Una fuerte brisa nos despeinó, el frío caló mis huesos, igual que los de Mía, que se aferró a mí en busca de calor. Definitivamente debería haberla dejado en el apartamento, allí por lo menos no tendría frío.

Su cuerpo estaba pegado al mío, una de sus manos aún permanecía sobre mi mejilla mientras la otra estaba atrapada entre nuestros pechos, mi pulso estaba acelerado y estoy seguro de que ella podía sentir el latido agitado de mi corazón.

—Me gusta la playa, por alguna razón...— me callé durante unos segundos, sus ojos grises no se despegaban de mí, yo sólo podía mirar las olas del mar chocando con la arena.— me tranquiliza y me ayuda a pensar algo mejor.— no estaba seguro de porqué la contaba aquello, sobre todo si acababa de decirme a mí mismo que debía mantener distancia con ella.

—Entiendo lo que dices.— su voz dulce fue a penas un susurro.

El silencio nos inundó durante unos minutos, no sabía lo que Mía pensaba, tampoco podía descifrar su expresión ya que su rostro estaba escondido en mi pecho, la rodeé con mis brazos, mis alas seguramente la habrían brindado mucho más calor.

—JeonGguk, — vibré, de una forma extraña y cálida al escucharla decir mi nombre en un pequeño susurro, sus manos agarraron mi jersey con fuerza.— gracias por todo.— una pequeña sonrisa se extendió por mis labios.

Mía era demasiado pura, demasiado hermosa como para aceptar lo que mi propia mente y corazón me gritaban a voces.

—No me importa mi vida como humano, Mía.— mi tono de voz no había cambiado demasiado al hablar, sin embargo el susurro hizo que mi niña de ojos grises se pegase aún más a mí.—El pasado es pasado y no va a cambiarme.

Unos minutos después los dos estábamos de vuelta al apartamento, a decir verdad no habíamos estado demasiado tiempo en la calle, me preocupaba que pudiese enfermar por la temperatura tan baja. Al llegar Mía fue corriendo hacia la habitación, supuse que para abrigarse un poco y recuperar calor.

Había algo que ella quería decirme, de eso estaba seguro, seguramente cuando susurró mi nombre quiso decírmelo, ¿por qué no lo hizo? Con un suspiro entré al salón, mis hermanos se encontraban allí, junto a Hye, que tenía un pequeño sonrojo en su rostro.

A decir verdad los humanos seguían sin llamarme la atención, sin importarme en lo más mínimo, la única a la que quería proteger era a Mía, incluso si todo se debía a una vida anterior en la que ambos fuimos humanos, eso me importaba poco, pero, ¿a caso lo que sentía por ella era sólo por esa vida anterior?

En todo caso no podía hacer caso a lo que me negaba a mí mismo, incluso si decidiese olvidar y pasar por alto todas las reglas, no sólo podría costarme la vida, también podría llevarme la de Mía conmigo.

Al final tendría que hacer como si nada, seguir callando y negando lo que era obvio para mí.

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Hola personitas!

Aquí tenéis el capítulo de la semana, espero que os guste mucho; nos leemos la semana que viene <3.

Black.