Capítulo 24
Cap. 24
MAYA
Harry sale corriendo hacía el agua, haciendo un perfecto clavado.
¿Qué demonios está pasándome? ¿Por qué me siento así? En cuanto comenzó a sacarse la ropa sentí como si mi estomago se encogiera, incluso sentí la garganta seca. He visto a chicos sin ropa antes, bueno, en bóxers; pero con Harry, sentí lo que las chicas llaman ¿mariposas?
Ignoro esos pensamientos y comienzo a caminar hacía una roca, me subo a ella y observo a Harry nadar.
— ¿No piensas entrar? —Aparta el cabello mojado de su frente—
—Es que...no traje bañador. —Mentí. No quiero perder el control ante esta nueva sensación que él provoca—
— ¿Estás jugando, no? —Me salpica agua y chilló ante eso—Si no entras tendré que tirarte.
—No te atreverías. —Pongo los ojos en blanco—
Harry sale del agua acercándose a mí.
—Tú decides, ¿con ropa o sin ropa?
— ¿Qué...que...?—Balbuceo—
Diablos, Maya. Contrólate.
—Al agua.
—Ah...—Miro el agua—Yo...
—Puedes nadar sólo en top, tu ropa quedara seca. —Muerdo mi labio—Decide o tendré que tirarte.
No respondo. Grito cuando los brazos de Harry se enredan en mi cintura con la intensión de tirarme.
—¡¡Espera, espera. Ya decidí!! —Me baja, suelto una carcajada—Tu ganas, novato.
Empiezo a quitarme la chaqueta quedando con mi top celeste, bajo mis leggins y quedo en ropa interior por la parte baja. Los ojos de Harry se oscurecen al notar mi panty color celeste.
—Deja de mirarme así...—Hablo tímidamente—Hay un puñal en la guantera del Jeep y no dudaré en usarla.
Él carraspea. — ¿Qué? No. Tranquila, ah... ¿nadamos?
—Sí.
Harry toma mi mano y puedo sentir la misma corriente eléctrica que sentí cuando nos vimos por primera vez, ágilmente se lanza de clavado. Me siento al borde del pequeño muelle, Harry sale a la superficie y me sostiene de la cintura, me tenso.
—Tranquila, déjame ayudarte. —Me dejo caer—
El agua esta fría pero aceptable, me sumerjo para mojar mi cabello y observo a Harry a través de mis pestañas mojadas. Nadamos por un rato y hacemos carreras, Harry me hace reír cuando me salpica agua.
—Dime algo de ti que no sepa. —Flota hacía mí—
—No tengo nada que decir. —Quito las gotas que bajan por mi frente—
—Todos siempre tenemos algo que decir. —Me toma por sorpresa cuando siento sus brazos alrededor de mi cintura—
El rostro de Harry está peligrosamente muy cerca del mío, y eso me asusta pero al mismo tiempo me gusta y me siento tentada a besarlo.
—Harry...—Susurro—
—Ven conmigo. —Me jala, ambos nadamos hasta una montaña de rocas—
Harry me ayuda a subir, ya arriba nos ponemos cómodos.
—Entonces, ¿algo de mí que no sepas? Supongo que todo. —Me encojo en hombros—
—Me interesa saber todo entonces. —Sonrío—
—Ok...—Suspiro—Ah...nací en Barranquilla, Colombia. Cumplí veintidós hace tres meses, nos mudamos a Virginia después de la muerte de mi mamá.
— ¿Fue duro? ¿Pasar de un país con un idioma a otro?
—Lo fue. Camila tenía tres años cuando llego, se crió como una americana cualquiera, Marco y yo hicimos cursos online y asistimos a la primaria, recibimos mucho bullying...él sobretodo.
— ¿Por eso hiciste la secundaria por internet?
—No, tuve clases en casa los primeros cuatro años el último año lo hice por internet cuando mi padre me ascendió a agente en entrenamiento. Descubrí que era mejor pateando sacos que sacando la raíz cuadrada de pi.
Harry ríe y eso me derrite.
— ¿Cómo es que una chica pudo entrar en el ejercito?
Suspiro. —No creas que es porque mi padre es el jefe, no. Yo me gané mi puesto como todos. —Miro el agua—Novato, ¿hay más mujeres en este equipo?
—Sólo tú. —Dice—
—Sólo yo. —Coincido— ¿Por qué crees que sea?
No dice nada, quiere escucharme.
—Porque todo lo que tiene que ver con el ejército y las peleas es liderada por una jerarquía anticuada basada en reglas hechas por hombres tontos y viejos. —Empiezo a descargarme—Reglas diseñadas para que sea imposible que una mujer entre en esta profesión...pero aquí me tienes.
—Eres admirable, Maya. —Dice—No eres una damisela en apuros.
—No necesito que nadie me salve, para eso me tengo a mi misma.
—Y creo que eso es lo que más me encanta de ti. —Eso me saca de órbita—
Miro a Harry y el sol hace que las gotas de su cabello brillen al igual que sus ojos, son de color caramelo rodeado de largas pestañas. Mis ojos se posan en sus labios y paso la lengua por los míos fantaseando con ellos. Su pulgar rosa con mi labio inferior lo que provoca que mi piel se erice, no sé si es a causa de su toque o por el frío.
—Creo que debemos volver. —Susurra aún con sus ojos fijos en los míos—
—Si...—Respondo, pero en mi voz hay más duda que confirmación—
Harry me ofrece su mano ayudándome a bajar de la pila de rocas.
—Cámbiate en el Jeep, prometo no mirar. —Dice sonriéndome—
— ¿Lo prometes? —Le lanzo una mirada coqueta—
—Soy un caballero y un hombre de palabra, nena.
Rió con su comentario y entro al Jeep sin antes darle una última mirada a Harry y asegurarme que no mirase.
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¡¿Que?! ¡¿Que?! ¿Yo actualizando un martes? Les cuento, mañana estaré ocupada así que para no dejarlos mal decidí actualizar. Espero lo disfruten.
Harry y Maya están que queman y yo sólo estoy en plan: ¡¡Amense, ya!!
En minutos, el cap 25 ;)
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