CONSUELO
CONSUELO
El peliblanco estaba en la cocina desayunando, era temprano así para no llegar tarde. Termino y lavo sus platos y los coloco en la lacena, tomo sus cosas y salió de la casa. Estaba bastante animado y quería gozar de todo lo que este día le podía brindar. Era domingo así que no tendría ningún problema para estar libre.
Dio un recorrido por la ciudad viendo que era lo que podría hacer hoy. En ese trayecto logro ver un pequeño poster donde estaba un pequeño club de cocina, sabiendo que ha estado experimentando con varios platillos, lo mejor sería echarle un vistazo.
Viendo la dirección recorrió unas cuantas calles llegando a la ubicación. Entro y presencio una recepción donde estaba una trabajadora.
"Disculpé, vi un poster donde estaban buscando algunos estudiantes, y vine para echarle un vistazo al lugar." Dijo Lincoln.
"Jajaja, chico, aquí no estas para entrar y ver, aquí debes de prepararte para cada platillo que vayas a preparar, aquí solo aceptamos a lo mejor de lo mejor, crees que puedes venir sin que demuestres de que eres capaz." Dijo la recepcionista con intensidad.
"(Es demasiado intenso para mí.) Entiendo..." Decía el peliblanco un poco incómodo.
"Viendo que has venido aquí, entra al salón 23, ahí estarás con unos cuantos alumnos y se te pedirá que hagas un platillo y ver si apruebas o no chico." Dijo La recepcionista.
"Okey... gracias." Dijo el peliblanco y fue a dicho salón. Al llegar, entro y vio a los demás estudiantes y profesores.
"Hola, me dijeron que viniera acá para..." Decía Lincoln, pero fue interrumpido.
"Entiendo, vamos, ponte tu uniforme y toma asiento, veamos si puedes pasar la prueba." Dijo el profesor.
Sin perder tiempo entro y fue a buscar un uniforme para ir a cambiarse. "(Vaya que aquí van sin rodeos, supongo que si necesitan estudiantes a como dé lugar.)" Pensó.
Termino de cambiarse y fue en su lugar de trabajo.
"Bien, este trabajo será en parejas, así que tendrán que preparar un platillo que logre satisfacer mi paladar, lograran aprobar, para el caso del chico nuevo será para ver si puede quedarse aquí. Así que pueden comenzar."
Los demás comenzaron a trabajar, Lincoln no tenía pareja aun, pero supuso que no tardaría. Su pensamiento se hizo realidad cuando entro alguien al salón.
"Lamento la demora, fue un poco difícil poder llegar." Dijo una chica de cabello azul.
"No te preocupes, ve con tu compañero, está en tu mesa de trabajo." Dijo el profesor.
La chica fue a su mesa y se topó con el peliblanco. "¿Lincoln? ¿Qué haces aquí?" Pregunto la chica.
"Hola Megumi, es un gusto volver a verte, me enteré que buscaban estudiantes y quise probar algo nuevo con mi cocina." Respondió el chico albino.
"Que bien Lincoln, Veo que ya estas mejor que aquella vez, estaba algo preocupada por ti." Dijo Megumi.
"No te preocupes por mí, solo fueron unos cuantos inconvenientes en el camino, pero ya estoy bien." Dijo Lincoln.
En ese momento entro otra chica, para desgracia de Lincoln sabia de quien se trataba con tan solo oír su tono de voz. Esa persona fue acercándose a su estación de trabajo, para mala suerte, era al lado del peliblanco.
"¿Tu qué haces aquí?" Pregunto.
"Quise probar cosas nuevas, y supuse que este sería buen lugar para pulir mis habilidades culinarias." Respondió el peliblanco.
"Tal vez pudiste superar a papa con sus propios platillos, pero me asegurare de acabar contigo. Sabiendo que no puedes conseguir tu propio talento, no puedes buscar tu propio lugar, que patético eres." Dijo.
"Al menos no tengo que depender de nadie para hacer mis propias cosas. Y te aclaro algo. Esto solo es algo que quiero probar, y si me termina gustando, no veo cual sea el problema de que quiera ser chef o algo por el estilo, a menos que tenga una hermana que no resiste la idea de compartir escenario. ¿O si Liberty?" Dijo Lincoln.
"Si tengo que aplastarte para ser la mejor, con gusto lo hare, si quieres podemos comparar los platillos cuando terminemos." Dijo Liberty con una sonrisa desafiante.
"Cuando gustes." Dijo el peliblanco de la misma.
Megumi presenciaba todo el espectáculo con los peliblancos, ya había visto a la peliblanca en un par de ocasiones, aunque podía notar que ambos no se llevaban para nada bien. Se puso un poco nerviosa ya que ella no le gustaban los problemas.
Todos los estudiantes seguían cocinando, unos eran cuidadosos con sus pasos, mientras que otros seguían a otro ritmo. Por parte de los albinos, tenían habilidad para manejar el cuchillo. Sus respectivos compañeros ayudaron en los pasos.
Terminaron de preparar al mismo tiempo, la peliblanca fue la primera en pasar. Su platillo consistía en carne de pato aun con un par de huesos bañado en una salsa y rodeado con una variedad de vegetales.
El instructor probo un bocado. "Excelente, supiste como aprovechar el sabor del pato con los acompañamientos al igual que la salsa." Dijo.
"Se lo agradecemos." Dijo Liberty.
Lincoln y Megumi probaron el platillo que su hermana le había dejado, era exquisito, algo que se podía esperar de ella sabiendo que es la segunda al mando en el restaurante de su padre, obviamente esta por un nivel superior a él, pero sabia como es que funcionaban las cosas, y en parte es más gracias a ella que el restaurante tenga el prestigio que tiene ahora.
"El pato es muy jugoso, más aparte de que supo freírlo bien, la salsa se convierte en el factor definitivo para que haga juego con los acompañamientos." Dijo Megumi en voz baja.
"Sabía que lo haría, preparo uno de los platillos del restaurante, aunque con modificaciones para el resultado fuera mucho mejor." Dijo Lincoln.
"¿Crees que nuestro platillo se lo suficientemente bueno para pasar?" Pregunto la pequeña al peliblanco.
"Conozco muy bien a mi hermana, aunque no tenía nada pensado por ahora como para competir jeje." Dijo Lincoln con una sonrisa, algo que solo preocupo más a la chica.
La peliblanca se acercó al peliblanco con una sonrisa de burla. "Veamos que nos tendrás preparado hermano, seria decepcionante sino logras quedarte." Dijo y mostro un papel donde decía "Aceptada."
Lincoln y Megumi fueron a presentar su platillo. A simple vista se veía como un omelette simple, pero la diferencia era que estaba tambaleando como si de una gelatina se tratara.
El instructor lo probo. "Vaya, esto sí que es sorprendente, el sabor es de un omelette, pero su textura es similar a la de un suflé." Dijo el instructor.
"Incluso con la salsa de tomate y la inclusión de especias complementan a la perfección el plato." Dijo Liberty.
El peliblanco se acercó a la peliblanca con una sonrisa de satisfacción.
"También me aceptaron." Dijo el peliblanco mostrando su papel de aceptación. "Creo que nos veremos más seguido hermanita." Dijo sacudiendo un poco su pelo.
"A veces los perdedores tienen suerte, a ver si pasas la semana Lincoln." Dijo Liberty con algo de molestia. "(Veamos si todavía tendrás amigos luego de lo que les vamos a hacer)" Pensó y se marchó.
"Bien hecho Megumi, no sabía que eras tan buena cocinando." Dijo el peliblanco.
"Jeje, gracias, aprendí de un compañero antes de venir a la ciudad, es muy bueno cocinando, aunque siempre me daba a probar sus raros experimentos." Dijo la pelo azul con algo de escalofríos.
"Entiendo, también mi hermana suele ser así a veces." Dijo Lincoln.
"Por lo que veo no se llevan muy bien." Dijo Megumi.
"Bueno, solo tenemos nuestras pequeñas diferencias, no es nada que no pueda manejar." Dijo el peliblanco.
"Lincoln, desde la vez que te ayude note algo extraño en ti, desde tu comportamiento, y mucho más cuando mencionamos a tu familia. Mira, no tienes que decirme si no quieres, apenas nos estamos conociendo." Dijo Megumi.
"Bueno, sé que puedo confiar en ti. La vez que me ayudaste es algo que no dejo de agradecerte, pocas personas han hecho esa clase de cosas por mí. Solo puedo decirte que las cosas entre mi familia son un poco tensas, lo pudiste presenciar con mi hermana, y así es con todas." Dijo Lincoln.
"Espera un momento, ¿Todas? ¿No me digas que...?" Preguntaba la pequeña.
"Si, así es Megumi, todas las Loud que conoces, son mis hermanas." Dijo Lincoln.
"... Eso explica muchas cosas..." Dijo Megumi.
"Ya sé lo que estarás pensando. Las cosas son así, pero lo que uno aprende de ello, es que solamente le das viada." Dijo Lincoln.
"Lincoln... no es que me meta, pero no crees que puedes solucionar las cosas si hablas con ellos." Dijo Megumi.
"(Si así razonaran, las cosas que me ahorraría en la vida.) Bueno, a veces las cosas no siempre se resuelven así Megumi." Dijo el peliblanco.
"Pero, no creo que ellos te odien, yo creo que ellas realmente te quieren Lincoln, solo que les cuesta reconocerlo." Dijo Megumi.
"(Pues será muy en el fondo, muy en el fondo.) Pues no es algo que realmente quieran demostrar." Dijo Lincoln.
"Lincoln nadie puede tener rencor y enojo en su alma para siempre, ellas no lo verán ahora, pero saben que tú eres el mejor hermano que puedan tener, si quieres mi consejo, dales una oportunidad, veras que ellas no son tan malas como parecen." Dijo Megumi. "Después de todo, nunca debes abandonar a tu familia y ellos tampoco lo harán."
"(Si tu supieras lo que tengo que pasar en mi casa, pensarías de una manera muy diferente.) Lo tendré en cuenta Megumi, gracias por el consejo." Dijo Lincoln.
Después de un rato, Lincoln salió del lugar, mientras caminaba, las palabras de Tadokoro invadieron su mente y cayeron como el peso de una tonelada en su cabeza.
"¿Ellos me querrán?... No... No lo creo... si ellos realmente me quisieran no me dejarían en esos estados. Estoy seguro de que me repudian a más no poder." Decía el peliblanco.
"Pero..." En ese momento Lincoln recordó los momentos que podía recordar, y también cuando vio varios álbumes de fotos cuando era más pequeño.
Cada momento que vivió con las demás, lo recordó como si apenas hubiese pasado ayer.
Con Lori y Leni con algo de maquillaje y ropa, Luna cantando y él con un piano de juguete, Luan y él con unas bromas, y Lynn pasando el balón con él peliblanco, jugando con Linka y Liberty, leyendo cuentos de terror con Lucy, alimentando a las gemelas y cuidándolas de las pesadillas, estudiando con Lisa.
Palabras como, te queremos Lincoln, no te dejaremos solo, eres un gran hermano para la familia, las recordó con melancolía, y los recuerdos siguieron llegando, lamentablemente con Lily no tuvo algo en especial porque todo esto comenzó cuando tenía 9 años y lo peor de todo es que ella comenzaba a crecer con ese odio injustificado y poco o nada quería ver al peliblanco.
De los pocos recuerdos buenos que pudo tener con ellas, se sentó en un árbol mientras los pensaba con detenimiento. De eso un par de lágrimas salieron de sus ojos y llego la mayor intriga para él.
"... Porque... Porque son así conmigo..." El peliblanco sintió como si retrocedía en el tiempo, se sintió como si nuevamente fuera un niño pequeño de nuevo.
No comprendía las acciones de su familia quienes al parecer solamente se esforzaban a hacerle daño y disfrutar de eso, se preguntaba donde quedo esa familia cariñosa que tenía hace 2 años, y ahora tenía un montón de monstruos haciéndose pasar por ellos.
Necesitaba una explicación del porque cambiaron abruptamente, y no les importaba si el sufría, lloraba, lastimaba, rompiera. Solamente buscaban su propio beneficio a costa de su propia vitalidad.
No aguanto más, y las lágrimas comenzaron a caer sin parar. Se había quebrado después de mucho tiempo, no lloraba tan amargamente luego de su perdida, lo peor de todo es que no tenía consuelo alguno. Nuevamente las dudas invadían su cabeza.
"¿Por qué no tengo una vida como la de los demás? ¿Qué hice yo para merecer esto? ¿Es mucho pedir ser feliz? ¿Es mucho pedir ser querido por tu familia?" Se preguntaba mientras se limpiaba las lágrimas.
Seguía desahogándose, pero parecía ser un llanto sin fin. Sin notarlo, una persona se acercó a él rápidamente.
"¿Lincoln? ¿Qué ocurre?" Pregunto.
El peliblanco volteo hacia arriba y vio aquella persona.
"¿Tu? ¿Eres tú? ¿R...?" Decía el peliblanco que no podía ver bien quien era.
"Rachel. Lincoln ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras?" Preguntaba la pelinegra tratando de ocultar su preocupación.
"Oh, no es nada Rachel." Dijo el peliblanco limpiando sus lágrimas. "Solo tuve malos recuerdos, es todo." Dijo con un tono de tristeza.
"Linc, no tienes que disimular, se perfectamente que son ellos, lo sé, porque no eres de los que lloran a menos que sea algo duro, puedes decirme que ocurre." Dijo la pelinegra en un tono de comprensión.
Lincoln no sabía que decir ante eso, nunca había visto a Rachel actuar así, normalmente era una chica ruda que no se tentaba del corazón para decir las cosas como eran sin importar si lastimaba a las personas, pero ahora se comportaba de una manera comprensiva y amable. Sabiendo que no había necesidad de mentirle, debía ser honesto con ella.
"Solo me detuve a pensar muchas cosas Rachel, me preguntaba si de verdad mi familia realmente me quería." Dijo Lincoln.
"Lincoln, si lo hicieran no te hubieran hecho nada de lo que pasaste." Dijo Rachel.
"Pero no siempre fue así Rachel, si bien solo te he contado lo que pase con mi abuelo, no te he contado todo. Mis hermanas no siempre fueron así al igual que mis padres. Todas se preocupaban por mí, pasaba buenos ratos con cada una de ellas, nos divertíamos mucho, ellas decían que me querían y que nunca lo dejarían de hacer... mis... padres... también lo decían... pero..." Nuevamente las lágrimas comenzaron a salir.
"No sé qué fue lo que cambio... no sé qué hice yo para merecer todo esto... he tratado de todo por hacer que esos tiempos volvieran... pero en vez de eso... lo único que recibo son golpes, amenazas, humillaciones... simplemente ya no sé qué hacer... y yo... ya no puedo más... simplemente no puedo más." Dijo el peliblanco que soltó todo el dolor que llevaba cargando consigo durante mucho tiempo, solo podía llorar para tratar de liberarse de todo ello.
Rachel no sabía qué hacer en esos momentos, jamás había visto a Lincoln rompiéndose de tal manera en que ahora parecía alguien completamente frágil. No podía culparlo, después de todo lo que ha recibido, era natural que tarde o temprano no soportaría cada esa carga, y si nos ponemos a analizar, es una suerte que el chico no se haya vuelto completamente loco.
Usando la poco que había aprendido con su hermana cuando ella la consolaba, trato de pensar en algo para animar al peliblanco.
Sin previo aviso, la pelinegra le dio un abrazo. Instantáneamente el peliblanco dejo de llorar y tenía una expresión de sorpresa ante la acción de la chica.
"Tranquilo Linc, si necesitas llorar, hazlo, libera todo ese dolor, no puedes vivir con eso toda tu vida, solo te haces más daño, tómate tu tiempo hasta que estés más tranquilo." Dijo la pelinegra.
El peliblanco no pudo hacer más que corresponder al responder el abrazo de la pelinegra y nuevamente sacar todas sus lágrimas. Desde hace años que no recibía una muestra de afecto, no recordaba la última vez que realmente se sentía querido por alguien, alguien que realmente lo valorara por lo que vale, y que se preocupara por lo que podía estar sintiendo.
Pasaron unos 10 minutos hasta que el peliblanco logro calmarse y sentir que ya no le quedaban lágrimas.
"¿Mejor?" Pregunto Rachel.
"Si. No sé qué pasa conmigo. No entiendo que hice mal, lo intente Rachel, de verdad que lo intente, quise ser un buen hermano e hijo para ellos, pero simplemente no lo vieron, ¿Y cuál fue mi castigo? Ser relegado a la sombra de la familia y ser tratado como a un perro que nadie quiere." Dijo Lincoln con tristeza.
"Lincoln, tú no eres el del problema, ellos son el problema al no ver lo importante que eres para ellos. Tendrán razones para actuar así, pero eso no les da el derecho de tratarte de esa manera. Y sé que tarde o temprano se darán cuenta de lo importante que eres." Dijo Rachel.
"No lo sé. No sé cómo las cosas pudieron cambiar así. Pero nada de eso importa ya. Estoy seguro de que ellas ni a mis padres les importo. Mi madre ayer me dio una cachetada, eso refleja cuanto me quieren. Y sé que... si un día me muero... no les importaría en lo absoluto..." Decía el peliblanco, pero fue silenciado por la pelinegra.
"No digas eso Lincoln, tú eres más valioso de lo que tu piensas, no dejes que esto te derrumbe y dejes de ser ese chico con el que podemos confiar." Dijo Rachel. "Tu familia no lo asimilara, pero no dejes de lado a los que realmente les importas."
"Pero a quien realmente le puedo importar, los demás solamente me utilizan para su propio beneficio, no se quien le puedo importar." Dijo Lincoln.
"¡Tú me importas!" Exclamo Rachel con un sonrojo, no pensó claramente en lo que había dicho.
"¿Yo? ¿Te importo?" Pregunto el peliblanco ante las palabras de la pelinegra.
"... Yo... Emm... (Suspiro)... Si... Me importas Lincoln. Tu eres mi amigo, pocas personas se han preocupado por mí como tú lo has hecho, siempre has estado ahí cuando lo necesito. Y eso significa mucho para mí, el que estés siempre apoyándome y confiar en mí." Dijo Rachel con un claro sonrojo.
Lincoln no sabía cómo sentirse ante eso, la sinceridad de Rachel ante aquellas palabras tocó una nota muy fuerte en su alma y corazón, al parecer había alguien que lo quería y le importaba por quien era. Por impulso la abrazo, provocando que se sonrojara como un tomate.
"Gracias Rachel, significa mucho." Dijo Lincoln con una sonrisa de felicidad.
"... Si... No te preocupes... Linc." Dijo la pelinegra y correspondió el abrazo.
"Oye, tú nunca me habías llamado Linc." Dijo el peliblanco.
"No te acostumbres tonto." Dijo Rachel.
Lincoln y Rachel rompieron el abrazo. "¿Te gustaría ir a caminar?" Pregunto el peliblanco.
"Claro, porque no." Respondió la pelinegra.
CONTINUARA...
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