Capítulo 20
Quince minutos después la ambulancia había llegado al Roller, Maximiliano aún no recuperaba el conocimiento.
—Ámbar, la policía está aqui—avisó Pedro quien estaba acompañado de dos policías.
—Policía Federal—los hombres sacaron su placa—. Estamos investigando la agresión hacia Maximiliano Ruiz—informó.
—Yo lo ataqué—habló Simón—. Estaba acosando a mi novia y no pude quedarme sin hacer nada, lo golpeé con el patín—afirmó.
—Está arrestado por agresión con daños graves—un policía sacó las esposas.
—¿Qué? —gritó Ámbar—. Lo que el dice es verdad, Maximiliano intentó abusar de mi y él solo me defendió.
—Lo siento, eso deberán explicárselo al juez—el policía esposó a Simón—. Está bajo arresto tiene derecho a guardar silencio y a un abogado—informó.
Los policías se llevaron a Simón, Ámbar quiso salir detrás, pero Pedro la detuvo—. Debemos llamar a un abogado—habló Pedro tratando de sonar calmado.
—Llamaré a Ana—Ámbar sacó su celular.
—Debemos cerrar el roller—Ámbar asintió y Pedro salió hacia la cafetería.
Muchos asistentes ya se habían retirado asustados al ver a la policía, otros seguían allí solo para chismosear, Pedro con ayuda de Gastón y Eric le pidieron que se retiraran luego de unos minutos el Roller quedó vacío.
—¿La policía nos interrogará a todos? —preguntó Eric.
—Yo creo que si—respondió Gastón—. Pero nadie vio nada, yo llegué cuando Maximiliano estaba en el suelo y Simón tenía el patín en su mano y me explicaron lo que sucedió—agregó.
—¿Y que sucedió? —preguntó Eric.
—Maximiliano intentó abusar de Ámbar, y Simón lo golpeó—contestó Pedro.
—Entonces fue legítima defensa—dijo Eric—. Digo él sólo defendió a su novia y creo que cualquiera de nosotros que estuviese en esa situación también lo habría hecho—aseguró.
—Claro—afirmó Gastón—. Pero para la justicia no es así de simple—dijo en tono desolador.
—Iré a reunirme con Ana—la voz quebradiza de Ámbar se hizo presente—. La policía vendrá a investigar necesito que se queden aqui y me informen de todo—pidió.
—Te acompañaré—ofreció Gastón—. No puedes conducir en ese estado.
Ámbar salió acompañada por Gastón dirigiéndose a la oficina de Ana quien luego de escuchar el relato de la rubia no dudó en tomar el caso y ayudar a Simón. Llegaron a la oficina de Ana, y los hicieron ingresar de inmediato.
—Ana, dime que Simón saldrá libre—Ámbar estaba desesperada.
—Ámbar, primero debes calmarte—pidió Ana—. Seré sincera no puedo asegurarte que Simón no recibirá una sanción además se desconoce el estado de Maximiliano—explicó.
—Pero si fue en legítima defensa—alegó Gastón—. Sabemos que Simón sería incapaz de hacerle daño a alguien solo porque si.
—Yo lo sé, Gastón, pero la justicia no conoce a Simón y ellos solo verán los hechos—explicó Ana.
—¿Y qué hay que hacer? —preguntó Ámbar abrazada de Gastón.
—Yo debo ir a hablar con Simón para conocer su versión y ver que podemos hacer—dijo Ana.
—Iré contigo—se apresuró a decir Ámbar.
—Ámbar, se que estas triste y quieres ver a Simón—Ana tomó las manos de la rubia—. Pero en este momento es mejor que no vayas, yo debo hablar con Simón y conocer su versión de los hechos—explicó.
—Ana tiene razón—dijo Gastón—. Te llevaré a casa para que te relajes—se dirigió a Ámbar.
—Te mantendré informada de todo, Ámbar—dijo Ana, Ámbar asintió esperando que la abogada pudiese hacer algo para sacar a Simón lo antes posible de la cárcel.
En el camino hasta su casa Ámbar no hizo nada más que llorar se culpaba de todo, y aunque Gastón trataba de calmarla era imposible para la rubia ya no había consuelo alguno.
—Todo estará bien, Ámbar—Gastón la abrazó.
—Gracias—Ámbar esbozó una pequeña sonrisa—. Dile a los chicos que el Roller se mantendrá cerrado hasta nuevo aviso—agregó.
Gastón asintió, Ámbar bajó del auto y entró a su casa secándose un poco las lágrimas. Sharon escuchó los pasos y se acercó.
—¿Ámbar, Simón? ¿Son ustedes? —preguntó un tanto asustada.
—Solo yo, mamá—contestó Ámbar evitando soltar un chillido.
—¿Y Simón? ¿Acaso se pelearon? —cuestionó Sharon.
—No—Ámbar se dirigió hacia Sharon y la llevó al sofá—. Simón esta en la cárcel—dijo.
—¿Qué? —preguntó Sharon—. Ámbar, sabes que no me gustan las bromas—regañó.
—No es broma—se apresuró a decir Ámbar—. Fue mi culpa—
—Pero ¿Qué sucedió? —preguntó preocupada.
La rubia comenzó a relatar lo sucedido mientras lloraba, Sharon comenzó a acariciarle el cabello para tranquilizarla diciéndole que todo estaría bien, y que nada de lo sucedido era su culpa.
—No se como ayudar a Simón—dijo Ámbar.
—Ámbar no siempre podemos hacer algo—Sharon seguía acariciando a la chica—. De seguro Ana hará todo lo posible para ayudar a Simón.
—Eso espero—suspiró.
Sharon le dijo que debía descansar, Ámbar se quedó dormida en su regazo mientras ella le pedía a su ayudante que le preparara un té tranquilizante, pues ella estaba preocupada por Simón.
*****
Jam&Roller
Gastón ingresó al Roller en ese momento la policía estaba interrogando a los chicos. Luego fue el turno de él y les contó lo que había visto.
—Chicos, Ámbar, dijo que el Roller estaría cerrado algunos días—informó Gastón una vez que la policía se fue.
—Es entendible, completamente—dijo Pedro.
—Si—apoyó Eric—. Podríamos ordenar un poco la policía ya hizo levantamiento de información—propuso.
Los otros chicos asintieron y comenzaron a ordenar.
—Chicos—Pedro llamó la atención.
—¿Sucede algo? —preguntó Eric.
—Las cámaras deben haber grabado todo quizás sea una prueba, y Simón podrá salir de la cárcel libre—contestó Pedro.
—Es imposible—negó Eric—. No tenemos cámaras en el área de los lockers, Ámbar me dijo que las quitara porque invadían la privacidad de los clientes y además porque no era un área peligrosa—explicó.
—No podemos hacer nada—dijo Gastón—. Sólo esperar a que dice Ana—agregó.
*****
Ámbar se había levantado muy temprano durante la noche no pudo conciliar totalmente el sueño, Ana la llamó informándole que Simón podía recibir visitas por lo que no dudó en ir a verlo en compañía de Sharon.
—Simón lo siento tanto—Ámbar acarició la mano del chico.
—Ámbar, nada de esto es tu culpa—Simón mantenía su tono de ternura—. Ese tipo quería hacerte daño y eso jamás lo voy a permitir—añadió con seguridad.
—Simón ¿Qué dice Ana? —preguntó Sharon.
—Dice que hará todo lo posible, pero que es complicado—contestó Simón.
—¿Y no hay sistema de fianza? —preguntó Sharon.
—No—respondió Simón—. Ana dice que el abogado querellante cree que soy un peligro para ese tipo—explicó.
—Es tan injusto todo—Ámbar golpeó la mesa—. Simón yo te prometo que te sacaremos de aquí.
—Ámbar—Simón tomó sus manos—. Prometeme que no harás nada y que dejaras que Ana se encargue de todo—pidió Simón—. No quiero que te metas en problemas por mi culpa.
—Está bien—dijo rendida—. Pero vendré a verte cada vez que sea posible—Simón le sonrió.
El policía hizo una seña indicando que el tiempo de visita ya había terminado. Simón se despidió de Sharon y le dio un corto beso a Ámbar.
*****
Jim estaba ordenando sus cosas para por fin salir del hospital, tenía muchos regalos de sus amigos y familiares que la acompañaron durante su estadía.
—Veo que estás con mucho ánimo—Nico entró a la habitación—. Me alegra verte asi—sonrió.
—Ya quería salir de acá—dijo Jim—. Aunque la comida es muy rica.
Nico rió—Pero es más rica la que te prepararé en casa—le guiñó.
—¿Pasa algo? —preguntó Jim—. Te noto preocupado.
—Simón esta en la cárcel—contestó Nico.
—¿Qué? ¿Cómo pasó eso? —preguntó Jim sin entender nada.
—Pedro no pudo explicarme bien, pero Simón atacó a Maximiliano por defender a Ámbar—contestó Nico.
—No lo puedo creer—Jim estaba impresionada—. Pero si fue en defensa ¿Por qué esta en la cárcel? —preguntó.
—La justicia es así—comentó Nico—. Ya ves todo lo que sucedió con Pablo, te disparó y ni siquiera fue a la cárcel. Pareciera que es justa para quien comete el delito.
—Permiso—la doctora entró en la habitación—. Señorita Medina, antes de irse debe firmar el alta médica—informó. Jim firmó y terminó de ordenar sus cosas.
Una vez que llegaron al departamento de Nico, la madre de Jim los estaba esperando con el almuerzo favorito de la pelirroja.
—Gracias Nico, no me cansaré de agradecerte todo lo que haces por Jim—dijo la mujer mayor.
—Es el mejor chico del mundo—dijo Jim sonriente.
—Harán que me sonroje—rió el de ojos verdes—. Aún tengo que hacer mucho más por la chica que amo—tomó la mano de Jim.
—Suenas igual a mi esposo—una lágrima salió sin permiso—. ¿Verdad, Jim?
—Solo que mi padre era pelirrojo—dijo Jim—. Pero si suenas igual—afirmó.
—Me hubiese encantado conocerlo—dijo Nico.
—Y de seguro a él igual—dijo la madre de Jim—. Lástima que el cáncer se lo llevó muy joven tenía tanto que vivir y entregar.
—Pero sigue en nuestros corazones—dijo Jim.
—Si, y cuando tengamos un hijo llevará de nombre Mariano.
Jim se lanzó a abrazarlo seguida de Soledad su madre.
—Desearía que mi tío estuviese aquí, pero tuvo un viaje de negocios—dijo Nico.
—No te preocupes ya tendremos tiempo para estar con él—dijo Jim.
—Casi lo olvidaba debo ir a casa de Pedro—dijo Nico mirando su reloj—. Las dejo en su casa—se despidió.
*****
Después de la visita a Simón en la cárcel, Ámbar comenzó a sentirse mal con mareos y náuseas no quiso comentarle nada a Sharon para no asustarla. Aún así debía hablar con alguien para no angustiarse, por lo que llamó a sus amigas aprovechando que Sharon tenía una cita médica.
—Prepararé té—dijo Ámbar dirigiéndose a la cocina.
—¿Cómo está Simón? —preguntó Jazmín.
—Se ve bien—respondió Ámbar—. Esta calmado y con esa ternura que tanto lo caracteriza.
—Simón saldrá de esta—aseguró Delfina—. Ana es muy buena abogada y hará lo posible.
—Confío mucho en Ana, pero la justicia es impredecible—comentó Ámbar.
—¿Y has sabido algo de ese tipo? —preguntó Jazmín.
—No, sólo que está grave—contestó Ámbar bebiendo su té.
—Espero y se muera—dijo Jazmín comiendo una galleta.
—Eso sería horrible para Simón—intervino Delfi.
—Exacto—dijo Ámbar y un terrible mareo se hizo presente.
—¿Estás bien? —preguntó Delfi.
—No—contestó Ámbar—. Desde hace unas horas me he sentido muy mal con mareos y vómitos...
—Seré tia—Jazmín aplaudió ante la mirada atónita de Delfi y Ámbar.
—¡Jazmín! —regañó Delfi—. Quizás es solo la preocupación por todo lo que ha sucedido con Simón—agregó.
—Quiero creer que sea solo eso—dijo Ámbar—. Aún no llega mi periodo pero nunca antes me había sentido así de mal.
—Tal vez debas realizarte un test—aconsejó Jazmín.
Ámbar iba a hablar pero fue interrumpida por la llegada de Sharon quien venía en compañía de Luna lo que podría ser muy bueno o muy malo.
**********
Y quedan solo cuatro capítulos!
❤️
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