Fragmento de vida
El príncipe caminaba por los pasillos del palacio saludando con una reverencia a todo sus sirvientes, había amanecido de buen humor pero estaba buscando a su prometido quien se suponía debía estar en la cama contraría a la suya en el dormitorio en la mañana pero en su lugar había un pétalo de rosa, un detalle que había estado recibiendo las últimas semanas por parte de este, no podía negar que le encantaba pero era molesto no verlo a su lado al menos hasta la hora de la comida pues sus distintas actividades los mantenían separados todo el día, sus deberes eran muy distintos a los de su prometido pues él como heredero al trono tenía que tomar clases de filosofía y política cuando que su pareja debía estar en sus clases de gramática o copiando las viejas poesías a nuevos pergaminos, la hora de la comida era de los pocos momentos que podían compartir pues él debía asistir después de esto a visitar a sus hermanos a los reinos cercanos mientras su pareja se encargaba de visitar al pueblo y ver cuáles eran las necesidades de los habitantes, ambos tenían que ver por el bienestar de su pueblo si querían ser buenos gobernantes en un futuro pues si bien aún la mayor parte de las responsabilidades todavía estaban en manos del rey ellos como príncipes tenían que obedecer y seguir al pie de la letra las indicaciones que los harían gobernantes impecables y de buenos ojos ante sus súbditos.
Paseaba cerca de los jardines cuando fue arrastrado por alguien del brazo y de inmediato sintió como su cuerpo fue lanzado contra una pared y su boca era tapada, de la impresión había cerrado sus ojos pero cuando sintió la mano los abrió encontrándose con los ojos de su prometido que le lanzaban una mirada divertida y le decían un no vayas a gritar, cuando se aseguró de que no corrían peligro quito la mano de su boca
-¿Se puede saber qué te pasa?-interrogó el príncipe a su contrario quien se aseguraba de que no los hubiera visto nadie, se habían metido en un espacio de la pared
-Quería darte una sorpresa ¿Acaso no te sorprendí?-
-Casi haces que me un infarto del susto, pensé por un momento que era un enemigo-
-¿Qué enemigo entraría al palacio? Tu padre cuida este lugar como una fortaleza, dudo mucho que algún extraño se atreva a entrar mientras el rey está vivo-
-¿Insinúas que cuando nosotros gobernemos puede entrar alguien? ¿No confías en mis capacidades?-su prometido frunció las cejas y sacudió sus manos para restarle importancia el tema
-¿Cuando hablamos de eso? Jamás dije nada respecto a eso su majestad, creo que te desviaste del punto-
-No me llames majestad, te conozco desde que usas pañales y te chupabas el dedo, deja las formalidades de lado-el príncipe rodó los ojos y formó una mueca con su boca
-Mi madre me educó para respetar a los demás, sobre todo a mis mayores-
-¿A tus mayores? No soy mayor que tú más que por un año-
-Pero eres mayor ese es el punto-
-El punto es que me estás retrasando para mis clases, además ¿No deberías estar tú también en clase?-el otro soltó una risa en voz baja
-No vamos a ir a clase el día de hoy-el príncipe abrió muchos sus ojos y se señaló con una mano
-¿Con qué vamos te refieres a los dos?-como respuesta recibió un asentimiento de cabeza-estás loco, no voy a faltar a mis clases, de hecho no deberíamos hacerlo-
-Vamos no seas aburrido, es solo por hoy además ya sabes lo que dijo una vez el rey, debemos reforzar nuestro lazo matrimonial-
-No tenemos que reforzar nuestro lazo matrimonial, no por el momento-
-Lo que sea, te hace falta ser más espontáneo y libre al menos por una vez, tienes que aprovechar que aún eres príncipe porque una vez que seas rey eso lujos se van a terminar, no solo para ti sino también para mí, seamos jóvenes ahora, porque ni pienses que cuando tenga ochenta me voy a parar de mi silla solo porque tú quieres hacer algo que no hiciste en tu juventud-su voz de oía impaciente además de que lo miraba con ojos de reproche, pero se tomó un momento para pensarlo un poco, puede que su prometido tuviera razón después de todo apenas tenían dieciocho y debían compartir momentos juntos más de los que ya habían vivido si se suponía que se iban a casar, aparte necesitaba un respiro de sus clases y tantos libros solo por un momento, era de mañana por lo tanto si se iban a algún lado en ese momento nadie los notara luego podría pedirle disculpas a su padre por evadir sus tareas, así que asintió derrotado
-Está bien, pero no vayamos muy lejos que si mi padre nos atrapa el que va a sufrir más seré yo y todo por tu culpa-
-No le pasara nada su majestad-hizo una reverencia que hizo al príncipe torcer la boca mientras él soltaba una carcajada-tú solo debes seguirme, no iremos muy lejos, solo al otro lado del castillo cerca de la capilla donde hay un jardín hermoso que sin duda será el lugar favorito de su majestad-sin decir nada su prometido tomo su mano y salieron de su escondite, no sin antes verificar que nadie los estuviera viendo fue así como corrieron entre risas y manos unidas por el palacio esquivando sirvientes y escondiéndose cada que veían a algún guardia.
Con la respiración acelerada fue como salieron de los pasillos principales del palacio y llegaron a otros pasillos más alejados donde no pasaban ni los sirvientes o los consejeros de su padre, pues en esas habitaciones no había mucho de interés más que libros viejos o mobiliario que ya no usaban, también eran las entradas a las torres y por eso no había nadie pues como estaba cerca la capilla se debía guardar silencio pero en cambio ellos iban felices tomados de la mano y riendo sobre chistes tontos que se decían entre sí, sin duda irradiaban felicidad pura e inocente, la viva imagen de la juventud, en sus rostros llenos de energía y toda una vida por delante.
Se conocían de toda la vida pues habían crecido juntos en el mismo palacio y su matrimonio estaba arreglado desde épocas y años antes de que alguno de los dos tuviera memoria de ello, sin duda ambos se necesitaban, era algo que habían aprendido con el paso del tiempo, eran grandes confidentes y amigos que se complementaban, símbolos de vida que debían estar juntos.
El muchacho más joven descendencia del fuego, por sus venas corría el fuego y sus derivados, las llamas eran su fuente de vida así como la luz que lo mantenía controlado, de estatura alta y a pesar de ser joven poseía un cuerpo firme y fuerte, de cabello rojo brillante y porte real acompañado por unas facciones duras pero que no eran más que apariencia pues el prometido del futuro rey era una persona noble y en extremo bondadosa que velaba por el bienestar de los que más amaba, era simpático y divertido, siempre tenía una sonrisa para ofrecer y brindaba su ayuda a quien la necesitara, un muchacho culto y amoroso que sin duda se ganaba el corazón de quien tenía la fortuna de tratarlo, un amigo leal que estaba dispuesto a dar la vida por sus amigos, alguien que jamás delataría a una persona ni diría sus mayores secretos, sin duda alguien lleno de cualidades buenas por donde sea que se le mirara.
Y por otro lado, el príncipe y futuro heredero al trono de luz era un ser precioso ,no solo físicamente, también lo era por su manera de ser, una persona noble y gentil aunque tenía un carácter firme y un poco caprichoso a veces pero era un ser bueno que siempre daba la cara por los demás sin importarle ser castigado ,pues asumió la culpa de sus actos, afrontando las consecuencias, tenía una relación de plena confianza con sus hermanos a pesar de vivir en reinos distintos, era un poco reservado y tímido en ocasiones pero una vez que entraba en confianza podías encontrar en él una persona de entera confianza, era esa persona a que le podías poner tu vida en sus manos y nunca te fallaría.
La vida en el palacio podía ser aburrida pero ellos siempre encontraban la manera de divertirse y escapar más de un vez de los regaños del rey y la supervisión de los guardias para vagar por ahí o incluso ir a los bosques donde todos los hermanos se reunían y organizaban juegos junto a días de campo, sin duda sabían cómo sacarle provecho a la situación de pertenecer a la familia real.
No pasó mucho tiempo cuando llegaron al jardín que estaba rodeado por arcos de medio punto que formaban las ventanas y las entradas, el aroma a flores era muy fuerte pues en plena primavera las flores estaban en su pleno apogeo, había varias mariposas volando entre las flores y los rayos del sol entraban iluminando todo, los árboles tenían algunas manzanas y los arbustos pequeñas flores amarillas con blancas, ambos chicos entraron y tomaron asiento en una banca que estaba debajo de un árbol que les proporcionaba sombra, el príncipe miraba fascinado a su alrededor por la calma que se sentía en ese lugar alejado del barullo de la servidumbre y del ruido del pueblo, tal vez ese sería su nuevo lugar favorito para ir a leer
-¿Ha sido de su agrado el lugar para su majestad?-el chico recibió un golpe ligero por parte del príncipe en el hombro seguido de una risa
-Tonto, no sabía que existía este lugar dentro del palacio, supongo que siempre paso más tiempo en el otro lado-
-O estás encerrado en la habitación leyendo y escribiendo, se supone que quien escribe poesía soy yo, no su majestad-
-Sabes que odio tener que leer todo el tiempo sobre estrategias y planes de guerra, sé que es mi deber pero mi amor por las historias de fantasía es más fuerte-
-¿Qué diría el rey si se entera que su hijo disfruta de leer historias de dragones y caballeros andantes?-
-Sin duda se decepcionaría un poco...no es como mi madre, ella me enseño todo sobre esos libros-el rostro del príncipe se ensombreció por un momento y el otro palmeo su espalda a modo de consuelo
-¿La extrañas demasiado no es verdad?-
-Como no tienes idea...ella era mi mundo entero, sé que mi padre no crio un débil pero en ocasiones extraño tanto sus palabras de consuelo en situaciones tan tontas y simples...en las clases de combate uno de los chicos me golpeo en las costillas con el mango de la espada y no sabes cómo quise que mi madre estuviera ahí para darme un beso o consolarme y decirme que fuera fuerte para controlar mis lágrimas, pero en lugar de eso solo recibí un regaño del capitán al decir que era un débil y que debía prever los ataques...sé que muchos esperan grandes cosas de mi pero es que simplemente no puedo dar más, no solo es la ausencia de mi madre...lo es todo, el hecho de que en poco tiempo tendré que subir al trono, nuestro compromiso y hacerme cargo de los ejércitos-
-Se cómo te sientes pero debes ser fuerte, ya lo eres pero debes serlo el doble si quieres que los demás te vean como una figura de autoridad pero a pesar de eso ¿Sabes que no estás solo cierto? Tienes a tus hermanos y hermanas además de que me tienes a mí, sé que a veces soy muy tonto pero sabes que se escuchar y soy bueno dando consejos...puede ser incómodo porque estamos forzados a muchas cosas como compartir habitación pero seguimos siendo amigos...nos conocemos desde niños y sabemos muy bien cuáles son los defectos y virtudes del otro, no pretendo ser como tu madre ni que me tengas la misma confianza que le tenías a ella pero déjame ser tu punto de apoyo, siempre seré su punto de apoyo su majestad-ambos se sonrieron mutuamente y entrelazaron sus manos
-Creo que leer tanta poesía a veces te hace más sensible de lo que ya eres Chanyeol-
-Alguien necesita ser romántico en esta relación Baekhyun ¿Cuál sería mi papel si no hago feliz a mi futuro esposo?-ambos chicos soltaron una risa y se quedaron bajo el árbol teniendo conversaciones más profundas e incluso discutiendo cosas importantes, Baekhyun y Chanyeol sin duda estaban felices de tenerse uno al lado del otro...tenían que aprovechar ese momento antes de que la tormenta cayera sobre ellos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top