Capítulo 15: Soy sincero.
Owen.
—Ah, solo presiónalo un poco más y... Aaaah, ya. Listo.
Kurt se levantó del sofa, cerrando las gotas para los ojos. Usaba una camiseta verde con un brócoli dibujado pues él solía comprar ropa en el área de niños porque odiaba que le quedaran tan grandes.
Me miró esperando un agradecimiento. Mis ojos eran rojos y parecía que estaba llorando así que me tomó de la mandíbula y me sacudió un poco para que mi vista dejara de nublarse.
—N-No sé porque debo po-ponerte gotas si lo único que no puedes ha-hacer es caminar. —Comentó sin reproches en su tono.
Centré la vista sobre él, parpadeando repetidas veces para ver claro. Detuve sus manos con las mías para decirle que se detuviera pues ya era suficiente.
—Gracias, duende. —Le di una sonrisa, soltándolo para volver a mi laptop.
Toda esa semana estuve cargado de proyectos y no tenía forma de trabajar así que asistía a clases con ayuda de Tain y Kurt se ofreció a tenerme en su sala para que él tampoco descuidara a sus bestias ni sus trabajos.
Era horrible despertar y encontrar a una bola de pelos dormido en mis piernas y a la otra gata mordiéndome el cabello pero Kurt ya me estaba haciendo el favor. Aunque era irritante que ni siquiera intentara matar a los mosquitos.
—¿Qué qui-quieres desayunar? —Preguntó, levantando mis antibióticos de la mesa de centro.
—¿Qué pensabas cocinar? —Interrogué, corriendo el color de las diapositivas.
Gracias gotas para los ojos por ser inventadas.
—La ve-verdad no quiero hacer nada. ¿Ca-Caliento la pasta y luego nos va-vamos a la u?
Asentí, guardando el archivo sin elevar mi vista. El calor me estaba asando pues toda la noche de ayer llovió y ahora el bochorno comenzaba a aparecer desde temprano.
—Me ducharé mientras eso se calienta. —Cerré el portátil y amarré mi cabello.
Kurt corrió como un conejo hasta mi sitio y dejó que me apoyara en su hombro para llevarme el baño. Había dejado un banco que Tain me compró dentro de su ducha, aparte tenía los productos para mi cabello que sacó de mi apartamento así que solo debía pagar el agua que iba a usar.
Su apartamento era un poco más grande que el mío y él era muy pequeño así que no fue difícil pasar ese tiempo así.
Me hizo el favor de pasarme mi juego de prendas al salir del baño y comimos juntos en la pequeña mesa con un girasol en medio. Las flores no me molestaban, en realidad me recordaban a mi madre, pero él les tenía un mayor gusto debido a que ciertos animales se desintoxicaban al comer hojas.
—La ci-cita estuvo bien anoche. —Habló, metiendo el tenedor con la pasta a su boca.
Elevé los ojos, tratando de comer también. Detuve uno de los mechones húmedos de mi cabello para que no cayeran dentro del plato.
—¿Qué salió mal al final? —Cuestioné.
—Me dio di-dinero para que yo pa-pagara la cuenta mientras ella i-iba al baño pero cuando volvió yo n-ni siquiera me había parado. Es q-que el mesero me asustó po-porque lucía drogado. —No se excusó ni parecía algo malo pero su desánimo mostraba que sintió a la chica distante después de eso.
—Seh, el problema lo tienes tú. —Solté, echándole crema a mi pasta.
—Creo que pr-primero debería aprender a estar solo pu-pues siempre he sido muy dependiente. —Se rió de sí mismo, tomando otro bocado con sus ojos mirando la calle por su ventana.
—Odio ser dependiente, así que prefiero estar solo —traté de continuar con un tema parecido—. Pero si te soy honesto, bicho, creo que en realidad le tengo miedo a querer demasiado a alguien porque inevitablemente seré dependiente. Y me odiaré por eso.
—El a-amor no debería ser dependiente, ¿cierto? —Concordó conmigo.
No lo sé, insecto.
~•~•~•~
Mi primer amor fue una forma de externar los sentimientos que guardaba desde mi niñez. Llamaba ridículos a los que querían ser mis amigos y solía burlarme de los tontitos, aunque en realidad quería sacar malas calificaciones sin preocuparme y hacer amigos de forma sencilla.
Quería salir con alguien y sentir que era amado, pero me daba vergüenza pedirlo de repente. Me gustaron varias niñas e incluso diría que me parecieron tiernos varios chicos, pero solía callarme. No era problema de sexualidad sino de mi persona.
Mi primer novio llegó a la ciudad repentinamente, se mantuvo cerca de mí para entablar una amistad y todo comenzó con un tierno beso de chocolate junto a una propuesta: Hámster obsesivo, ¿quieres salir conmigo?
No gracias, eso respondí.
—Tomaré eso como un sí. —En ese momento decidió carcajearse, tomándome de la mano en la pequeña callejuela a unas cuadras de su casa.
No lo negué así que comenzamos a salir. Y cuando comienzas a salir con alguien por primera vez sientes que cualquier cosa puede aplastarte, hacerte feliz o destruirte. No puedes vivir sin el otro y quieres tenerlo para ti todo el tiempo.
Pero yo no podía estar tan cerca de él pues ahora que yo ya no tenía vergüenza de mostrarme dependiente él tenía vergüenza de lo que yo era: Una relación con el obsesivo de la escuela.
—¡Me da pena que andes por ahí, ¿vale?! Para todos es odioso mirar como arruinas los buenos ambientes con tu expresión de "me siento incómodo". ¿No puedes ser más divertido? ¡Hacer algo nuevo!
Me disculpé muchas veces con él y traté de presionarme pero mi ansiedad me detuvo varias veces y sentí que no estaba siendo yo mismo. Discutimos en un viaje escolar de primavera y bueno...
Maté a un perro y odié el color verde porque era su favorito.
—Owen, tu personalidad es muy complicada. —Tain irrumpió mis pensamientos golpeándome con la bolsa de pan dulce en mi cabeza.
Procedió a sentarse frente a mí, agachando su cuerpo debajo del comedor para subir mi pierna sobre la suya y evitar que me presionara.
—¿Por qué no quisiste que te cargara Sanft hace unos momentos? Él quería traerte hasta acá. Se siente culpable. —Preguntó irritada, dejando la bolsa de pan en el centro.
Le pasé su té verde de igual manera.
—Me da miedo su sonrisa. Aún no me acostumbro. —Tuve escalofríos.
—A Kurt le da miedo tu cara pero aún así aceptó cuidarte y me recibe con una sonrisa y palabras temblorosas porque también le hice un favor —habló los puntos que iban contra mí, echando su lacio cabello negro hacía un costado—. ¿Por qué no eres como él?
—Me es imposible ser así de enano. —Me encogí de hombros, riendo.
En realidad no tenía ningún problema con su estatura pero burlarme de él en ese aspecto me causaba diversión. Pero estoy seguro de que sí mis burlas fueran dañinas y él me pidiera que parara me sería incapaz volver a tocar el tema.
Tampoco es bueno abusar de la mantis religiosa, Owen.
—Me encontré a tu ex de 5 meses esta mañana. Nuestras facultades tuvieron un trabajo. —Cambió de conversación.
—¿Mirt? Pero ni siquiera me quería pues es arromántico —negó con la cabeza—. Ah, ¿Alice? La sigo aún en sus redes y solo se puso más linda.
Mis relaciones eran cortas así que comenzaba a olvidarme de ellas y más en mis estudios.
—Y aún así te cortó como hierba —se carcajeó, provocando un suspiro de mi parte—. Hablamos un poco porque me reconoce como tu mejor amiga e inevitablemente sacamos el tema sobre ti.
—¿Hablas de mí con otras personas y tienes el descaro de decírmelo? Ni respondas, ya que sé que es un sí. —Nos sonreímos ambos con ironía.
—El caso es que por fin sé porque terminó contigo y mintió sobre que odiaba tu cabello.
Alice terminó conmigo porque "odiaba mi cabello". Puso excusas ridículas sobre que lucía seco, me hacía ver feo, y que lo detestaba. Al igual que Caíle le había dicho a Kurt que terminó con él por su estatura o el ex de Tain la terminó por sus ojos rasgados.
Todas esas cosas significaban algo pero quería seguir pensando que ella odiaba mi cabello y era nuestra razón para terminar, así que callé a Tain para no escuchar la verdadera razón.
—Oh, vamos. Esto te podría ayudar a ver tus puntos malos en una relación...
—Ella no quería decírmelos de frente por algo y decidió mentir de esa forma —le di una gran mordida al pan relleno de chocolate, observando los árboles al otro lado del cristal—. ¿Y sabes? Le creeré porque me gusta escuchar lo que me conviene.
Odiaba que las personas me mintieran, pero cuando mentían para hacerme sentir mejor con respecto a mi personalidad no les exigía la verdad. Era un mal hábito que no solo yo tenía.
—Aún no me quiere decir a mí porque se puso racista pero estoy segura de que era algo peor. —Masculló Tain referente a su ex—, pero olvidemos eso. ¿Qué ha pasado con el millonario Cyre? Últimamente huele bien. Se ha estado bañando.
—No te burles de nuestro amigo —la vi seriamente, conteniendo las risas—. De verdad está oliendo bien.
Ella se inclinó para sacar unas cosas de su mochila y corregir unos carteles a la vista de todos los universitarios en el comedor, pero poco lo importaba eso. Ella diría que era una buena oportunidad para que vieran su outfit.
Yo opté por continuar con el trabajo de mi exposición en la computadora. Ambos trabajábamos a toda hora en el comedor y no en la biblioteca a diferencia de alguien normal, pues yo amaba comprar cosas allí y ella solo encontraba su té antioxidante en esa área del campus.
—Oye, Owen —habló bajo sin apartar la vista de sus plumas de color neón—. Sabes, últimamente me siento feliz. Conocí a una chica con la que quiero intentar algo; es parte de mi grupo. Me siento bien con ella y sin ella, pero me atrae de una forma diferente a los demás. No es lo que yo consideraría amistad.
Tain, clara como el agua sí de amor se trataba.
—¿Te parece que el amor es sentirte tranquilo en todo momento? Ni siquiera la extraño, aunque sí pienso mucho en ella y en algunos momentos digo "ojalá estuviera cerca", pero a diferencia de mi ex no siento que el mundo se me viene encima sino la veo todo el tiempo. —Parecía charlar consigo misma pero hizo una pausa para buscar mi voz.
Era emocionante sentir que el mundo se te venía encima por el amor, pero ese sentimiento constante creaba inseguridades y un temor irracional a esa relación.
—¿Yo qué podría saber más que tú? —Aparté la vista de mi pantalla—. No estoy seguro de que sea un sentimiento romántico, podría ser de otro tipo. Por ejemplo... Yo me siento tranquilo con Kurt, y podría decirte que incluso emocionado, pero también me siento bien sin él. Es solo una amistad como cualquier otra.
El silencio se alargó en la mesa y ella encogió aún más sus ojos.
—¿Por qué de repente mencionas a Kurt? —Preguntó amenazante.
Ese silencio era un devorador de pensamientos coherentes así que solo comencé a hablar.
—Bueno, podría ser contigo. A veces te extraño y cuando te veo te quiero cortar la cabeza, pero estoy bien contigo y sin ti ya que me tranquilizas. Eres una buena amiga. Igual Cyre aunque apeste a veces. —Expliqué serenamente.
—Ajá, ¿pero por qué de repente mencionas a Kurt si no te caía muy bien? —Su confusión comenzó a abrumarme—. ¿Lo tenías en mente incluso trabajando? Ja, cosita.
—¿Y cuál es el problema? —Traté de excusarme con sentido común—. Por Dios, Tain. No comiences a armar conspiraciones locas ni empieces con tus romances de dramas coreanos.
—Nadie habló de ro... —La interrumpí.
—Es normal que me caiga bien Kurt, ¿vale? Es tierno, una buena persona. Cuida de los animales más que de sí mismo, eso es difícil de encontrar pues la mayoría mataría incluso a una cucaracha cuando él la devuelve a un monte. Me trata bien, es medio tonto pero eso solo lo hace más gracioso. Sus chistes son mejores que los míos y es grandioso escuchando aunque tiende a quedarse dormido si hablamos muy tarde. ¡Incluso ve películas de Disney conmigo! ¿Quién hace eso? Ni siquiera tú. —No podía parar aunque ella me hizo señas de que ya me callara—. ¿Y sabes qué? Te podría hacer una lista de las palabras que no puede pronunciar y aún así lo intenta de la forma más linda que podrías escuchar.
—Owen...
—¿Y otra cosa? Es demasiado sexy cuando se enoja.
—Owen, espera un minuto.
—Y aunque luce como un desastre en realidad es alguien muy independiente con un gran futuro por delante. Ahora sí, ¿qué quieres, china insistente con cara de chango? —Mi modo irritable comenzaba a mostrarse en sobremanera con apodos racistas que yo odiaba pero no podía evitar decírselos con enojo.
—Te gusta Kurt, ¿no es así, piojoso con cabello largo? —Preguntó, dejando caer el té verde de sus manos.
—Como no tienes una puta idea.
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Salvaje Mei actualiza en la noche del jueves. No pregunten porqué pues ni yo lo sé, HAHA.
¡Tengan una grandiosa semana! Mientras tanto Owen acaba de aceptar sinceramente que Kurt ya lo tiene loquito.
Por otro lado Kurt lidia con sus animales y no tiene ni idea de lo que causa en los demás. Otra cosa que me encanta es la relación de Tain y Owen. Se ofenden pero se preocupan constantemente con el otro, sin olvidar sus típicas conversaciones como en el primer capítulo.
~MMIvens.
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