32
Ambas chicas salieron de mi habitación cuando el sol ya comenzaba a ocultarse, al parecer no eran demasiado hábiles en cuanto a la sintaxis, pero por alguna tazón, había disfrutado del momento con Mía, incluso si Hye interrumpía nuestras conversaciones de vez en cuando con alguna duda.
Me quedé mirando la ventana, el sol empezaba ya a ocultarse y los tonos anaranjados del cielo me invitaban a dejarme llevar en mis propios pensamientos, a relajarme y disfrutar del tiempo que me quedaba como humano.
Unas inmensas ganas de pasear por la playa me llenaron en un sentimiento de ansia y necesidad; me levanté de la cama y cogí una chaqueta del armario, salí de la habitación con la prenda en la mano, entré al salón y busqué con la mirada a mi niña de ojos grises.
—¿Buscas a Mía?— asentí a la pregunta de Jin, él sonrió antes de decirme algo.—Está con Hye en mi habitación.
—Gracias.— agradecí al mismo tiempo que caminaba en dirección a la habitación de Jin, escuché varias risas de parte de mis hermanos, aunque no les di demasiada importancia.
Había momentos en los que no entendía a mis hermanos, sus formas de actuar tan humanas incluso siendo Ángeles de la Muerte, tal vez yo estuviese realmente mal por no poder ver y apreciar lo mismo que mis hermanos pero tampoco tenía intención alguna de cambiar mi forma de ver a los humanos.
Escuché el grito de Hye poco antes de tocar la puerta de la habitación, no me preocupé pues al instante escuché la risa de Mía, con un pequeño suspiro di un par de golpes en la puerta.
—Adelante.— la voz de Mía estaba llena de alegría, sonreí sin poder evitarlo, me alegraba que por fin pudiese reír y sonreír sin preocuparse por nada, aunque fuese por unos días. Abrí la puerta de forma bastante lenta.
En cuanto tuve a la vista a las dos chicas pude ver un fuerte sonrojo coloreando sus rostros, sin embargo el de Mía parecía hacer brillar sus ojos grises de alguna forma extraña pero hermosa.
—Mía, abrígate.—la duda bailó en sus ojos, oculté la sonrisa y aguanté el mismo tirón en el pecho cuando se señaló a sí misma.—Vamos a dar una vuelta, te espero en la entrada.— me despedí de ambas con un gesto y caminé hasta la entrada.
Unos minutos después Mía estaba calzándose a mi lado. Abrí la puerta y una pequeña brisa helada me congeló las mejillas, me gustaba el frío.
Salimos de casa, Mía temblaba un poco a mi lado y aun así mantenía su distancia conmigo, sabía perfectamente que ella prefería la calidez de la primavera al frío del invierno y aun así prácticamente la había obligado a salir.
Fruncí el ceño, me había cabreado conmigo mismo, de hecho ni si quiera sabía por qué la había dicho que viniera conmigo cuando realmente prefería estar solo al caminar por la playa, era mi momento de tranquilidad, el momento en el que podía poner mis pensamientos en orden.
Quise golpearme. Claro que sabía por qué la había dicho que viniese, quería compartir con ella ese pequeño espacio personal que consideraba privado, lo que no sabía era por qué quería enseñarle esa parte de mí.
—Kook, ¿estás bien?, pareces cabreado.— la voz de Mía fue como una pequeña dosis de realidad, en algún momento habíamos llegado al puerto y ella se había puesto frente a mí.
Sus manos estaban cubiertas por guantes que las protegían del frío, sin embargo cuando tocó mi rostro pude sentir perfectamente la suavidad de su tacto y la calidez de su gesto, parecía bastante preocupada.
—No.— suspiré, apoyándome en sus manos, quise abrazarla, pegarla a mí y no soltarla.—Sólo pensaba en algo.— ella asintió, pero su expresión me juraba que no se alejaría de mí incluso si se lo pedía.
Mi pecho tembló y mi corazón se aceleró de forma dolorosa, no tenía ni puta idea de lo que estaba pasando conmigo, sólo sabía que quería besar sus labios de aspecto dulce y abrazarla hasta que no pudiese más. Pero, ¿por qué?, ¿por qué quería hacer esas cosas? No sabía lo que estaba sintiendo, aunque para qué mentir.
Lo sabía pero no quería aceptarlo.
Lo mejor sería mantener las distancias, olvidarme de aquel sentimiento y volver a ser un Ángel de la Muerte.
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Bueno personitas, volvemos a las actualizaciones semanales como prometí ;)
Me gustaría explicaros mejor el porqué de mi ausencia y falta de actividad; a principios del mes dejé mi trabajo como comercial pues tras la cuarentena mi pánico social sólo ha ido en aumento, he llegado a un punto en el que no puedo estar en un grupo de amigos de más de cuatro personas; la ansiedad y la depresión también han ido en auge a pesar de la medicación así que podría decir que esta cuarentena me a jodido la mente más de lo que debería, además de que sé que al contaros esto sólo me estoy lamiendo las heridas ya que vosotrxs también tendréis vuestros problemas y preocupaciones. Pero no todo ha sido malo, estuve estudiando para la prueba de acceso a la Universidad como ya os comenté en el capítulo anterior, de hecho me dieron las notas y... ¡aprobé!, y gracias a eso vamos a adoptar un perro y, además voy a intentar sacarme el carnet de conducir, por lo menos el teórico XD.
Y... no os aburro más con mi vida, espero que todo os esté yendo genial y manteneos segurxs! mascarilla siempre!
Para los que os hayáis tragado todo lo anterior, si necesitáis hablar con alguien o desahogaros podéis contar conmigo <3.
Os quiero personitas, nos leemos en la próxima.
Black.
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