El heredero del trueno

Sentado en la última mesa de la biblioteca un chico permanecía oculto entre libros y libretas escribiendo sin parar mientras bebía de un termo planeado, se ajustaba los lentes que de vez en cuando resbalaban del puente de su nariz, llevaba ropa negra y abrigada a pesar de estar en un lugar caliente, siempre estaba solo y no tenía amigos, no es que fuera un antisocial pero...bueno en realidad si lo era, pero no era su culpa o al menos no del todo, tenía un sentido del humor muy negro y ácido pues sus comentarios o críticas siempre lastimaban a los otros que no entendían como muchas veces podía hablar sin pensar y sin medir las consecuencias del impacto que tenían sus palabras en las otras personas, era alguien que no medía las consecuencias de sus actos porque aunque su apariencia fuera la de una persona relajada, calmada y estudiosa en realidad era como esos agentes que tienen una doble vida.

Durante el día el chico asistía a la universidad, participaba en todas sus clases y tenía calificaciones excelentes siendo el mejor de la clase, ayudaba a sus maestros y a pesar de su carácter era tutor de algunos chicos de primer semestre a los cuales les enseñaba los martes y viernes de tres a cinco en la biblioteca, paseaba por los pasillos siempre leyendo un libro o escuchando música, comía en los jardines de la universidad y si por alguna extraña razón estaba de buen humor se le veía platicando con algunos chicos del club de teatro o del coro.

Pero por las noches su apariencia era por completo otra, se quitaba las gafas y usaba lentes de contacto, se delineaba los ojos, llevaba ropa negra más ajustada y dejaba que su cabello algo largo libre, iba a los bares de las zonas más bajas de la ciudad a beber y apostaba en los juegos como el billar y el póquer, juntando muchos billetes pues el chico era de verdad inteligente y astuto, siempre adelantando los movimientos de sus oponentes, sabía todo lo relacionado a los juego de mano...pues en su adolescencia estuvo unos dos meses en la correccional por robo, algo que le gustaría olvidar pero no va a negar que en su estancia ahí aprendió varios trucos, por suerte no había ido a parar a la estación otra vez o a la cárcel en un buen tiempo, no era alguien muy bueno pero al menos ya se medía en las cosas que hacía en esos lugares.

Era alguien muy perfeccionista de manera obsesiva, mantenía su departamento tan limpio que brillaba, su ropa acomodada por colores al igual que su ropa interior, los zapatos en orden y sus cosas de cuidado personal en una repisa sobre el baño acomodadas por tamaño...algo un poco aterrador, pues las pocas personas ,incluida su familia, que habían podido ir a su departamento no habían vuelto puesto que él no te dejaba tocar nada porque si movías un cuadro, una foto o incluso un cubierto de lugar estabas en pocas palabras muerto.

A pesar de eso sus actividades fuera de la universidad y de los bares eran muy variadas así como también raras, ya que el chico parecía que se estaba preparando para una guerra o un enfrentamiento, iba a clases de tiro, compraba equipo de entrenamiento militar e incluso había acondicionado una habitación de su casa como un gimnasio donde hacía pesas, hacía abdominales y lagartijas, también practicaba algo de boxeo que aprendió en sus días en la correccional...era como si supiera que debía prepararse para algo realmente grande, como si su corazón le indicara que debía estar listo...aunque eso es algo que ya sabía desde hace mucho, incluso desde que era un niño tuvo la mala fortuna de enterarse cuáles debían ser sus propósitos y metas en la vida.

Justo cuando era un niño fue que supo que venía de una descendencia no muy particular, sino por más fantástico que sonara el venía de una descendencia de reyes, pero para ser más específico de un rey, uno de los más poderosos que existió o al menos eso le decía su madre ya que también mencionó a un rey algo así como de la luz pero no lo recordaba del todo, solo sabe que por culpa de ese hombre su padre fue desterrado del reino después de ser vencido en una guerra injusta en su contra...pero él sabía que si su padre había sido desterrado de ese lugar no es porque fuera alguien bueno, pero no iba a contradecir a su madre siendo apenas un niño de ocho años.

Él creía que era alguien bueno, que tenía buenos sentimientos pues era un niño muy amistoso y simpático en el jardín de niños siempre lleno de amigos...pero eso se acabó cuando el lugar que debía ser de su padre fue suplantado por un hombre alcohólico y abusivo, algo que sin duda fue un gran impacto en su vida cayendo en malos pasos una vez que entro a la adolescencia, fue ahí cuando empezó a creer que su padre era bueno en un principio, pero con el paso del tiempo, se fue volviendo distante y malo...justo como le estaba pasando a él, y sin ninguna prueba relevante o testigo también empezó a odiar al hombre que provocó que su padre fuera así y que lo dejara, de esa manera fue como se hizo a la idea de que fuera quien fuera ese hombre iba a acabar con él ya que se había llevado a su padre y le arruinó la vida dejando, que su madre se casara con ese mal hombre y por consiguiente lo destinará a la ruina a ser siempre el hijo que estuvo preso y era un antisocial, un bicho raro.

Sabía y estaba consciente de que no iba a cumplir su promesa de aniquilar a ese hombre sino tenía el libro del que le había hablado su madre, que no iba a poder volver al pasado sin ese libro y que se quedaría como en un principio, era por eso que tenía que buscarlo a como diera lugar para así cambiar la historia y tener la vida que siempre quiso, una familia unida donde no estuviera destinado a la desgracia...es por esos que cuando enderezó su vida y continuó con sus estudios.

Dividía su vida entre la universidad y buscar el libro, pasó por muchas librerías desde las más modernas hasta aquellas donde vendían libros antiguos y viejos donde lo único que se llevó fue decepción...el tiempo se agotaba, lo podía sentir como un cosquilleo en la sangre que le recorría todo el cuerpo así como un escalofrío...estaba casi por rendirse cuando esa tarde en la biblioteca lo vio...vio al viejo bibliotecario sacar a un muchacho que siempre estaba ahí casi a rastras del lugar, y hubiera dejado pasar eso, de no ser porque vio la portada del libro que traía entre las manos...sus ojos brillaron así como las letras del título, había dado con él, solo que ahora tenía un problema más, debía quitárselo al chico de las manos y apropiarse de él para llevar a cabo su cometido...tenía que enorgullecer a su padre y, a su madre le iba a demostrar que era el legítimo heredero del rey del trueno.

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