31. Un cumpleaños de mierda
Nos quedamos los cuatro mirando. La botella de vino abierta que en ese instante tenía en mi mano podría haberse considerado como un quinto integrante de la escena.
Más que cumpleaños era mi pesadilla. Realmente ese día había tenido todo lo malo: despertar con Mads saliendo de la habitación de Félix; ir a terminar con Fai, y que su madre tuviese un accidente; volver a casa y encontrar a Mads y Félix durmiendo en la alfombra en mitad de la sala, con un pastel a medio comer; ir con ella a escribir a la azotea... aunque eso fue lo bueno del día, pero luego mi emoción se desplomó cuando llegó Fai con ganas de que saliésemos los cuatro.
—¡Mi amooooor! —Fai corrió a abrazarme.
—¿Y tú mamá? —pregunté, un poco reacio a su contacto.
—Está durmiendo... despertará por la mañana y no corre ningún peligro. Lloré tanto todo el día que creo... necesito despejarme aunque sea un poco. Además es tu cumpleaños. Félix me dijo que iría a bailar con Maddie, así que vamos —dijo, dando saltitos de emoción y hablando sin respirar.
¿Iban a ir a bailar ellos dos?
Menee la cabeza.
—No, Fai. —Los tres me quedaron mirando. Resoplé. Alcohol y música en mi cumpleaños tampoco sonaba tan mal. No quise admitir en ese momento que el por qué me atraía un poco la idea, era que no quería que fuesen Mads y Félix solos—. Está bien.
Que idiota que soy.
Bajamos al departamento, repitiéndome en todo momento que debía quedarme en casa y dejar que mis amigos fuesen solos, y decirle a Fai que se fuera porque tenía que descansar. Ya había estado demasiadas horas con ella y ya me tenía sofocado.
—¿Y este pastel a medio comer? ¿comieron sin mí? —Fue lo primero que dijo Fai al entrar al departamento. Vi como Félix y Maddie se rieron y contuvieron la risa.
—Yo tampoco comí. Fueron ellos —dije, señalándolos. Mads abrió la boca con la intención de excusarse, pero en ese instante, Fai sacó un pequeño pastel del refrigerador.
—Menos mal que no se comieron el que le compré a Valentín, porque en vez de ir a la fiesta tendríamos que haber ido a comprar otro. Tan bonito como este —dijo, levantándolo. Mads soltó una carcajada aunque estoy seguro de que no fue por nada de lo que dijo Fai.
Félix le sacó la lengua.
Están coqueteando frente a mí.
Eran tantas las miradas y risitas entre ellos que me sentí enfermo de inmediato, sobre todo con la presencia de Fai, que los observaba feliz. Sí, yo sabía muy bien que esa salida era una pésima idea. Al menos por la tortura de tener que ver a Félix y a Mads juntos. Era mi cumpleaños y a pesar del momento mágico que tuve, volvía a ser una real mierda.
Al menos estaba consciente de que lo que iba a hacer: ir a esa fiesta. No iba a mejorarlo.
—¡Val! —Fai me miraba con el pastel y una vela encendida en el centro. En ese instante llegó Ariel con Javier. Mads los había invitado, yo creo que para hacer menos incómoda la situación. Javier no se veía nada contento de estar ahí, pero no le quedó de otra que cantarme cumpleaños feliz—. Feliz cumpleaños, amor. Otro más juntos, ¿este es ya el quinto? Wow. —Fai hizo un sonido de impresión—. Te deseo todo el éxito para este año, que el libro que escriben ustedes alcancen...mmm... fama mundial, y que nosotros dos nos amemos cada vez más.
Sentí lástima en ese momento. Fai sabía que yo no quería estar con ella. Y no lo aceptaba.
Y además... ¿Qué pasó con eso de que no me gusta celebrar mi cumpleaños con fiestas? Gracias... Fai.
—Gracias —respondí, tan fingido que creo que se me notó. No me mal interpreten no es que de un momento a otro ya odiaba a Fai y quería que Mads saltara sobre mis brazos. Si no que estaba molesto de toda la situación. Era realmente frustrante.
—¿Quieres ir a bailar? —me preguntó Mads, confundida. Había recordado que no me gustaban las fiestas en mi cumpleaños. La quedé mirando.
No, pero no quiero que vayas sola con Félix.
Estaba seguro de que Mads supo leer lo que pensaba tan solo por la forma en como la miré.
—¿Y por qué no querría ir? ¡Es su cumpleaños y hay que celebrar! —Fai, comenzó a partir el pastel, poniendo una mueca de desagrado ante la pregunta de Mads.
—Ah, solo decía por... como no te gustan las fiestas en tu cumpleaños —Mads fue bajando cada vez más la voz con cada palabra. Fai se quedó con el cuchillo quieto en el pastel; y por un instante en mi mente todo se convirtió en una historia sangrienta y de terror.
—¿Desde cuando no te gustan las fiestas para tu cumpleaños? —preguntó Fai, molesta. Como si nunca le hubiese dicho eso a ella.
—Fabiana, ¿no te has dado cuenta que todos los cumpleaños de Valentín... no vamos a fiestas? —Félix se acercó a ella y le quitó el cuchillo—, ¿quién quiere pastel?
Fai quedó estupefacta. Incluso se lo había dicho en la semana, pero en su mente nunca lo asumió.
—Yo no, ya comí demasiado. —Mads señaló el otro pastel.
—¿Se lo comieron unos animales? —preguntó Fai burlescamente.
—Algo así —replicó Mads, como si no hubiese notado el tono de Fai. Me reí—. Félix es medio... animal —agregó. Y de repente mi risa no era tan feliz.
—¿Y tú? ¡Se la comió con la mano! —Félix buscó una respuesta mía.
—¡Ay! Maddie siempre hace eso —respondió Ariel. Le sacó la lengua a su amiga. Mads le revolvió el cabello que parecía haberse esmerado en alisar. Javier era lo más parecido a una estatua—. Fabiana soy muy fan de tus videos de ejercicios.
Fabiana le sonrió evidentemente molesta. El ambiente estaba tenso.
Esto es mala idea.
Debería decir que me siento mal.
—¿Vamos? —pregunté—. Llamaré un taxi.
—¡Esperen! —Ariel de su cartera sacó una botella de champaña. Y al mismo tiempo, Félix sacó otra desde el mueble—. Primero... lo primero.
Nos bebimos las dos champañas rápidamente como si fueran agua, y nos subimos al taxi mucho más felices y relajados de lo que estábamos minutos antes. No me gusta decir que el alcohol ayudó, pero lo hizo. Incluso en el taxi, Fai quedó sentada al lado de Mads y se fueron todo el camino hablando sobre una película que habían visto.
Ni me metí para mantener la calma.
Ya no me sentía tan tenso y reacio a esa fiesta. Y me sorprendí al darme cuenta de que quería divertirme y no correr al departamento a lamentarme sobre mi mala suerte.
El taxi nos dejó frente al club, y por estar de cumpleaños nos saltamos la fila enorme que había para entrar. La música retumbó en mis oídos de inmediato, y alguien, no sé como tan rápido, me puso un vaso en la mano. Nos fuimos al centro de la pista, y los demás compraron bebidas de unos chicos y chicas del mismo club que pasaban vendiendo con unas bandejas ajustadas a sus cinturones. Así que de pronto estábamos todos bailando, y bebiendo más.
Por al menos una hora cada uno fue feliz y olvidamos los problemas. Pero, nada es eterno y la felicidad no es una excepción.
De repente, Fai cogió a Mads del brazo y comenzó a bailar pegado a ella. Ambas comenzaron a saltar, reír, y beber más.; como si fuesen amigas. Fai en un instante se cayó, Mads la recogió apenas conteniendo la risa. Y al parecer Ariel se puso celosa y lanzó a Javier lejos para separar tanta cercanía entre su amiga y Fai. O quizás ella sabía toda nuestra historia y la imagen la tenía tan perturbada como a mí.
Pero toda las risas, los bailes, el frenesí que sentíamos de repente quedó en cero. No solo cuando vi que Félix se acercaba a besar a Mads frente a mí, sino que en un segundo, Félix estaba en el piso con el labio ensangrentado.
Pensé que había sido yo. Como cuando dicen que ciertas personas sufren de lapsus en los que hacen cosas que luego no recuerdan. Además estaba ebrio por completo, así que pensé seriamente que había golpeado a mi amigo. Porque... las ganas estaban.
En un principio la gente seguía bailando y moviéndose de un lado a otro como si nada hubiese sucedido, pero pronto se hizo un circulo alrededor de Félix quien ya se ponía de pie. Miré hacia todas partes. Mads no estaba...y Fai corrió a ayudar a Félix. Me acerqué a él.
—¡¿Qué pasó?! —grité lo más fuerte que pude.
—¡Santiago! —exclamó Félix, furioso. Me hizo a un lado para caminar hacia la salida. Justo Ariel y Javier ser habían ido a comprar bebidas. Con Fai seguimos a Félix y afuera estaban Mads y Santiago discutiendo. Él la tenía sujeta por el brazo, mientras ella trataba de zafarse sin éxito.
—¡Suéltala! —le ordené. Santiago me dirigió una mirada llena de odio y la soltó.
—¿Qué mierda haces? ¡No puedes llegar y golpear a alguien así! —Mads se llevó las manos a la cabeza.
Félix avanzó hacia Santiago y lo empujó, haciendo que este trastabillara hacia atrás. Santiago intentó golpearlo de nuevo pero Félix se corrió a tiempo y lo cogió por la camiseta. Mads comenzó a gritar y se puso entre ellos para separarlos. Corrí para sacarla de allí. Santiago le dio un último empujón a Félix antes de dirigirse hacia Fai.
—No me hiciste caso —gruñó. Los quedé mirando sin entender. Fai meneó la cabeza rápidamente y frunció el ceño en mi dirección. Sus ojos oscilaron hacia mi mano. Tenía a Mads de la mano, la solté lentamente—. Te dije que ellos dos están juntos. ¿Por qué no me creíste?
—¡No lo están! —Fai le lanzó el vaso de plástico que tenía en la mano. Santiago quedó con la camiseta llena de vodka—. ¡No digas mentiras! Ella está con Félix —gritó furiosa. Señaló a Mads. Fai lo decía como si no lo creyese realmente. Avanzó hacia mí y me empujó.
Había demasiado alcohol en nuestros cuerpos como para que actuásemos correctamente.
—Santiago, desaparece de mi vida. Por favor. —Mads estaba angustiada y tenía los ojos llorosos. Se separó de mí, aunque no sé por qué sentía que no era lo que quería hacer y se fue a ver a Félix.
—Y ahora estás con su amigo. —Soltó, seguido de una risa irónica—, ¿Tú no ves que eres solo para sacarle celos a él? —agregó, dirigiéndose a Félix, y luego señalándome a mí.
—Deja de tirar mierda. Estamos todos bien, y estás quedando como un imbécil. No tienes nada que hacer aquí —dije con firmeza. Pero creo que se me notó el nerviosismo en la piel porque Fai no dejaba de mirarme como si el cielo se le estuviese cayendo encima.
Santiago asintió en su dirección.
Mierda, era como si se estuviesen comunicando por la mente.
De repente, él sacó su celular y comenzó a buscar algo. Y empecé a pensar en si le había enviado a Mads algo que no correspondía.
Y rápidamente se me vino a la mente el mensaje que le había enviado mientras estaba en el hospital con Fai. Ella no me había respondido, pero sí lo había leído. Encontró su mirada con la mía. Pareció entender lo que pensaba y abrió la boca buscando aire. Se acercó corriendo a Santiago, pero ya era tarde. Santiago comenzó a leer en voz alta el mensaje y con la mano en alto.
—Sí, soy una opción. Soy todas las opciones. Es el momento correcto porque de otra forma no nos habríamos conocido. Quiero volver atrás. Ir a la cafetería y pedir un café hecho por ti. Te diría que te ves increíble... y que... —Mads lo empujó; y de un salto le arrebató el celular de las manos y lo lanzó lejos. Santiago miró a Fai—. Se lo envió hoy por la tarde. ¿Vi en tu Instagram que estuviste todo el día en el hospital con tu mamá enferma?
Puso una sonrisa estúpida que hizo que me abalanzara sobre él. No me importó que nunca me hubiese metido en una pelea y que no tenía idea de cómo hacerlo, pero de repente allí estaba yo: golpeando a Santiago y él a mí. ¿Por qué quería dañar más a Fai? Yo ya le había hecho suficiente daño; y además tenía a su mamá en el hospital. Félix trató de separarnos y se llevó varios golpes, reaccioné cuando Félix me cogió por los hombros y Javier apareció para retener a su hermano.
—Fai se ha ido —murmuró Félix, como para hacerme entrar en razón—. No olvides que ustedes han estado juntos por años. Independientemente de lo que sientas ahora, tienes que ir a buscarla —agregó. Eso yo lo sabía, le había roto el corazón de una forma casi traumática. Me imaginé si me pasara lo mismo.
Mads se encontraba de pie, mirando el suelo, mientras se mordía una uña insistentemente. Subió la mirada en el instante en que comencé a buscar a Fai desesperado. Sentí su desesperación, su pena. Apretó los labios fuertemente, con los ojos llorosos. Estábamos más lejos que nunca. Me quería a mí, lo podía ver...De repente alzó su brazo y me señaló el camino hacia su derecha.
Mierda, que fatal me sentí. Por Fai y por Mads. Todo mi culpa, y cuando me giré en la dirección señalada para ir a buscar a mi novia, sentí dos cosas: una que perdía a Mads y la otra, que a pesar de que había sido como la mierda... lo de Fai por fin estaba terminado.
Me dolía el alma; y por no hacerla sufrir y demorar las cosas buscando un momento perfecto, lo hice peor. Corrí en su dirección. Sin mirar atrás. Me angustié tanto corriendo que me puse a llorar, y él aire comenzó a faltarme.
Vi a Fai parada en una esquina, mientras esperaba el semáforo. Se giró cuando me iba acercando. Resoplé. Y allí no solo vi a la persona de la que había estado enamorado, sino que vi a mi compañera de años, sufriendo por mi culpa. Fai me había acompañado en cada paso, decisión, y aventura durante cinco años. Y yo... la hice sufrir terriblemente.
No digo que está mal enamorarse de alguien más, eso pasa. Pero hay formas y formas. Y definitivamente así no debía enterarse.
Llegué a donde estaba ella.
—Perdón... perdóname Fai. No quise... no quería hacerte sufrir.
—Pero lo hiciste de todas formas. Soy una idiota, ¿sabes que me perturba más?... que ese imbécil me haya intentado decir la verdad días atrás y yo no le creí. —Me miró con las lágrimas avanzando rápidamente por su cara—. He sido tu amiga todo este tiempo. He sido tu amiga y compañera en cada paso durante años. Y ahora llegas y me haces daño como si no te importase nada. Como si yo fuese cualquier persona. ¿Me conociste ayer acaso? Sabías lo que me haría daño... y aún así lo hiciste. Eso no se le hace a nadie que ames. Mírame. ¿No me ves a mí?
Habló con tanta intensidad y dolor que apenas podía responderle.
—Yo... no supe cómo enfrentarme a esto...—dije con la voz fallándome—. Perdóname, no debería haber sido así. Me equivoqué...
—¿Enfrentarte a esto de enamorarte de alguien más?
—No estoy enamorado de Mads —repliqué, de inmediato. Eso no lo sabía.
—Pero tampoco estás enamorado de mí. —Tomó aire y lo expulsó lentamente—. Dime la verdad, ¿quieres estar conmigo?
Miré hacia los lados.
—No quiero... no quiero estar contigo —dije, por fin—. Pero —tragué saliva—. No sabía cómo decírtelo. Porque yo te amo Fai, lo hago. Aunque no estoy enamorado de ti. Intenté decirterlo ayer y parecía que te ibas a derrumbar allí mismo. No lo puedo seguir negando, ya no siento lo mismo— confesé, sin dejar de mirarla a los ojos.
Tomó aire profundamente. El odio que sentía ella por mí en ese momento tenía cargado todo el aire. Me odiaba y me despreciaba; y no sabía qué iba a ser yo con el odio de mi novia de tantos años. Se limpió las lágrimas e inesperadamente sacó su celular y le dio play a una grabación. Me costó demasiado comprender que era yo, diciendo cosas de Mads.
Era todo lo que le había dicho el día anterior, cosas que no sentía. Todo para que dejase el tema de Mads.
Tú eres mucho más bonita
Yo no estaría con la chica que se metió en mis cosas.
A mí me gustan las personas que tienen más claro qué quieren hacer con su vida.
Me quedé helado. No solo por lo que yo dije sino porque Fabiana hacía eso. ¿Quien era?
—Cuando Santiago me dijo que había algo entre ustedes dos, no quise creerlo, pero de todas formas me cercioré de llevarte al punto en el que dijeras estas cosas. —Comenzó a decir, más tranquila, como si se hubiese sacado la máscara de la novia sufriendo.
—¿Por qué?
—Porque a mí no me cambian así como así. Así que... está bien. Ya no me amas y sabía que llegaríamos al punto en que terminarías conmigo. Y lo acepto con todo lo que eso implica: el corazón destrozado y un dolor que no sé cómo superaré. Soy sincera y te digo que me va a costar salir adelante sin ti. —Meneó la cabeza—. Pero tampoco te iba a dejar ir tranquilo, como si nada. Armando una relación con Mads mientras yo apenas podré comer de la pena. Así que tampoco estarás con ella —aseguró. Se puso el cabello tras la oreja, las manos le temblaban.
No podía hablar, era como si el aire se hubiese congelado en mi garganta, impidiéndome hablar... e incluso respirar.
—¿Qué haces, Fabiana? —dije, al fin.
—Y te voy a decir algo más, Valentín. Si tú... insistes en estar con ella, entonces yo voy a decirle a todos mis seguidores lo horrible que has sido conmigo y cómo me engañaste con ella. ¿Qué crees que pasará?
Destruirían a Mads. Sí, Mads ya tenía muchos seguidores y subiendo cada día, sin embargo, Fabiana tenía toda una comunidad armada desde hacía tiempo. La cantidad no era comparable.
—No hagas eso. Fai...—Estaba más dolido que molesto. No lo podía creer, nunca pensé que haría algo así.
—Mira. Te ofrezco un trato. Quédate un mes más conmigo. Hasta que se haga el lanzamiento de los nuevos sabores de Tubarrita. Si no logro que me ames nuevamente en este tiempo, entonces te dejo ir. Y nunca publicaré nada.
Me refregué la cara con las manos.
—¿En serio piensas que me voy a enamorar de nuevo después de lo que acabas de hacer? —pregunté, furioso.
—Un mes. Es todo lo que te pido.
—¿Por qué lo haces? —Ya no podía ni mirarla.
—Porque mi mamá está enferma Valentín y puede morir. Si además de pasar este tiempo sufriendo por ella, lo tengo que hacer por ti también, entonces no quiero vivir. ¿Puedes acompañarme?
—¿Qué dices de tu mamá? Ella está bien.
Meneó la cabeza.
—Le encontraron unas células cancerígenas. Quiero estar con ella todo este tiempo, pero... tengo que organizar mi vida, el trabajo, tu... ida. Necesito tiempo. Después del lanzamiento de tubarrita tomaré menos cosas, allí estaré más con mamá. Y tú... podrás hacer lo que quieras. Aunque... —Tragó saliva y esperó a que la mirara.
—¿Aunque?
—No podrás estar con ella. Eso nunca pasará. Deja que esté con Félix. Hoy cuando lo llamé me dijo que le gustaba Maddie.
—Fai, no puedes hacer algo así. No te reconozco, no creo que seas capaz. Mads no tiene la culpa de nada... Yo soy el único culpable aquí.
Se encogió de hombros.
—No me importa quien es el culpable. Pero no quiero que tú seas feliz ahora, Valentín. No mientras yo sufro.
De repente una idea perturbadora se me vino a la cabeza.
—¿Tú le dijiste a Félix que saliera con Mads?
—Resulta que le gusta de verdad. Y sí... hoy le dije que Mads estaría sola en la editorial. Le dije que íbamos a ir a bailar y que la convenciera de que fuera... Aunque desde antes de que la conociera, él estaba dispuesto a conquistarla solo para alejarla de ti... para que yo no sufriera. —Se encogió de hombros—, pero bueno... finalmente ya se conocían y se gustan realmente. Así que no es como que él está siendo falso o algo. Lo puedes ver tú mismo...
Menee la cabeza.
—Adiós, Fabiana.
—Dime de inmediato si me acompañarás este mes. Si no... preparo mi declaración de mañana.
—Estaré contigo. Como amigo... tu y yo, ya terminamos. Me decepcionaste.
—Gracias. —Es todo lo que dijo, y siguió caminando.
—Que cumpleaños de mierda —murmuré. Me senté en una escalera cercana y me quedó con la cabeza entre mis manos.
Si estoy con Mads, no solo Fai intentará arruinarle su carrera... si no que se enterará de esa grabación.
Ok. Creo que hasta aquí llegó todo.
Muy bien, Valentín.
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Holaaaa bbs, ¿Cómo están? ¿cómo está la vida? Yo por aquí cumpliendo con el capítulo <3 Recuerden que pueden seguirme en instagram (Valesminombre)
Valentín. Casi... casi tu cumpleaños no es tan terrible.
¿Qué les parece Fabiana? Ya se volvió un poco loquita. No la justifico pero debe tener el corazón roto.
#TeamFélix.
#Team Valentín.
#Team Santiago (este es broma jajaja...)
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