Zona de guerra

Dedicado a sunflower4563 <3

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—¡Devuélveme mi marcador!—le grita Sara.

—¡Que no lo tengo yo!—le replica Harrison a gritos.

Excelente, me voy por cinco minutos al baño y ya están gritando. No puedo ni hacer pis en paz con estos dos.

—¡Mentiroso! Te vi hurgueteando entre mis cosas—le acusa Sara.

—¿Qué interés tendría yo por un estúpido marcador?—le pregunta Harrison. Punto para Hazza pienso.

—Oh, no le, tal vez molestarme. O quizás intentar dibujarte algo de barba, ya sabes, para que no se te vean esos tres pelos ridículos—le dice Sara. Me rio por lo bajo. Punto para Sara.

—¡Yo si tengo barba! Lo que pasa es que me afeite muy deprisa—se defiende Harrison. Si claro pienso para mis adentros.

—Como digas—le dice Sara con un bufido.—Entrégame mi marcador.

—¿Tu eres sorda o qué? No lo tengo.

Lavo mis manos y me observo al espejo. Por fin me habían quitado mi cabestrillo. Bueno, no en el sentido estricto. Podía estar sin el siempre y cuando estuviese descansando. Si salía, debía colocármelo por precaución. Seco mis manos. Corro un poco la camiseta y observo mi hombro izquierdo, específicamente, aquel pequeño bulto bajo mi clavícula. Me sentía afortunada de que hubiese sido solo cosa de reconectar los cables, al igual que me sentía afortunada de que la embolización hubiese resultado. Había sido extraño despertar y no encontrarme con Tom, pero sabía que era lo correcto. Aun así, cuando hablábamos por teléfono se sentía algo de tensión. Nos quedaba una conversación pendiente.

Salgo del baño para observar a Sara luchando contra Harrison, literalmente. Aparentemente esta se había acercado a mi cama en busca de mi marcador y Harrison la detuvo, agarrándola de los brazos y cortándole el paso.

—Eres... un...—dice Sara con esfuerzo, e nota que está luchando con fuerza.

—Tan pequeñita—se burla él.—No tienes la fuerza para derribarme.

Me apoyo en el marco de la puerta, y juro que si tuviese palomitas, estaría comiéndolas, porque lo siguiente que veo es como Sara casi vuela. Se aleja de Harrison, sus muñecas aprisionadas en las manos de él, da una vuelta, tomándolo por sorpresa, apoya su pie en el muslo de Harrison, desequilibrándolo al mismo tiempo que se deshace de su agarre y salta hasta mi cama. Sus movimientos son tan agiles, y con justa medida, no por nada fue bailarina.

—¿Decías?—pregunta Sara, con una sonrisa de satisfacción mientras revuelve el desastre que Harrison tiene con sus cosas sobre mi colcha. Harrison, sobándose su adolorida pierna, la mira con ojos desorbitados.

—¿Cómo...?—pregunta él.

—Soy bailarina—replica Sara. Rio por lo bajo.

—Esas son mis cosas—le regaña Harrison, acercándose a ella.

—Y este es mi marcador—lo confronta Sara, mostrándoselo. Harrison entrecierra los ojos.

—Yo no lo saque—se defiende.

—Oh claro, camino solo hasta tus cosas—dice Sara con sarcasmo, colocando una mano en su cintura, colocándose levemente en puntillas para intentar alcanzar su estatura.

—No es mi culpa si quieren arrancar de ti—dice Harrison, con una sonrisa socarrona, acercándose más a ella.—Tu eres la que deja sus cosas desperdigadas por ahí.

—Yo dejo todas mis cosas ordenadas—replica Sara, inclinándose hacia él.

—Si claro, señorita perfección—se burla Harrison, inclinándose también.

—Bruto—le dice ella.

—Engreída—le espeta Harrison.

—Bobo.

Se quedan así, mirándose fijamente, con pocos centímetros separando sus rostros. Se miran fijamente. Juro que esto es mejor que ver una película o un capítulo de Grey's Anatomy. Carraspeo un poco, haciéndolos volver a la realidad. Tanto Sara como Harrison se sonrojan y abren los ojos como platos.

—Parece que interrumpí algo—bromeo, con una sonrisa burlona. Sara abre la boca y musita palabras sin sentido.

—Estábamos discutiendo—tartamudea Harrison.

—Sí, así veo—rio burlona.

Camino con mi bota hasta mi cama y me siento en el borde. Ambos me miran avergonzados. Dios, estoy disfrutando esto demasiado. Sara levanta la cabeza y mira a Harrison molesta (aunque veo un atisbo de rubor en sus mejillas aun).

—No vuelvas robarme mis marcadores—le advierte, y se va a su cama.

—Como si quisiera—dice Harrison, rodando los ojos.

—Eres más entrometido que mi hermano Pablo—le acusa ella, sentándose en su cama.

—Y tú más molesta que ella—comenta Harrison, señalándome. Voltea a mirarme y yo levanto las cejas.

—¿Disculpa?—pregunto. Harrison sonríe incómodo y se rasca la nuca.

—Quiero decir... no es que seas molesta...—intenta defenderse. Sara se ríe, burlándose.

—Ya veo te hace otra de sus bromas ¿quieres que prepare tu tutú?—pregunta burlándose de él. Harrison la fulmina con la mirada.

—Eh, Hazza—le llamo. Este se gira a mirarme, con expresión inocente.

—¿Si?

—¿Me pasas mi teléfono, por favor?—le pido.

El asiente y me lo entrega inmediatamente. Sara suelta un comentario y pronto comienzan a discutir nuevamente. Tenía que salir antes de que se matasen entre sí. O antes de que decidieran follar y yo quedase ahí, como espectadora. Le mando un mensaje a Aidan para ver si está desocupado cuando me llega un mensaje de Tom. En poco más de una semana estaría aquí y vendría a visitarme. Me entusiasmaba la idea, aunque parte de mí no podía dejar de pensar en esta especie de punto muerto en el que quedamos luego de lo que ocurrió. Era una foto de él y Martin, donde me decía que el "intercambio de mejores amigos" era muy divertido. Tecleo mi respuesta cuando golpean la puerta. Harrison se levanta a abrirla y Aidan le saluda.

—Escuche que había una damisela en apuros—bromea Aidan.

—Sí, ese s Hazza—le dice Sara. Sacudo la cabeza riéndome, mientras Harrison se torna rojo de la rabia.

—Vamos la biblioteca antes de que lancen la bomba atómica—le digo a Aidan.

Aidan me ayuda a echar unas cosas a la mochila. Sara se coloca sus auriculares, decidida a ignorar a Harrison. Luego, Harrison me ayuda a colocarme un sweater, ya que comenzaba a hacer frio por las tardes, y me intenta colocar el cabestrillo.

—No, esa tira va por abajo—le explico. Harrison cruza otras tiras, dejándolo suelto.—No, Hazza, no va así.

—Esto es muy enredado—se queja él.

—Para alguien con tu diminuto cerebro, claro que lo es—comenta Sara.

—¿Tu no estabas estudiando?—le espeta Harrison.

—Ya empezaron—comento, rodando los ojos. Sara lo mira.

—Se llama multitasking, ya sabes, hacer más de una cosa a la vez—le replica Sara.

—Hazza, porque no me dejas a mí colocárselo—sugiere Aidan.

—Vamos, deja que los capacitados lo hagan—se burla Sara. Harrison suelta el cabestrillo, dejándolo caer, y siento como si fuese a estallar de rabia.

—Eres una presumida—le acusa él.

—Creo que la explosión está cerca—me comenta Aidan, mientras me coloca el cabestrillo. Rio por lo bajo.

—Y tú un metiche—le acusa Sara.

—Auch—susurro, cuando me pasa a llevar las costillas al enganchar una de las tiras.

—Lo siento—dice Aidan, levantando la cabeza.

Me siento algo nerviosa al tenerlo así de cerca. Por suerte para mí, termina pronto y se aleja. Le sonrío agradecida, aunque ligeramente ruborizada. Coge mi mochila y me tiende su brazo para afirmarme. Noto la mirada preocupada de Harrison. Rápidamente aparto mis ojos de él y salgo de mi habitación.

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👀¿qué estará pensando Hazza?

Entre quien saltan más chispas ¿Hazza y Sara? ¿______ y Aidan? ¿Hazza y Thor? Estaré haciendo una dinámica en instagram! (wattpad.lovers4)

Les leo, lectores insaciables <3

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