Detrás de la puerta un océano latía suspendido ante mis ojos. Una pared azul de agua transparente me invitaba a atravesarla. 

Metí las manos, después la cabeza y una corriente ilógica me hizo caer, pero hacia arriba.

Salí despedido del mar y acabé flotando en un cielo de verano. 

La espesa bruma arrastraba voces de ballenas lejanas.

Un banco de peces pluma pasó volando por el aire, el reflejo del sol brillaba en sus plateadas escamas. Alguien me llevaba de la mano. Su tacto estaba hecho de espuma y su mirada de profundo abismo me bebió de un sorbo.

https://youtu.be/JR7rYbP5W-g