PUNTO DE QUIEBRE

PUNTO DE QUIEBRE.

"¡OH NO!" Grito Lincoln con preocupación.

"Lincoln ¿Qué sucede?"

"¡AYUDENME! ¡ESTA HERIDA!" Grito el peliblanco.

"Vamos para allá Lincoln, sigue hablándonos."

"¡Estoy aquí chicos!" Exclamo el peliblanco.

Se fueron acercando, y vieron al peliblanco quitando un montón de escombros, ahí fue cuando vieron el motivo de los gritos de Lincoln.

"¡OH, DIOS!" Exclamo con terror.

"¡DIOS MIO!"

"¡Ayúdenme a sacarla de aquí rápido!" Ordeno el peliblanco.

Fueron a auxiliarlo de inmediato y sacaron a la chica de ahí.

"Por favor resiste." Dijo el peliblanco angustiado, saco su celular e hizo una llamada. "Necesito una ambulancia en la feria del condado de Royal Woods, pero rápido."

"¿Cómo es posible que pasara esto?"

Lincoln seguía aturdido, y ese comentario cayó como un rayo en su cabeza, sabiendo quienes eran las causantes de todo, algo despertó en él, algo que no había despertado en mucho tiempo.

"(Esas Niñas... Esas malditas... Esas infelices...)" La furia total rodeaba sus pensamientos.

Fueron sacándola con cuidado para no lastimarla, hasta que la ambulancia llego para llevarla. Fueron con ella hasta llegar al hospital. La llevaron a urgencias mientras que ellos esperaban en la recepción.

Lincoln seguía mal, sentado en la silla, el recuerdo de la escena no paraba de retumbar en su cabeza, mientras se distorsionaba y unas risas malévolas se hacían sonar, llevando sus manos a su cabeza.

"Malditas..." Dijo Lincoln en voz baja.

Los dos que lo acompañaban estaban preocupados, y vieron al peliblanco como estaba, se le acercaron para tratar de calmarlo.

"Tranquilo Loud, nosotros también estamos preocupados por lo que paso, pero trata de mantener la calma."

"Los doctores ya la están atendiendo Lincoln, todo estará bien, tu no tuviste la culpa."

Pero esto parecía ser en vano, no lograban que el peliblanco cambiara de cara, seguía en estado de shock.

En eso, un par de adultos entraron al lugar con rostros muy preocupados, vieron a los chicos y se dirigieron a ellos.

"Chicos ¿Qué ocurrió?" Pregunto la señora.

"Hubo un accidente en la feria, se empezaron a derrumbar algunas atracciones y tratamos de salir lo rápido posible, pero no pudimos evitar que ella se lastimara."

"¿Cómo esta ella?" Pregunto el señor con preocupación.

"Aun no nos han dicho nada, tenemos que esperar que él doctor salga."

El doctor salió de la habitación, dirigiéndose a la recepción.

"Familiares de... Rachel River." Dijo el doctor.

"Nosotros doctor, ¿Cómo está mi hija?"

"Temo te decirles esto... pero... no pudimos salvarla, lo siento mucho."

"NO, no... mi hija no puede estar muerta." Las lágrimas de los señores.

"CORTE, CORTE, CORTE. Estuvo bien la escena, pero se equivocaron de nombre, tenemos que volver a hacerla." Dijo un señor que estaba sentado en una silla. "Genial, y ese chico hizo que la escena fuera más creíble."

El tipo se fue acercando al peliblanco. "¿Cómo te llamas chico? Te puedo dar un papel para..."

El peliblanco ya estaba cansado de las tonterías que decía el tipo, se levantó. "LARGO DE AQUÍ, ¡¿QUÉ NO VE QUE ESTOY EN MIS PROPIOS PROBLEMAS?! LÁRGUESE AHORA MISMO.

AAAAAAHHHH."

El tipo asustado solamente se alejó del peliblanco, mientras que este se sentó nuevamente con las manos en la cabeza.

"¿Quién rayos se le ocurre grabar en un hospital sabiendo que hay gente aquí?" Preguntaba Liam.

"Y todavía confundir mi nombre, que mal gusto." Dijo Rachel, se acercó a Lincoln. "Lincoln tranquilo, alterarte no va a ayudar, Sayaka estará bien, no pienses que esto es tu culpa."

Lincoln seguía perdido en su cabeza, su expresión en su rostro lo reflejaba, lo único en lo que tenía su mente, era esa escena, seguía jugando con su cabeza, y parecía estar al borde del colapso.

"¿Lincoln?" La pelinegra llamaba al peliblanco.

Un teléfono sonó, era el teléfono de Liam, se dispuso a contestar la llamada.

"Hola."

"Liam, ¿Qué fue lo que paso? Recibimos una llamada del hospital diciendo que nuestra hija estaba lastimada."

"Señora Anderson, lo que paso fue que en la feria, las atracciones comenzaron a desplomarse, tratamos de escapar, pero fue imposible, trate de cubrir a Sayaka, pero fue demasiado tarde." Dijo Liam. "Ahora mismo la están atendiendo, solo nos queda esperar el diagnostico."

"En un momento llegaremos, solo espero que mi hija este bien." Dijo la señora Anderson.

"Esperemos que sí." Dijo Liam y colgó la llamada.

El doctor salió, yendo a recepción con su portapapeles. "¿Familiares de Sayaka Anderson?"

"Nosotros, ¿Cómo esta ella?" Pregunto el peliblanco preocupado.

"¿No hay familiares adultos?" Pregunto el doctor.

"Ellos vienen en camino, solo díganos el diagnostico." Dijo Liam.

"La paciente está bien, logramos estabilizarla, por ahora tiene una pequeña contusión, una pierna rota, y la muñeca y mano derecha rotas. Por ahora se encuentra estable, en cuestión de dos semanas la daremos de alta." Dijo El Doctor.

"¿Podemos pasar a verla?" Pregunto Rachel.

"Claro, acompáñenme." Dijo el doctor, llevándolos a la habitación.

Llegaron en cuestión de minutos, abrieron la puerta y vieron a Sayaka siendo atendida por la enfermera.

"Meli, dejemos que las visitas hablen con la paciente." Dijo el doctor, y pasaron a dejarlos con Sayaka.

"Hola chicos, ¿Están bien?" Pregunto Sayaka.

"Nosotros debíamos preguntarte eso Saya." Dijo Lincoln.

"Tranquilo Lincoln, si mi anterior escuela no me mato, nada lo hará." Dijo Sayaka quien trataba de sentarse de poco a poco.

Liam la ayudo un poco, ya que no quería que se lastimara más. "Lamento no haberte protegido Saya, trate de mandarte lejos de esos escombros, pero falle."

"No te preocupes Liam, estoy bien, de eso puedes estar seguro." Dijo Sayaka.

"Nos alegre que estés bien, estábamos preocupados de que fuera algo más grave." Dijo Rachel.

"Descuida, no iba a dejarlos, solo fueron unos cuantos golpes, esas niñas necesitaran más que eso para derribarme." Dijo Sayaka.

"Ya comienzas a sonar como Lincoln jaja." Bromeo Liam, y rieron por eso.

Lincoln se había quedado en silencio, no por el chiste, sino por ver a la pelo azul en ese estado, le alegraba ver que estaba bien, pero no podía ocultar su ira contra sus hermanas por hacer esto.

Llegaron los padres de Sayaka, entrando a la habitación preocupados por su hija haciéndole un millón de preguntas. El peliblanco se apartó y salió de la habitación, vio su celular, le había llegado un mensaje de parte de ellas.

_ Esperemos que te haya quedado claro la advertencia Lincoln, de otro modo, esta vez iremos por tu otra amiga. _

Lincoln ya estaba harto de todo esto, guardo su celular y camino con dirección a la salida, quería desquitarse con ellas por lo acaban de hacer, pudo haberlo pasado anteriormente, pero ahora no, ya no, ahora quería hacerlas pagar.

Sin embargo, alguien lo detuvo poniendo una mano en su hombro.

"Lincoln, sea lo que pienses hacer, no es buena idea."

"Lo sé, pero no pienso quedarme de brazos cruzados. Puedo pasar que me hagan cosas a mí, pero cuando se meten con ustedes es donde han cruzado todo mis límites." Dijo el peliblanco molesto.

"Entiendo cómo te sientes, pero actuar como ellas no solucionara las cosas, puede que hayas entrenado un poco, pero la diferencia es muy grande como para que las enfrentes tu solo, y no quiero verte como te dejaron la última vez. Eres mejor que eso, y tú nunca has sido así."

"Si no le pongo un alto, ellas seguirán metiendo sus narices donde no deben." Dijo el peliblanco.

"Veo que no puedo hacer que cambies de opinión..." Esa persona sonrió. "Que remedio... iré contigo."

"De ninguna manera Rachel. No quiero arriesgarme a que ellas te hagan algo, por culpa de mis errores ahora es que Sayaka esta postrada en una cama de hospital, y no me perdonaría si algo te llegara a pasar." Dijo Lincoln.

"Bueno... no pienso dejarte solo en esto, y no me harás cambiar de parecer. ¿Lo has entendido?" Dijo la pelinegra, pero sin darse cuenta de que el peliblanco se había marchado. "Diablos."

En la casa Loud, uno pensaría que estarían gozando del éxito de su plan, sin embargo, esta sería una excepción ya que todas tenían algo que recriminar, o tal vez... a alguien.

"Muy bien payasita, confiesa." Dijo Lori molesta.

"Si Lori, Gary fue quien se hizo popo en tus zapatos." Dijo Luan, quien estaba amarrada a una silla.

"¿Qué? No, espera... ¿tu maldito conejo se hizo en mis zapatos?" Pregunto Lori molesta.

"No es para tanto, las mascotas de Lana han hecho cosas peores con tu ropa." Dijo Luan sin mucho interés.

"No nos desvíes del tema, por tu culpa fue que no pudimos ejecutar bien el plan. Todo este tiempo tenía razón, estas de lado de Lincoln y nuestros anteriores planes tampoco funcionaban porque tú te entrometías." Dijo Luna molesta.

"Vaya hasta que por fin lees entre líneas, alguien denle una galleta a la intento de rockera." Dijo Luan sin interés.

"No te quieras pasar de lista niña, tu has ayudado a Lincoln a nuestras espaldas para que el nos supere, o quieres quedarte con el puesto de la mejor en la casa." Dijo Lola molesta.

"Para empezar no lo he ayudado en nada, por otro lado, ni tu ni ninguna de ustedes tiene el puesto de la mejor de la casa, eso lo tendría Linka y Liberty." Dijo Luan. "¿Qué? ¿O es que nunca se han fijado en la habitación de las trillizas? Es la más grande, tienen televisión, ropa cara, cosas mejores. ¿Por qué creen que nuestros padres les piden más ayuda a ellas que a las demás?"

"No quieras escudarte de tus tonterías. Mejor respóndenos esto, ¿Por qué ayudas a ese inútil?" Pregunto Lana.

"¿Quieres saberlo mugrosa? Bien, entonces callen y escuchen. Ya estoy harta de todo este asunto, ¿Creen que tienen el derecho de lastimar a nuestro hermano? ¿Creen que pueden herirlo y salirse con la suya? Y pensar que me deje cegar con su estúpida ideología de querer ser las mejores, y el precio de eso fue perder a la única persona que me apoyo durante todo este tiempo.

Podrán ser talentosas, pero de no ser por Lincoln ninguna de ustedes estaría en el lugar donde están, y eso lo saben perfectamente. Cometí un grave error con él, y eso hizo que ya no confiara en mí, pero ahora... las cosas son diferentes, no pienso permitir que le hagan daño... otra vez." Dijo la comediante molesta.

"Jajaja, hay querida, tan solo mira tú situación. Pensé que no podías causarme una risa, pero veo que lo hiciste. Es una lástima que haya decidido irte al bando incorrecto, aunque si te soy sincera, no esperaba mucho de ti. Siguiendo atada a tu debilidad, cuando ese tonto, solo es un peón que solo nos servirá para engrandecernos.

Y ahora lo habremos domado con esta advertencia. Menos mal que mi intuición nos permitió poder ejecutar el plan a la perfección." Dijo Linka.

Pese a Luan estaba enojada, por un extraño motivo sonrío.

"Sabes Linka, podrás ser muy ingeniosa con estos planes, pero de verdad crees que puedes hacer que Lincoln ceda. Pudiste causar un daño colateral, sin embargo..."

En ese momento un sonido fuerte se hizo presente en la casa. La puerta había sido pateada por un albino quien no tenía un rostro muy amigable, iba subiendo las escaleras con enojo, y fue a la habitación de Lori y Leni.

"¡¿DÓNDE ESTAN MALDITAS?!" Grito el peliblanco, pateando la puerta de la habitación, posteriormente lo hizo con la de Luna y Luan, luego con la de Lynn y Lucy, siguiendo con la de las gemelas, y yendo con la de Lisa y Lily.

"Has despertado al monstruo amiga." Dijo Luan con una sonrisa desafiante.

Lincoln pateo la puerta de la habitación, logrando abrirla. Todas voltearon a verlo, viendo que tenía un rostro que marcaba furia absoluta.

"Ustedes pudieron haberme hecho sufrir, y puedo dejar pasar que me golpeen, pero cuando se meten con mis amigos, ¡NO SE LOS PERDONARE!" Lincoln se lanzó contra ellas.

Lynn por instinto salió en defensa, dando un golpe al peliblanco. Hizo que retrocediera un poco, pero no evito que siguiera atacando con una oleada de golpes y patadas, donde la deportista solo podía defenderse como podía.

En una de ella, Lincoln logro encestar un golpe al rostro, siguiendo de una patada a las costillas, una patada giratoria a su estómago, y culminado con un codazo a la cara.

Iba directo contra Linka y Liberty, pero Luna salió al quite, bloqueando un golpe del peliblanco. Le dio una patada en su estómago y un golpe en mentón, logrando derribarlo.

Lincoln no se iba a quedar atrás, y la tiro con una patada a sus piernas, y una patada a la cara, sacándole un diente. Se levanto y fue sorprendido con una abalanza de las gemelas, pero las sujeto del cuello y las levanto para arrojarlas contra pared.

Lori siendo la de más peso, trato de sujetarlo para inmovilizarlo, aunque el peliblanco le dio un pisotón en el pie la tiro con una patada, para luego darle un puñetazo.

Con Leni solo le dio un puñetazo en el estómago y un rodillazo para tirarla. Lisa le lanzaba varias cosas, y este solo podía bloquear, hasta acercarse para empujarla fuertemente con la pared.

Tenía en frente a las trillizas, con enojo creciente en su alma, estaba dispuesto a hacerlas pagar con todo lo que tenía.

"Ahora ustedes siguen." Dijo el peliblanco con enojo.

Las peliblancas solo se pusieron en guardia, y cuando Lincoln estaba a punto de atacar, fue atacado con un golpe bajo por parte de Lucy. Se agacho por el golpe y tratando de levantarse, pero la gótica volvió a darle otro

"¿Siempre entras sin tocar? Que maleducado." Dijo Linka. Y le dio una patada en las costillas.

"Debo reconocer, que tienes valor para enfrentarnos Lincoln." Dijo Liberty. Y le dio una patada en el estómago.

"Pero, por más que lo intentes, nunca lograras superarnos. La familia, necesita que le demos el prestigio, pero no has sido tú quien tenía que dárselo, nunca has sido tú. Nosotras, somos quienes estamos destinadas a tener éxito." Dijo Linka, y nuevamente lo pateo.

"Sin importar el precio de ello." Dijo Liberty, y le dio otra patada.

"Te lo advertimos Lincoln, no nos hiciste caso, ahora atente a las consecuencias de no reconocer tu lugar en la casa, nosotras, somos superiores a ti." Dijo Lucy.

Linka y Liberty rodaron los ojos, pero aun manteniendo la misma expresión. Las demás chicas se fueron levantando, viendo la escena que estaban armando.

"Es ahora de que pagues tonto." Dijo Lynn, tronando sus dedos.

Lincoln se levantaba, pero aun con la intención de atacar. "Se los he dicho antes, no les tengo miedo. Y no me importa morir en el proceso, yo seguiré peleando mientras tenga una razón para vivir, no importa cuantas veces eso me destruya, me coma, o me la quiten. ¡Vamos! ¡Ataquen!"

Luna estaba por dar un golpe, pero un extraño objeto en forma de lata, pero con una especie de detonador, y tenía pintado un ratón en él, apareció entre el peliblanco y la rockera. Finalizando su secuencia de tiempo, se activó, liberando una oleada de humo.

Unos cuantos derribos se oyeron, y hasta golpes oyeron. Pero cuando la nube de humo se disipo, vieron que estaban en un todas contra todas, y peliblanco se había ido.

"Un momento ¿Qué acaba de ocurrir?" Fue cuando vieron la silla vacía, donde estaba atada la comediante.

"Esa payasa nos tendió una trampa. Ya verán cuando les pongamos las manos encima." Decía Lynn molesta.

"Déjenlo así, por ahora no vale la pena perder el tiempo, y más sabiendo que llegaron nuestros padres, debemos mantener el perfil bajo por ahora. Pero algo lo tengo seguro. Esto acaba de empezar." Dijo Linka. "Ahora salgan de mi habitación."

Mientras tanto, vamos al ático de la casa, donde estaban Luan y Lincoln. Ella estaba aplicando una pomada en el estómago y las costillas del peliblanco.

"¿Sabes que enfrentarte a ellas era una locura? ¿No?" Dijo Luan. "Aunque debo reconocer que fue grato, ver como caían una a una."

"¿A qué quieres llegar Luan?" Pregunto Lincoln serio.

Luan suspiro. "Eres mucho mejor que esto Lincoln, y lo sabes."

"¿Crees que quería llegar a esto? A ellas no les importa matar a gente inocente solo para mantenerse en su nube de falsa grandeza." Dijo Lincoln.

"Pero crees que se detendrán si resuelves el problema con esto." Dijo la comediante levantando su mano. "Esto, solo te traerá más."

"Las cosas hubiesen sido diferentes si ellas o tu pensaran así. Pero si ellas no se detienen, no veo la razón del porque no deba defenderme." Dijo Lincoln.

"¿Esto le llamas defensa?" Pregunto Luan. "Entiendo tu frustración de no poder defenderte, y tampoco a los que te importan. Pero esto no te llevara a nada bueno, solo te reduces, al nivel de ellas, y solo te arriesgas, a que te manden al hospital." Dijo preocupada.

"¿Y eso desde cuanto te importa?" Pregunto Lincoln.

"Se que sigues molesto por eso. Pero no permitiré que eso pase de nuevo, te salve de una paliza. Tómalo como un primer paso." Dijo Luan.

Lincoln hizo a un lado la mirada. "Si ellas creen que me derrotaron con eso, pues están equivocadas." Dijo molesto.

"Lincoln... no creo que debas de hacerlo... aunque tu dolor sea grande... se que... cuando la perdiste..." La castaña no pudo seguir porque el peliblanco la interrumpió agarrándola de su suéter.

"¡No vuelvas a mencionarla! Ahora mis amigos son mi presente, y hare lo que sea por protegerlos." Dijo Lincoln, pero la soltó mientras se arrodillo, derramando unas lágrimas. "Ustedes... ustedes."

Luan se agacho, y abrazo al peliblanco. Como si no hubiera un mañana, siguió abrazándolo. Antes solo pudo ser indiferente ante su hermano, pero ahora, debía cambiar, y lo haría por él.

"Se que he sido una hermana horrible, y que acabe con los buenos tiempos. No te pido que me perdones, sé que eso es imposible, pero dame una oportunidad de ayudarte, de ser la hermana mayor que debí ser para ti." Decía con la voz quebrada y ojos llorosos.

Lincoln por un momento sintió como su corazón latía con fuerza, hace mucho tiempo no recibía una muestra de ese cariño que pensó que había perdido para siempre.

Al parecer las palabras de Megumi eran ciertas, aun había algo de amor en su familia para él.

"Mi hermana la comediante, la payasa, está llorando." Dijo Lincoln con una pequeña sonrisa.

"Los payasos también lloramos Linc." Dijo Luan.

"Lo sé, pero... al menos... lloramos juntos." Dijo Lincoln.

"¿Louds Forever?" Dijo Luan cerrando su puño.

Lincoln vio eso, dudo un momento, pero nuevamente sonrió y choco los cinco con ella.

"Louds Forever." Finalizo el peliblanco.

CONTINUARA...

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