Halloween: parte 5

Dedicado a never_weak su idea del shot me hizo reír mucho 😂 ahora, si hiciéramos un shot por cada vez que rayis toma una mala decisión, creo q nos intoxicaríamos

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—¿Y ustedes, donde demonio andaban?—pregunta Martin cuando nos unimos nuevamente al grupo. Tom y yo nos miramos y comenzamos a balbucear palabras sin sentido.

—Tienes las alas chuecas—me susurra Zendaya, y me ayuda a arreglarme.

—Ustedes—nos señala Harry, y acto seguido, le tapa los oídos a Paddy.—No pueden irse a follar como si nada.

—No hemos ido a follar—mentimos con Tom. Sam suelta un bufido.

—Si claro, y yo soy la reina Isabel—dice, rodando los ojos.

—Pues siempre lo sospeche, a decir verdad—replico, tratando de distraer a los demás de nuestra ausencia, haciéndolos reír. Sam me fulmina con la mirada.

—Tienes los ojos parecidos—añade Tom, siguiéndome el juego.

—Eres el peor, hermano—le dice Sam, molesto, mientras los demás se burlan.

—¿Y dónde están Sara y Hazza?—pregunto, cuando no escucho las típicas bromas pesadas de este último.

—Que te lo digan ellos—señala Tuwaine, menando la cabeza. Tanto Harry como Sam voltean a mirarlo con los ojos como platos.

—¡¿Nosotros?!—preguntan ellos.

—Como si tú no los hubieras molestado—le acusa Harry.

—Fue este pequeño demonio el que empezó todo—señala Sam a su hermano menor, Paddy.

—¿Por qué yo?—pregunta él, con expresión inocente.

—Tú fuiste el chismoso que divulgo lo de Hazza y Sara—explica Sam.

—Y fuiste tú el primero en ir a molestar a Harrison—agrega Harry.

—¿Cómo saben lo de Hazza y Sara?—pregunto, y miro a Tom. El levanta las manos, en señal de inocencia.

—Te hice caso y no dije nada a nadie—responde mi novio.

—¿Le dijiste que no dijera nada, pero nos contaste a nosotros?—pregunta Martin. Me sonrojo y Tom abre la boca, incrédulo.

—¿Le dijiste a ellos?—me pregunta Tom.

—Pensé que se quedaría entre ustedes dos—les digo, acusándolos.

—Nosotros no le dijimos nada a los bocones—señala Zendaya a los gemelos.

—¡Oye!—reclaman ellos.

—Paddy te escucho hablando con Harrison, Tom—explica Tuwaine.

—Paddy...—le regaña Tom. Se encoge de hombros.

—Se ven bonitos juntos. Pensé que molestándolos...—se defiende Paddy, y agacha la cabeza.

—Claro, la misma técnica que utilizaste con estos dos—señala Harry a mí y a Tom.

—Y ahora parecen conejos—murmura Sam. Tom le da un codazo y yo le doy una mirada asesina.

—No me hagas planear una venganza, mira que ya ha pasado bastante tiempo desde la última—le advierto. El color abandona su rostro y traga saliva.

—¿Qué ocurrió?—pregunta Tom a Tuwaine.

—Los molestamos un poco...—comienza a decir Harry.

—¿Un poco?—pregunta Martin.

—...Y Sara se fue corriendo—continua Harry, ignorando el comentario de mi mejor amigo.

—Y luego Harrison se fue a buscarla—añade Sam.

—¿Y no se les ha ocurrido ir a buscarlos?—pregunto.

—Pensamos que tal vez se habían ido... a tener más intimidad—sugiere Zendaya.

—Como ustedes—susurra Harry, él y su gemelo ríen por lo bajo y chocan puños. Oh queridos, parece que alguien necesita reformarse pienso.

Levanto la cabeza junto a Tom y los encontramos juntos en la barra. Harrison tiene su brazo rodeando su cintura. Miro a Tom contenta. Por fin, después de tanto tiempo, estos dos van a estar juntos, y eso me ponía demasiado feliz.

—Vamos a buscarlos—le digo a Tom.—Creo que sería mejor que fuera solo uno de nosotros, para que no se cohíban.

—De acuerdo.

Desaparecemos entre la multitud sin previo aviso. Caminamos hasta la barra, con nuestras manos entrelazadas. Mientras nos acercamos, no puedo evitar notar que entre la gente que baila, esta Aidan y Ami. Le sonrío y le saludo con la mano. El hace lo mismo y luego vuelve su atención a ella.

Habían sido bastante incomodos sin él, ya que Sara se la pasaba estudiando fisiología o en el taller de baile al que se había inscrito. No tenía con quien hablar de mi proyecto. Mis amigos de clase estaban sumidos en sus propios proyectos, no podía distraerlos, y ni Martin ni Zendaya entendían algo de lo que decía. Harrison simplemente me llamaba cerebrito y Tom, que intentaba seguirme el hilo, se perdía con los nombres de los genes involucrados. Sé que lo ocurrido el otro día fue incómodo y extraño, pero ansiaba que simplemente pudiésemos olvidarlo.

Sacudí la cabeza y me concentre en mis amigos. No era momento para pensar en ello. Tal vez hablaría de ello en la semana, tal vez no, pero hoy no iba a solucionar nada amargándome por eso.

Nos acercamos a Harrison y Sara, que hablan muy de cerca y se ríen. Sabía que sería algo para ellos empezar a salir dado que Harrison vivía en Londres y viajaba casi tanto como Tom, pero no podía pensar en una mejor pareja para Harrison que ella. Sarcástica, bonita y bromista, además de inteligente.

—¿Qué tal?—les pregunto, colocándome junto a ellos en la barra.

—Parece que están entretenidos—dice Tom, con una sonrisa traviesa. Sara y Harrison se sonrojan y se miran entre sí.

—Lo estamos—reconoce finalmente Harrison, y se voltea a mirarnos.

—¿Y ustedes donde andaban? Desaparecieron de la nada—pregunta Sara, sonriendo burlona.

—Por ahí—replico, encogiéndome de hombros y restándole importancia.

—¿Qué tal unas rondas de shots?—sugiere Harrison. Ninguno de nosotros quiere confesar lo que habíamos hecho, y me parece una buena idea.

—Nada de tequila—le advierto a Harrison.

—Obvio no—dice el, riendo.

Cinco shots de tequila después, estoy mareada y descontrolada, bailando con Tom como si me hubiesen inyectado energía en las venas. Es el alcohol, definitivamente. Pero aun así, me siento muy contenta y recargada de energía.

Tom me sostiene entre sus brazos mientras muevo las caderas. Siento su aliento contra mi cuello, haciéndome tiritar. Me coge de la mano y me gira, para luego estrecharme entre sus brazos y dejarme caer hacia atrás, sujetándome con fuerza. Dios, como lo amo.

—Estoy casi seguro que los ángeles no deberían emborracharse—dice contra mis labios.

—Yo creía que los caballeros debían proteger a las damiselas, no emborracharlas—replico. Sus pupilas están ligeramente dilatadas. Entierro mis dedos en sus cabellos, enredándose y me inclino a besarlo.

Como me encanta besarlo. Sus labios son una droga, todo él es una droga. Me eleva del suelo y me separo unos centímetros, riendo. Adoraba estos momentos así con él, donde éramos libres.

Me deposita en el suelo riendo. Mis alas chocan con alguien a mis espaldas. Volteo, un chico alto de piel trigueña me sonríe y le pido disculpas. Vuelvo a mirar a Tom y, cuando estoy inclinándome para besarlo, una mano pellizca mi trasero, y no es la de Tom.

Estoy borracha, sí, pero no soy estúpida. Me giro indignada. El chico de tez trigueña se ríe a carcajadas al ver mi expresión colérica.

—¡¿Que mierda te pasa, imbécil?!—le espeto. Tom está a mi lado, con los puños cerrados.

—Buen culo. Ya sé porque esta Holland contigo—dice, y vuelve a partirse de la risa.

En el segundo que estoy levanto mi pierna para darle una patada en las bolas, un puño le cruza la cara y lo hace caer. Tom se le acerca y lo coge del cuello de su estúpido disfraz de Luke Skywalker, y junto a él, se arrodilla también Aidan. Fue él quien lo golpeo.

—Rata de alcantarilla—le insulta Aidan.

—¿Cómo te atreves a hacerle algo así?—le espeta Tom.

Veo como ambos están furiosos, y el tipo, cuya nariz sangra, los mira aterrorizados. La gente forma un círculo a nuestro alrededor. Me acerco y coloco mi pie sobre su entrepierna, el suelta un grito atemorizado, no le he hecho daño... aun. Tom y Aidan levantan la cabeza y me observan. Carraspeo y llamo la atención de los tres.

—Como le vuelvas a poner un dedo encima a cualquier persona, sin su consentimiento—comienzo a decir.—Te corto las bolas, pedazo de mierda ¿te queda claro?

—Sí, si—dice rápidamente.

—¿Como? ¿No te escuche?—digo, colocándome la mano en la oreja y apretando un poco su entrepierna. El suelta un grito agudo.

—¡Que no voy a tocar a nadie sin consentimiento!—exclama.

—¿O sino que?—pregunto con tono calmo. El suelta un quejido.

—¡Me cortas las bolas!

—Muy bien—digo, con una falsa sonrisa, y aparto mi pie de su asquerosa entrepierna.—¿Y que se dice ahora?

Él se sienta en el suelo y me mira sin entender. Tom le da un manotazo en la nuca.

—Discúlpate—le dice entre dientes. El tipo vuelve a mirarme.

—Lo siento—tartamudea.

—Ahora vete antes de que me arrepienta y decida que tu miembro sobra en esta sociedad—le digo, cruzándome de brazos.

Se levanta y trastabilla, pero finalmente, sale corriendo del lugar despavorido. Que ganas de haberlo golpeado. Tom se me acerca y coloca su mano en mi espalda, acariciándome. El circulo a nuestro alrededor se dispersa, supongo que porque esperaban una pelea. Aidan me mira y le sonrío agradecida.

—Gracias, aunque me habría gustado hacerlo yo—le digo.

—Supongo que lo salve de una patada en las bolas—dice, haciendo una mueca.

—Pero has estado genial—me dice Tom.

—Hasta me dio miedo a mí—ríe Aidan. Sonrío avergonzada.

—Espero que no tengamos que pasar por eso de nuevo—agrega Tom. Si supiera pienso.—Gracias por la ayuda, Aidan.

—No hay de qué. Nos vemos, ______—dice. Me da una última mirada y se aleja.

Volteo a mirar a Tom, y por el rabillo del ojo, veo como Aidan se acerca a Ami. Tal vez ahora todo vuelva a la normalidad. Tal vez.

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Les leo, lectores insaciables <3

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