Vuelos incómodos

Dedicado a petersitoparker que lo pidio el capitulo pasado :)

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Siento que estoy en un avión repleto de zombies. Estamos todos prácticamente vestidos igual. Gafas de sol, capuchas puestas, vaqueros y zapatillas, sobreviviendo a la peor resaca de la historia. Tom esta profundamente dormido a mi lado, abrazando mi cintura mientras yo acaricio su cabello.

—Necesito una bolsita de suero para hidratarme—comenta Harrison, que está prácticamente tendido sobre la mesita frente a su asiento.

—Solo necesito dormir. Y tres litros de agua—digo con mis ojos cerrados ya que la luz me molesta. Harrison se encuentra en los asientos frente a mí. Levanta la cabeza de la mesa y me mira.

—Espera, tú eres enfermera ¿no tienes una de esas bolsitas de suero?—pregunta. Levanto las cejas, sin poder creer la estupidez que está diciendo.

—¿Es enserio?—pregunta Zendaya, sacándose las gafas y mirándolo incrédula.

—Claro, tengo eso, junto con varias jeringas y anestésicos. ¿Quieres también que te coloque una dosis de penicilina?—pregunto con sarcasmo.

—Con el suero estoy bien—replica él, sin captar la ironía.

—¡Por supuesto que no tengo suero! ¿Qué crees que soy? ¿Un hospital ambulante?

—En Grey's Anatomy había una doctora que tenía suero en su maleta—se defiende.

—¿En Grey's Anatomy?—pregunto.

—Harrison perdió sus neuronas con el alcohol—le comenta Martin a Zendaya.

—¿Estas comparándome con una serie de televisión?—pregunto a Harrison.

—Puede ser ¿no? Los casos son reales—argumenta Harrison.

—¿La misma serie en que le ocurre un tiroteo y un accidente de avión a la misma persona?—pregunto.

—¿En serio los casos son reales?—pregunta Zendaya.

—Exagerados, claramente—le replica Martin.—Pero ______ dice que le ha tocado ver algunos de ese estilo, pocas veces.

—No tienes precisamente mucha suerte. Estuviste en un accidente, igual que la protagonista—replica Harrison.

—¡Un accidente de coche!

—¿Siempre pelean así?—pregunta Jake, acercándose a nosotros con una copa de espumante.

—Si—responden Martin y Zendaya al unísono.

—¡Solo era una pregunta! ¡No tienes por qué ser tan gruñona!—me grita Harrison.

—Asociar la enfermería con una bolsa de suero es como asociar que veterinario tiene un perro en su maleta—ruedo los ojos.

—¿Por qué siento que esto es como ver una película?—pregunta Jake.

—Oh, esta vez estoy preparada—dice Zendaya. Se agacha y de su bolso saca una bolsa de palomitas de maíz.—¿Quieres?

—Pues perdóname por creer que podías tener algo útil en tu maleta—dice Harrison.

—¡La ropa es útil!—le grito.

—¿Llevas palomitas en tu bolso?—pregunta Jake, mientras Zendaya le ofrece un poco.

—Créeme, he aprendido que es necesario tenerlas a mano cuando juntos a ______, Tom, Harrison y tequila en un mismo lugar—le responde ella.

—Anoche no sonaba como si necesitaras mucha ropa—dice Harrison, sonriendo con sorna. Abro los ojos como plato y mis mejillas se sonrojan.

—Uh—dicen Jake y Martin.

—Te dije que las palomitas son necesarias—comenta Zendaya.

—Oh, ya vas a ver cómo van a sonar tus costillas ¡Cuando te las rompa!—le grito, inclinándome ligeramente hacia adelante.

—¡Ya me las rompiste una vez!—me grita Harrison.

—Esto es de lo más divertido—dice Jake, ligeramente sorprendido.

—Debieras verlos ebrios—dice Zendaya, llevándose una palomita a la boca.

—¡Fue una contusión! Y por si no lo recuerdas, lo tenías más que merecido por intentar secuestrarme—me defiendo.

—Estoy seguro que eso no es normal—dice Martin, frunciendo el ceño.

—¡Falso secuestro!—grita Harrison.

—No, no lo es—dice Zendaya.

—¿Por qué están gritando?—pregunta Tom, desperezándose. Se endereza y me mira.

—Tu novia que es una pesada—dice Harrison.

—Y tú eres un llorón—le digo. Harrison me saca la lengua.

—Solo quería hidratarme un poco—se defiende él.

—¿Por qué no tomas agua?—le pregunta Tom. Harrison abre la boca para discutirle pero luego la cierra y lo queda mirando.

—Es una buena idea—admite. Coloco los ojos en blanco.

—¿Y no se te ocurrió eso antes?—pregunto. Harrison se quita las gafas y me fulmina con la mirada.

—Pues perdóname por no ser brillante—me dice son ironía.

—Es usar el cerebro, Hazza—le dice Jake. Sonrío triunfante.

—Sí, Hazza. Las neuronas sirven para eso.

—Tengo hambre—dice Tom. Vuelve a envolver mi cintura con sus brazos y se apoya en mi hombro. Tiene un aspecto algo infantil que lo hace verse aún más tierno, buscando que le haga cariño.

—¿Palomitas?—le ofrece Zendaya.

Tom se separa un poco y saca un puñado. Se los come de un sopetón y vuelve a apoyarse en mí.

—Hace calor—comenta Jake. Se quita su capucha y la sudadera, quedando solo en camiseta. No paso por alto su torso musculoso. Tengo novio me recuerdo a mí misma.

—Sí, está pegando fuerte el sol—concuerda Tom.

Se separa de mí y se saca su sudadera. Su camisa celeste esta desabotonada en los primeros dos botones. Tom no tiene nada que envidiarle a Jake. Vuelve a apoyarse en mí, abrazándome, y comienzo nuevamente a acariciar su cabello.

—Vaya, vaya—comenta Harrison, reclinándose en su asiento con una sonrisa burlona.—Parece que tenía razón. Anoche fue algo salvaje.

Frunzo el ceño y miro a Tom. Su cuello tiene algunos chupones, y por la espalda se asoman algunos rasguños. Inmediatamente me sonrojo como un tomate. Tom suelta una risita nerviosa e intenta subirse el cuello de la camisa.

—Definitivamente no me aburriré nunca con ustedes—comenta Jake entre risas, mientras miran el cuello de Tom.

—Me las pagarás, Hazza—digo entre dientes. Coloca sus manos tras su cabeza y sonríe satisfecho.

—Ya veremos—replica él.

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Recomendación de cuarentena: para las que aún no la han visto, vean Euphoria. La volví a ver esta semana y se me había olvidado lo buena que es. Eso si, es para mayores de 18 años (créanme)

Les leo, querides lectores <3

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