Ayer en la noche demostramos que somos mucho más, ella se entrego a mí y me siento dichoso de ser el primer y único hombre en su vida. Una vez que salvemos a Sam y acabemos con Francesco haré lo que sea para estar con ella.

—Maya, ¿alguna vez has pensado en la universidad? —Le pregunto—

— ¿Universidad? —Suspira—Si...cuando cumplí dieciocho lo pensé, pero en ese momento estaba comenzando a ascender como agente.

— ¿Te gustaría estudiar?

—Te dije que no soy buena con los estudios ni relacionándome con chicas de mi edad. —Asiento— ¿Sabes que es lo que me gustaría?

—Dime.

—Una vez que me gradué en la agencia, que ya sea una agente de la DEA. —Habla tan soñadoramente que me hace sonreír—Me gustaría abrir mi propio espacio en el campamento, enseñarle defensa personal a las niñas, a chicas como Cam.

—Quieres abrir tu propio equipo de mujeres.

—Sí. —Sonríe—Obviamente también quisiera hombres, pero...comenzar con niñas es mejor.

—Entiendo tu punto. Es un gran plan, y yo quisiera ser parte de él.

Por el vidrio retrovisor veo como Crystal me lanza cuchillos visualmente. Todo cambio ahora que sé que le gusto y la manera en la que se fue dejándome con la palabra en la boca me dejo muy desconcertado.

Luego de una hora de viaje finalmente llegamos a Washington D.C es temprano y los locales están abriendo. Pasamos la Casa Blanca en una ocasión dirigiéndonos en dirección a la sede principal. Crystal escanea su carnet en cuanto llegamos, los portones se abren dejando ver el gran edificio con el logo de las iniciales de la agencia. La última vez que estuve aquí me trajeron inconsciente así que me sorprende un poco todo.

Ashton estaciona la camioneta y bajamos. Crystal tiene cara de pocos amigos cuando nos reunimos todos afuera.

—El señor Friedman ya debe estar en su oficina, me asegurare de ver si esta de todos modos. —Nos dice la rubia—Esperen en la sala.

—Crystal. —La llamo, ella se gira y me ve—

La tomo del brazo ignorando por un momento a Maya, es importante que tenga esta conversación con ella.

—Trata de convencerlos. —Suplico—Sé que terminamos mal en la cafetería pero es necesario este sacrificio. Y sabes que sin Sam nadie lograra llegar a Francesco.

—Te equivocas. —Susurra—Tu mismo podrías acabar con solo pedirlo. Pero le dejarás el trabajo a ella porque clavo sus garras en el fondo de ti. —Sus ojos brillan—Haré lo que pueda, no por ella sino por ti.

Crystal se pierde entre las grandes puertas. Ashton, Maya y yo entramos después. Tal y como lo recordaba, personal uniformado y computadoras en todas partes, esperamos en la sala.

— ¿Qué hablaste con Crystal? —Suelta Maya—

Sonrío. — ¿Celos?

Me fulmina con la mirada. —Ya quisieras, novato. No es eso, es sólo que...con todo lo que ha dicho Marco sobre ella, si antes no confiaba ahora la veo como el enemigo.

—Hay algo que no les dije. —Ashton nos sorprende a ambos—Antes de salir, me encontré con Crystal. Estaba muy afectada, llorando histéricamente y me dijo que no sabía qué hacer, que ella no era la mala.

— ¿Te dijo la razón por la que estaba así?

—No. Sólo me dijo que no podía decirme. —Baja la mirada—Ella me gusta mucho, pero en este punto ya no sé qué pensar.

—Crystal gusta de mí. —Confieso—

Maya frunce el ceño y Ashton baja la mirada.

—Fue la razón por la que la viste llorando, la rechace. —Suspiro—Y ahora...no confío en ella tampoco.

—Debemos hacer lo que dice Marco, mantenerla vigilada.

—Puedo...puedo hacerlo. —La voz de Ashton suena gruesa—Puedo vigilarla.

— ¿Estás seguro?

—Sí. —Afirma—Podrá gustarme y todo lo demás, pero primero es mi equipo, primero es mi gente.

—Perfecto.

Las puertas del ascensor de abre y Crystal sale.

—El consejo los espera.

Un escalofrío recorre mi espalda.

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-Grecia.

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