Par de mentirosos
Baekhyun jamás se había considerado único, nunca creyó tener algún talento especial o ser capaz de desarrollar una habilidad, en su mundo, era un chico normal que trataba de salir adelante con su madre, se preocupaba por conseguir un trabajo al graduarse, vivir bien y solo pensar por sí mismo. En sus pensamientos no había lugar para que eso cambiara, no se veía más allá de una oficina o un departamento, es más, ni siquiera se veía con una pareja a futuro.
Sus responsabilidades en el mundo humano eran sencillas, ser un buen estudiante, pasar sus materias y visitar a su madre algunas veces a la semana, hacer amigos si podía o no, tener para pagar el alquiler de su departamento o comida en la despensa. Es extraño cómo todo eso puede cambiar de la noche a la mañana, un día era un universitario normal y al otro, el rey y heredero de una corona con un destino fantástico, que además, no estaba solo, tenía un compañero, otro chico normal que parecía desconocer su destino justo como Baekhyun lo hacía hasta antes de embarcarse en está aventura.
A lo largo de su corta vida había conocido a muchas personas, tenido algunos amigos y pasado por algunas relaciones, pero nunca nada fue especial, claro, existía esa pasión del momento y la chispa que se da cuando conoces a quien crees que es el indicado o la indicada, solo que al final se dio cuenta que las cosas no eran así, terminaba o lo dejaban, algo pasajero. Tampoco es que fuera egoísta o algo parecido, no, tal vez no era la persona más romántica del mundo, pero cuando quería a alguien lo hacía en serio, daba todo de sí mismo y le demostraba a la persona que era importante, solo que, ¿Cada cuanto te topabas con la persona correcta? De niño creyó en cuentos, príncipes y dragones, pero al llegar a la vida adulta comprendió que no era así, se volvió alguien escéptico y perdió la fé, ¿Quién diría que una persona completamente diferente a él vendría a cambiar su perspectiva?.
No fue nada fácil o creíble el entender que su destino era otro, que debía entrar a un libro para cambiar literalmente la historia, que en verdad había tenido un padre o que era un rey, fue raro y absurdo imaginarse portando una corona o llevando el mando de toda una nación, obviamente, si apenas estaba digiriendo la noticia de ser un gobernante con poderes, no iba a lograr comprender que estaba unido a alguien cuando siempre se encargó de hacer las cosas por su cuenta. Cuando conoció a Chanyeol creyó que sería una carga, que en vez de ser pareja como se daba a entender, iban a resultar ser enemigos, que todo iba a terminar en desastre y al final tendría que cargar con un peso muerto sobre sus hombros, grande fue la sorpresa que se llevó al ver que había más complicidad entre ambos de lo que llegó a imaginar.
Fue por esa increíble conexión que decidió esperar un tiempo antes de en verdad aceptar que era amor, puede que por dentro lo supiera, pero no estaba listo para decirlo en voz alta, no quería dejarse engañar por esos recuerdos del pasado de una vida juntos, no caería en la trampa de ilusionarse una vez más, pero, al final y contra todo pronóstico, terminó pronunciando esas dos palabras sin dudarlo, sintiéndolo en verdad.
El chico se había ganado su corazón y su alma, era mucho más de lo que pudo desear alguna vez, el príncipe de cuento que lo rescataba de los dragones, su luz al final del camino, el hombro sobre el cual llorar, los brazos en los cuales refugiarse, un hogar seguro de todo lo malo, y era bueno, pero también muy malo. Baekhyun no estaba acostumbrado a sentir esa pesadez en el pecho, escuchar sus latidos en sus oídos o tener miles de pensamientos sobre una sola persona, podría haberlo dejado pasar y acostumbrarse, engañarse diciendo que era el comienzo de una relación normal, claro, podría haberlo dejado pasar si estuvieran en su mundo, si fueran los simples universitarios que solían ser, pasar sus días como una pareja normal del montón, era una desgracia que no lo fueran, porque sus nervios no se debían al verlo caminar a su lado, no, se debían al constante miedo que tenía de perderlo en una batalla inminente, sus latidos no se aceleraban porque tomara su mano, al contrario, se aceleraban con cada práctica en el patio del castillo y lo veía caer herido, sus ansias de verlo no eran porque se hubieran distanciado para ir a una clase, claro que no, eran porque las manos le picaban por ver que siguiera con vida, por ver la vida en sus ojos y poder besarlo una última vez, su miedo más grande era despertar y encontrarse solo, como si todo hubiera sido un sueño o una pesadilla.
Él sabía que se habían prometido ser honestos, que tenían un juramento matrimonial que cumplir, estaba conciente que era un promesa que se hicieron en ambos mundos y en ambas vidas, y quería cumplirla, en verdad quería hacerlo, contarle todos sus miedos e inseguridades a Chanyeol, hablar sobre sus destinos y vidas fuera del mundo fantástico, pero no podía, y tal vez por eso hacía lo que hacía.
Encerró todos sus secretos en una caja de pandora, la selló y solo él tenía la llave, era el único capaz de abrirla para atormentarse con lo que guardaba en ella, porque, si pensó que su sufrimiento había terminado cuando adquirió sus verdaderos poderes, se equivocó, eso solo fue una antesala para la verdadera pesadilla. En su tiempo enfermo había tenido visiones como antes de venir a este mundo, veía fragmentos del pasado que lo volvían loco, episodios que lo hacían preguntarse, ¿En verdad eran cosas del pasado o visiones del futuro?.
Las pesadillas se habían hecho constantes sin importar si estaba dormido o despierto, podía estar en medio del pasillo y de repente ver sangre manchar las paredes, cuerpos apilados al final del camino, casi podía percibir el olor a muerte, y otra veces, su habitación se convertía en el escenario principal, mostrándole a Chanyeol tendido en la cama sin vida, herido, desfigurado.
Algunas veces eran sus hermanos, Jongin con una daga clavada, Suho con los ojos cerrados, Luhan y Tao escupiendo sangre, Sehun y Lay cubiertos de tierra, Kyungsoo en medio del agua, jamás veía a Jongdae, ¿Sería eso una muestra de cómo morirían?.
Y se sentía impotente por no poder hablar con nadie, frustrado sin encontrar una salida o un escape, porque entonces, ¿De qué servía que fuera el heredero de Apolo? ¿Para qué le servían esos poderes? ¿Todas sus otras vidas fueron iguales? ¿Estaba destinado a estar solo por siempre?. No quería perder a nadie, no quería que en un abrir y cerrar de ojos todos los que amo estuvieran muertos.
Pero Baekhyun no era el único ahogándose en una vaso de agua, no, Chanyeol también libraba su propia batalla contra un destino que sabía no podía evitar, no importa cuánto se escondiera o cuantas vueltas le diera al asunto, las cosas eran así.
A contrario de Baekhyun, Chanyeol toda su vida había sido un soñador, jamás perdió esa ilusión de que su vida iba más allá que sostener una cámara, hacer exámenes en la universidad y vivir una vida común, él creía que estaba hecho para mucho más, lo sentía en el pecho. Y pasó, pero nunca creyó que su cambio de vida vendría en forma de otro chico como él, uno maravilloso y hermoso, porque conocer a Byun Baekhyun, fue lo mejor que le pudo haber pasado en su vida.
Estando a su lado se sentía completo, aún sin estar consciente de poseer poderes, Chanyeol se sentía poderoso, como un superhéroe capaz de hacer lo que fuera para protegerlo, porque él lo sintió en su pecho desde el primer contacto, supo que era amor con la primera mirada honesta y lo confirmo con el primer beso que se dieron. Para él no hacía falta tener vidas pasadas para darse cuenta que eran el uno para el otro, claro, fue un gran plus el saber que pasara lo que pasara se iban a encontrar, pero Chanyeol no lo entendía de esa forma, no lo tomo como Baekhyun en un principio, creyendo que debían estar juntos por una clase de profecía, no, él se enamoro del chico universitario antes de saber que era rey, antes de saber que en otro mundo eran un matrimonio, él lo amaba por el mero hecho de existir.
Estar viviendo en este momento esa vida era como un sueño, la típica ilusión de un niño por ser rey y portar una corona, tener poderes y vivir en un castillo, pensó que sería de ese modo, que sólo debían resolver unos cuantos problemas y las cosas se solucionarían, que volverían a la universidad en su mundo para poder pasearse tomados de las manos, fue una gran mierda el darse cuenta que las cosas no eran así. Tuvo que abrir los ojos como en una pesadilla y darse cuenta de muchas cosas, entender que corrían peligro y podrían morir, que esto era mucho más grande que solo llevar una espada, que cargaban sobre sus hombros toda una historia de reyes con rencores, reinas de hielo, amores frustrados y muerte.
Fue como ser un bebé que da sus primeros pasos, adaptarse a una vida que no era suya pero al mismo tiempo si lo era, entender y darle forma a recuerdos borrosos de un pasado que les afectaba en el presente, madurar, comportarse como un verdadero adulto, o en este caso, ser un rey digno para proteger a todo un pueblo. Chanyeol sabía que esa carga iba sobre ambos, pero si lo ponía en una balanza, Baekhyun llevaba todas las de perder, él era el elegido, la cabeza de toda esta historia, fue por eso que creyó que él solo era un papel secundario, que solo estaba ahí para ser su soporte y ya, sin embargo, cuando se tomó el tiempo de leer bien el libro, comprendió que no era así, que sus vidas pendían de un hilo, y alguien, debía sacrificarse.
No hizo falta conocer la historia completa para saber cuál sería el final, solo fue una hoja, una maldita hoja, la cual arrancó y guardo prohibiendole a todos hablar sobre lo que en ella decía, sobre todo a BonSong, porque sabía que si el consejero abría la boca, todo el plan que había creado para proteger a Baekhyun se iría a la basura. Y sabía que estaba siendo egoísta, que estaba tomando una decisión por sí mismo ignorando la opinión de Baekhyun o el darle la posibilidad de elegir, pero no le importaba.
Eso era algo en lo que había estado a favor de Xiumin, porque el portador del hielo tenía razón, lo entendía, al final lo había hecho. Él mantendría a Baekhyun con vida, le costará lo que le costará.
Chanyeol se sacrificaría por ambos, no porque Baekhyun fuera el rey, el hijo de Apolo o lo que fuera, no, lo salvaría porque era Byun Baekhyun, un chico al que le gustaba perderse en libros y le fascinaba la escritura, un joven alegre con sonrisa cuadrada que le había robado el corazón, un alma pura, la mejor persona que había conocido en su vida, alguien que sacrificaba demasiado pero que nadie lo hacía por él. BonSong le había dicho una vez que estaba bien ser egoísta, y Chanyeol lo sería, pero no para su beneficio, si no para el de Baekhyun, una luz que había sido creada para brillar, no para apagarse.
¿Qué cosas hace uno por amor? ¿Cómo le demuestras a alguien que lo amas? Tal vez nada de lo que estaban haciendo era correcto, guardar secretos nunca es bueno, pero, dime una cosa, si un secreto protege a alguien...¿Le dirías la verdad? ¿Lastimarias aún más su corazón?. Hay mentiras inocentes, piadosas y que no duelen, Baekhyun no le rompería el corazón a Chanyeol, no lo vería derramar lágrimas de culpa o remordimiento, y, Chanyeol, jamás le diría la verdad a Baekhyun, no se atrevería a lastimarlo o hacerle creer que esto era su culpa.
Creían que eran listos, pero, dos pueden jugar este juego...al final, ambos eran un par de mentirosos.
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