Capítulo 20: El chango nunca se equivoca con la X.


Owen.

Tain era como un chango para mí. Cuando me veía hacía caras extrañas, portaba una sonrisa profesional de modelo, pero cuando le dabas la espalda se encontraba estafando y sacando dinero de donde fuera para seguir comandando el grupo de chicas.

Se encontraban en problemas y trataban de denunciar así que teníamos un par de días sin hablar o tocar el tema de "x". Aún así, mi chango favorito, estaba presente en mi mente a todas horas pues así éramos como amigos.

La única mujer que me dijo que mi actitud era una mierda y no me obligó a cambiar porque ella era igual, pero nos ayudábamos a hacer conciencia mutuamente.

—Mira, me tomó casi dos semanas construir este pozo que utilizo como almacén automático. No es muy lindo pero es gigante, organizado de tal forma en que lanzo los objetos y son enviados a sus respectivos cofres —di vueltas con mi personaje para que viera mejor el mapa de Minecraft—. La casa estilo japonés de por allá la construí entera en survival, aunque no es automática y por dentro está bien fea porque no soy arquitecto, pero en el fondo tengo otro almacén aunque no es muy práctico. Solo está bonita, pero no me da ni mierda.

Dirigí a mi yo cuadrado hasta aquella casa antes de que atardeciera. Observé a lo lejos el rebaño mal hecho de ovejas que acababa de instalar Kurt en mi mapa. Su personaje era Steve y apenas sabía cómo moverse, aún así los animales ya eran parte de su vida.

El hongo verde nunca había jugado Minecraft.

—Te voy a enseñar a craftear para que puedas construir un rebaño en forma. De hecho, podemos imitar algún edificio que te guste y haremos los planos. —Bajé el control de la consola y lo miré de reojo.

Me miraba como tonto y sonreía levemente al ver mi emoción por un videojuego.

Te estás portando como un sabelotodo Owen. Kurt debe estar cansado de jugar por horas, está perdiendo el tiempo.

—Olvídalo —dejé caer el control sobre la mesa—. Ya llevamos horas jugando y tienes cosas que hacer. Hoy llamas a tu familia, ¿no?

—Ah, n-no te preocupes. En se-serio me estoy divirtiendo. Ver los animales de fo-forma cuadrada es hermoso. Me encantaron las a-abejas —sacudió las manos y me devolvió el control para que yo siguiera jugando—. Te es-estaba viendo porque lucías muy feliz y eso es ra-raro, jaja.

Lo raro era que Kurt actuara normal. Me preguntaba si era inocencia de su parte o en serio no notaba mis gestos de cariño. Si la conexión que yo sentía él también podía sentirla o era común para él.

Cuando volvimos tarde del centro comercial él se quedó dormido en el autobús. Yo lo miré la media hora sin molestarlo, observando sus ligeras pecas de color claro recubrir su rostro. Era sorprendente que sus mejillas lucieran como las de un niño, pero su personalidad le aportaba aquello que me gustaba: "alguien real". Éramos diferentes pero él trataba como lo trataban, cosa que yo amaba de las personas.

Me incliné con una sonrisa para besarle la mejilla.

—¿Qué qué qué haces? —Abrió los ojos perturbado.

La ansiedad me dominó y apenas pude formular una palabra. Solté en voz casi imperceptible la primera excusa que arrasó en mi mente.

—Mosquito.

—Espera... ¿Me be-besaste? —Exclamó asustado, chocando la mano contra su rostro.

—Ah, ha-había un mosquito e iba a quitártelo peeeeero se movió demasiado el autobús y mi rostro chocó... —No me dejé terminar la excusa porque su rostro apuntaba a que no me creía ni un poco, lucía molesto y apunto de lanzarme un golpe.

—Owen.

—¿Sí? —Alcé los ojos aunque todo me temblaba.

—¿Qué le hiciste al mosquito? —Interrogó, tomándome del cuello de prisa—. Owen... ¡¿Dónde está el mosquito?! Lo ma-mataste, ¿verdad?

Me zarandeó por un largo tiempo preguntando por el mosquito. Quería chillar en ese momento ya que aparte de que el beso no le importaba —cosa que agradecí para que no cambiara nuestra relación— prefería matarme a mí antes que a un bicho.

Nunca amé tanto a un mosquito como ese día. Mágicamente, alrededor de él, apareció aquel diminuto insecto. Cuando mis ojos lo advirtieron elevé el índice y le dije que allí estaba, que no lo había matado.

Me soltó de inmediato y pidió disculpas por sus gritos. Se disculpaba a menudo.

—Y bueno... En realidad yo soy quien debería irme ahora sino quiero llegar tarde con Sanft. —Revisé mi reloj y aún faltaba media hora para la reunión, pero yo quería esperarlo en la parada del autobús temprano.

Volteé en el sillón para observarlo. Sentí sus dedos chocar contra mis mejillas al girar el rostro. Él me sonrió sin moverse, manteniendo sus dedos en mi rostro como si acariciara a su mascota favorita.

Sí Kurt en serio no es consciente perderé la cabeza.

Aparté el rostro y traté de hablar normal a pesar de lo nervioso que estaba. Pensé que él era nervioso, pero si nos comparábamos yo era una máquina de sudor y acciones descabelladas a su lado.

—Yo de-debería llamar a mi pa-padre dentro de 20 minutos. —Apagó mi consola y se levantó para buscar su sudadera y regresar a su apartamento.

Entró como si viviera allí, lo mismo que yo hacía ahora con su habitación. Al inicio fue extraño que ambos mostráramos verde para entrar a las habitaciones, pero de inmediato nos acostumbramos pues yo lo ayudaba con la limpieza en ocasiones y él subía a mi cuarto si algún animal se le escapaba.

—Chicharito. —Le llamé desde el pasillo para indicarle que yo ya iba a salir—, cierras la puerta, ¿vale?

—¡Sí, me a-avisas cuando vuelvas! No te-terminamos la película anoche. —Comentó con media cabeza dentro de su prenda, tratando de entrar para vestirse como limón.

Abrí la entrada y dejé el apartamento lo más rápido que puse. Antes de caminar a la parada revisé mi correo, me aseguré de la hora e inspeccioné mi mochila dos veces para saber que no se me olvidaba nada. Tuve que esperar a Sanft por otros 20 minutos, lo que significaba que llegó 10 minutos antes porque planeaba tomarme por sorpresa y esperar en mi apartamento.

—Ni siquiera me dejaste encontrarte desprevenido. —Se rió con sutileza, dejando caer su mano sobre mi cabello.

—Ya deberías estar acostumbrado. —Seguí el juego, sacudiendo la pierna velozmente en espera del chofer.

No estaba muy seguro de si Sanft y yo éramos amigos, pero actualmente así lucía. La verdad yo no era tan mala persona como para desechar sus intentos de acercarse demasiado. Ya venía rechazándolo cientos de veces así que comenzaba a ceder al ver su insistencia.

Subimos al autobús y charlamos sobre el trabajo. En ocasiones trató de hablar sobre mi día pero no supo que más preguntar al decirle que solo hice tareas y jugué videojuegos. Me preguntó por la "ranita" y le aclaré que habíamos estado jugando.

—Te voy a ser sincero, Kurt ni siquiera está seguro de mi existencia en su primaria porque... ¿Cómo decirlo? —Mostró nervios y jugó con sus manos.

—Le hacías bullying. —Mostré sorpresa ante la broma que se me acababa de escapar.

—No, Dios, no. Por supuesto que no. —El rubio negó casi asustado, sacudiendo la cabeza al mismo tiempo que sus manos.

La universidad estaba cerca y parecía costarle hablar así que decidí no interrumpirlo para que ordenara sus pensamientos. Sanft trataba de ser demasiado sincero, lo que estaba por decir era información que en lo mínimo se relacionaba a mí, pero lucía necesitado de hacer saber a otros sobre sus sentimientos.

Como si ocultara cientos de cosas y las mostraba de golpe para que nadie le temiera.

—Kurt era enfermizo de pequeño así que era famoso en mi clase. Una ocasión mi grupo lo invitó a jugar fútbol pero cayó enfermo y fue trasladado a un hospital —la historia iba bien en ese momento, aunque pude avisar los problemas—. Yo era el encargado de llevarle las tareas y mantenerlo al corriente, así que esperaba en la dirección al finalizar clases para llevar los trabajos. Pero... Nunca le llevé nada. Me quedé los papeles y él nunca pudo entregar los proyectos así que reprobó el año.

Esas últimas palabras me impactaron a mí más de lo que debería. A esa edad yo también evitaba muchas cosas pero no era bueno mintiendo, comenzaba a sudar y decía estupideces, pero él realmente le había jodido la vida a alguien.

A mí me la jodieron. Es diferente.

—¿Por qué hiciste eso? —Cuestioné, levantándome al ver las instalaciones.

—Fui un idiota —se levantó igual que yo, recordándome nuestra desproporción de altura—. Me daba miedo ir a un hospital y tampoco quería ser su amigo, pero me daba miedo que los otros lo supieran así que accedí a llevarle las cosas aunque nunca tuve el valor de presentarme. Si me hubiera negado sólo hubieran enviado a otro pero... Supongo que me dio miedo oponerme a la corriente.

—¿Y por qué decidiste contármelo ahora? —Mi pregunta fue un tanto intimidante.

—La verdad no lo sé. Solo olvídalo, ¿sí? Ya estoy hablando mucho, jaja. Perdona. Solo tuve la impresión... —esperó a que caminara hacia la puerta y presionara el botón. Lucía más nervioso que antes al ver que yo aún esperaba que terminara esa oración—. Esperaba que tú me escucharas y me dieras tu opinión sin mentir.

—Estuvo mal de tu parte. Yo solía ser muy obsesivo —aún lo era—. Aunque si me lo hubieran pedido y yo no quería hacerlo me habría negado mil veces antes que hacerlo reprobar. Pero las cosas del pasado se quedan allí, no te estreses más de lo que deberías.

Asombroso Owen, le está aconsejando algo que tú no haces.

Bajamos del autobús y fuimos en silencio por las instalaciones. No había dicho mucho después de recibir mi consejo, se mantuvo callado y cuando nos veíamos se limitaba a mover las cejas con la intención de hacer reír aunque yo no era fan de aquel movimiento.

—Te mentí. —Soltó de pronto.

¿Me está jodiendo?

—Con respecto a que quería tener una amistad contigo por Tain. En realidad, la primera vez que nos vimos ni siquiera quería saludarte. Pude ver a lo lejos tu mirada de hastío y temía que sí nos volvíamos cercanos las personas me llenaran de preguntas del como demonios yo podía llevarme con alguien tan raro como tú. —Sus palabras fueron hirientes.

Hubiera dado la vuelta y me habría largado a casa enfurecido por toda esa mierda pero la única razón por la que seguí caminando fue para escucharlo con atención. Hablaba de forma hipotética, su anécdota me dejaba en claro que Sanft pensaba en demasiadas posibilidades catastróficas y siempre temía desencajar.

Se escuchaba a una versión vieja mía que requería demasiada atención y temía ante cualquier desastre, así nunca sucediera.

—Luego te escuché hablar y me pareciste irritante, pero te sonreí. Soy un hipócrita —golpeó la palma contra su mejilla, acelerando su paso—. Después de decidir qué no quería involucrarme contigo sólo escuchaba a Tain hablar sobre... ¿Cómo decía? "Hazañas", "Owen y su ansiedad están en una lucha constante, pero él siempre trata de controlarla aunque eso lo hiera", "no se deja manipular por nadie". La forma en que habló era muy buena sobre ti y sin darme cuenta me agradabas demasiado.

Ahora en serio quería salir huyendo. La vergüenza que me causaban las palabras de mi chango favorito era tan estúpida, pues cuando ella no estaba presente también hablaba bien de ella. Estaba agradecido de nuestra amistad, ignorando el que hable de mí a mis espaldas. ¡Pero habla muy bien!

—Y yo quiero... —respiró hondo, casi muriendo del terror—. Que seamos amigos... Dios, nunca había dicho eso en mi vida. Usualmente es al revés o solo doy por sentado la amistad. Cambiemos de tema, a ver... Ya llegamos al entrenamiento.

Lo sostuve del brazo antes de que entrara. Trató de soltarse de inmediato pero se detuvo al percatarse de que estaba muy nervioso. Pidió disculpas y revolvió su cabello rubio, preguntándome qué sucedía.

—Mira, podemos ser amigos pero no me gusta que me mientan —suspiré, tratando de comprenderlo—. Sanft, sí algo sucede contigo ya tienes mi número. Puedes hablarme e ir a mi apartamento cuando quieras. Soy de los que está allí siempre, pero si te sientes mal y necesitas hablar debes hacerlo en serio. No tengas miedo a lo que voy a pensar.

No me sentí arrepentido de haber aceptado su amistad. Su sonrisa tranquila al escucharme pudo recuperar cierta paz. Yo mejor que nadie sabía lo que era nadar contra corriente y la ansiedad que eso me causó pues tampoco quería seguir a los peces, pero él prefería no destacar. Aunque con su apariencia eso era inevitable y tenía que hacer todo lo que le pedían sin negarse; como encontrar a un ilustrador a pesar de no ser el capitán del equipo.

Nos encaminamos a los jugadores de basquetbol. Se hallaban los que faltaron aquella semana en que me torcí el tobillo. Reconocí varios rostros y algunos entre risas me preguntaron si me hallaba bien.

—¿Llegaste a casa de princesita? —Uno de ellos ignoró la mirada asesina de Sanft y siguió molestando.

—Antes princesa que un gorila apestoso como tú. —Respondí irritado, lanzando un golpe a su mano que trataba de tocar mi cabello.

—¿No vino la cosa pequeña? El de cabeza verde que se ocultaba detrás de ti. —Otros dos tenían curiosidad por Kurt.

—Dijo que no porque apestan. —Comenté en búsqueda de la cámara de mi teléfono.

Me agaché para hacerle unos ajustes y revisé mis apuntes. Extraje la computadora y dejé la mochila en las sillas más visibles. Los jugadores estaban calentando así que me apresuré a tomarles fotos a los nuevos jugadores que Sanft me señaló. Apostaba que el chico que Kurt buscaba estaba por allí.

Uno de los hacía más ruido con sus risas molestaba a Sanft para que fuera por agua. No parecían abrumarlo, solo muy amigables aunque en la sonrisa de Sanft eso le molestaba. Me acerqué para separarlos y pedirle a los chicos que se dejaran fotografiar.

Uno pasó detrás de el otro, la mayoría haciendo caras raras. Los que lucían más populares esperaron hasta el final tras hacerle preguntas a Sanft sobre porque necesitaba fotos. La verdad no las necesitaba, podía aprovechar esas horas para hacer sketches y largarme, pero quería apoyar a Kurt aunque fuera una locura el querer saber sobre el muevo novio.

Anotaba en mi libreta cuando me puse un modo "huraño" ante un alto que metió los dedos en mi nido de pájaros. Tomé una bocanada de aire para no perder la cabeza. Alcé la vista con la intención de pedirle que se apartara porque me incomodaba bastante que hicieran eso.

—¿Qué haces? —Miré amenazante al chico que tenía el cabello mojado como si acabara de tomar una ducha.

Puso la otra mano sobre mi cabeza y me recogió el cabello como si intentara hacerme una coleta. Descubrió mi frente y se agachó un poco para verme mejor.

Lo mataré.

—¿Owen? —Murmuró, pasando sus dedos por casi todo mi rostro—. Eres tú, ¿cierto? Dejaste crecer tu cabello bastante, por poco no te reconozco. Bueno, yo también cambié pero tú lo hiciste demasiado. Te ves muy bien.

El sentimiento de que había comenzado a correr llegó a mí. Vivía corriendo entre clases, en el tiempo, lejos de mi cuerpo. Todo era veloz aunque no me moviera.

Mi corazón aceleró y sentí que mi alma se escapaba. Como si hubiera hecho un maratón de 10 kilometros. Estaba agotado, pero no había caminado. Inmóvil, sintiendo que todo se me escapaba sin hacer nada. De pie ante una caída de varios metros sin paracaídas, aunque si lo tuviera no saltaría por el terror a que este no abriera.

En la cima por horas, con miedo a la altura pero con miedo a bajar.

Trató de sonreírme sin apartar sus manos. Lucía tranquilo, esperaba una respuesta de mi parte. Incluso había emoción en sus ojos por reencontrarse con alguien de su adolescencia.

Reencontrarse con el ex-novio con quien tuvo su primera experiencia bisexual y después se rindió con él.

—Xander... Cuanto tiempo. —Traté de sonreírle.

—¿Estás bien? —Preguntó al sentir mi frente transpirar y mis temblores repentinos.

En mi cabeza se hallaba una nube de colores, tan grande. Viajaba no solo por mis pensamientos, también en mi estómago y por mi garganta. Quería escupirla antes de que me volviera más loco y comenzara a llorar frente a todo el mundo: Todo el mundo era solo él pero sonaba peor.

•••••••••••••••••••••

El señor X ha aparecido y es tal como dijo la chango, no ha sido superado aquel trauma.

Kurt, que lindo eres no haciendo nada. Sanft hace más y da miedo, HAHA.

Preciosos fanarts de Zamac. 🥺💕
¡Les deseo un grandioso viernes y fin de semana! LOS AMOOOO.

Olvidé la playlists, demonios:

https://open.spotify.com/playlist/6RB3Subq1bEe2kModMuqNm?si=pYm0bF9wR4u74Y9VYrXVQg

~MMIvens.

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