Capítulo 41
Cap. 41
Zed se retira de la sala para avisar a la base Zelda del secuestro de Sam, en el living sólo nos quedamos Ashton, Marco, Maya y yo. Aún hay cosas que debatir, como por ejemplo, convencer a los del consejo de que Maya lidere la misión.
—Será difícil. —Admite Maya—Tienen una política muy machista, hacer esto será romper las tradiciones que se han remontado durante años.
—Es 2018, los límites ya no existen. —Afirma Ashton—Sólo hay que hacerles ver la vida de manera diferente.
—Tú déjame a los arrugados a mí. —Me cruzo de brazos—Me hará bien descargarme con ellos.
—He estado investigando los patrones de Francesco durante meses, el próximo atentado seria en la misma Italia dentro de una semana. Será perfecto atacar en ese momento.
Miro a Marco. —Una vez que Maya esté al mando necesitaremos preparar todo.
— ¿Y qué pasará si se niegan?
—No acepto un no por respuesta. —Maya sonríe, es tan hermosa—Nos saldremos con la nuestra. Crystal ya preparó la reunión con los superiores, sólo falta convencerlos.
— ¿Les soy sincero? —Miramos a Marco—No confío en ella. Últimamente ha estado actuando muy extraño, siempre está usando su computadora y díganme paranoico, pero sospecho que tiene que ver con la emboscada en Las Vegas.
Frunzo el ceño. — ¿Por qué lo dices?
—No lo sé, me pareció verla en el club. —Chasquea con la lengua—Pero es imposible ya que estaba en Italia.
—Llego anoche. —Agrega Maya—O eso fue lo que dijo. Desde que llegó no me ha dado buena espina y no es como la recordaba.
—Hay que vigilarla. —Añade Ashton—
— ¿Qué pasará con Cam? —Pregunta Marco—
Maya hace una mueca. —Una vez que las cosas resulten como queremos estaremos al acecho de todo peligro, lo mejor sería...—Se encoge en hombros—Enviarla a Colombia con la tía Vera.
— ¿Y la escuela, que? Aparte de eso, recordemos que el español de Camila da pena.
—Sí, lo sé. Con respecto a la escuela puede terminarla por correo, pero aquí en Virginia no la quiero. —Pasa su mano por el cabello—Camila regresa a Barranquilla.
—Haber como se lo toma. —Murmura Marco—
—Cambiando un poco el tema, ¿Qué tenemos acerca de la hija de Francesco? —Agrego—
—Mi padre decía que Francesco tenía alrededor de...cinco mujeres a las que las llamaba sus esposas.
—Nuestra madre incluida. —Añade Marco—
—El problema es que no sabemos qué edad tendría la chica. —Digo—Aparte, sería la única descendiente de Simonetti.
—Y toda su fortuna sería de ella. —Maya muerde su labio—Papá no tiene ningún registro de las mujeres de Francesco.
—Puedo buscar en internet a ver que sale. —Miro a Ashton—Si esa chica es tan importante, dudo que sea una bastarda.
—Si no la reconoció fue por algo, supongo que un hijo de un mafioso vale oro. —Digo—
—Así es. —Afirma Maya—Lo que aún me deja pensando es... ¿Quiénes serán más peligrosos, los italianos o los griegos? Porque si los últimos atentados han sido obra de los griegos, si se unen a los italianos serian más grandes que los rusos y los chinos.
—Serían la potencia de las mafias.
—Y las drogas aumentarían junto con el número de manejo de prostitución infantil y en general. —Maya golpetea la mesa—Tengo mucho que pensar. Mañana sabremos qué hacer, será un viaje largo hasta Washington.
Asiento con la cabeza.
Antes de salir me despido de Maya con la mano, veo a Crystal hablando por teléfono y recuerdo lo que dijo Marco hace rato, ¿puedo desconfiar de Crystal?
—Sì, ma non preoccuparti. —La escucho decir, está hablando en italiano—Presto toglierà questi stupidi ragazzi dalla sua strada. —Esto está muy raro—Stanno pianificando I'imboscata per una sittimana, ha abbastanza tempo per preparasi. Di 'a boss che molto presto avrai tua figlia.
Me alejo aun con la incógnita en la mente, Crystal no puede estar del otro lado, ¿o sí?
Camino hacía el campamento y mi mirada se posa en la habitación de Maya, las luces están encendidas y su balcón da perfectamente con el campamento aquí detrás. Rió ante la idea que tengo en mi cabeza, camino hacia la enredadera en la pared y comienzo a escalarla. Paso mis piernas por la baranda y sorpresivamente ella sale apuntándome por su pistola.
—Quieta, fiera. —Levanto las manos en son de paz—
Ella baja la pistola. —Me asustaste, ¿Qué haces aquí?
—Quería verte. —Me encojo en hombros—
— ¿Y subiste por mi balcón como si fueras un ladrón? ¿No podías esperar hasta mañana? —Se arrecuesta a la puerta—
—Si se trata de ti, nunca puedo esperar.
Me causa gracia el simple hecho de que está con shorts de pijama cortos de conos de helado y su camisa de tirantes apenas le cubre el abdomen planto, se ve tan hermosa.
—Pasa. —Se hace a un lado dándome el paso a su habitación—
Ese gesto me toma por sorpresa, creí que me echaría, sonrío y camino adentro.
Las paredes están decoradas de color morado con luces de colores en forma de mariposas, hay pequeños cuadros de fotos en las paredes, dos mesas de noche a lado de la cama estilo King con sabanas de color negro y lila, y el tocador en frente de esta es de color blanco.
—Acogedor. —Afirmo mirando el lugar—
—Era el color favorito de mi mamá. —Dice mientras se sienta en su cama—Puedes sentarte si quieres.
Me siento a lado de ella, está con las piernas cruzadas y las manos en su regazo. El cabello cae por todo su pecho en una ola de rizos color marrón.
—Entonces...—Comienza— ¿Paige?
Suspiro pesadamente. —Sí.
— ¿Ese es tu gran secreto?
—Así es. —La miró—No sabes, lo traumático que fue eso para mí. La imagen de ella muerta en la arena es algo que nunca olvidaré, acepte todo esto por ella, se lo prometí.
—No me imagino el dolor que debiste sentir. —Musita—
—Fueron horas de terapia que no sirvieron de nada. —Mi vista se pierde en una pintura de acuarelas en la pared—Aún conservo el anillo.
—Los dos conocemos entonces lo que es el dolor. —Susurra—Tu perdiste personas importantes igual que yo, la muerte de mi mamá nos afecto a todos.
—Después de Paige todo fue...crudo, muy crudo. Por un tiempo me refugie en el alcohol, luego viendo las noticias vi que la mafia italiana estaba detrás de todo. —Explique—Indague más sobre el tema y empecé a entrevistar a los ayudantes de cada mafia, quería llegar a los italianos como sea, fue ahí cuando la DEA dio conmigo.
—Y llegaste aquí. —Concluye—
—Sí y henos aquí. —Paso la lengua por mis labios—Hubo un cambio muy brusco en mí, Maya. El Harry de antes no es ni la cuarta parte del Harry de ahora. Lo intente, joder, intente recuperarme después de Santorini pero no pude, me encerré en mis pensamientos... no me he sentido interesado por ninguna otra mujer...hasta ahora.
Maya levanta la vista y parpadea un par de veces.
— ¿Lo dices enserio?
Asiento con la cabeza.
—Le prometí a Paige vengar su muerte y lo cumpliré, lamentablemente no puedo decir lo mismo de mis emociones. —La observo, está conmocionada—Ella siempre será la mujer de mi vida, fue mi primer amor y siempre quedará grabada en mi corazón, pero...
—Harry. —Me detiene—Te diré algo, tienes derecho amar a otra persona. Está bien que la sigas teniendo presente y que quieras hacer justicia por ella, pero creo que debes dejarla descansar.
—Ella descansará una vez que Francesco este muerto. —Contesto frío—
—Pero ¿Y tú? ¿Cuándo serás feliz?
No respondo y ella añade.
—Y sobre el beso...—Juega con el dobladillo de su camisa—Fuiste el primer chico que he besado.
Eso me deja helado. — ¿Qué dices?
Abraza sus rodillas contra su pecho.
—Sí. —Muerde su labio—Te dije que la mayor parte de mi adolescencia lo pase entrenando y leyendo sobre Italia, nunca me sentí atraída hacia los chicos, nunca hice las cosas que Camila hace con sus amigas. Siempre fui rara.
—No eres rara. —Tomo su mentón haciendo que me mire—Eres única.
— ¿Puedo pedirte algo?
—Lo que sea.
—Bésame.
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Uhhhhhh, esto se puso interesante mis amoreeeees !! Hoy actualizaré hasta el capítulo 45.
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