ALGO DE CAOS

ALGO DE CAOS

Lincoln había llegado a su casa y ahora estaba en su habitación leyendo comics, aunque eso no era lo que le estaba llamando la atención. Su mente era invadida por lo que ocurrió en el parque hace horas atrás, además de que fue un tanto vergonzoso, todavía sus palabras hicieron que se llevara su mano a la cara.

"Estúpido, porque no pudiste decir nada mejor que eso. Lo único que hiciste fue incomodar más las cosas." Dijo Lincoln con molestia.

"Pero... Si bien ese momento fue así... no... pude evitar sonreír ante eso... quizá no en el momento, pero si cuando la vi un poco nerviosa... debo admitir que eso fue... tierno.

Y por alguna extraña razón... sentí como si mi corazón quería salir en el momento en que ella me abrazo... Es como si hiciera que todo el dolor que te pasado, se fuera en ese instante al sentir su comprensión.

No sabía como describir la emoción cuando me dijo que yo le importaba... No es que no haya sentido eso antes, pero con ella fue muy diferente... mi corazón ardía y latía con fuerza... y la intensidad fue creciendo cuando me sonrió." Dijo Lincoln con una sonrisa mirando hacia el techo.

Pese a que estaba feliz, el cansancio comenzó a cobrarle factura y poco a poco se quedaba dormido. Cayendo al mundo de los sueños.

Se encontraba en la nada flotando. "Mi cabeza nunca deja de repetir estos escenarios, puede que esto sea lo único que me mantenga tranquilo a pesar de no haber nada."

Eso no dudaría mucho tiempo ya que se abrieron pequeños recuerdos de su niñez.

Esta cuando Lori y Leni lo vestían con diferentes vestidos mientras que el estaba confundido. Lo más chistoso de todo es que Leni si bien tenía maquillaje, no salía del territorio de payaso, y Lori parecía miembro de la banda Kiss.

Luna para su sorpresa tenía un look diferente al que actualmente tiene. Lucía como una niña normal, su blusa lavanda al igual que su falda, y su cabello era largo y brillante. Ambos estaban tocando instrumentos de juguete, y cuando terminaron, esta lo abrazo, y dijo, te quiero hermano.

Luan era de pasar muchos momentos, ya sean las bromas, estar con el abuelo, jugar sin parar, eran excelentes momentos cuando las demás se unían a la diversión.

Lynn no era que pasara mucho tiempo con ella, pero al menos no era tan brusca como ahora, y tenían buenos juegos en el que participaba con las demás.

Lucy era de pasar pocos momentos, pero los valoraba porque era su hermana menor y con la podía ocultar cualquier cosa.

Las gemelas eran de guerras de comida en su mayoría, además de poder jugar a la princesa y al dragón, las noches de películas, los cuentos.

Lisa lo ayudaba con algunas tareas de la escuela mientras él estaba con una cara de confusión porque la pequeña acertaba en los cálculos, eso sin contar las veces que preparaba emparedados y escuchaban algo de karaoke.

Linka y Liberty eran especiales, conectaban a la perfección cuando se trataba de hacer planes y resolver casos complicados en la casa. En las cenas para ayudar a su padre, he incluso en los dibujos y programas que veían, los tres podían entenderse en el hecho de hacer bien las cosas.

Con su padre no era gran cosa, rara vez se hablaban, pero tenía los momentos de padre e hijo cuando iban a pescar o iban en bicicleta, incluso tenía recuerdos de una vez que fueron de pesca.

Lincoln y su padre se encontraban pescando en el muelle. "Hijo, recoge la línea en lo que voy por el auto." Dijo el padre.

"Bueno, al menos todo está tranquilo aquí." Dijo Lincoln, pero luego su caña comenzó a moverse. "Oh, Tengo un pez, ¡Tengo un pez!" Sin embargo, la emoción no le duro mucho ya que iba tirando con más fuerza de la que tenía. "No, creo que me tiene a mí." Y lo tiro al agua.

Logrando incorporarse al muelle, aplico toda la fuerza que tenía, y lo sacar al pez que estaba del tamaño del chico, iba a correr, pero la criatura marina le cayó encima con todo su peso.

"¿Por qué estas cosas me pasan solo a mí?" Preguntaba adolorido.

"¡Wow hijo! Eso es a lo que llamo pescar, sin duda eres el chico más afortunado hijo." Decía el padre emocionado.

"Si soy tan afortunado, ¿Cómo es que tengo este pescado encima?" Decía aun adolorido.

No podía negar que a veces le daba un poco de risa ese recuerdo, siguió mirando.

Su madre era más cercana a él si se podía decir así, las veces en que ella lo llevo a su trabajo cuando solo iban las chicas, incluso conectaban en algo como las novelas y los comics, curarlo cuando se lastimaba, y también cuando se cuidaban estando enfermos.

Un recuerdo vino cuando ambos

Con Lily desgraciadamente no tuvo nada, y parece que eso se mantendría así.

Podía decirse que estaba en un viaje a través del recuerdo, aunque la melancolía era lo que más predominaba en el peliblanco, mirando hacia abajo con un rostro que reflejaba muchas cosas.

Aun viendo que no acababa, se miró, y vio que nuevamente era un niño de 9 años, y los escenarios parecían que se repetían una y otra vez, mientras que la alegría de los últimos recuerdos se fue desvaneciendo, y ahora daba paso, a la actualidad.

Los golpes, las humillaciones, las amenazas retumbaban a gran escala. No entendía nada, se preguntaba que era exactamente lo que cambio, a tal grado de ser tratado como una inmundicia, los pocos rayos de sol fueron apagándose.

La gente comenzó a alejarse, dejándolo solo. Un pequeño recuerdo se abrió nuevamente, mirándolo de cerca, era uno donde conoció una persona muy especial, de ahí nuevamente su mundo volvió a tener un pequeño rayo de sol para él.

Sin duda hizo que tuviera una razón para vivir. Un botón de reinicio para él, nuevas amistades, nuevas experiencias. Pero como si fuera un círculo vicioso, tenían que intervenir ellas.

Lo que solamente lo llevo a un día trágico, sintió como si le hubieran arrancado parte de su corazón, y lo que conllevo, a que se quedara solo otra vez.

Viéndose ahora, parecía un chico sin alma, totalmente frio, no tenía un motivo para poder sonreír. Un chico que estaba al borde del colapso, resignado a ser el esclavo de la familia.

"El camino de mi vida es oscuro, caminando solo como si fuera al paradero de un desierto al que llamo hogar. La sociedad te engaña al decir que estamos unidos, pero la realidad es estar atado a un falso compromiso a obtener beneficios.

Mientras que los demás, tenemos que vivir las frías calles, y la realidad de que nadie va a ayudarnos. Si existieran los héroes, no solo ayudarían a que la sociedad se mantenga igual, sino que buscarían mejorarla, pero no lo hacen porque ellos están cegados a lo que ordena la ley, y prefieren ser endiosados ante una sociedad que solo los amaran... cuando ellos caigan.

La realidad, es que se le prefiere endiosar a las personas que con poco o nada han hecho por mejorar, mientras que el verdadero talento es menospreciado. Las familias... pueden ser una bendición o maldición para todos... en mi caso solo fue un castigo que me dicto la vida, pude haber reído, sonreído, amado... pero al final de todo... nada de eso importa... si se olvidan de todo eso cuando hay dificultades... y lo que una vez fue una familia amorosa... se convirtió en un nido de bestias."

Seguía hablando sin un propósito alguno en lo que recorría el baraje de recuerdos, los gritos retumbaban fuertemente, y la vitalidad del peliblanco se iba apagando. No pudiendo caminar más, cayo arrodillado.

Las lágrimas salieron como cataratas, mientras que el dolor nuevamente se apodero de él. El escenario cambio a su habitación, lo único que pudo hacer es levantarse y comenzar a destruir todo. Terminado con tal desquite, se arrodillo mientras abrazaba sus piernas, y la frase, "A nadie le importas", retumbaba en su cabeza.

"¡YA BASTA!"

El silencio se hizo presente ante el grito del colapso. Lo único que se oía eran los sollozos del peliblanco.

"Tú me importas Lincoln."

Lincoln levanto la mirada y volteando a ver por todos lados, pero no vio a nadie.

"Tú me importas." "Me importas Lincoln."

Una luz surgió, y las estrellas hicieron acto de presencia. Y en eso llego la chica vestida de un vestido amarillo, algo que al peliblanco lo dejaba perplejo. La chica se fue acercando al peliblanco, y le seco las lágrimas y lo ayudo a levantarse.

"No llores Lincoln, aún hay personas a las que puedes confiar. Y... tú me importas." Dijo la chica con un pequeño sonrojo en su sonrisa.

Lincoln no sabía que decir, solo se quedaba mirándola, al igual que poner un sonrojo ante sus palabras, sintiendo su corazón latir con fuerza. Y ella comenzó a llevarlo sujetándolo de las manos y comenzando a bailar.

Toda aura de dolor en el peliblanco desapareció como si nada, su sonrisa era su centro de atención, y parecía poder seguirla en los pasos. La calma y la alegría en su corazón se sentía tan bien, que ya nada importaba, solo importaba disfrutar el momento.

Tarde o temprano tenía que acabar, y una vibración producida por su celular fue lo que acabo con el sueño del peliblanco. Despertando, vio que solo era solo una notificación. Viendo la hora, no era tan tarde, apenas eran las 9, decidió que sería bueno cenar antes de dormir.

Bajando fue pensando en el sueño que tuvo, tenía muchas preguntas con ello. Y más sabiendo que conocía esa chica de vestido amarillo, por no decir que era obvio decir quién era, sin embargo... no sabía que pensar sobre cómo estaba actuando... y más que se perdió con tal belleza... su sonrisa cálida... simplemente su corazón y mente no sabían cómo reaccionar ante la impresión.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el caos se hizo presente, no le tomo mucha importancia, pero una de las chicas lo detuvo.

"No creas que hemos terminado por lo de la última vez." Dijo con molestia.

"Porque no mejor te metes en tus asuntos, y me dejas en paz Lynn." Dijo Lincoln con seriedad.

Se dio la vuelta, pero esta lo ataco a traición logrando derribarlo. Cuando iba a encestar el primer golpe, el peliblanco esquivo y con sus pies se la quitó de encima. La marimacho fue al ataque con los golpes, mientras que el peliblanco hacia lo posible por evadirlos, en uno de esos dio golpes a la pared, a la mesa, al refrigerador, incluso a la ventana y estante de trofeos, provocando unos cortes en el puño. Sabiendo que tenía que quitársela encima, probo con una combinación de patadas en las piernas y pecho de Lynn, logro derribarla.

Se levanto nuevamente, y fue contra el peliblanco al abalanzarse sobre él, pero logro revertir el ataque recibiéndola con una guillotina, aplicando toda la fuerza que tenía para que Lynn no se levantara. Fue en vano porque la deportista lograba levantarse de a poco, sabía que no podía estar así mucho tiempo.

La castaña comenzó a correr contra la pared, y el peliblanco logro soltarse a tiempo, provocando que la castaña se diera un golpe. Su rabia incrementaba y seguía persiguiendo al peliblanco.

"(Como rayos me la quito de encima... Espera un momento, hare esto al estilo Loud.)"

El peliblanco siguió corriendo hasta llegar al segundo piso donde se encontraban las demás haciendo sus cosas, sabiendo exactamente qué era lo que tenía en mente, sumando consigo lo que había aprendido en el performance, suponía que no tendría problemas en evadirla.

Primero salto por encima de la camioneta de Lola yendo a toda velocidad y esquivando a Lana en su saltador. Por parte de Lynn ante la poca visión y porque la ira la cegaba, termino siendo atropellada y chocando con la fontanera.

Se levanto y siguió con la persecución, Lincoln se dirigía a donde estaba Luan y Luna. Se agacho para evitar un pastelazo de la comediante, algo que la deportista termino recibiendo, Luna estaba con los amplificadores y tocando una canción extremadamente fuerte. El peliblanco se acerco a Luna y le quito la guitarra, y toco un solo tan fuerte que mando lejos a la castaña.

"Gracias por él solito, pero yo me pillo de aquí." Dijo y le devolvió el instrumento a la chica. Lisa iba subiendo las escaleras con un par de químicos y Lily estaba a punto de quitarse el pañal.

Se fue acercando a ellas, esquivo el pañal e hizo que Lisa derramara los químicos. Lynn recibió el pañal sucio en su cara y termino resbalándose con los químicos.

Para sorpresa del peliblanco, se levantó y aun podía seguir. Aun le quedaba una última carta, pero sería un tanto riesgoso sabiendo como es que tendría que jugarla.

Sin pensarlo mucho, fue a dirección de las dos mayores quienes se estaban peleando por varias prendas, tanto de arriba, en medio y abajo. No podía saltar porque quedaría enredado, tampoco podía esquivarlas ya que estaban cubriendo el camino, pasar por debajo tampoco era opción.

Se detuvo a nada de chocar con ellas. Y se dio la vuelta. Lynn se iba acercando como un toro rabioso a ir por el peliblanco, este fue calculando el momento preciso para atacar. La deportista salto para darle un puñetazo, y Lincoln como si de un torero se tratara, la evadió, y ella fue quien se enredó con la ropa de las mayores, llevándolas consigo en el nudo.

"Ole, ¿Ya tuviste suficiente por hoy?" Pregunto Lincoln.

Lynn y las dos mayores trataban de liberarse. "NO TE VAS A ESCAPAR DE ESTA CUANDO ME LIBERE." Le grito.

"¿Cómo hiciste esto?" Preguntaba Leni tratando de zafarse.

"Viviendo con ustedes con solo cruzar el pasillo, a ustedes tengo que esquivar para el baño llegar, saltando sobre ropa sucia y cubriéndome de los pañales que huelen mal, todo está en la habilidad." Dijo el peliblanco.

"Te convertiré en un pretzel humano sino me desatas ahora mismo." Dijo Lori.

"Bien, viendo que no me necesitan aquí, pues me retiro." Dijo Lincoln.

"Lincoln." Dijo la gótica apareciendo de la nada.

"¡AH!" Lincoln se asustó, y para su desgracia estaba al borde de caerse de las escaleras, y la gótica solo dio un pequeño soplo para derribarlo.

Fue rodando en las escaleras hasta darse un golpe final en el suelo. "Maldita sea, siempre me olvido de Lucy." Dijo el peliblanco adolorido.

"Bueno, ser ignorada tiene sus ventajas." Dijo la gótica con una pequeña sonrisa.

"Esta me la pagaras." Dijo el peliblanco.

Luego de unos instantes, el albino estaba nuevamente en su habitación con una bolsa de hielo en su cabeza.

"En serio que esas niñas me tienen harto, (suspiro) espero que el tiempo no demore mucho para largarme de una vez." Dijo en voz baja.

Su mal humor se disipo un poco, cuando miro los mensajes en su celular, vio que tenía un par de mensajes de Rachel. Se dispuso a contestar.

_ Disculpa Rachel, estaba lidiando con el caos. ¿Qué sucede? _

_ Bueno. Quería ver si estabas ocupado mañana. _

_ Nada por el momento, ¿Tienes algo planeado? _

_ Qué te parece si vamos al restaurante de comida francesa y coreana. Dicen que tienen buenos menús por la criticas, ¿Qué opinas? _

_ Claro, me parece bien, ¿A qué hora paso por ti? _

_ Iremos después de la escuela. Así no nos tardaremos mucho en prepararnos. _

_ Está bien, entonces nos vemos mañana. _

Lincoln termino de contestar los mensajes de Rachel, y nuevamente se acomodó en su cama.

"(Al menos algo para alivianar la noche, me pregunto si...) Pensaba el peliblanco hasta que nuevamente recordó sus palabras.

¡Tú me importas!

"(Yo le importo. Ella lo dijo, lo dijo.)" Pensó el peliblanco. (Se muy bien que ella me ha apoyado y valoro eso, pero... creo que nunca me puse a pensar... si en verdad yo valía algo para ella... y ahora lo veo... en verdad le importo.)"

Ese último pensamiento antes de caer dormido hizo que diera una última sonrisa para la noche.

A la mañana siguiente, el peliblanco se despertó temprano como de costumbre para asearse y desayunar. Posteriormente de la ducha y de cambiarse, bajo al primer piso.

Para su desgracia, era Luan quien estaba en la cocina, lo que menos quería encontrarse con alguna de ellas y arruinarle la mañana. Solo dio un pequeño respiro y entro a la cocina como si nada estuviera pasando.

Iba a abrir el refrigerador, pero la castaña lo impidió, y ella tenía una expresión poco usual en ella, a la vez era inexpresivo, y a la vez un poco de preocupación.

"Luan no estoy de humor para discutir ahora..." Decía el peliblanco, aunque la castaña lo interrumpió.

"No estoy para discutir Lincoln, solo quisiera hablar contigo sobre la última vez." Dijo Luan.

"¿Y que tienes que decirme? ¿Aun no me has dicho lo que realmente piensas de mí?" Pregunto el chico con una expresión molesta en su rostro.

"Entiendo que estes molesto, incluso he llegado a estar molesta conmigo misma por haberte tratado así, y en lo que respecta a las demás, he tratado de no ser parte de esto por el hecho de que de no se me hace justo." Explicaba la comediante.

"No se te hará justo, pero ¿Por qué lo permites? Si tus acciones no valen nada para mí, menos tus palabras Luan. No me harás daño físicamente, pero tu indiferencia dice muchas cosas. Ese día me hiciste entender que eres como las demás, y ahora vienes con eso de que te preocupas por mí.

Tú me enterraste un cuchillo por la espalda cuando nunca pensé que lo harías. Todo lo que pasamos juntos no significo nada para ti. Qué pensaría el abuelo al ver en lo que te has convertido." Dijo el peliblanco con frialdad.

"¡LO SE! ¡Crees que no veo nada de lo que pasa aquí!" Dijo la comediante con unas pequeñas lágrimas. "¿Crees que me gusta ver cómo te golpean? ¿Crees que me gusta ver cómo te dejan en esos estados? Se muy bien que no he sido una buena hermana contigo, te traicioné, perdí tu confianza, y ahora me doy cuenta de que no estaba haciendo bien las cosas. ¿Como crees que me siento? Y es por tonta que no he hecho nada."

Trataba de no llorar tanto, pero era inevitable, las limpiaba como podía, y eso reflejaba lo quebrada y frágil que se había vuelto en ese momento.

El peliblanco le acerco un pañuelo, algo que la comediante acepto.

"No llores. No es algo que va contigo.

Escucha esto Luan, como ya te dije, tus palabras no valen nada para mí ahora, sin embargo, veo que al menos quieres que este bien.

Solo te daré este consejo Luan. No más palabras, las he escuchado miles de veces, él hablar es barato, y las mentiras son caras de pagar. Te veo luego." Dijo el peliblanco para posteriormente marcharse de la casa.

CONTINUARA... 

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