Sí, me era incómodo hasta el extremo tener que hablar sobre aquel sueño, no sabía muy bien porqué, pero era algo íntimo y privado para mí.

Les relaté con detalles mi sueño a los presentes de la mesa, no quise omitir nada pues podría haber alguna respuesta a lo que sucedía.

—Espera, pero cuando despertaste no pasó nada, según nos contó Mía, te desmayaste después de que Mía te dijese algo, ¿no?— asentí, dándole la razón a Jimin.

—Fue... una frase, — no quería pronunciar ni una sola palabra de esa frase, era extraño.— yo, por alguna razón sentí que ya la había escuchado antes, muchísimo tiempo antes de que Mía naciese, incluso.— le di un trago al chocolate caliente, sentía las miradas de todos los de la mesa sobre mí, excepto la de mi niña, ella miraba su taza sin esa luz tan característica en ellos.

—Nam, ¿de dónde venís los Ángeles de la Muerte?— la pregunta de Hye nos hizo dar un respingo a todos, que intercambiamos miradas, la mayoría con nerviosismo.

Ese tema era tabú entre los Ángeles de la Muerte, todos nacíamos sabiendo todo lo que había por saber, incluida la razón y procedencia de nuestra existencia, aunque, si me paro ahora a pensarlo, si había algo que no conocíamos. Nuestra vida como humanos; la mayoría de nosotros ni si quiera se interesaba por indagar en ella y, los que lo hacían, acababan tirando la toalla al ser imposible.

—No sé si tenemos prohibido decir esto.— HoSeok temblaba levemente, al igual que su voz.

—Al final ya da igual, — YoonGi bufó con diversión, me señaló con uno de sus dedos.— nuestro hermanito ya ha roto varias reglas, supongo que romper una más ya no tendrá importancia; si nos pillan nos castigarán de igual manera.— asentí a sus palabras, puesto que tenía razón y, en pequeña parte, me sentía culpable por haber metido a mis hermanos en todo esto.

—Entonces no hay nada que perder, — Jin sonrió.— Los Ángeles de la Muerte fuimos humanos en su momento, — Mía se tensó, su espalda presionó mi mano contra la silla.— pero ninguno recordamos nada sobre esa vida; aunque, cuando nos transformamos en un humanos, ciertos recuerdos salen a la luz a modo de sueños, como el de Kookie.— fruncí el ceño y aparté la mirada; por más que intentase que parasen con ese apodo, no lo harían.— Nunca nos sirve para averiguar nada sobre nuestra vida, pero bueno.— Jin se encogió de hombros y bebió del chocolate, poniendo una cara extraña y haciendo ruiditos de gusto.

—Espera...— Hye volvió a hablar.— según lo que has descrito, podrías haber vivido en la época griega o romana, ambas etapas tienen cosas similares.— alcé las cejas, ¿en qué momento habíamos pasado de averiguar cómo es que Mía podía verme a intentar descubrir mi vida como humano?— Aunque, ¿recuerdas cómo era la estatua de la diosa?— asentí, algo confuso ante su pregunta. Sacó su móvil y comenzó a buscar algo.— ¿te suena alguna de estas?— me pasó su teléfono, ninguna de las estatuas me sonaban, no se parecían en nada a la que vi en mi "sueño"— Vale, a ver si te suena alguna de estas.— el proceso se repitió hasta que vi una imagen, era exacta a la de mi sueño.

—Es esta.— le entregué el móvil con la imagen marcada. Su rostro brilló.

—Es la Diosa Atenea, de la cultura griega, era una de las diosas que estaban en el Olimpo.— si voz fue cambiando poco a poco, como si le alegrase saber aquellos datos.— ¡Viviste en la Antigua Grecia!

—Vale, pero de qué nos sirve eso, — pregunté, era incómodo rebuscar en mi vida como humano, sobre todo cuando sólo recordaba lo que aquel sueño me mostró.

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Personitas, a partir de ahora  las actualizaciones serán o bien los sábados como siempre o los domingos, pues hay algunos sábados en los que no puedo utilizar el ordenador.

Espero que no me matéis por eso :)

Pero bueno, aquí tenéis el capítulo de la semana, espero que os esté gustando.

Nos leemos!

Black.