Capítulo Dos

Aunque había visto cientos de veces la fachada del colegio de Eli, verla físicamente me dejo aún más deslumbrado. En los muros laterales, dos enormes leones de mármol se miraban fijamente apoyados en sus patas traseras y mostrándose mutuamente sus largos colmillos y sus garras desenfundadas. En la parte superior, un alto arco de concreto con las palabras "STEVEN BENSON UNIVERSITY" en color dorado, daban un ligero aire de superioridad. Parpadee un par de veces y Eli me miró unos segundos

—¿Qué pasa?—me cuestionó la chica a mi lado.

—Es...impresionante—dije y ella se rio un poco.

­—¿Es que no habías visto las fotografías en la página web de la escuela?—enarqué una ceja y luego negué un poco aferrándome de paso a la mochila que colgaba de mi hombro derecho.

—Bueno, pues si te gusta la entrada, en verdad deberías ver como es por dentro—murmuró ella.

—¡Eli!—Eli a mi lado se giró rápidamente y yo imité su acto para encontrar a un par de chicos caminar con mucho entusiasmo en dirección a nosotros. Una chica rubia de rizos y ojos verdes con una bonita sonrisa, Abby, me miró con una ceja enarcada y después me dedicó una bonita sonrisa.

A su lado, un chico como de mi estatura, con cabello castaño y ojos avellanados, Noah, se quedó quieto mirando a su novia, a Eli y después a mí. Daba la impresión de que Noah no tenía ni la más mínima idea de porque estaba ahí. Y la verdad, es que yo tampoco la tenía, aunque tenía una ligera sospecha.

—Buenos días, Abby—saludó Eli con una bonita sonrisa.

—¿Cómo estuvo tu fin de semana?—preguntó la niña rubia mirándome—aunque no sé porque lo pregunto si por lo que veo, has hecho nuevos amigos—le dediqué media sonrisa sin comprender muy bien a lo que se refería y las mejillas de Eli se volvieron rojas.

—Basta Abby. Este es Daniel Radcliffe—respondió Eli en voz baja.

—Un gusto conocerte, Daniel Radcliffe—anunció Abby y me tendió su mano. La tomé sin borrar la sonrisa de mi rostro.

—Y este de aquí, es Noah—me dijo Eli y el chico me miró con una ligera sonrisa e imitó el acto de su novia.

—¿Eres nuevo, eh?—cuestionó en cuanto terminamos con la unión de nuestras manos.

—Uhm, si.—respondí.

—¿En qué semestres estas?—me cuestionó nuevamente.

—Eh, en el último—respondí.

—¿Ya tienes tus horarios?—me preguntó Abby con renovado interés. Moví mi cabeza de manera afirmativa y me dispuse a buscar en mi papeleta el horario que había estado leyendo la noche anterior. Cuando pude localizarlo, se lo entregué.—Oh dios mío, estas en nuestro salón—la miré de nuevo.

—¿En serio?—pregunté sorprendido por la habilidad de Fanuel. Ella asintió haciendo que sus rizos se movieran un poco.—Estupendo—dije con media sonrisa.

—Bueno, si me permiten, creo que sería una muy buena idea que comenzáramos a caminar de una buena vez.—inquirió Noah y me miró de nuevo—déjame decirte Daniel, que no creo que quieras estar en las filas al frente.—anunció con una pequeña risita y comenzamos a caminar los cuatro. Eli y Abby unos pasos delante de nosotros mientras hablaban y reían en voz baja.—porque bueno, estarás realmente jodido si los profesores se aprenden tu nombre—me reí y caminé junto a él.

Diez minutos después, entramos en un aula repleta de alumnos que muy a su pesar estaban comenzando a tomar sus lugares. Me senté en la butaca a un lado de Noah, Abby estaba sentada frente a él, mientras que Eli estaba sentada frente a mí.

Miré alrededor para darme cuenta que la escuela aun no comenzaba y ya me gustaba. Me gustaba estar rodeado de humanos. Me gustaba escuchar el murmullo que se creaba cuando todos hablaban a la vez. Me gustaba la manera en la que todos parecían realmente inmersos en sus propios asuntos. Pero lo que más me gustaba, era que con el simple hecho de estirar mi brazo, Eli estaba a mi alcance, así que esto tenía que ser fácil.

Ocho horas después, observé con detenimiento la pequeña cafetería en la que Eli trabajaba; resultó ser más bonita de lo que había visto jamás. El lugar era pequeño, pero era muy acogedor. Las paredes en color marrón y la luz amarilla, le daban un toque diferente. Una chica pasó frente a mí con una bandeja repleta de platos con comida y bebidas humeantes. Y para mi sorpresa, mi estómago hizo un ruido extraño. Me encaminé para encontrar una mesa vacía lejos de la puerta y entonces la vi.

Eli estaba sentada detrás del mostrador, frente a la caja registradora. Su mirada estaba posada en la máquina, absorta de todas las personas que se enzarzaban en conversaciones amenas y risitas íntimas. Me senté y dejé la mochila a mi lado, y entonces una chica pelirroja y de ojos azules llego hasta mí con una bonita sonrisa.

—Hola—me dijo sin perder la sonrisa. La miré unos segundos y después volví mi vista a Eli, que parecía haber salido de sus pensamientos y ahora estaba entregándole con una bonita sonrisa en los labios un trozo de papel a una anciana que muy amablemente le devolvía la sonrisa.

—Hola—respondí finalmente.

—Soy Evie, y estaré a cargo de tu mesa ¿Ya sabes que vas a pedir? ¿O prefieres ver la carta?—parpadee un par de veces sin entender muy bien. —El menú—agregó enarcando una ceja.

—Oh si, el menú, por favor.

Me entregó una hoja amarilla con el logo que había visto en la entrada del local.

—Cuando decidas que comer, volveré—me dedicó otra sonrisa y se marchó.

Mire de nueva cuenta a Eli y entonces su mirada se encontró con la mía. Frunció el entrecejo y parpadeó un par de veces, se puso de pie y antes de que me diera cuenta, estaba caminando en dirección a mí.

—Hola—saludé.

—¿Qué haces aquí, Daniel Radcliffe? ¿Estas siguiéndome?—preguntó.

—¿Qué? Por supuesto que no. No tenía ni idea de que trabajabas aquí—mentí.

—Bueno, trabajo aquí tres días a la semana.

—El lugar es muy bonito—dije sincero y miré alrededor una vez más.

—Lo sé.—murmuró ella sonriendo de nuevo.—¿ya has ordenado?—preguntó mirándome con renovado interés. Me froté los ojos y negué.

—Uhm, no. De hecho, ni siquiera eh visto la hoja—dije agitándola frente a ella y ella se rio un poco.

—¿La hoja, dices?—asentí solemnemente.—bueno, si me lo permites, yo te recomendaría esto de aquí—señaló en la hoja y yo asentí inmediatamente.

Como ángel, yo no tenía la necesidad de consumir alimento humano, pero había decidido que si iba a estar cerca de Eli, en una cafetería, lo mejor era comer. Eso, y que mi estómago había comenzado a hacer ruidos extraños cada vez que el olor a comida se colaba por mis fosas nasales. Además, era raro tener un cuerpo humano, pero lo más raro y divertido de todo, era darle mantenimiento. Entonces, era necesario el alimento, ¿no?

Quince minutos después, Evie colocó frente a mí un plato con un filete y papas fritas. Lo miré con los ojos muy abiertos y entonces Eli me miró unos segundos con ojos curiosos. Me dedicó una sonrisa y después volvió su vista hasta un hombre de cabello blanco que había llegado a la caja registradora frente a ella.

*-*-*-*-*

—¿No crees que tu trabajo está un poco alejado del edificio?—pregunté mirando de reojo a Eli al tiempo que caminábamos en la oscuridad. Ella se aferró más a su abrigo morado, se acomodó su gorro blanco y suspiró.

—Algo—admitió y me miró. Metí mis heladas manos en los bolsillos de mi abrigo y sonreí.—la única parte que odio, es que por las noches este lugar no está muy concurrido—suspiró.

—¿Te da miedo?—pregunté.

—Un poco.—admitió—aunque, nunca me ha pasado nada malo. Mi abuela suele decir que si voy y vengo hasta aquí sana y salva, es gracias a los esfuerzos forzados de mi ángel de la guarda para mantenerme a salvo.

Mi corazón latió con mucha fuerza. —Ha hecho un buen trabajo hasta ahora, creo.

Ella se rio

—¿Te gusta mucho, no?—cuestioné de nuevo. —tu trabajo, me refiero.

—Me fascina—sonrió.—me gusta hablar con la gente—hizo una pausa y me miró—aunque creo que las relaciones afectivas con personas de mi edad, pudieran ser una mejor opción.

—A mí me gusta—dije recordando cómo es que ella hablaba y sonreía amenamente con las personas que se acercaban a la caja registradora.—¿te pasa algo?—pregunté en voz baja.

—Uhm, no.—respondió—sabes, yo sé que nos acabamos de conocer y todo lo demás, pero..., no, nada—murmuró.—me inspiras confianza—decidió.

—A mi puedes decirme lo que sea—dije rápidamente y ella me miró unos segundos.—somos vecinos, Eli. Somos compañeros de colegio y el restaurante en donde tú trabajas se acaba de convertir en mi lugar favorito. ¿Podemos ser amigos, no?

Rio. —Obvio que podemos ser amigos...—me dijo y después su sonrisa se esfumó—...hasta que conozcas a Leah y decidas que la popularidad es lo tuyo—arrugó la nariz.—O cuando entres por completo en el radar de Leah y decida comenzar a persuadirte para que te unas a su frívolo sequito.

—Bueno, si te sirve de algo, la popularidad no me atrae en absoluto—dije.

—Eres el estereotipo de chico al que Leah suele frecuentar, por lo menos en tu apariencia—parpadee.

—Tal vez, pero Leah no es el tipo de chica que yo quiera frecuentar—me miró unos segundos y una pequeña sonrisa tiró de sus labios y después negó levemente.

Media hora después de caminar bajo el viento helado, y cuando estuvimos frente a la puerta de nuestros respectivos departamentos, la miré fijamente con media sonrisa.

—Ahora que lo pienso, ¿Cuándo llegaste a tu departamento?—preguntó mirándome con renovado interés. Me apoyé en la pared.

—Ayer por la noche—respondí levemente.

—Uhm. Bueno, no lo había notado. De hecho, si no hubieras salido de tu departamento esta mañana, yo no me habría enterado que ya vivías ahí—sonreí.

Revisé la hora en mi reloj de pulsera y la miré—Buenas noches, Eli—dije lentamente y ella me esbozó una pequeña sonrisa.

—Buenas noches, Daniel Radcliffe—respondió y entró en su departamento.

La observé perderse detrás de la puerta de madera y sonreí ampliamente.

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¡Hola!

Me presento, me llamo Gloria. Amo a Daniel Radcliffe, pienso que es muy cool y todo eso jaja, el punto es que creo que el hombre es un amor y bueno, es uno de mis actores favoritos, eh aquí la razón por la cual es un fic de él. Mi película favorita es Horns, y bueno, la saga de Harry Potter ni se diga!

Soy mexicana hasta la medula y soy nueva en esto. Bueno, nueva desde Marzo, pero soy un poco torpe y no sabía cómo se usaba wattpad, así que solamente me dedicaba a leer y también batalle un poco para poder hacer eso, demasiado torpe debería decir.

Es mi primer fanfic publicado aquí, pero he escrito alrededor de ocho o nueve diferentes (no de Daniel, de diferentes personajes). Espero que les guste y no sé si aquí se da like o corazoncito, o lo que sea. Yo igual la quería compartir con alguien.

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