Capítulo 14

Cap. 14

HARRY.

Abrí los ojos con un dolor intenso en mis costillas, lo primero que vi fue el techo de anime y las paredes blancas del lugar.

La enfermería. Pensé, mire a mi alrededor y sí, efectivamente era la enfermería, trate de removerme pero sentí como mis huesos estaban tiesos.

—Hola. —Escuché la dulce voz de Crystal—

La miré, estaba sentada al lado de la camilla. ¿Cuánto tiempo llevaba aquí?

—Hey...—Mi voz sonó ronca, me acomodé en la cama— ¿Cuánto llevo aquí?

—Unas doce horas.

Suspiré recostando la cabeza en la almohada.

— ¿Y tú?

—Desde que te trajeron. —Sonrió sin enseñar los dientes— ¿Cómo te sientes ahora?

—Siento que mis costillas están diciéndome te odio. —Ella rió, tenía una risa muy linda—

—Lo que hizo Sam...fue cruel.

— ¿Qué? ¿Poner imágenes de Francesco o poner...—Paré—

— ¿Era ella no es así? —No respondí—No hace falta que respondas, tu silencio dice mucho.

—No me gusta hablar de eso...—Me remuevo incomodo en la cama—

—Tal vez hablándolo te sentirás mejor, yo podría ayudarte...estudie psicología con tres años.

Apreciaba el intento de Crystal por querer ayudarme, pero era en vano, yo ya estaba roto.

—Crys...—Ella tomo mi mano—

—Puedo ayudarte, Harry.

Ella se acerca a mi rostro. Me quedó ahí paralizado, perdido en sus ojos azules, inmóvil.

Un carraspeo nos interrumpe, dirijo mi vista a la puerta y veo a Maya.

—Ah...Crystal, mi padre esta buscándote. —Se recostó en el marco de la puerta. Se había cambiado, ahora iba vestida con un jean y una blusa blanca, era raro verla vestida casual—

—Claro. —Asintió Crys. Se inclinó hacía mi y deposito un beso en mi mejilla—Volveré al rato, Harry.

Asentí con la cabeza, note como Maya colocaba los ojos en blanco ante el acto que recién había hecho Crystal. La rubia salió por la puerta dejándome con la castaña quién aún me observaba desde el marco de la puerta.

—Maya. —Hablé antes de que se fuera, ella se volteó—

— ¿Qué?

— ¿Cuándo podré salir de aquí? —Ella entró, se paro justo en frente de la camilla—

—El doctor dijo que te hará un chequeo rápido y te podrás retirar. —Colocó las manos en el piecero de la camilla—

Un silencio surgió entre nosotros, pero no era incómodo, era como si ella estuviera esperando algo o solo contemplando mi compañía.

—Lo que hiciste en el campo de entrenamiento fue...—Vaciló—Asombroso.

— ¿Tú crees? Colocar fotos personales es un acto vil. —Respondí tajante—

—Mi padre sólo quería evaluarte. —Se abrazó a sí misma y camino hacia la ventana—Completaste la misión...pocas personas lo han logrado.

— ¿Ah, sí?

—Así es. Llegaste a una frecuencia de cien voltios, ningún novato había llegado a esa frecuencia. —Me miró—Ni siquiera yo.

—Supongo que ya te queda claro que no soy un simple novato.

Ella rió, era la primera vez que la escuchaba reír. Y era un sonido maravilloso, su sonrisa era bellísima rodeada por una limpia y blanca hilera de dientes.

—No te emociones, aún te falta. —Caminó a la puerta, pero antes de salir se volteó a verme—Tienes la delantera, novato. Sigue así y puede que te lleve conmigo a Las Vegas.

Sonreí a medias. —Maya.

Ella se giró hacia mí.

— ¿Volveré a verte?

Mordió su labio bajando la mirada. Ese gesto provoco un hormigueo por toda mi columna, joder ¿Cómo podía ser tan inocente y al mismo ser tan jodidamente sexy?

—Probablemente.

Y se fue.

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