Las chicas solo quieren divertirse
—No voy a beber.
Sé que están tratando de emborracharme, lo veo con claridad en sus miradas, pero no se los voy a poner fácil.
—Tienes que hacerlo, es parte del juego —me dice David mientras empuja el pequeño vaso hacia mí.
Estamos sentados en el suelo de mi sala. Jugando a no sé qué, no entiendo este juego, creo que ellos se lo acaban de inventar.
—¡Vaya mierda de juego! —les digo— Si diga lo que diga tengo que beber.
—Así es el juego —responden todos al mismo tiempo.
Qué horror, esto sabe malísimo. Según David, vodka con los pequeños ositos de gelatina son lo mejor que hay en el mundo. Pero a mí me sabe horroroso. No me gusta el vodka y juro no volver a beber en mi vida, llevo solo cuatro vasitos y ya siento que voy a morir.
—¿Por qué no jugamos otra cosa? —les digo.
Ya estoy cansada de perder y tengo miedo de pararme y caerme de narices contra el piso, si yo estando sobria suelo tropezar con todo no me quiero imaginar cómo seré estando borracha.
—No, este juego está genial.
Ellos están tomando por placer. Lo veo, les gusta y les gusta aún más verme quejarme por no querer tomar.
—¡Mi turno! —grita Annie feliz mientras ella mismo se sirve el vodka—. Mi secreto es que me acosté con Jazper, el guardaespaldas de Emma en el auto de Ian. Pero mandé a lavar el auto, así que no pasa nada. Fue un buen sexo.
Caras vemos y perversiones no sabemos.
Yo no me sorprendo mucho, ya sabía que a Annie le gusta Jazper, pero no sabía que iba a correr y acostarse con él y menos en el auto de Ian. Si él se llegará a enterar pondrá el grito en el cielo. Me da risa imaginarme su reacción.
—Jazper, está bueno, tienes suerte amiga. Dicen que los más callados son los más ágiles con la lengua —David se ríe y levanta sus cejas algo que hace reír a Annie—. Ya sabes a lo que me refiero.
Yo cojo un cojín y lo golpeo en la cara.
—Que sucio, David.
—No seas tan santurrona —me responde él.
Me tomo un momento para vernos y tratar de guardar este momento. Hay risas y juegos, anécdotas y alcohol. Veo a todos y en especial a mi hermana. Jamás pensé llegar a compartir esto con ella y le doy cuenta que no la conozco en absoluto y me siento mal por eso. Quiero conocerla, pasar cada momento que pueda con ella. Hoy por un juego me enteré que perdió la virginidad a los diecisiete y no a los catorce como se decía. Y seguro al igual que eso hay muchas otras cosas de ella que son mentiras. Quiero poder conocerla, espero y ella me lo permita.
—Es tu turno Emma —me dice Sophie.
—¿Otra vez? —me quejo de nuevo— Pero si acabo de beber.
Sophie sirve el vaso lleno, dice que me lo merezco por estar a cada rato quejándome.
—Un secreto —me digo mientras bebo, esto cada vez sabe peor.
Annie me interrumpe.
—Mejor ahora nosotros preguntamos —propone ella— ¿Cuál es tu posición sexual favorita?
Casi escupo el vodka cuando escucho su pregunta.
—¡Ugh! Annie, me acuesto con tu hermano, eso es raro. No voy hablar sobre sexo ahora.
Ahora es David quien me pega con el cojín.
—Vamos Emma, yo sé cuál es la de él, lo escuché hace tiempo conversando con Erick.
—Bien cotilla que eres —le dice Sophie.
Sí, Sophie tiene razón, Annie es demasiado cotilla. Pero eso me gusta de ella.
Nunca le he preguntado eso a Ian, pero puedo imaginar cuál es o quizás no es esa. Ya veo lo que intenta Annie, quiere matarme de la intriga para que yo hable.
Estos tres van a terminar matándome.
—Ya veo cuál es tu juego, Annie, no voy a decir nada.
Ella me sonríe.
—Bien, si no respondes tienes que beber doble.
Sophie empieza a servirme otro vaso de vodka y yo entro en pánico.
—Arriba, me encanta ir arriba, me siento como una amazona —grito cuando veo que Sophie empuja el vaso hacia mí.
Ellos se empiezan a reír de mí y quiero que la tierra me trague y me escupa en cualquier otro lado donde no haya alcohol.
—De lo que uno se entera —dice mi hermana entre risas.
—Tú eres muy flexible, tienes la ventaja que bailabas ballet. Seguro y ya han hecho todo el Kama Sutra —murmura David muy divertido por la situación.
Tierra trágame ahora por favor. Ellos parecen estar disfrutando mucho de reírse a mi costa.
—¿Podemos dejar de hablar de mi vida sexual?
Pero obviamente no me hacen caso y siguen hablando sobre eso una media hora más en donde yo veo las posibilidades que tengo de conseguir nuevos amigos.
Sophie se para y camina hasta el parlante y cambia de música, pone cheap thrills de Sia, una música que realmente le encanta y empieza a bailar por toda la sala. Toma de las manos a David y lo jala para que baile con ella. Ojalá y se queden bailando toda la noche y así se olvidan de la botella de vodka que ya está por acabarse.
Me paro junto a Annie para bailar y me encanta, siempre me ha gustado bailar. Cierro los ojos y me dejo guiar por la música, es fácil para mí, siempre ha sido fácil. Como si el baile corriera por mis venas. Annie canta a todo pulmón junto a Sophie, mientras David y yo les hacemos los coros. No puedo evitar reírme cuando David toma la botella para beber de golpe todo lo que queda mientras nosotras gritamos fondo.
—Yo también quiero fondo, fondo —grita con mucho entusiasmo Annie.
Esta chica tiene mucha energía, parece que se recarga con cada trago.
—Hagamos Karaoke. Karaoke ¡Sí!
Grita Sophie mientras corre alguna parte de mi apartamento a buscar algo. Ella regresa con un micrófono inalámbrico color plateado.
Sirven otras tres rondas de vodka mientras buscamos la música y yo siento que ya estoy llegando a mi límite.
—¿Cómo sabré cuando ya esté borracha? —pregunto mientras me acuesto en el piso y los observo buscar una música.
—Hablas estupideces, pero contigo no se sabe porque siempre estás hablando estupideces —me responde Sophie, tan directa como siempre.
Annie empieza a dar brinquitos.
—Cantemos esta —le dice a David. No sé qué música es, pero entusiasma mucho a David que para celebrar se sirve un trago de Vodka. No entiendo porque les gusta tanto el vodka, sabe horrible, lo peor que he probado en mi vida.
—Emma, levántate y busca una música. Vamos, no seas aguafiestas.
Hago muecas mientras me muevo en el piso, estoy muy cómoda aquí acostada, no me quiero parar. No entiendo como ellos no se cansan.
—Ya sé que música voy a cantar les digo —miento, aún no se nada, entre ratos olvidó hasta como me llamo. Pero no me quiero parar.
—Bien, tú vas primero —me grita David. Me grita en el oído y me paro de golpe por el susto y siento como el piso se mueve. ¿Es eso posible? Me quedo un momento mirando el piso y veo que está bien, que no se está moviendo y entiendo que el alcohol ya me está haciendo efecto, pero no digo nada.
Tomo el micrófono que me da Annie y pienso en una música y la única que se me acurre es The Next Episode de Dr. Dre y Snoop Dogg, ni siquiera sé porque la dije. Hace años que no la canto, debo reconocer que el rap es mi placer culposo secreto, me gusta cantarlo y a veces cuando no tengo ánimos de hacer nada pongo algo de Eminem para animarme. Nunca le he contado eso a nadie.
—Pero miren que sucia resultó ser Emma —me dice Annie mientras me da una nalgada. Yo me sorprendo por eso y ella solo se ríe.
La música empieza a sonar y estoy segura que es por causa del alcohol que empiezo a cantar con mucho entusiasmo mientras bailo. Los demás me hacen los coros. Me paro sobre la pequeña mesa en el centro de la sala y sigo cantando y bailando. Juro que sobria no hubiera hecho eso, más que nada porque lo intenté una vez hace dos años creo y me caí de la mesa, por suerte y alguien me sujetó antes de golpearme y eso pasó estando en un estado de total sobriedad.
David y Annie cantan la música de Barbie girl lo que me hace reír mucho, David imita de maravilla a Ken y Annie ni se diga. Sophie decide cantar una música de Demi Lovato y si alguien puede cantar y bailar esa música con todo el estilo que la música requiere esa es Sophie. También decide cantar Material girl de Madonna, porque es su música favorita. Después seguimos cantando y creando nuestras propias coreografías, cantamos desde Wannabe hasta asereje. También cantamos New rules, Roar, toxic, dancing queen y mi favorita hooked on a feeling.
Nos terminamos las cuatro botellas de vodka y yo siento que estoy en una especie de limbo, no recuerdo casi nada, pero al mismo tiempo siento que lo sé todo y todo parece estar bien. No comprendo cómo se paran y deciden ir a comprar pizza caminando. Yo no puedo pararme, lo intenté varias veces, pero mi cuerpo se rehúsa a obedecerme.
—Sabes que te quiero mucho —me dice Sophie mientras me da un beso en la mejilla—, mucho con demasiado como dices tú, aunque seas un poco idiota. Eres una buena chica Emma, por favor, no cambies.
Es lo más lindo que ella me ha dicho, quizás lo hace por el alcohol, pero no me importa es algo que no voy a olvidar.
Yo me quedo acostada en el piso viendo el techo, son las cuatro y media de la mañana y ellos hace más de media hora que se fueron y la pizzería queda solo a tres cuadras. Gateo hasta el mueble donde está mi teléfono y los llamo, David me contesta y dice que decidieron ir a casa de Jazper porque Annie le va a decir todo lo que siente por él. Hasta yo sé que eso es una mala idea, pero cuando voy hablar es muy tarde porque ya me ha cortado la llamada. Así que me voy a quedar con ganas de pizza. Decido llamar a Ian para preguntarle si me puede traer pizza, porque quiero pizza. Él me contesta y al instante se da cuenta que estoy borracha, aunque yo le digo que no, Ian se alegra que esté en la casa y dice que viene en un momento, yo le digo que no se olvide de la pizza.
La puerta suena y le mando un audio diciéndole donde está la llave de repuesto porque yo ahora no me puedo parar. Sonrío cuando veo a Ian entrar con una caja de pizza, en este instante no sabría decir a quien amo más, si a Ian o a la pizza. Él no puede evitar reírse cuando me ve, abre la caja de pizza y la pone frente a mí. Huele delicioso, cojo un pedazo y sabe aún mejor de lo que huele.
—Este ha sido el mejor día de mi vida —le digo cuando termino de comer la pizza.
—Vamos necesitas un baño y dormir.
—No me puedo parar.
Él me sonríe y me toma en brazos. Me lleva hasta el baño y me quita la ropa. Me mete en la ducha, con mucha paciencia me baña y después me ayuda a cambiarme y secarme el pelo.
—Canta algo para mí, no podré dormir si no cantas —le digo cuando ya estoy acostada en mi cama y acurrucada junto a él.
Ian me da un beso en la frente y empieza a cantar.
—Te vi, juntabas margaritas del mantel...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top