Más poderoso que los dioses
A lo largo de los años la historia nos ha dejado ver que los dioses son egoístas y que hacen las cosas a su beneficio y conveniencia, es por eso, que cuando crearon la Tierra, se aseguraron de hacer a todos iguales, con una mínima diferencia de que solo unos pocos serían los elegidos para llevar sus poderes.
Aquellos elegidos fueron creados por los mismos dioses convirtiéndolos en semidioses privilegiados por encima de sus otras creaciones. Su intención era crear líderes capaces de dirigir a todo un pueblo, pero sin ser superiores a ellos, después de todo, los mismos elegidos debían rendirles tributo a los dioses.
Contrario a todas las cosas, los dioses no siguieron jerarquías, sino que, se basaron en el origen de la vida y la creación del universo para moldear a sus elegidos.
La vida no existiría sin la luz, y debido a ello, Apolo fue el primero en mandar a su elegido a la Tierra, una persona que fuera capaz de crear luz para mantener el balance con los demás elementos y poderes, la cuna de la vida. Hefesto fue el segundo, mandando a quien sería el encargado de controlar las llamas y, quien sería, el complemento de la luz.
Poseidón y Aeolus concordaron que el mar no podría ir en ninguna dirección sin el apoyo del viento, que las olas no podrían guiar a los barcos si no había un viento que les dijera hacía donde ir, o que las aguas no llegarían a su destino sin el movimiento de las nubes.
Se le atribuía el nacimiento de nuevas especies en la Tierra a Gea, pero en realidad era Chronos el encargado de decidir sobre quién pasaba el tiempo o cuánto duraba una estación, ellos fueron los siguientes en mandar a sus hijos al mundo. Pero el mundo no podía existir sin algo fantástico que le diera misterio a la existencia de los humanos, por eso, Hécate y Tritón decidieron enviar a sus hijos para hacer ese trabajo, pues sus elegidos serían los más difíciles de encontrar sobre la Tierra.
Bóreas y Zeus se unieron en un pacto secreto, donde acordaron hacer su trabajo en las sombras y penumbras, con la intención, de siempre tratar de obtener el poder a base de engaños, y por eso sus hijos tenían una conexión oculta que solo era entendida por sus padres, algo, que siempre les afectaría a las futuras generaciones.
Peón, quien era el más honrado de todos y bondadoso, fue el último en mandar a su elegido, pues él no quería que su poder fuera sobreexplotado, pues más bien su poder era un don, el don de la curación.
Cada hijo enviado por los dioses dio origen a su propio linaje, y por lo tanto, a una división de reinos, en donde no solo se veneraba a su rey, también se le rendía tributo y ofrenda al Dios protector de ese pueblo.
Pero como siempre se ha visto, hubo un linaje que no siguió las órdenes de los dioses al pie de la letra, los Flightire, pues los hijos de Apolo y Hefesto demostraron tener consideración con los humanos y sus súbditos dejando de verlos como simples sirvientes o esclavos, los trataban como sus iguales. El reino que gobernaban los Flightire se regía por valores y no solo obligaciones, la libertad de sus ciudadanos impactando incluso a los demás reinos, generando, que sus hermanos después de un tiempo terminarán imitandolos, cosa que provocó el disgusto de los dioses, pues se habían olvidado de ellos, además, notaron que los enviados de la luz y el fuego eran especialmente poderosos, pues, sus habilidades iban más allá de sus propios poderes.
Los creadores de todo entonces planearon una forma de poder mantenerlos bajo control o deshacerse de ellos, fue así, que en los cielos se convocó a los dioses para debatir sobre el futuro de los humanos, pero en especial el de los hijos de Apolo y Hefesto. Tales dioses prediciendo el destino de sus hijos generaron un plan, pues ellos sabían que los celos a sus creaciones provenían de sus hermanos Zeus y Bóreas, quienes siempre habían querido el control del cielo así como de los humanos para ser los únicos venerados, dejando a sus hermanos en el olvido.
Gea y su consejo eran quienes fungian como la voz principal, fue así, que en medio de la reunión Apolo fue el primero en hablar diciendo que al ser sus hijos, entonces él los castigaría, al igual que Hefesto y, a pesar de que el dios del trueno y el de los vientos helados se opusieron, Gea les concedió a la luz y el fuego ser ellos quienes les impusieran el castigo a sus elegidos, de esa manera, ninguno de los otros dioses podría intervenir u opinar sobre el castigo que los padres impusieran.
El castigo era sencillo y a oídos de los demás sonaba justo y competente, Apolo castigaría a su hijo dándole más poder del que podría manejar, argumentando, que acabaría por volverse loco y amargado castigando al pueblo por su desgracia, Hefesto, haría a su elegido dependiente del hijo de Apolo, por lo que él también sufriría la condena que se le impusiera a su complemento, así, el pueblo recordaría que hay seres más poderosos a quienes pedirles y con eso su fé volvería a ser depositada sobre los cielos. El consejo aceptó su propuesta, pero, no contaban que su plan no solo había sido creado por ellos, no, sus otros hermanos se aliaron para apoyarlos, pues estaban conscientes que no solo la vida de los elegidos de la luz y el fuego corrían peligro, también lo hacían ellos, porque si dejaban que Zeus tomara el poder, todos estarían acabados y por debajo de sus pies.
Tritón fue el encargado de enviar a sus mensajeros con los reyes, entregándoles una carta de advertencia enviada por sus padres, con eso, les dieron tiempo de planear una estrategia en la que se vio involucrada toda su nación, incluyendo a sus otros hermanos, quienes recibieron una carta igual de la mano de sus creadores. Prometieron guardar el secreto del pacto arriesgándose a morir si algún secuaz de los dioses los raptaba y trataba de sacarles información. Fue así como Apolo y Hefesto cumplieron su promesa al consejo de castigar a sus hijos y a todo su pueblo.
Durante un tiempo las cosas permanecieron en calma, pues las ofrendas y oraciones parecían tener contentos al consejo, mientras Zeus se retorcía, porque el dios del trueno no era tanto, él se había dado cuenta que algo andaba mal desde que su propio hijo, así como el de Bóreas, se negaba a mirarlo a la cara. Pero sus sospechas no tuvieron fundamento hasta que mandando un espía al palacio real, fue que se enteró de los verdaderos planes de los reyes del fuego y la luz.
Los reyes habían estado entrenando en secreto, pero no solo con su poder, no, ahora ambos reyes manejaban todos los elementos y poderes, igualando quizás a los mismos dioses. Quien dirigía los entrenamientos y prácticas era el hijo de Apolo, un muchacho que a simple vista podría parecer delicado, pero, que tenía más fuerza de voluntad y poder del que el mismo Zeus podía imaginar, porque tal parecía, que se estaban preparando para una guerra, aunque el misterio era contra quien.
Zeus no tardó en informar al consejo de su descubrimiento, esperando que Apolo y Hefesto fueran castigados al igual que sus hijos, en especial, el joven portador de la luz, pues comprendía que era una amenaza. Sin embargo, el consejo no atendió a sus quejas, pues Gea, quien tenía su propia carta en la baraja, convenció al consejo de que el verdadero enemigo era Zeus, dando como prueba una confesión de un sirviente que afirmaba haber escuchado al gran Dios complotar en contra de sus hermanos, atentando con la estabilidad de los cielos, y ante eso, el consejo sí que tomó medidas, pues desterraron temporalmente al Dios del trueno al mundo de los humanos, donde su castigo sería vivir como ellos una temporada.
Pero estaba claro que el poderoso dios no estaba dispuesto a aceptar su castigo porque jamás se rebajaría a vivir como los humanos, privado de los lujos, de comodidades. Fue por eso que decidió llevar a cabo su propio plan, optando por atacar al hijo de Apolo.
Zeus preparó un ejército con el cual atacó el castillo del rey, pero se llevó una gran sorpresa, cuando este ya lo esperaba preparado con tropas que sobrepasaban las suyas, y fue así, como el Dios del trueno se enfrentó en una pelea cuerpo a cuerpo, poder a poder, con el hijo de Apolo.
El enfrentamiento estuvo reñido, pues aquel joven muchacho era realmente más fuerte de lo que pensó, y eso sin la ayuda del hijo de Hefesto, quien libraba su propia batalla con los aliados del Dios, pero aún así, parecía que su fuerza acompañaba a la luz, uniendo el fuego con la vida, la poderosa ave fénix protegiendolos. El resto de los dioses que observaban la trifulca desde el cielo, estaban asombrados por el poder y la presencia que imponía el hijo del Dios de la luz, porque jamás pensaron que una creación como aquella de carne y hueso pudiera sobrepasar sus límites, pero ellos, a diferencia de Zeus, no lo vieron como algo malo, pues lo vieron como un iluminado de lo que los mismo dioses querían ser, valientes, poderosos, invencibles y admirados por todos, sin acciones egoístas, sin crueldad o maldad, la clase de humano que emanaba perfección para una sociedad estable, el pilar de un mundo mejor.
Indudablemente aquel que se decía invencible tenía las de perder, pues el hijo de Apolo demostró ser no solo un rival, sino su peor pesadilla y miedo hecho realidad, pues terminó venciendo a Zeus al usar uno de sus rayos como daga, la cual, fue directo al corazón del Dios, dejándolo fuera de combate y teniendo que arrastrarse hasta el cielo donde intentó pedir clemencia, pero Gea fue contundente al negarle el perdón, condenando su eterna vida a ser sirviente de Apolo y Hefesto, dejando así al gran Dios arruinado y arrepentido de sus acciones.
Pero a pesar de que el resto de los dioses no veían como una amenaza al joven rey, tuvieron que tomar precauciones para que nunca, en la historia de la humanidad, se volviera a repetir otro enfrentamiento, en donde varios mortales habían sido puestos en peligro, fue así, que decidieron que sólo uno de cada tres generaciones del linaje Flightire fueran portadores de esta extraña cualidad, la cual era poder controlar todos y cada uno de los poderes, también, se encargaron de crear reliquias para cada rey, las cuales serían la fuente de su poder evitando que fueran ellos mismo un arma.
Las generaciones pasaron y ningún príncipe o rey había presentado la habilidad, hasta que, al nacer el hijo del rey ByunSuk, su consejero BonSong lo supo de inmediato, aquel niño llevaba la marca del fénix sobre su pecho y no en la muñeca como solían nacer los bebés reales, pero, a pesar de haberlo sabido de inmediato, el consejero real no comento nada al respecto y prefirió callar hasta poder comprobar que el heredero de la corona, podría ser el nuevo elegido por Apolo. Y lo comprobó al observarlo ser mejor que sus hermanos en las competencias, cuando su fuerza era igual a la de los guerreros, por su forma de complementarse con el hijo de Hefesto, y sobre todo, por lo poderoso que fue el halo de luz que emano de su cuerpo el presentar los primeros síntomas de su poder original, estaba claro, ese príncipe de cabellos blancos, era no solo el heredero de la corona, también lo era de los cielos, la reencarnación de aquel héroe mitológico.
Nota: Tuve que usar a otros dioses o semidioses para que se adaptarán a las descripciones como en los casos de Jongin y Luhan, ya que sus poderes no tienen a un Dios en particular use los que más se podrían adaptar. Como Hécate de quien se supone desciende Luhan, a quien se le atribuye el control de la magia así como la mistioquinesis (control sobre la niebla).
Jongin desciende de Tritón que se le considera el mensajero de los mares, creí que sería bueno al adaptarse a la teletransportación porque no encontré ninguno que se le acercará.
En el caso de Xiumin, Bóreas es el Dios de los vientos helados, lo cual lo acerca más al hielo.
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